jueves, enero 31, 2008

 

Un misógino buscapleitos de cantina

Ni López Obrador ni su paje, Fernández Noroña, deben haber escuchado jamás aquella canción de Sabina que explicaba que "hay mujeres veneno, mujeres imán, mujeres consuelo, mujeres puñal, hay mujeres de fuego, hay mujeres de hielo, mujeres fatal". Quizá no sienten admiración por las mujeres, quizá, si alguna vez lo escucharon, no entendieron nada.

Hay pocas cosas que puedan definir mejor el carácter autoritario, intolerante, retrógrado, de un político, como la xenofobia y la misoginia. Quien insulta a otro por su origen o su género podrá presumir de algunas cosas, pero jamás de progresista, liberal, democrático, civilizado. En realidad, la xenofobia y la misoginia son el reflejo de una profunda ignorancia personal y política, la expresión de un vacío que nunca se puede llenar simplemente con los destilados del rencor personal o social. López Obrador y varios de sus incondicionales, comenzando por Fernández Noroña, pero también por alguno de sus intelectuales de cabecera que no saben cómo justificar que el rey está desnudo, han tratado de ocultar y disfrazar la xenofobia que desprendió la campaña contra Juan Camilo Mouriño, "acusándolo" de ser extranjero pese a que documentalmente estaba y está comprobado que es mexicano por nacimiento. Algunos han tratado de argumentar que se trataba de una "indagatoria jurídica", no de xenofobia, pero no se tomaron la molestia de observar y leer las caricaturas, las declaraciones, los editoriales de sus compañeros de ruta. Es xenofobia lisa y llana, el problema es que López Obrador y su gente no pudieron disimularla.

Pero más graves aún son los insultos de López Obrador a la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, por el sólo hecho de ser mujer. Ya antes, y frente a numerosos testigos, el propio López Obrador se había referido en forma despectiva, misógina, contra la dirigente de su propio partido, para descalificar su aceptación de la presidencia de esa Mesa Directiva. Fernández Noroña, como siempre, fue quien trasmitió al público los dichos privados del jefe cuando dijo que la diputada "entregaba su cuerpecito" para llegar a esa posición. Ahora, cuando se inicia un periodo ordinario de sesiones, Zavaleta recibió en sus oficinas de San Lázaro al secretario de Gobernación, Mouriño, y desató la ira del líder.

Zavaleta es una destacada militante del PRD, pero es la presidenta de la Cámara de Diputados: algunos ignorantes pueden no comprenderlo pero tiene responsabilidades institucionales, independientemente de sus posiciones políticas personales: no está ahí para representar al PRD o al lopezobradorismo, sino al Congreso, a uno de los Poderes de la Unión. López Obrador podía establecer un debate serio o criticar esa reunión, pero no tiene derecho (y ello muestra su verdadera estatura moral) a descalificar, insultar, agredir y hacerlo con los peores desdoros machistas y misóginos. Esa es su verdadera forma de hacer y entender la política y de comprender la vida: ¿usted se imagina, por ejemplo, al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas declarando que una compañera de su partido recibió al secretario de Gobernación para que "le agarre la pierna"?, ¿las mujeres que militan en el PRD no tienen nada que decir, no pueden exigir, muchas de ellas militantes feministas históricas, un poco de respeto por quien se autodenomina su dirigente? No es un caso aislado: cuando se dio la salida de Rosario Robles, los comentarios de López Obrador y su gente fueron también terriblemente misóginos, al descalificar a la entonces presidenta del partido, por ser mujer y por sus relaciones, independientemente de sus posiciones políticas. López Obrador usa el insulto como arma política, la misoginia o la xenofobia son instrumentos para ello. Lo ha utilizado con los miembros de su partido y sus adversarios, incluso con sus aliados, cuando osan contradecirlo.

Me desconcierta ver a militantes de izquierda de toda la vida sumisos, callados, ante este tipo de atropellos, de agresiones; me enoja mucho más el silencio de algunos de los intelectuales que tratan de explicarnos "que lo que López en realidad quiso decir" es otra cosa; medios que tratan de ocultar la nota. Me apena que César Yáñez tenga que salir, 24 horas después, a explicar que las declaraciones de su jefe fueron "sacadas de contexto", cuando fue la respuesta, directa, en una conferencia de prensa, a la pregunta de qué opinaba de la reunión de Mouriño con la diputada Zavaleta. ¿Cómo pudieron sacarlo de contexto o a la misoginia habrá que sumar la debilidad de carácter para no aceptar lo sucedido y, por lo menos ofrecer, en forma personal y asumiendo sus declaraciones, disculpas a la diputada y a las mujeres de su partido?

Ello se refleja a muchos otros ámbitos: ahora López quiere debatir con alguien, con quien sea, para tener espacios en los medios, pero hace dos años no quiso participar en el debate con los otros candidatos. Vamos, ni siquiera quiso debatir con Cárdenas sus respectivas propuestas programáticas. Y Cárdenas no le estaba disputando la candidatura: sólo quería que se debatiera, dentro del mismo partido, el programa electoral para 2006. López ni se dignó contestarle. Nunca quiso debatir, nunca aceptó una entrevista con alguien que no fue simpatizante suyo, sus militantes más cercanos recorrieron medios antes de las elecciones de julio advirtiendo a los dueños de los mismos qué periodistas se podrían quedar y cuáles se tendrían que ir si ganaba su jefe. La lista de acciones y reacciones de grosera intolerancia podría continuar, pero los únicos que no las ven son los militantes del lopezobradorismo.

Ni López Obrador ni sus incondicionales pueden presentarse como progresistas o democráticos con esas credenciales. Por lo pronto, nuevamente mis respetos a Ruth Zavaleta, que lo puso en su verdadero lugar: no es un líder, es un buscapleitos de cantina.

Jorge Fernández Menéndez

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miércoles, enero 30, 2008

 

AMLO: "buscapleitos de taberna"

La presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, dio un paso más en su distanciamiento con el grupo que en el PRD simpatiza con Andrés Manuel López Obrador, al calificar al ex candidato presidencial de "buscapleitos de taberna".

En octubre hizo referencia a que el movimiento del político tabasqueño estaba al margen de la ley, luego que éste dijo que la legisladora se había equivocado al reconocer como Presidente a Felipe Calderón.

"Al frente de la Cámara he tratado de hacer un trabajo institucional, profesional, eficaz y eficiente.

"Me extraña ese tipo de comentarios de un político que yo consideré que podía dar un salto a ser un estadista y que con sus comentarios se rebaja a ser un buscapleitos de taberna", manifestó la diputada perredista a tres días del arranque de las campañas para renovar la presidencia nacional de ese partido.

Zavaleta respondió así a López Obrador, quien la víspera señaló que Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, "ahora anda de afanosito agarrándole la pierna al que se deja".

El ex jefe de gobierno del Distrito Federal, sin embargo, nunca mencionó a la presidenta de la Cámara de Diputados, pero hizo la declaración en el marco de la reunión de ésta con Mouriño, a quien recibió en San Lázaro para tratar asuntos de la agenda legislativa.

La diputada dijo ayer, no obstante, que los comentarios del tabasqueño se dieron a pregunta expresa sobre su encuentro con el secretario de Gobernación.

"En esta reunión, que se da previa al inicio del Segundo Periodo Ordinario LX Legislatura, se abordaron diversos temas pendientes de la agenda legislativa, y, en general, las posibles reformas en temas de seguridad y justicia, la reforma del Estado y la energética", informó por su parte Gobernación mediante un comunicado desde el lunes.

Zavaleta enfatizó ayer: "Pido respeto a todo el trabajo legislativo que realizamos los diputados, pido respeto a la representación que tengo como institución de un poder. No se valora el trabajo que se viene haciendo de manera profesional, y yo quiero que se valore ese trabajo, por eso exijo respeto."

Ésta no es la primera vez que recibe críticas desde su partido que la irritan. En octubre, el vocero del PRD, Gerardo Fernández Noroña, aseveró que la diputada había "entregado el cuerpo" al llamar Presidente a Felipe Calderón.

Sin embargo, el Comité Ejecutivo Nacional perredista reprobó la conducta de Fernández Noroña y condicionó por ello su cargo de secretario de comunicación.

En este contexto arrancará la carrera por la dirigencia nacional del PRD, a la que aspira Jesús Ortega, líder de la corriente Nueva Izquierda, de la que forma parte la presidenta de San Lázaro, y Alejandro Encinas, quien tiene el apoyo público de López Obrador.

Alejandro Sánchez, Excélsior

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¿Hasta ahora se da cuenta Zavaleta de la "calidad" de AMLO? Muchos nos dimos cuenta de su nivel (ex-priísta de quinta) desde que tomó pozos petroleros, luego por su paso como dirigente del PRD y, sobre todo, cuando "goberno" en el DF. Cada conferencia mañanera era una "joya" que evidenciaba su "nivel" como político.

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martes, enero 22, 2008

 

Nadie puede ser progresista y xenófobo

El deterioro ideológico de ciertos sectores del PRD que se autocalifican de progresistas, sin serlo en absoluto, tanto como el daño que le ha hecho a ese partido la hegemonía de un personaje tan conservador como López Obrador, se refleja en mucha cosas: por ejemplo, un connotado perredista y político a quien creo un hombre serio e informado, el viernes, durante un vuelo, me mostró un recorte de periódico que decía que en Kenia había habido dos mil 500 muertos luego de que el líder de la oposición desconoció las elecciones y sus resultados. Y me decía algo así como "nosotros no provocamos muertos con el voto por voto". Me pareció absurdo: no conozco en detalle el sistema político y electoral de Kenia, pero no me cabe duda de que no tienen un IFE ni leyes electorales estrictas ni que un millón de ciudadanos participaron en la organización de las elecciones y el conteo de votos ni hubo representantes de partido en todas y cada una de las casillas ni los medios estuvieron cubriendo cada centímetro del territorio nacional durante la jornada de elecciones.

Es ridículo querer comparar la situación que se vive en Kenia con la de México. En todo caso se le podría decir a este amigo que en Alemania Angela Merkel llegó al poder por una diferencia de votos mucho menor de la que separó a Calderón de López o que Al Gore reconoció su derrota porque así lo decidió la Suprema Corte de EU, aunque había obtenido más votos que George Bush y la elección en Florida no estaba decidida. En última instancia, lo que nuestra izquierda tiene que decidir es si prefiere construir un sistema similar a Kenia o a los de Alemania y Estados Unidos.

En temas mucho más delicados, las posiciones de parte de nuestra izquierda, que incluso había sido de las primeras en acercarse a los sectores socialdemócratas y, como se decía en aquellos días, los eurocomunistas (¿recuerda ustedes, por ejemplo, a los llamados "renos", los renovadores del PCM?), en muchos temas, ha sido regresiva: hoy defienden la concepción más cerrada en torno a asuntos energéticos, laborales, sindicales, los mercados y la globalización. ¿Cómo pueden explicar que el régimen legal en el terreno energético sea tan cerrado cuando incluso el gobierno de Corea del Norte ya lo modificó? ¿O que, apenas la semana pasada, Cuba y Brasil hayan firmado contratos petroleros para exploración de aguas profundas, sin que a nadie le preocupara en lo más mínimo la soberanía? Pero, siguiendo el totem y tabú de López Obrador, nuestra izquierda se convierte en un oscuro grupo conservador.

El ejemplo más claro de esa ramplonería conservadora es la actitud tomada por esos sectores con respecto a la nacionalidad de Juan Camilo Mouriño. Para empezar es mentira que Mouriño no es mexicano por nacimiento: el que haya nacido en Madrid no lo priva de ese derecho, como tampoco a otros millones de mexicanos que han nacido en el exterior. Con la tesis esgrimida por el perredismo y sus círculos más cercanos (la revista Proceso, cuyos editores no son precisamente descendientes de Moctezuma y siempre ha mantenido una actitud de amplitud notable hacia colaboradores nacidos en cualquier lugar del mundo, llegó a publicar en primera plana que Gobernación se había convertido en "un enclave español") todos los hijos de los millones de paisanos que viven en Estados Unidos no podrían ser considerados mexicanos y tampoco tendría nuestro gobierno que preocuparse por ellos. Lo mismo sucedería con los millones que han adoptado esa u otras nacionalidades y no pierden la mexicana. El recuento podría continuar, pero, en el pasado, se suponía que la izquierda era, en estos temas, un sinónimo de apertura, internacionalismo, aceptación gustosa del intercambio social, cultural, humano, de una visión que trataba de desterrar las fronteras, para fortalecer los valores de la universalidad, que crean Primera, Segunda, Tercera y Cuarta Internacional. Así se escribieron páginas negras, pero también algunas de las mejores de la historia, incluso de México, desde la de las Brigadas Internacionales hasta la apertura al exilio español, a quienes huían del nazismo y a los refugiados centroamericanos y sudamericanos. Ahora, la que se supone es nuestra izquierda, utiliza los mismos argumentos de la derecha más reaccionaria y xenófoba y, para colmo, lo hace mintiendo conscientemente sobre un tema, la nacionalidad de una persona y haciendo de esa mentira un argumento político.

Y todo eso se sustenta en otro argumento profundamente conservador: no importan las causas, sino el poder; no importan los principios, sino el pensamiento único e irrefutable del líder; incluso en esta lógica no importan ya las lealtades partidarias o ideológicas, que pueden ser intercambiables. Entonces, se inventan temas, se miente y se provoca al estilo de los grupos fascistoides: "La alternativa que se propone es el nacionalismo, el culto a los héroes y los líderes, y al final... el fascismo e irracionalismo brutal y la opresión de las minorías", diría Isaiah Berlin, quien agregaba que "los fines no son valores objetivos... Los fines no son descubiertos en absoluto, sino construidos, no se encuentran sino que se crean"...

Todo esto viene a cuento porque hoy comenzó, formalmente, el proceso interno del PRD para elegir a su nueva dirigencia. Hay varios aspirantes, pero ninguno de ellos, hoy, quiere deshacerse de ese lastre, aunque el interlineado de su discurso, en algunos de ellos, demuestra que el peso del mismo ya se les hace demasiado. Pero nadie lo dirá públicamente antes del 16 de marzo. Por lo pronto, los provocadores siguen su camino: el líder, sin lealtades partidarias, ya está construyendo otra fuerza política, por si fuera necesario deshacerse de su partido y, la izquierda, continúa enarbolando un discurso que está, en muchos temas, a la derecha de los sectores conservadores.

Jorge Fernández Menéndez

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lunes, enero 21, 2008

 

Un extraño enemigo

¡oh, gran mesías, sálvanos por favor de los capitales extranjeros que vienen a saquear nuestras riquezas!

Cartón de Paco Calderón publicado ayer domingo en distintos medios.

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sábado, enero 12, 2008

 

4 ex-priístas...

Les comparto el cartón de Paco Calderón publicado ayer en distintos medios.
4 ex-priistas peleando internamente en el PRD. ¿Esa es la izquierda mexicana que muchos siguen?

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Muñoz Ledo al FAP y echeverrismo de AMLO

Es difícil comprender por qué alguien puede sorprenderse por la designación de Porfirio Muñoz Ledo como coordinador del llamado Frente Amplio Progresista. Hace apenas dos años, Muñoz Ledo dejaba la embajada de México ante la Unión Europea donde había estado cinco años como representante del gobierno de Vicente Fox. Siete años atrás, lo pudimos ver saludando junto al propio Fox en la sede nacional del PAN, la noche del 2 de julio del año 2000. Poco antes habíamos visto cómo había competido contra Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, buscando la candidatura presidencial del PRD y, luego, la de la Jefatura de Gobierno del DF por ese partido. Como no consiguió ni una ni la otra, en plena campaña se transformó súbitamente en candidato presidencial del PARM y a un mes de las elecciones, cuando era evidente que no tendría ni siquiera el registro, lo dejó para sumarse a la campaña de Vicente Fox. Esperaba un puesto en el gabinete y no lo obtuvo, pero se quedó con una posición privilegiada: embajador ante la Unión Europea durante cinco años. Regresó a México buscando algo, decía que la SEP, no la logró y apareció rápidamente una vez más en los templetes, pero ahora pegado a López Obrador.

Nadie duda de la inteligencia de Muñoz Ledo, pero su discurso está ya acabado, porque el que fuera líder priista, el que defendiera públicamente a Díaz Ordaz ante la matanza de Tlatelolco, el operador de Luis Echeverría y luego de López Portillo, el verdadero cachorro de la Revolución de aquellos años, ha dado tantas volteretas políticas en los últimos años, ha modificado tantas veces su actitud, su discurso y sus posiciones de acuerdo con el aliado en turno, que resulta imposible saber con cuál Porfirio se habla. Pero en el último año no cabe duda: su posición ha sido la que diga López Obrador. Y eso ha sido recompensado.

Se puede entender que Jesús Ortega, pese a sus dudas e inconsecuencias a la hora de defender el discurso en el que realmente cree, de una izquierda moderna y tolerante, haya tenido que dejar la coordinación del Frente Amplio después de que declarara que buscaría la presidencia del PRD en contra de la voluntad de López Obrador o que, como consecuencia de la reforma electoral, el PT y sobre todo Convergencia, se alejaran de las posiciones de los líderes parlamentarios del PRD. Pero todo indicaba que su reemplazante en el FAP sería Manuel Camacho, otro hombre que ha tenido y vivido muchos giros dramáticos en su carrera política, pero que conserva un margen de coherencia y legitimidad mayor al de Porfirio y que ha hecho hasta lo imposible para que se lo viera como leal a López Obrador. Camacho, además, ha tratado de dejar entrever posibilidades de tejer nuevos esquemas políticos que pueden ser compartibles o no, pero que tratan de no encerrarse exclusivamente en la dialéctica del derrocamiento del régimen. Además, para nadie es un secreto la cercanía de Camacho con Marcelo Ebrard y las aspiraciones del jefe de gobierno capitalino de convertirse en candidato presidencial en 2012.

Pues bien, para López Obrador eso es demasiado. Con un solo gesto, no sólo desplazó a Ortega y Nueva Izquierda del FAP, sino que también descartó a Camacho y envió el mensaje a Ebrard de que él no se piensa mover de una lógica política que debe llevarlo a competir nuevamente por la presidencia en los próximos comicios. Muchos dijimos que la expectativa de Ebrard de convertirse en candidato, ya sea superando a López Obrador o porque éste le abriera el camino, era por lo menos ingenua: que Marcelo y Camacho estaban cometiendo los mismos errores que en el proceso de destape del 93-94. Un político conservador y autoritario como el tabasqueño jamás dejará un espacio como el que tiene, aunque con ello literalmente hunda a su partido.

Un hombre cercanísimo, por lo menos eso es lo que se dice, a Manuel Camacho, de quien fue un estrecho colaborador, y a Marcelo Ebrard; el mismo que organizó la imagen del lopezobradorismo en Estados Unidos, donde goza de prestigio y reconocimiento, escribió, este lunes, un texto, que constituye una dura crítica para el lopezobradorismo. Publicó Juan Enríquez Cabot algo que hemos dicho muchas veces: que López Obrador no lucha por lo nuevo. "Su reforma no es por mejorar la calidad de quienes ocupan pupitres o para generar miles de nuevas empresas. Es una lucha similar a la de Marcos. Lo que queda, para todos. El énfasis es en repartir lo existente, no en construir el futuro. Es volver a lo que no funcionó, al pase automático, la prebenda del Estado, al tlatoani que otorga vida y riqueza. Es una religión política que vigila contra el emprendedor, el sobresaliente, el que construye por sí mismo, sin permiso, sin deber favores. Es política diseñada, concluye Enríquez Cabot, post-revolución, para estabilizar, tranquilizar, moderar. Es la base misma del PNR y luego del PRI de Cárdenas. Es el modelo llevado al extremo por Echeverría. Es un modelo que suena atractivo, pero que no funciona. Es volver, una vez más, al pasado". Es una descripción precisa del lopezobradorismo. Y si Enríquez Cabot sigue siendo un hombre cercano a Camacho y Ebrard, ello exigiría que éstos, por lo menos, aceptaran esa definición y asumieran las suyas propias, alejadas del lopezobradorismo, si es que dicen representar algo nuevo. Por lo pronto, por más actos de contrición y disciplina de ambos, el tlatoani perredista los ha descartado.

Porque resulta obvio que López Obrador apuesta a la incondicionalidad, a quienes no tienen ya nada que perder o poco que ganar, y comparten sus convicciones ideológicas. ¿Y quién puede ser más echeverrista que Muñoz Ledo? Ebrard y Camacho, si quieren tener un futuro político propio, si coinciden que quien fue durante años su amigo y colaborador, tendrían que asumirlo y tomar sus propias definiciones.

Jorge Fernández Menéndez

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viernes, enero 11, 2008

 

Campo y TLCAN

"Cultivemos el trigo de nuestro pequeño campo, sin ocuparnos de la cebada que se eleva en el campo del vecino".
Marcel Prevost


Nuestros políticos han aprovechado nuevamente toda oportunidad para gritar: "Ahí viene el lobo". Ahora lo han hecho con motivo de la entrada en vigor este 1o. de enero del 2008 de la última etapa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el TLCAN.

En las últimas semanas hemos visto una verdadera avalancha de declaraciones de políticos en periódicos y otros medios de comunicación que nos anuncian que se aproxima el fin de la agricultura mexicana como consecuencia de la apertura total del mercado norteamericano para productos del campo.

Entre las declaraciones que he leído en los últimos días se cuentan algunas que señalan que se perderán millones de empleos por la apertura, que cientos de miles tendrán que migrar a los Estados Unidos, que la agricultura mexicana se desplomará, que los pobres del campo se multiplicarán, que los precios de alimentos subirán y que los precios de los alimentos bajarán (depende de quién lo diga).

La verdad es que estos escenarios catastrofistas son tan falsos como los que originalmente se lanzaron cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio.

Lo que está ocurriendo hoy es que se da el último paso en un acuerdo comercial que entró en vigor hace 14 años para eliminar lo que quedaba de aranceles en unos cuantos productos, entre ellos el maíz, el frijol y el azúcar. La principal atención se ha prestado al caso del maíz. Distintos grupos políticos han organizado movilizaciones para exigir que se cierren las puertas a la importación libre de maíz porque esto, supuestamente, amenaza no sólo nuestra agricultura sino nuestra identidad nacional.

Quienes organizan estas protestas, sin embargo, al parecer no se han dado cuenta que desde hace años México ha estado ya importando maíz libre de aranceles... y exportándolo también. ¿Por qué? Simplemente por el hecho de que así lo han exigido los mercados.

México es autosuficiente en maíz blanco, el cual se utiliza preferentemente para el consumo humano y en especial para la producción de tortillas. De hecho, vendemos un pequeño excedente a Estados Unidos, que virtualmente no tiene producción de maíz blanco.

La situación es completamente distinta en el caso del maíz amarillo. En éste tenemos y hemos tenido siempre un déficit por lo que importamos millones de toneladas al año de Estados Unidos. Este maíz amarillo no se utiliza en general para consumo humano sino como forraje para ganado y como insumo para la producción de alta fructosa. Hasta ahora la importación de este maíz estaba nominalmente sujeta al pago de un arancel, pero el gobierno ha ampliado unilateralmente los cupos de importación sin arancel debido a que necesitamos el producto.

A principios de este 2007, cuando se registró un aumento en la tortilla como reflejo de un alza en el precio del maíz en Estados Unidos, el gobierno mexicano tuvo que hacer malabares para traer a nuestro país una mayor cantidad de maíz amarillo. Para eso amplió los cupos de importación sin arancel. Ya estamos importando maíz sin arancel.

¿Que el campo mexicano es pobre? Claro. Pero eso no es culpa de una medida que apenas entrará en vigor este 1o. de enero o del Tratado de Libre Comercio que se ha aplicado a lo largo de los últimos 14 años y que ha permitido un aumento muy importante en las exportaciones de productos agropecuarios y alimentos de México a Estados Unidos.

La pobreza del campo mexicano es producto de otros factores. Uno de ellos es estructural. México no ha concluido la transición poblacional que todos los países del mundo han llevado a cabo en su proceso de desarrollo y que implica la transformación de una sociedad rural a una urbana. Quienes piensan que de alguna mágica manera México puede quedar exento de este proceso mundial simplemente están tratando de engañarse a sí mismos o a los demás. Lo que necesitamos como país es tomar medidas que permitan la generación de empleos en la industria y los servicios en el campo y no a tratar de mantener, a base de subsidios, una actividad agrícola; es imposible conservar 20 o 25 millones de campesinos en nuestro país.

La otra razón de la pobreza del campo mexicano es la fragmentación de la tierra. La reforma agraria, motivo de orgullo para tantos políticos, es responsable en buena medida de la pobreza del campo porque ha dejado la geografía mexicana desgarrada en parcelas diminutas, de un promedio de cinco hectáreas, que no permiten la inversión ni la productividad.

Éstas no son faltas del Tratado de Libre Comercio. Ni este acuerdo comercial traerá consigo este año el desplome de la agricultura nacional. Quienes lo anuncian sólo buscan el aumento de subsidios a sus organizaciones.

Subsidios

El gobierno de Estados Unidos gasta una enorme cantidad de dinero de los impuestos en subsidios al campo y especialmente al maíz amarillo. Esto es un abuso para los contribuyentes estadounidenses, pero los mexicanos nos beneficiamos. ¿Por qué? Porque tenemos que importar de todas maneras el maíz amarillo para forraje que no producimos. Si el gobierno estadounidense no diera estos subsidios, los mexicanos simplemente tendríamos que pagar más por este maíz y subirían los precios del pollo y la carne que consumimos.


Sergio Sarmiento

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jueves, enero 10, 2008

 

Pura demagogia y populismo

Les comparto un cartón de Paco Calderón.

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martes, enero 08, 2008

 

Apertura en maíz: ruido y hechos

Ni panacea ni cataclismo. La apertura en maíz en realidad va a cambiar poco el panorama que ya existe en el campo. Pese al ruido político que se ha hecho y que va a continuar por algunas semanas o meses, no se va a producir ninguna gran tragedia en el campo mexicano por la libre importación de maíz procedente de Norteamérica.

Si a partir de este enero se hubiera permitido la importación de maíz libre de arancel por primera ocasión; si no hubiese existido un recorte gradual de los impuestos a la importación desde 1994; si la producción dominante en el País fuera la de maíz amarillo y no blanco; si Bush no hubiera impulsado el uso del maíz para producir etanol; si no existiera un incremento de la demanda mundial; si no hubieran pasado todas esas cosas, otra sería la historia.

Pero todo eso ocurrió y ha dejado a los productores de maíz en condiciones favorables para enfrentar la apertura final del 2008 o, por lo menos, sin el riesgo de ser arrasados por las importaciones. La apertura a la libre importación de maíz es una oportunidad política y emocional para tratar de levantar nuevamente una corriente en contra del libre comercio.Pero vamos por partes para entender lo anterior.

Cuando arrancó el Tratado de Libre Comercio, en 1994, la cuota de importación al maíz proveniente de Estados Unidos era de 206.4 por ciento. El año pasado, el arancel que se pagó fue de sólo 18.2 por ciento. El cambio más importante ya había ocurrido. Pero además, se establecieron cupos para poder importar maíz libre de arancel, que fue de 2.5 millones de toneladas en 1994 y el año pasado ya fue de 3.6 millones con importaciones totales de maíz que se estiman en casi 8 millones de toneladas del año pasado.Si tuviéramos un mercado en el que la producción nacional no lograra colocarse y en el que llegara por primera vez y de manera masiva la importación, entonces la amenaza para los productores sería realmente muy grande.

La importación, fundamentalmente de maíz amarillo, no se ha hecho para desbancar la producción nacional, sino fundamentalmente para cubrir lo que no se produce en México y se han destinado a las industrias almidoneras, cerealeras, harineras, de frituras y al sector pecuario. A lo largo de los últimos años, ha cambiado la dieta de la población y hay un mayor consumo de maíz amarillo, procesado en la industria o usado como alimento para animales. Si la producción dominante en México fuera de maíz amarillo, la competencia con las importaciones sería diferente, pero el cultivo dominante es el de maíz blanco.

El otro factor que está presente en la coyuntura es la situación del mercado internacional, que ha tenido un cambio estructural en los últimos años. La demanda del maíz para la producción de etanol en Estados Unidos, así como el crecimiento de la demanda mundial como insumo pecuario por los cambios en los hábitos alimenticios de China e India, han determinado incrementos de precios de hasta 100 por ciento en un par de años. En nuestro País, de acuerdo con el Banco de México, el incremento de los costos del maíz como insumo para la producción fue de 48 por ciento en los últimos dos años. Esta coyuntura es muy favorable para los productores en un mercado en el que ellos tienen el control.

Pero además, en el debate que se ha producido en las últimas semanas, los grandes ausentes -como casi siempre- son los consumidores. Se habla de los cientos de miles de productores de maíz, pero nadie alza la voz por las decenas de millones de consumidores de este grano en México. Desafortunadamente, las condiciones del mercado internacional van a impedir que la eliminación total del arancel signifique una reducción de precios.

Este cuadro no implica que a los productores de maíz en el campo mexicano les esté yendo bien de manera generalizada. Hay la polarización que es casi costumbre en México. Mientras productores como los de Sinaloa se benefician de los subsidios y son altamente competitivos, con empresas rentables, hay cientos de miles que siguen produciendo en condiciones de atraso y que utilizan una buena cantidad para el autoconsumo, directa o indirectamente, alimentando con él a los animales de traspatio que tienen. Esa condición de atraso del campo mexicano ni va a empeorar ni va a ser resuelta con la apertura. Para cambiarla se necesitaría una nueva vocación agrícola para cultivar productos más rentables así como el desarrollo de actividades industriales en el campo.

En contra de lo que se cree, la reducción relativa de la población en el campo ha sido mínima, de apenas 3 puntos porcentuales desde que existe el TLCAN y los 25 millones de personas que lo habitan requieren de una nueva vocación productiva.

Perfiles del campo
En esta década, el crecimiento de la producción de maíz alcanza 6.3 millones de toneladas, y las importaciones aumentaron 2.3 millones, casi sin modificación en la estructura total de consumo.

Enrique Quintana
enrique.quintana@reforma.com

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domingo, enero 06, 2008

 

Apertura agrícola del TLCAN

Les comparto el excelente cartón de Paco Calderón publicado en distintos medios el día de hoy.
Lo que realmente quieren esas seudo organizaciones campesinas es conservar los subsidios que han recibido por décadas de parte del gobierno mexicano. Dinero que ha enriquecido a los "líderes" pero ha mantenido al campo mexicano en el atraso y abandono.

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Avatares del petróleo

De todas las profecías para el 2008, la previsión de que el precio del barril de petróleo alcanzaría los 100 dólares se cumplió en menos de 48 horas. A la medianoche del 2 de enero, el barril de petróleo empezó a cotizarse a 99.62 dólares en el mercado a futuros de Nueva York.

El alza del precio del petróleo culmina una tendencia de largo plazo, resultado del notable incremento del consumo de energéticos en China y otros países del sudeste de Asia en los últimos 10 años. A corto plazo, es producto de acontecimientos menos previsibles, como la inestabilidad política en Iraq, Paquistán y en Nigeria, el mayor productor de petróleo en África.

Es imposible minimizar la importancia de los avatares del petróleo. Como establece Daniel Yergin en su detallada y brillante historia de los energéticos -"The Prize"-, a partir de 1859, cuando el petróleo empezó a explotarse industrialmente, los hidrocarburos se convirtieron en el cimiento de nuestra sociedad industrial.

Desde entonces, la carrera por el control del petróleo ha desencadenado invasiones, decidido el perfil de la diplomacia de países grandes y pequeños, los contornos de la geopolítica mundial, determinado el destino de conflictos como la Segunda Guerra Mundial (que hubiera seguido un curso diferente sin la carencia de hidrocarburos de Alemania y Japón), y creado una estrecha e involuntaria interdependencia entre todas las naciones del planeta.

Pretender construir sobre el petróleo un proyecto autárquico de nación o, como proponen algunos, erigir una política petrolera al margen del mercado mundial, son sueños de opio. Ni siquiera el mayor consumidor de petróleo, que es además una potencia mundial sin competidores, como Estados Unidos, tiene la capacidad de determinar el precio del petróleo o de ser autosuficiente. Norteamérica consume una cuarta parte de la producción mundial de petróleo, pero posee menos del 3 por ciento de las reservas probadas.

Sólo unos cuantos países, que concentran las reservas de un recurso que está especialmente mal distribuido geográficamente poseen en teoría la capacidad para determinar la producción, distribución y el precio de los energéticos. Entre ellos, Saudi Arabia, las naciones de la OPEP o Rusia. Una capacidad teórica, porque en la dura realidad, ninguno de estos países puede dar la espalda al resto del mundo: sus principales ingresos provienen de sus exportaciones de energéticos, y dependen de sus importaciones para mantener un nivel de vida aceptable para sus habitantes y apuntalar la eficiencia de sus industrias petroleras.

Rusia es un ejemplo inmejorable de esta inevitable interdependencia. El afán autárquico de los soviéticos dejó en ruinas a la industria energética rusa. Su modernización hubiera sido imposible sin la participación de las grandes compañías petroleras, como Shell o BP -las grandes villanas de la historia del petróleo. Aunque Moscú ha recuperado el monopolio de la distribución del gas -a través de Gazprom, que cubre más del 25 por ciento de la demanda europea de gas natural- y cancelado recientemente contratos con Shell y otros gigantes energéticos, ha reconocido que necesita su cooperación para explotar yacimientos de difícil acceso. En octubre, el Kremlin anunció la firma de un acuerdo con la empresa noruega StatoilHydro para la explotación de Shtokman, un inmenso yacimiento de gas en el Ártico.

Pesimistas y optimistas difieren en sus cálculos sobre la extinción futura de los hidrocarburos. Algunos anuncian un fin próximo -para mediados del siglo 21. Otros consideran que habrá energéticos suficientes para toda la centuria. Entre otras cosas, los optimistas (véase The Economist, 30 de abril de 2005), señalan que la tasa de recuperación, que hace unos decenios era de tan sólo 20 por ciento, es ahora de 35 por ciento, y puede elevarse considerablemente. La tecnología moderna permite, por lo demás, explotar yacimientos situados a grandes profundidades bajo el mar o en zonas de difícil acceso, como Alaska. Lo cierto es que dado que el desarrollo de fuentes alternativas de energía está en pañales, la marcha del mundo moderno dependerá del petróleo y el gas, mientras haya yacimientos explotables.

¿Qué puede hacer una potencia petrolera media, como México, en el actual panorama energético mundial? En primer lugar, dejar de asumirse como un país irremediablemente pobre y débil. México tiene una envidiable posición geoestratégica, muchos más recursos que las potencias petroleras del Medio Oriente montadas en dunas de arena, y la posibilidad de que Pemex deje de ser una cita al pie de página en libros como el de Yergin y siga el ejemplo de la empresa brasileña Petrobras.

El poder energético ha pasado de las manos de las grandes empresas privadas a gigantes estatales como Gazprom, Aramco -la empresa saudí-, StatoilHydro y Petrobras. Entre ellas controlan el 80 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y el 50 por ciento de las gaseras. Industrias eficientes y modernas, que establecen acuerdos con otras empresas en cualquier rincón del planeta y contratan, con ventajas y condiciones, los servicios de cualquier transnacional para la explotación de sus recursos energéticos. Industrias que han echado por la borda ideologías anacrónicas, disfuncionales y despegadas de la realidad, y principios que pretenden salvaguardar cimientos de "soberanías nacionales" de pacotilla, a espaldas de los verdaderos intereses nacionales y de la oportunidad de ocupar un lugar central en la geopolítica del siglo 21.

Como Petrobras y Gazprom, Pemex debe establecer acuerdos con empresas transnacionales o estatales para explotar racionalmente sus recursos energéticos, absorber las tecnologías de las que carece, y aprovechar el alza de los precios del petróleo. No hay otro camino.

Isabel Turrent
iturrent@yahoo.com

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viernes, enero 04, 2008

 

Inconstitucional

"No interfieran en nada con la Constitución. Debe mantenerse tal cual es porque es la única garantía de nuestras libertades".
Abraham Lincoln


La Constitución no puede ser declarada inconstitucional. Esto es lo que nos dice la tradición jurídica mexicana y esto es lo que afirman los jueces que han rechazado, por notoriamente improcedentes, las demandas de amparo en contra de las nuevas disposiciones de la Constitución en materia electoral.

Rechazar un amparo por "notoriamente improcedente" tiene muchas ventajas para un juez. No hay que estudiar el caso, no hay que trabajarlo. Simplemente se aplica una regla previa e inamovible una vez que se determina que el amparo se promueve en contra de una disposición de la Constitución. Poco importa que esta disposición viole otras partes de la misma Constitución.

Más de 70 demandas de amparo se han presentado contra las disposiciones incluidas en la Constitución el pasado mes de noviembre en la nueva reforma electoral. Todas afirman que las nuevas normas violan el artículo 6 de la Constitución que establece que "la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa". Los nuevos artículos de la Constitución, sin embargo, establecen precisamente estas inquisiciones y le dan al nuevo Instituto Federal Electoral facultades de censura. Hasta el 29 de diciembre, sin embargo, sólo un juez, el primero de distrito en Ciudad Victoria, Tamaulipas, había dado entrada a la demanda para analizar el fondo del asunto.

Independientemente de cuál sea la posición que tengamos sobre las nuevas disposiciones electorales -y yo me opongo tanto a ellas que me he unido a la demanda de amparo promovida por Federico Reyes Heroles por lo que reconozco mi posición de parte interesada- los gobernados debemos conocer los riesgos de mantener el dogma de que ninguna disposición de la Constitución puede ser considerada inconstitucional. Esta doctrina nos deja indefensos a los gobernados ante cualquier abuso que la clase política pueda acordar por un número suficiente de votos.

Nuestra Constitución es un amasijo largo, complejo y cambiante de disposiciones. La primera parte es una verdadera Constitución, puesto que se limita a establecer garantías a los derechos individuales. En sus artículos posteriores, sin embargo, el documento se convierte en un mal remedo de una ley secundaria y busca ordenar desde los espacios para mercados públicos y centros de esparcimiento que deben establecer las empresas con más de 200 trabajadores -sí, eso dice el artículo 123- hasta los minutos exactos que los partidos políticos se repartirán en tiempos de radio y televisión en campañas electorales. Mientras que la Constitución de Estados Unidos cuenta con sólo siete artículos y 27 enmiendas en más de 200 años de existencia, la mexicana tiene 136 artículos principales y decenas de transitorios y ha sido enmendada más de 400 veces desde 1917.

Desde hace tiempo algunos juristas mexicanos han señalado que existe una diferencia entre los artículos dogmáticos de la Constitución, los que establecen las garantías individuales, y los demás. Han cuestionado la facultad de los políticos de hacer enmiendas a la Constitución que violen las garantías fundamentales. Estos cuestionamientos, sin embargo, no han sido puestos a prueba en la ley de amparo, que es el único instrumento que tenemos los gobernados para combatir los abusos de la autoridad en nuestra contra.

Quienes presentaron denuncias de amparo contra las nuevas disposiciones constitucionales de la reforma electoral conocían estos antecedentes y estaban conscientes de que los jueces tendrían miedo de entrar en el tema. En los próximos días se presentarán recursos de revisión y lo ideal sería que la Suprema Corte atrajera estos casos y determinara cuáles son los límites al poder del Constituyente Permanente de modificar la Constitución cuando viola las propias garantías individuales que la Constitución establece.

Si esto no se hace, la clase política podrá violar impunemente cualquier derecho individual. Se requerirá solamente de una mayoría de dos terceras partes en el Congreso de la Unión y de mayorías simples en la mitad más uno de los congresos locales para eliminar el derecho a la propiedad o a la libertad; para despojar a los comunistas o a los socialistas, a los judíos o a los negros, a los musulmanes o a los evangélicos de sus derechos.

Estoy convencido de que las nuevas disposiciones de la reforma electoral son negativas para los gobernados. Pero más me preocupa el que dejemos que se siente el precedente de que el poder de la clase política no tiene límites, que puede despojarnos a los gobernados de nuestros derechos cuando ella quiera. Es importante que la Suprema Corte de Justicia nos diga si cualquier enmienda a la Constitución es legal... aun cuando viole los preceptos fundamentales de la propia Constitución.


Sergio Sarmiento

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