jueves, octubre 30, 2008

 

Pide PRI 'congelar' canasta básica

De acuerdo con los legisladores tricolores con el congelamiento de precios se evitará el aumento de la desigualdad entre la sociedad

Claudia Salazar, El Norte


Ciudad de México  (30 de octubre de 2008).-   El grupo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados promoverá hoy un punto de acuerdo para que el Poder Ejecutivo decrete el control de precios en los productos de la canasta básica.

Presentado por el sector obrero, los diputados priistas piden que haya un control de precios en tanto no existan condiciones de una verdadera y sana competencia entre los productores y comercializadores de bienes y servicios básicos que componen la canasta básica.

El diputado, Patricio Flores Sandoval, vocero de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), indicó que ante los efectos de la crisis económica, el Ejecutivo debe tomar medidas para evitar la escalada de precios y el aumento de la desigualdad entre la sociedad.

"Se debe reconocer la necesidad de asumir una política pública que contrarreste el incremento de precios en la canasta básica, ya en lo que va de este año se ha observado el encarecimiento de los productos de primera necesidad.

"Se considera necesario que la Cámara de Diputados exhorte el Ejecutivo federal para hacer frente a un estado de emergencia económica en el que se encuentran millones de familias mexicanas e implementen a la brevedad mecanismos de control de precios para los artículos de la canasta básica y se instaure de una vez con un sólo salario mínimo en la República mexicana", señala el punto de acuerdo que será presentado por Flores Sandoval.

Por su parte, el diputado, Juan Carlos Velasco, adivirtió que el control de precios es una obligación de la Secretaría de Economía y que la Profeco debe precisar los artículos de la canasta básica con el fin de actuar y sancionar a los especuladores que aumenten precios en estos momentos de crisis.

"La inflación va hacia arriba, los alimentos van hacia arriba y por eso ante el alza de los alimentos es necesario el control de precios", dijo en conferencia de prensa.
 
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¿Así o más populismo?
¿Esos legisladores no vivieron los 70's y 80's? ¿No aprendieron nada? Deberían agarrar cualquier libro de macroeconomía y aprender un poco sobre las curvas de oferta y demanda. Pero eso sería pedirles mucho, ¿no? Los controles de precio solo causarían escasez si no se dan subsidios a los productores. ¿Y de donde saldría el dinero para esos subsidios? Del Erario, de los impuestos de quienes estamos cautivos. No hay lonche gratis.

martes, octubre 28, 2008

 

Lujo en país de pobres

No fue reforma energética. Tampoco una reforma profunda de Pemex. Las modificaciones serán, en el corto y mediano plazo, insuficientes. Dentro de no demasiados años, un lustro quizá, el asunto se tendrá que abordar de nuevo. Los legisladores que hicieron esta reforma no estarán allí para enfrentar el éxito o fracaso de su moción. Una vez más habrá nuevos legisladores aprendices. Y, sin embargo, el País avanzó. Me explico. Si se evalúan las posibilidades de allegar capital fresco a las actividades de exploración, refinación y transportación, se podría decir que fue un fracaso. No hubo un viraje en la concepción estatista de la actividad energética y eso en sí mismo nos retrasa en relación al mundo. Pemex seguirá siendo un caso excepcional de cerrazón a la inversión privada.

La inversión inyecta a las compañías petroleras muchos beneficios: se comparten los riesgos en exploración, sobre todo en aguas profundas; se incentiva la modernización tecnológica y, lo más importante, se liberan recursos. Esta batalla se perdió. Los legisladores decidieron fortalecer la entidad estatal con dineros públicos.

Sin caer en el fundamentalismo privatizador, admitamos que es la última oportunidad de que el esquema funcione. Una empresa pública bien administrada, con pesos y contrapesos, con controles, pero también con flexibilidad administrativa, puede traer frutos. Pero hay un costo, sobre todo en un país pobre. En ese sentido es una apuesta riesgosa, pues en lugar de seguir el camino que ha tomado el resto del mundo, México decide reinventar su propio y único destino. Veremos.

Sin embargo, insisto, hay avances. La nueva composición del Consejo de Administración, con los cuatro consejeros profesionales y las limitaciones a los representantes sindicales, acerca a Pemex a cierta modernidad en su máxima instancia de gobierno. La autonomía de gestión, que en pocas palabras implica modificar la forma de extracción de recursos que el fisco hace de Pemex, ya no se llevará 11 años, sino siete. Así que más vale que los legisladores vayan pensando de una vez como recaudar más. También hay avances en la normatividad de adquisiciones. En fin, la lista de puntos positivos ha sido expuesta en reiteradas ocasiones.

Se preguntará el lector, ¿si la reforma es a todas luces insuficiente, cuál es el avance?

Por primera vez en la historia moderna del País de los tres partidos políticos nacionales tuvieron que exponerse a un bombardeo de argumentos sobre la ineficiencia de esa entidad y sus costos. Aunque la palabra "privatización" empañó mucho el debate, al final del día los legisladores del PRI y PRD tuvieron que admitir criterios globales para evaluar la condición de esa entidad estatal. Por primera ocasión desde ese mito fundacional del Estado mexicano que es la nacionalización del petróleo, Pemex fue llevado al quirófano y se tuvo que admitir la gravedad del paciente.

Recordemos que cuando la discusión comenzó ni siquiera se hablaba de la caída en las reservas, de la importación de las gasolinas, de los costos de la refinación, de la dificultad de perforar en aguas profundas, del déficit tecnológico de la empresa, etc. La opinión pública y los muchos legisladores desconocían los problemas reales del sector. Todo era ideología: si se eliminara la corrupción, si se bajaran los sueldos de los altos funcionarios, si se aplicaran medidas de austeridad, bla, bla, bla. De todo eso hay algo de realidad, sobre todo en corrupción, pero había mucho más de demagogia. Recordemos que se pretendió bloquear el debate, es decir que en México el tema era tabú. Recordemos que el radicalismo de AMLO amenazó con impedir físicamente, con violencia, la discusión, porque de entrada ya se conocían las intenciones "privatizadoras" de la entrega de nuestros recursos a los extranjeros y a las "grandes compañías". De allí venimos, de un barbarismo político verdaderamente vergonzoso.

El asunto recuerda cuando los diputados, no hace demasiados años, defendían el déficit presupuestal como una estrategia justiciera. Eran premodernos, hoy pareciera una broma, pero así fue. En el máximo simplismo se busca siempre a un ganador y hoy se dice que fue AMLO. Para nada, ganó la fracción moderada del PRD y ésa es una muy buena noticia.

Recordemos que el propio AMLO decía que ese tema era suyo, que la crisis de Pemex era conveniente, pues él llegaría a resolverla en el 2012. Con todo y sus "adelitas" y sus amenazas de violencia perdió frente a los moderados que, al fin y al cabo, se montaron sobre una discusión racional. Si PAN y PRI se hubieran ido solos, habrían puesto a los radicales en bandeja de plata el argumento "privatizador" y hubieran unificado al PRD en contra. Ganó también el PRI "nacionalista" en su papel de bisagra y por supuesto ganó el PAN y el Presidente, pues con esa alianza centraron la discusión y no dan margen a la demagogia radical.

La reforma es insuficiente; en pocos años se demostrará que ciertas áreas se tienen que abrir. Pero quizá lo más grave es que se perdió de foco el meollo: la aplicación de los muy escasos dineros públicos debería encauzarse a áreas donde la inversión privada no puede suplir al Estado.

Liberar a Pemex del peso de los Pidiregas fue muy bueno para esa entidad, pero esa deuda disfrazada la absorbió el erario. Invertir en exploración, refinerías, oleoductos, etc., puede ser correcto si no se tienen otras necesidades más apremiantes. No es el caso. Ésa es la discusión de fondo. Con casi 14 millones de mexicanos viviendo en pobreza extrema, impedir la entrada de recursos frescos es un lujo, un lujo estatista, un lujo de posesión, un lujo inhumano.
 
Federico Reyes Heroles
 
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Yo calculo que en 2 o 3 años será evidente que esta mini-reforma fue un fracaso. Cuando no se logre aumentar la producción petrolera y dejemos de exportar crudo. Al tiempo.

lunes, octubre 27, 2008

 

¿Fuero parlamentario o patente de corso?

Tiene que existir una cierta capacidad de resignación o quizás de masoquismo. Pero no deja de asombrar que López Obrador haya calificado a los senadores que votaron por la reforma energética, incluyendo la enorme mayoría del PRD y el FAP,  de "mayordomos de los potentados y sirvientes al servicio del extranjero" y que ninguno, comenzando por los de su partido, le haya contestado en forma directa a alguien que los está insultando sin disimulo alguno.

La actitud es más incomprensible aún cuando luego de los insultos, diputados como Alejandro Chanona de Convergencia, terminen intentando hacerle el juego al propio López Obrador y pidan que el martes "sea recibido" por la mesa directiva de la cámara de diputados para exponer sus argumentos. En realidad, lo que sucede con muchos legisladores es que no tienen el menor respeto por su propia investidura. Si el señor López Obrador tenía algo que exponer ante los congresistas tuvo tres meses de una costosa y en buena parte inútil consulta que fue realizada precisamente como demanda del propio López y los partidos del FAP a lo que no quiso concurrir. Es más vergonzante en el caso de Convergencia porque, primero para exponer esos puntos fueron elegidos Chanona y otros 499 diputados y peor aún porque la plataforma con la que fueron elegidos los legisladores de Convergencia, el programa propuesto por el propio partido para las elecciones del 2006, como se puede consultar en su propia página de internet y en el IFE, es una plataforma en la que se propone una amplísima intervención de la iniciativa privada en la industria petrolera y en la energética en general. Entonces a quién se le debe creer ¿a lo que plantearon esos legisladores para ser elegidos en sus cargos?¿a lo que declaran ahora ante los medios o a lo que votan en el congreso?

El propio líder de Convergencia, Dante Delgado, estuvo a punto de liarse a golpes con otros dos legisladores el jueves, quejándose de la presencia de la Policía Federal resguardando la sede alterna del Senado, pero no tuvo ni una palabra contra el grupo de manifestantes (un puñado encabezados por el propio López, que actuaron en las calles del DF, como se ha vuelto costumbre, con total impunidad) que impidieron al senado sesionar en su sede e incluso, una vez más con tolerancia de las autoridades capitalinas, ni siquiera permitieron llegar a los senadores a la casona de Xicotencatl. Es más, Layda Sansores, la beligerante diputada de Convergencia intentó ingresar por la fuerza al recinto alterno del Senado para evitar que la cámara alta sesionara, acompañada por otro grupo de legisladores, que fueron llevados a la propia sede alterna, entre otros, por los propios senadores de Convergencia, por la perredista Yeickol Polenvsky, Rosario Ibarra y Ricardo Monreal. Y luego esos mismos senadores, incluyendo a Delgado, han pedido la renuncia del secretario de seguridad pública federal, Genaro García Luna, por implementar un operativo que resguardara la posibilidad de que su propia cámara pudiera funcionar. Sansores, el diputado Gerardo Villanueva y las diputadas Aleida Alavés y Valentina Batres, intentaron forzar, una y otra vez el cordón policial y aseguraban que tenían fuero parlamentario para ello.

En realidad, el trabajo realizado por la PFP para garantizar la sesión, a pesar de los insultos y agresiones que recibieron los policías, entre otros de los citados diputados, fue ejemplar, porque preservar el recinto se lo había ordenado el presidente de la mesa directiva del propio senado, quien tiene que velar según el artículo 61 constitucional, "por la inviolabilidad del recinto" donde se reúnan a sesionar sus pares. Dice el mismo artículo que el presidente de la cámara debe velar porque se respete el fuero constitucional. Pero se olvidan algunos legisladores que el fuero no es una patente de corso, ni una carta franca para delinquir. Según la constitución, otra vez el artículo 61, "los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas". Nada menos pero tampoco nada más: el fuero no es un argumento para conducir borracho, para hacer exhibiciones en lugares públicos, para bloquear calles y mucho menos para impedir el funcionamiento de las instituciones. Si alguno de estos legisladores se pregunta porqué hoy tienen un grado de aceptación tan baja entre la población deberían, entre otras cosas, revisar el tema del fuero: la gente, con toda razón, se indigna cuando ve a un legislador o legisladora, que nos cuesta, en promedio, poco más de un millón de pesos por mes cada uno de ellos, convertido en un hooligan o un vulgar peleador callejero, cuando en vez de defender sus posiciones partidarias se dedica a tomar tribunas o a ser utilizado (argumentando que no puede ser "tocado" porque tiene "fuero") como ariete por un grupo de vándalos que buscan impedir que el congreso funcione.

Se trata, en última instancia de tener un poco de respeto por sí mismos, y por su propia investidura. Para exigirle a los demás ser respetados se debe comenzar, como dirían las abuelitas, por ser respetuoso consigo mismo. Se esté o no de acuerdo con la reforma energética, las cámaras, sobre todo la de senadores, terminaron trabajando de forma ejemplar en torno a ella y la enorme mayoría dieron una muestra de buena labor parlamentaria, que esperemos se repita en San Lázaro mañana. Pero no estaría de más que los propios legisladores, que tanto y en tantas ocasiones han votado leyes para poner controles y límites a los otros poderes, comenzaran por legislar aunque sea en ese punto sobre sí mismos: sobre lo que puede y no puede hacer un diputado o un senador, sobre lo que debe ser entendido como el fuero parlamentario y lo que se convierte en una simple coartada para violar las leyes y no ser sancionado como cualquier otro ciudadano.

Por: Jorge Fernández Menéndez
Publicado en: Periódico Excelsior Fecha: Lunes, 27 de Octubre de 2008

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A ver si les sirve de experiencia y dejan de confiar en AMLO. Sobre todo los priístas y panistas. Ahí está, la minireforma de PEMEX quedó más parecida a lo propuesto por AMLO y el FAP a lo que originalmente propuso el Presidente Calderón. Siempre buscando el consenso (cosa que no es sinónimo de democracia) y que el PRD participara. Pero al final como quiera dice AMLO que es privatizadora y esta haciendo su "resistencia pacífica". Mejor hubieran aprobado algo que sirviera más al país si de todos modos AMLO a todo dirá que no. Ya es más que obvio que no le interesa México, le interesa llegar al poder. Le interesa que al actual gobierno le vaya mal para tener más argumentos para volver a participar en el 2012. Al tiempo.


jueves, octubre 23, 2008

 

No es la reforma que el país necesita

Hoy se discutirá y se supone que aprobarán en el senado de la república los siete dictámenes que conforman la reforma petrolera. ¿Es esta la reforma que el país necesita?. Por supuesto que no, se queda corta en demasiados aspectos y lisa y llanamente no contempla otros, desde la participación privada en áreas de apoyo a la industria hasta la generación, impulso e inversión en energías alternativas. ¿Es positiva la reforma?. En algunos puntos sí: la liberación de PEMEX de los candados que le coloca Hacienda, pudiendo así invertir gradualmente en su propio desarrollo; la posibilidad de encontrar mecanismos para la explotación de los yacimientos en aguas profundas; la participación de consejeros independientes en la administración de la empresa, son aspectos positivos, pero que sirven sobre todo para reordenar la empresa y el sector.

Veamos el tema de las refinerías. Allí reina la más absoluta insensatez. Se ha mantenido y reforzado la concepción de que no puede haber inversión privada en refinerías, sin embargo, PEMEX ya tiene socios privados en refinerías, el único detalle es se encuentran en Houston, Texas, allí generan los empleos, allí pagan impuestos y allí se produce el 40 por ciento de combustible que utilizamos en México. Entonces para nuestros legisladores, sobre todo para el PRD y parte del PRI, es más nacionalista refinar el crudo mexicano en el exterior que hacerlo dentro del país.

Ayer escuchaba a un diputado perredista decir que la demostración de que en ese tema ellos y López Obrador tenían razón era que finalmente el presidente Calderón había decidido construir una nueva refinería en México con recursos públicos. En realidad es una demostración de que esos sectores y particularmente López Obrador están equivocados. Se tendrán que invertir 12 mil millones de pesos de recursos públicos en una refinería porque se cerró la posibilidad de que la construyera la iniciativa privada. Y por supuesto que con dinero del presupuesto se pueden construir una, dos o diez refinerías. El tema es que los recursos públicos son finitos y hubiera sido preferible utilizarlos en programas sociales, en infraestructura básica, en educación y salud, en lugar de en una refinería que simplemente haría lo mismo que lo que ya hace la que está en Houston (o la de los otros diez países donde se procesa petróleo mexicano y a los que les compramos gasolina y otros petroquímicos). Presentándose como una propuesta que "preserva" el patrimonio de los mexicanos, en realidad, la cerrazón en estos puntos coadyuva a dilapidarlos.

Lo mismo pasa con el sistema de ductos: ¿alguien puede explicar cómo afecta la soberanía nacional y la propiedad pública sobre PEMEX el que la iniciativa privada construya ductos para transportar el crudo y sus derivados, mismos que hoy se transportan en camiones, que son también privados?. Por supuesto que en nada, en todo caso tendrán que estar agradecidos los transportistas de carga que se encargan con un costo mucho mayor y con mayor riesgo para la gente y las comunidades a transportar esos productos por tierra. Otro legislador, también perredista, decía que permitirle a la iniciativa privada construir ductos pondría la distribución del crudo en manos de la iniciativa privada y ella podría decidir cuándo cerrar o no la llave. Es una tontería monumental: como cualquier otra área estratégica (desde los aeropuertos hasta las áreas de comunicación) el Estado en una emergencia o situación de riesgo puede tomar control de la misma. Pero en este caso ni siquiera hubiera sido necesario eso porque sería simplemente un servicio subsidiado.

Podríamos seguir con muchos otros capítulos que demuestran que esta reforma no es la solución que PEMEX requería, que se tendría que haber ido mucho más allá y no se hizo. Y no se hizo por razones estrictamente políticas, en las cuales las necesidades de PEMEX o del país, estuvieron al margen. En los hechos la idea, sembrada por López Obrador, de que se estaba privatizando PEMEX, aunque fuera irracional y no se apoyara en un solo dato, permeó en la gente que sigue concibiendo a PEMEX como un tótem intocable, aunque a lo largo de los años ha sido más manoseado y utilizado para intereses particulares que cualquier otra empresa pública del país. La idea de que se quería privatizar PEMEX, como muchas otras de esos sectores, no sólo no son nacionalistas, ni responden a los intereses populares sino que son profundamente conservadoras: en realidad lo que se busca es preservar privilegios, evitando la apertura en cualquier sentido. El hecho de que la reforma es insuficiente lo proporciona un solo dato: la industria petrolera de México es la más cerrada del mundo, aún después de la reforma, incluso por detrás de Corea del Norte, y por supuesto muy atrás de Irán, Cuba o Venezuela.

Eso no quita que, como dijimos, incluya algunos capítulos positivos o que, políticamente, casi siempre será preferible que se pueda llegar a acuerdos legislativos que a enfrentamientos partidarios sin salida, sobre todo cuando estamos a meses de una elección intermedia. En ese sentido hay quienes ganan y pocos son los que pierden: en el PRD, ganan los moderados, que demostraron que pueden sacar acuerdos que no se alejen de las posiciones históricas de su partido. Pensará López Obrador que en realidad él ganó porque impuso por la fuerza negociaciones y tiempos que podrían haberse evitado con meses de anticipación. El PRI es quien más gana: sacó una reforma en la que impuso casi todo y volvió a quedar con gozne entre el gobierno y el perredismo. Y el gobierno federal piensa que también ganó porque salió la reforma, aunque sea parcial y le sirve, sobre todo en estos momentos de crisis financiera, para solventar su programa económico anticíclico. Lo que no queda claro es si gana el país.

Por: Jorge Fernández Menéndez
Publicado en: Periódico Excelsior Fecha: Jueves, 23 de Octubre de 2008


martes, octubre 21, 2008

 

Contra México

"Un consenso significa que todos acuerdan decir colectivamente lo que nadie cree en lo individual".
Abba Eban
 
 
La clase política nacional está presentando como triunfo un acuerdo que en realidad representa una gran derrota para los mexicanos. Es positivo que los dirigentes de los tres principales partidos políticos hayan llegado a un aparente consenso para aprobar una reforma energética, pero esta reforma tan parchada no es la solución para las urgentes dificultades de la industria petrolera nacional. Por el contrario, pronto se convertirá en parte del problema.

La razón por la cual México necesitaba una reforma petrolera -la energética ni siquiera ha empezado a discutirse- es para promover una mayor inversión. Nuestros senadores, sin embargo, están ofreciendo modificaciones a la ley que no generarán las inversiones que el país necesita.

La reforma pactada sigue permitiendo la inversión privada en extracción de petróleo, la cual, en realidad, nunca ha dejado de existir. Lo único que ha hecho es ordenar que los pagos a los contratistas sean fijos y en efectivo en vez de variables y con incentivos por desempeño.

Sólo un político mexicano puede suponer que un contrato con pago variable, que premie los buenos resultados de un proyecto, sea una amenaza para la soberanía nacional, mientras que el mismo contrato con pago fijo resulte un baluarte del nacionalismo revolucionario. Pero, bueno: nadie se hará nunca rico apostando a la inteligencia de nuestros políticos.

Los senadores y demás políticos están presentando esta prohibición a los contratos de desempeño como un gran triunfo. "Hemos impedido la privatización de nuestro petróleo", nos dicen. Para los mexicanos comunes y corrientes, que somos los verdaderos dueños de Pemex, esto quiere decir que se nos obligará a pagar más por contratos que obtendrán peores resultados.

Cualquier empresario podría haberles dicho a los políticos que un conejo corre más si tiene una zanahoria enfrente, que los vendedores se esfuerzan más si reciben una comisión por sus ventas y que los trabajadores son mejores y más laboriosos cuando se les reconoce el desempeño con un premio. Lo anterior no es novedad para algún estudiante de primer año de psicología. Una de las mayores aportaciones de B.F. Skinner a las ciencias de la conducta fue demostrar que el reforzamiento positivo -esto es, el premio- es un incentivo mucho más poderoso que el castigo.

Si los políticos se asustaban ante la posible privatización del petróleo, la solución era tan sencilla como mantener en la Constitución la actual prohibición a que los hidrocarburos en el subsuelo sean propiedad privada. Pero en lugar de ratificar la prohibición a la propiedad privada de los yacimientos -que nadie había cuestionado, de hecho- nuestros políticos decidieron prohibir los contratos con incentivos.

Esto significa que los mexicanos terminaremos pagando más por trabajos de inferior calidad. Y la razón es muy sencilla. En un contrato con incentivo, el riesgo y el beneficio se comparten entre el contratante y el contratista. Sin ese incentivo, el costo para el contratante aumentará ya que el contratista no obtendrá ningún beneficio si las cosas salen bien. Todo el riesgo del contrato de pago fijo, por otra parte, recae en el contratante, o sea los mexicanos y nuestra empresa Pemex. Si tras una exploración no se encuentra petróleo, por ejemplo, tendremos que pagar de cualquier manera el costo total del contrato.

En un artículo anterior ("Refinar pérdidas" del 15 de octubre) señalé que otro aspecto importante de la nueva legislación petrolera que está saliendo del Congreso nos hará gastar más de 11 mil millones de dólares de dinero público en una sola refinería, con un margen de utilidad que en el mejor de los casos oscilará entre 4 y 12 por ciento, pero que más probablemente perderá dinero. La inversión en petróleo crudo, mientras tanto, pueden alcanzar una rentabilidad de entre 500 y 700 por ciento. Lo lógico sería que invirtiéramos los fondos públicos disponibles en crudo y dejáramos la refinación a los privados, pero las luces de los políticos no alcanzan para entender tanto.

Si los políticos mexicanos trabajaran en empresas privadas hace ya mucho que las habrían quebrado. Las decisiones que están tomando simplemente no tienen sentido económico. Para empezar, después de años de discutir, han dejado ya pasar sin una reforma petrolera una burbuja de precios que nadie sabe cuándo se repetirá. Pero lo más importante es que su reforma no generará la inversión que tanto necesita nuestra obsoleta industria petrolera.

Sólo una explicación puedo imaginar para las decisiones de nuestros políticos. Como ellos ya cuentan con empleos muy bien pagados, no tienen interés en que el resto de los mexicanos salga de la pobreza.

 
 
¿Y López Obrador?
 
El Senador Graco Ramírez ha encabezado la negociación sobre la reforma petrolera por parte del PRD y ha aceptado, cuando menos en lo general, la diluida iniciativa que estará siendo votada estos días. Andrés Manuel López Obrador ha sido informado puntualmente de todos los acuerdos y al parecer los ha palomeado. La gran pregunta, sin embargo, es si el Jefe Máximo del PRD y del FAP reconocerá públicamente la reforma acordada o si hará lo mismo que con la reforma electoral del 2007 y una vez obtenido lo que quería (como la decapitación del IFE) desconocerá los acuerdos.

Sergio Sarmiento 
www.sergiosarmiento.com
 

 

Pactan reforma chiquita

Avala Senado cambio a Pemex

EL NORTE / Staff


Cd. de México  (21 octubre 2008).-  A unas horas de que finalmente se apruebe, el proyecto de reforma petrolera del Presidente Felipe Calderón quedó reducido al mínimo.

Los Senadores del PAN, PRI y PRD alcanzaron un acuerdo para sacar adelante dictámenes de ley que impiden la maquila del sector privado en refinación y establecen candados para el nuevo régimen de contratos.

Analizando los acuerdos, especialistas en el tema dijeron que el Senado privilegió lo político sobre los cambios sustanciales que requería la industria petrolera para aumentar sus reservas petroleras y reducir las importaciones de combustibles.

Miriam Grunstein, del ITAM, consideró que los acuerdos logrados empeorarán la situación de Pemex, pues lo que no estaba claro en la legislación actual se prohibe explícitamente en la nueva.

"Las prohibiciones que antes eran implícitas", expresó, "ahora son explícitas y ponen mayores candados (para la contratación de servicios)".

Enrique Cárdenas, director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, aseguró que, bajo la nueva legislación, la refinería anunciada por el Presidente Calderón deja de tener sentido, pues con el ritmo de declinación actual ya no habría crudo que refinar.

En abril, Calderón pidió al Congreso reformar el marco legal de la paraestatal para permitir la entrada de la iniciativa privada en la construcción y hasta propiedad de las refinerías, pero el rechazo conjunto de PRI y PRD terminó por sepultar el planteamiento.

Lo mismo sucedió con el transporte, almacenamiento, distribución y ductos, que continuarán bajo el control total de Petróleos Mexicanos.

Las principales características de los contratos incentivados, propuestos por el Ejecutivo, también fueron eliminadas de la reforma, ya que las compensaciones o penalizaciones a terceros deberán predeterminarse a la firma del contrato y no durante el desarrollo de la obra.

Con este cambio, los legisladores aseguraron que la reforma cierra las puertas a los contratos de riesgo, considerados como uno de los contenidos más polémicos y cuestionados del proyecto calderonista.

En otros planteamientos, el Gobierno federal y el PAN se vieron obligados a ceder parcialmente, como sucedió con la propuesta para modificar el régimen corporativo de Pemex, con la integración de un nuevo Consejo de Administración.

Aunque el Ejecutivo pretendía mantener el control del mismo y construir un régimen de excepción para cuatro nuevos consejeros profesionales, la Oposición consiguió que esos integrantes de la junta de Gobierno sean propuestos por Calderón, pero ratificados por el Senado.

En materia de autonomía de gestión, Calderón pretendía liberar a la empresa en un plazo de 11 años, a través del condicionamiento de artículos transitorios para disponer de sus excedentes.

Ayer, los Senadores negociaron que podría reducirse a sólo siete años.

(Con información de Claudia Guerrero, Érika Hernández y Alma Hernández)
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Pues ganó el populismo, la demagogia y la reacción. En 3 años, probablemente antes, veremos que esto fue un fiasco. Las importaciones de derivados del petróleo seguirán y la producción en aguas profundas no habrá iniciado. De mi se acuerdan. Al tiempo. Según esto somos más soberanos manteniendo el status quo. ¿Cómo es que somos más soberanos si enviamos el petróleo crudo al extranjero e importamos derivados con mayor valor agregado? Soberanos pero pobres. Soberanos pero en la mediocridad y tercermundistas.

lunes, octubre 20, 2008

 

¿Gastar más?

Hace ya buen tiempo me tocó interactuar con un ex ministro de economía y finanzas peruano durante el gobierno del Presidente Fujimori.

Platicamos de educación, de desarrollo y de las políticas económicas que él recomendaba no olvidar para los países y las empresas en tiempos de crisis.

Me regaló un folleto en el que describe sus ideas centrales de economía para gobernantes. Pero además incluye un decálogo que los gobernantes deberían de leer cada día antes de ir a su trabajo, para que forme parte de sus ideas básicas de gobierno y de sus hábitos de comportamiento.

Hace tiempo compartí algunas de estas ideas con ustedes. Dada la situación actual de la economía conviene recordarlas de nuevo.

¿Qué nos recomienda el ex ministro Carlos Boloña Behr en su decálogo? Primero, no olvidar que el órgano más sensible de las personas es el bolsillo.

Mucha gente estaba muy contenta con el desarrollo económico de nuestro país durante 1992, 1993 y 1994. Pero en 1995 se nos empezó a vaciar el bolsillo y nuestro ánimo cambió drásticamente. ¿Volverá a pasar lo mismo? Para los estadounidenses ya es una realidad.

Carlos insta a no olvidar que la crisis se puede minimizar si no se gasta más de lo que se tiene. Claro, me dije a mí mismo, esto que tan claramente saben las amas de casa como que no les resulta tan evidente a los que administran las finanzas públicas.

El ex ministro dice que no se debe olvidar que los países, estados y municipios también quiebran. Este punto no requiere un comentario adicional.

Otra sugerencia trata sobre dos recomendaciones que hacen sinergia entre ellas: no olviden que nadie cuida lo que no es suyo -un buen ejemplo es lo que le pasó a Enron, Permalat y a la banca estadounidense- y lo que no cuesta lo hacemos fiesta.

No hay lonche gratis, agrega Carlos, si queremos cambiar nuestro país necesitamos tener y usar inteligentemente los recursos. El mejoramiento de la infraestructura educativa no ocurre sólo con la firma de un acuerdo, por ejemplo.

El decálogo de Carlos pide no olvidar que los precios y el empleo no se determinan por decreto. "Los precios se determinan por la utilidad del bien y por la escasez relativa de los bienes o servicios disponibles en un momento dado", dice. Y el empleo se genera cuando creamos los sistemas que generan riqueza. Esos sistemas se llaman empresas; y para tener empresas es necesario gente capaz de crear empresas; y para tener emprendedores es necesario educarlos, motivarlos, entenderlos y apoyarlos.

La anterior recomendación fundamenta claramente este consejo: la pobreza se combate creando riqueza. "Quitar riqueza a los que tienen para dársela a los que no tienen es un camino seguro para empobrecer un país".

Por último, dice Carlos, más gasto público equivale a más impuestos. La única solución sustentable, la que perdura, es crear desarrollo, así la gente gana más y -claro- paga más impuestos. Y si los usamos eficazmente, podemos hacer más cosas por nuestra comunidad, como instrumentar más y mejores servicios públicos.

Los efectos de largo plazo y el interés general, o de mis inversionistas, sí cuentan, agrega Carlos. "Este último principio es la clave para evaluar medidas económicas", afirma.

Estimado lector, lo invito a meditar sobre todo lo anterior, pero más sobre las conclusiones que puede usar como lecciones de economía en su vida personal. Para mí resaltan las siguientes:
 
Cuide lo que tiene, no gaste más de lo que gane y de preferencia ahorre como mínimo un 10 por ciento de lo que gane. Tenga cuidado porque la familia también quiebra. No hay lonche gratis, alguien lo paga. Recuerde que lo que no les cuesta a sus hijos lo hacen fiesta. Haga que sus hijos se ganen lo que usted les dé, a través del logro de metas y de pequeños trabajos. Si quiere gastar más, tiene que ganar más. Y la pobreza se combate mediante educación, trabajo, responsabilidad y cariño por lo que se hace.
 
Ramón de la Peña Manrique
delapenaramon@hotmail.com

sábado, octubre 18, 2008

 

Trafican plazas también en Pemex

En el sindicato petrolero el trabajador saliente tiene derecho a proponer a una persona para una plaza.

Itzel Ramírez, El Norte


Cd. de México  (18/10/2008).-   El tráfico de plazas laborales y su herencia entre familiares no sólo se da en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sino que también es una práctica común en los gremios de Pemex, SME, IMSS y del Metro capitalino.

En el sindicato petrolero, que dirige Carlos Romero Deschamps, el trabajador saliente tiene derecho a proponer a una persona para una plaza.

"Al jubilarse un trabajador, si hubiera corrida escalafonaria y como consecuencia de ella la empresa solicitara cubrir la última plaza, será propuesto el hijo, la hija, hijo adoptivo, hermano o hermana", dice el Artículo 55 del Acta Constitutiva y Estatutos Generales del sindicato.

Si el trabajador no tiene familia, vende ese derecho a un precio entre 120 mil y 150 mil pesos.

Para los electricistas, cuyo secretario general es Martín Esparza, el contrato colectivo prevé los "puestos de formación práctica" en todos los departamentos, que es una especie de taller que se otorga a hijos de entre 14 y 16 años de los trabajadores.

"Al terminar el periodo de la formación práctica, Luz y Fuerza preferirá en similitud de circunstancias a los ocupantes de estos puestos para cubrir las vacantes que hubiere", menciona la cláusula 21 del contrato colectivo firmado este año.

En el sindicato del IMSS, que encabeza Valdemar Gutiérrez, se acordó en sus estatutos que los hijos de los sindicalizados tengan prioridad para ocupar alguna plaza.

Al gremio del Metro es común que entren sólo recomendados y familiares de sindicalizados.
 
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Este es el status quo que se protege (y hasta promueve) evitando las reformas que este país requiere. La laboral, la fiscal, la energética, etc. Los populistas premian este tipo de cosas, por eso seguimos en el tercermundismo.

viernes, octubre 17, 2008

 

Entre regulares y reprobatorias las iniciativas de Reforma Energética

http://www.ceey.org.mx/site/content/entre-regulares-y-reprobatorias-iniciativas-reforma-energetica
 
Como un medio adecuado para cumplir su misión de fomentar la discusión seria de temas públicos y promover políticas más sólidas y eficaces, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) convocó a reconocidos juristas y expertos en el tema energético en nuestro país, con diferentes filiaciones o incluso sin filiación política, para analizar las tres iniciativas presentadas al Congreso de la Unión en materia de Reforma Energética, del Poder Ejecutivo Federal, el PRI y el FAP.

El panel de expertos coincidió en que la iniciativa propuesta inicialmente por el Ejecutivo Federal no abarca cabalmente lo que el país requiere y reconoció que ello obedece al ambiente político de alta sensibilidad en el tema. Hubo consenso en el sentido de que varios de los puntos de la iniciativa del Ejecutivo siguen la dirección correcta, pero que se necesita una transformación mucho más profunda del sector en su conjunto.

Si bien el panel reconoció la necesidad de que PEMEX cuente con más flexibilidad para sus operaciones como una petrolera de nivel internacional, se destacó que el camino que siguió la iniciativa del Ejecutivo Federal no es el mejor, ya que establecer un régimen de excepción para PEMEX tiene muchos problemas en términos jurídicos, de incentivos y de arquitectura institucional que podrían afectar negativamente su propio desarrollo.

Por su parte, la iniciativa del PRI, a decir de los expertos, parece haber sido redactada con un objetivo parlamentario político fundamental más que técnico: ubicarse en el medio entre la iniciativa del Ejecutivo y la que esperaban, presentaría el FAP; con algo que fuera transitable en el Congreso y convertir en ello su principal virtud para reunir los votos necesarios para su aprobación.
Los expertos criticaron la existencia de artículos redactados en un sentido negativo que el PRI utilizó para tratar de deslindarse de cualquier insinuación privatizadora. Indican que se trata de una propuesta temerosa frente a la negociación. La mayoría de los participantes consideraron que si esto se aprobara sería un retroceso en materia petrolera -sobre todo por ser una reforma insuficiente que cancela la posibilidad de una reforma posterior más seria y completa- en un ambiente de corrosión donde los intereses políticos prevalecen sobre cuestiones técnicas, con posibles impactos económicos serios.

Destaca de la iniciativa presentada por el FAP su inviabilidad práctica, que además de ser sumamente costosa para las finanzas del Gobierno Federal -sin ofrecer alternativas que compensen la reducción de sus recursos- presenta tendencias contrarias a la forma como opera la industria petrolera a nivel internacional. A decir de los evaluadores, esta propuesta tiene más un viso de postulado político que de propuesta de reforma y si bien da luz sobre las deficiencias de las iniciativas que le preceden, no da solución a los problemas de fondo que dieron origen a dichas iniciativas.
 
Un mérito de la propuesta del FAP es, de las tres iniciativas, que fue la única que aborda una postura y planteamientos que atañen al Sindicato petrolero. (Pero sin entrar a fondo ni proponer la desaparición de los privilegios de su contrato colectivo. Nota DOPC)

Al contrastar las reformas propuestas con la situación actual, la mayoría de los evaluadores coincidieron en que es preferible quedar como está, a la situación planteada tanto por el PRI como por el FAP. Consideraron que la propuesta del Ejecutivo también es limitada, un primer paso, y que no responde a cabalidad a lo que requiere la industria petrolera nacional. Para los expertos convocados, la postura actual de los grupos parlamentarios -incluido el PAN- en torno a la reforma energética que el país necesita sólo puede dar lugar -en el corto o mediano plazos- a un nuevo debate, cuando la necesidad por una reforma se haga más evidente y más apremiante.

Las calificaciones otorgadas a las iniciativas son, en general, regulares o reprobatorias. Las propuestas no abordan ni resuelven satisfactoriamente los problemas existentes. Las soluciones propuestas oscilan entre lo no suficiente y lo inviable. La iniciativa presentada por el Poder Ejecutivo Federal obtuvo una calificación promedio de 6.3; la del  PRI de 3.4 y la presentada por el FAP de 2.4; en una escala de 0 a 10 en la que 5 es medianía. Es importante señalar que la evaluación de las iniciativas del Ejecutivo, del PRI y del FAP, tuvieron lugar en momentos distintos (8 de mayo, 12 de agosto y 4 de septiembre respectivamente), con paneles de evaluación de 10 miembros o más, en los que  al menos 8 de sus miembros estuvieron presentes en todas las evaluaciones.
 
http://www.ceey.org.mx/site/files/EvaluacionConjuntaReformaEnergetica.pdf
 

miércoles, octubre 15, 2008

 

Refinar pérdidas

"... Lo que no se dice es que esa refinería, cuando se concluya, refinará petróleo importado."
Ricardo Medina Macías
 
 
Somos el único país que presenta sus tragedias como triunfos. El presidente Felipe Calderón ha anunciado que Pemex construirá una nueva refinería de hidrocarburos con fondos públicos. Es cierto que algo había que hacer. El PRI se ha negado a aceptar inversión privada -aun a través de un proceso de maquila- en refinación, transporte o almacenamiento de petróleo. Y ya es imposible seguir sin invertir en refinación.

Algunos políticos del PRI y del PRD se han apresurado a presentar la decisión como una gran victoria. "¿No que no había dinero?", han dicho con ironía.

Pues sí, dinero sí hay; pero emplear recursos públicos para esta refinería será un golpe brutal para las finanzas de nuestro país. La nueva refinería costará entre 9 y 11 mil millones de dólares, de los cuales 12 mil millones de pesos (unos mil millones de dólares) se tomarán del fondo de estabilización reunido con los excedentes petroleros. Para el resto habrá que endeudarse. La deuda pública externa, que en agosto bajó a 32 mil 100 millones de dólares, aumentará quizá un 30 por ciento nada más por este proyecto.

La refinería es indispensable. Hace 30 años que no se construye una en México. Pero eso no significa que se trate del mejor uso posible de recursos para el País.

La extracción de petróleo crudo es un negocio de grandes márgenes. El de refinación de gasolina es de centavos y a veces de pérdidas. Lo lógico sería utilizar el poco o mucho dinero de Pemex para exploración y desarrollo de yacimientos de crudo. En lugar de eso estamos invirtiendo el dinero que no tenemos en un negocio que posiblemente nos dejará pérdidas y que tendrá que recurrir a la importación de materia prima porque muy pronto nos quedaremos sin petróleo crudo.

En el 2007, según el "Reporte de resultados financieros", Pemex produjo petróleo crudo a un costo promedio de 4.37 dólares por barril. El nuevo crudo, que tendrá que venir en buena medida de aguas profundas o de los fragmentados yacimientos de piedra dura de Chicontepec, podría costar unos 10 ó 15 dólares. Aun así, el petróleo permite lograr tasas de rentabilidad de alrededor de 700 por ciento (con un costo de 10 dólares y un precio de 70 o un costo de 15 y un precio de 105). Es difícil encontrar en el mundo una inversión más redituable.

La refinación de gasolina, en contraste, es un negocio de márgenes ínfimos. Según Andrew Leonard ("Why Is Gas so Expensive", Salon.com), en mayo del 2008, el margen de refinación (inversión más gastos más utilidad) de un galón de gasolina de 4.09 dólares en California, Estados Unidos, era de 19 centavos. Esto representa un margen de rentabilidad de apenas 4.64 por ciento. En marzo se alcanzó un margen de 48 centavos, pero aun éste era de menos del 12 por ciento del precio final. Esto explica por qué Chevron, que tuvo en el 2008 sus mayores utilidades en un primer trimestre en la historia, 5 mil millones de dólares, perdió dinero en refinación.

Para obtener un buen rendimiento en refinación se necesita una empresa con costos reducidos y cadenas de distribución muy eficientes. Pemex nunca se ha caracterizado por tener estas condiciones. De hecho, la empresa es rentable antes de impuestos porque cuenta con yacimientos petroleros en aguas someras que pueden explotarse a costos reducidos. Su brazo refinador, sin embargo, pierde dinero desde hace años. La única refinería de Pemex que gana es la de Deer Park, Texas, la cual tiene en asociación con Shell.

Son muchas las razones por las que Pemex Refinación pierde dinero. Una de ellas es que los gobiernos populistas han vendido durante años la gasolina en México a precios inferiores a los de mercado. La antigüedad de las instalaciones es otra. A esto hay que añadir el exceso de personal, la enorme burocracia para la realización de cualquier trámite y las restricciones legales a la inversión en nuevas instalaciones y equipos.

No hay duda de que México necesita una nueva refinería. Enfrentamos ya cuellos de botella por la falta de capacidad de refinación. Hace apenas unas semanas, cuando las tormentas en el Golfo de México obligaron a la suspensión de operaciones de las refinerías de Texas y Lousiana, estuvimos a punto de quedarnos sin gasolina. Es una lástima, sin embargo, que teniendo grandes yacimientos de crudo debamos gastar una enorme cantidad de dinero en un negocio que probablemente sólo nos generará pérdidas, en vez de usarlo para la inversión más rentable del mundo, que es la producción de petróleo crudo.

Lo peor de todo es que algunos políticos presentan la decisión del Gobierno como una gran victoria. Parece que lo mejor que le podría pasar al País es endeudarnos para gastar en una nueva refinería que perderá dinero y que, como bien lo ha señalado Ricardo Medina, director del periódico El Economista, tendrá que emplear petróleo importado.
 
Especuladores
 
Si realmente el Peso cayó la semana pasada por operaciones con "derivados" de "algunas compañías y bancos" que nada tuvieron que ver con "los fundamentos de la economía", es indispensable que el Secretario de Hacienda dé a la sociedad una explicación detallada. Uno puede aceptar que el Banco de México haya quemado 8 mil 900 millones de dólares de las reservas para estabilizar el Peso, pero no para generar ganancias especulativas a unos cuantos.

Sergio Sarmiento 
www.sergiosarmiento.com
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¿Hasta cuándo seguirá prevaleciendo esa mentalidad reaccionaria respecto a permitir inversión privada en energía y petróleo en México? En lugar de que dejemos que inversionistas privados arriesguen su dinero y sean ellos quienes construyan y operen una refinería, por la necedad de algunos, se hará dicha inversión con cargo al Erario, para no ganar casi nada. A como se manejan las instalaciones de PEMEX, donde el sindicato decide la cantidad de gente que se requiere, esa refinería sólo redituará pérdidas, como ya lo hacen las otras.
 
Pero ahí andan, con su perorata dizque defendiendo la soberanía, la defensa del petróleo, porque sin él se cancela la recuperación del sufrido pueblo de México. Sólo están condenando al país a permanecer siempre en el tercermundismo. Están administrando la pobreza, en lugar de permitir la generación de la riqueza. Al tiempo.

martes, octubre 14, 2008

 

Nuevo Atenco, el importante

El pleito alrededor de la Alianza por la Calidad de la Educación ilustra la relación directa entre apatía ciudadana y dificultad para cambiar las reglas del juego.

Los perjudicados por la Alianza, aunque sean unos cuantos vividores del presupuesto, se aprovechan de la apatía del resto de los mexicanos, beneficiados por el cambio, pero sin la determinación de salir a defenderlo.

El jueves pasado en Xoxocotla, al sur del Estado de Morelos, se detuvo a 16 presuntos responsables de haber bloqueado en dos ocasiones la carretera libre Alpuyeca-Jojutla. El conflicto social está en ascenso y parece que tanto al Gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame, como a los de otros Estados les empiezan a temblar las patitas.

Adame trata de echarle la pelota al Gobierno federal: "El pacto educativo es del orden federal, por lo que no puede ser cancelado unilateralmente por la Administración estatal".

Tiene razón, pero la respuesta de un Gobernador comprometido con sus gobernados hubiera sido una defensa, sin dobleces, de la Alianza enfatizando lo que está en juego para los morelenses de hoy y para las generaciones futuras.

Del Gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, no se espera mucho, pero su respuesta es de una indolencia impresentable: "El Gobierno federal... es el responsable de la educación con el sindicato nacional. Yo no soy el patrón de los maestros, son maestros federales que dependen de la Secretaría de Educación".

No deja pasar oportunidad el Gobernador Ruiz para dejar en claro que lo suyo es arreglarse con las mafias: "Habría que consensar con el magisterio oaxaqueño las posibilidades y la viabilidad de esa alianza... Tenemos que encontrar las coincidencias con el magisterio".

Poco importa tener al País estancado en educación, perdiendo lugares en competitividad y, particularmente a Oaxaca, en los últimos lugares en las mediciones nacionales e internacionales de rendimiento educativo. Al Gobernador lo que le mueve es tener contentos a los mafiosos que tienen secuestrada a la educación en su Estado.

Las protestas contra la Alianza al parecer se han extendido rápidamente de Morelos y Oaxaca a Quintana Roo, Puebla y Michoacán.

Aunque en los últimos días la crisis financiera internacional, la guerra contra el narcotráfico y la probable concreción de la reforma energética han sido asuntos más vistosos que la Alianza por la Educación, es en este programa donde el Presidente Felipe Calderón se juega la credibilidad de su Gobierno.

Sobre todo porque la Alianza ya está pactada, fuertemente acreditada en la opinión pública mexicana y frente a expertos internacionales, y corre ya su proceso de implementación.

Siendo así, lo que corresponde es mantenerla sin la más mínima concesión frente a grupos de maestros que no han sabido presentar un solo argumento que no tenga que ver con mantener privilegios.

Ceder en esta causa sería mucho peor que el Atenco de Fox. Aquí no está en juego la construcción de un aeropuerto, nos jugamos la educación de millones de mexicanos.

Con la Alianza estamos ante la posibilidad de verdaderamente cerrar ese círculo de la rendición de cuentas que inicia con la transparencia.

Estamos ante la expresión más clara de la transparencia con sentido estratégico.

Decía hace unos días Josefina Vázquez Mota en un evento público que, al preguntarle a un experto de la OCDE que ha asesorado a los países con mejor desempeño en materia de educación sobre cuál sería la acción prioritaria para transformar la educación en México, "no tuvo duda en responderme que si sólo pudiera tomar una decisión sería la decisión de abrir la información del sistema educativo mexicano".

Precisamente en esta dirección, el 11 de agosto pasado se dio un paso que los mexicanos no hemos sabido justipreciar y, por eso, estamos ante la amenaza del retroceso: el primer concurso por oposición en la historia de este País para plazas nuevas en el magisterio.

Sólo ese día se evaluaron 71 mil maestros en un proceso certificado por Transparencia Mexicana.

Lo que está en juego es la posibilidad de una nueva puerta de entrada de nuestros empleados públicos más importantes.

O defendemos -pare donde pare- el recién inaugurado camino meritocrático para obtener plaza de maestro o dejamos que quienes educan a millones de niños mexicanos puedan llegar ahí, no por sus cualidades como educadores, sino por haber comprado o heredado la posición.

Ésa es la disyuntiva.

 
juanciudadano@juanciudadano.com

lunes, octubre 13, 2008

 

Más sobre la crisis: opiniones polémicas ajenas

El origen
 
Richard Fisher es el presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas; también es uno de los miembros votantes del Comité Federal del Mercado Abierto. El 25 de septiembre de este año, Fisher pronunció un discurso muy interesante frente a un grupo de especialistas del mercado de dinero, en la Universidad de Nueva York. Aparte de refutar algunos calificativos populares ("hawks", "doves") aplicados a varios de los integrantes del Fed -incluyendo su propia persona- Fisher señaló un par de aspectos clave de la crisis financiera en curso, que vale la pena citar a la letra.

"Según lo veo yo -apuntó Fisher-, los espasmos y convulsiones que hemos experimentado en los mercados de deuda y de acciones han sido la consecuencia de una orgía sostenida de excesos y de conductas imprudentes, no de una política monetaria demasiado restrictiva". Y agregó: "He sido y sigo siendo escéptico sobre la baja de la tasa de interés (fed funds) como el antídoto más efectivo para tal patología dado que, en mi parecer, haber mantenido las tasas muy bajas por demasiado tiempo, durante el régimen anterior del Fed, fue un cómplice de aquella conducta imprudente".

El lunes de la semana pasada tuve la oportunidad de ver en CNN en Español la entrevista, breve pero sustanciosa, que Alberto Padilla le hizo a Xavier Sala-i-Martin, sobre la crisis financiera global. En resumen, me parece que Sala-i-Martin, un talentoso economista de la Universidad de Columbia, situó el origen de la crisis en la política monetaria laxa de Estados Unidos durante los primeros años de la década en curso. El Fed, dijo Sala-i-Martin, mantuvo una tasa de interés tan baja que indujo a los bancos a buscar rendimientos incluso en el mercado subprime. Lo demás es historia. Casi sobra agregar que, aunque se trata de una tesis parcial, ubica acertadamente una fuente muy importante del problema.

Dejando de lado diferencias secundarias, las dos opiniones que cito coinciden en un punto central: la crisis fue creada, o al menos propiciada, por una política monetaria que permitió una expansión inapropiada del crédito. Tal interpretación no tiene nada de sorprendente: en la historia económica mundial de las últimas décadas, plagada de episodios similares, dicha característica ha sido común. ¿Hay alguna duda de que se trata de un caso evidente de sobre-endeudamiento?

Desde luego, en la actualidad la atención está puesta en las posibles soluciones a la crisis, no en desentrañar sus causas primarias. Como quiera, el entendimiento de éstas es absolutamente necesario, so pena de incurrir en errores graves de política. De ahí, por ejemplo, la preocupación de Fisher sobre que el papel que podría jugar la tasa de interés en el proceso. Específicamente, la opinión citada contrastó con la idea, muy extendida por entonces en el mercado, de que el próximo paso del Fed consistiría en una reducción de su tasa de referencia. Desde luego, ya sabemos que Fisher votó a favor de la decisión del Fed de disminuir en medio punto porcentual la tasa de referencia, el día 8 de octubre. Otros seis bancos centrales hicieron lo mismo.

 
El futuro
 
En un plano si se quiere más alto, la discusión ha sido también intensa y polarizada. Por ejemplo, en un artículo fechado en septiembre 17 ("El capitalismo en el espejo"), Felipe González apunta que se trata de "una crisis extraña", la cual, "por el momento, ha liquidado la extendida creencia de que el mercado lo arregla todo y solo". Y se refiere a "la nacionalización encubierta" de Fanny Mae y Freddie Mac, un par de instituciones cuyas operaciones representan algo así como la mitad del mercado hipotecario de Estados Unidos.

Sin embargo, como ya se vio: 1) la crisis no tiene mucho de "extraña"; y 2) las instituciones en cuestión siempre contaron con la garantía gubernamental. Sobre este último punto, dice Moisés Naím (editor en jefe de Foreign Policy) en un artículo publicado en Reforma hace unos cuantos días ("Se acabó el capitalismo"): "las gigantescas empresas hipotecarias, que fracasaron, eran en la práctica empresas públicas. Su fracaso se debió más a fallas del Gobierno que a fallas del mercado". Naím tiene razón: en un contexto algo diferente, yo utilicé casi el mismo argumento en mi artículo anterior.

Fuere como haya sido, el sensato texto de Naím desacredita, o al menos atempera, la idea generalizada de que estamos contemplando el fin de una época histórica, sino es que el fin del sistema económico de mercado. Desde luego, resulta oportuno señalar que el epitafio del capitalismo ha sido escrito en innumerables ocasiones a lo largo de sus más de dos siglos de existencia. Hasta ahora, siempre ha sucedido que, como en el caso famoso de Mark Twain, el epitafio ha sido prematuro.

La disquisición de Naím me hizo recordar un breve ensayo de Borges, intitulado "El pudor de la historia". El texto empieza con una cita de J.W. von Goethe quien, frente a un suceso militar inesperado, declaró haber asistido a la apertura de una época en la historia del mundo. "Desde aquel día -dice Borges sin disimular la burla- han abundado las jornadas históricas... Tales jornadas, en las que se advierte el influjo de Cecil B. de Mille, tienen menos relación con la historia que con el periodismo: yo he sospechado que la historia, la verdadera historia, es más pudorosa y que su fechas esenciales pueden ser, asimismo, durante largo tiempo, secretas". Puede ser.

 
Everardo Elizondo
El Norte, 13 Oct. 08

domingo, octubre 12, 2008

 

Enfoque

La nueva realidad económica de México y del mundo puede ser vista como una maldición o como una oportunidad. Si optamos, como tantas otras veces en nuestra historia reciente, por asumir que no hay nada que pueda ser diferente, vamos a continuar por el camino que las tendencias y el pasado nos han trazado. Si, por el contrario, vemos esta crisis como una oportunidad, quizá podamos cambiar la realidad y comenzar a construir una nueva etapa de nuestro desarrollo. Todo depende del enfoque que decidamos adoptar.

Lo evidente es que el País está mal enfocado para lograr un desarrollo económico acelerado y sostenible. Aunque las cifras oficiales de crecimiento de la economía probablemente subestiman su verdadera dimensión (sobre todo por la economía informal), nadie puede dudar que México carece de una estrategia de desarrollo. La estabilidad macroeconómica es indispensable para hacer posible el crecimiento, pero no es una condición suficiente. Esto se hace todavía más evidente cuando se observan las estrategias que otros países han adoptado para lograrlo.

La primera pregunta que uno tendría que hacerse es qué diferencia hace una estrategia, sobre todo en el contexto de una economía dizque de mercado. La respuesta es evidente cuando uno plantea la pregunta de esa manera tan sesgada. Una estrategia implica tres cosas elementales: definir el objetivo que se persigue, entender el entorno interno y externo para situar nuestras fortalezas y debilidades en ese contexto y diseñar un programa que permita lidiar con las debilidades, apalancar las fortalezas y establecer prioridades. Aunque elemental, ningún gobierno ha hecho este ejercicio en el País. Y se nota.

Cuando hablamos del crecimiento económico, la discusión se centra en las variables macroeconómicas y la latitud que éstas permiten. No se discute la dinámica más amplia: la problemática social o institucional, las formas de romper los entuertos de la infraestructura o la necesidad de cambiar nuestra manera de hacer algunas cosas. Partimos de la premisa de que lo único necesario es seguir el camino existente sin preguntarnos por qué.

La ausencia de una estrategia acaba protegiendo lo existente: por ejemplo, nadie cuestiona los privilegios sindicales ni disputa los obstáculos que existen a la importación. Nadie se pregunta sobre la racionalidad de que los legisladores estén concentrados en una gran reforma institucional cuyo potencial de elevar la tasa de crecimiento es cero. Peor, cualquier persona que ose poner en duda la lógica de que la explotación de recursos naturales como el petróleo sea exclusiva del Gobierno o que la electricidad sólo la pueda distribuir una empresa pública es tachada de hereje. Nadie explica cómo es que toleramos los rezagos y desigualdades del sur del País.

Si tuviéramos una estrategia de desarrollo perfectamente articulada y por todos conocida sería posible debatir los temas relevantes y decidir, como sociedad, si la forma en que hacemos determinada cosa es socialmente aceptable, así tenga un elevado costo en términos de crecimiento económico. Una estrategia así nos permitiría entender tanto los costos como los potenciales beneficios de cambiar determinada legislación o mantenerla tal y como está.

Como todos, yo tengo ciertas preferencias sobre cómo creo que debieran explotarse y administrarse los recursos naturales, sobre la forma en que funcionarían mejor los mercados laborales, sobre la participación de la ciudadanía en las decisiones y sobre el tipo de impuestos que serían mejores para financiar los costos de los servicios públicos. Sin embargo, lo importante no es la forma en que a mí me gustaría que funcionaran las cosas, sino que la ausencia de una estrategia de desarrollo no hace sino mantener el statu quo, proteger la vieja planta productiva e impedir que prospere la que nos puede dar las oportunidades y los empleos del futuro.

El contraste con China en estos rubros es apabullante. Un querido amigo me hizo llegar un ejemplar de la ley de energía eléctrica de China así como el catálogo de legislaciones y regulaciones en materia de inversión extranjera. Los textos tienen varias características sugerentes: establecen objetivos precisos y mesurables, definen las reglas del juego en todos los sectores de la economía y están enfocados a la promoción de la inversión en cada sector económico.

Leídos en conjunto, los dos textos denotan una claridad meridiana sobre lo que se persigue: dónde invertir, en qué sectores, bajo qué reglas, quién dirime disputas, cómo se establecen las tarifas (en este caso en materia de energía) y qué tipo de asociaciones están permitidas y cuáles prohibidas. Todo es explícito, todo es claro y nada está diseñado para entorpecer, obstaculizar o conferirle facultades arbitrarias a la autoridad.

Para muestra un botón: el primer artículo de la ley de electricidad dice: "Esta ley es aprobada para garantizar y promover el desarrollo de la industria eléctrica... y para garantizar los intereses y derechos de quienes ahí inviertan".

En otras palabras, estos textos son producto de un gobierno que definió su estrategia de desarrollo con una perspectiva de futuro. De los textos uno puede inferir que el gobierno sabe qué quiere y que tiene capacidad para controlar los peores instintos y prácticas burocráticas o partidistas. Lo más impresionante es que concibe los recursos naturales, la inversión, la infraestructura y la relación económica con el resto del mundo, tomado todo en conjunto, como medios para lograr (o sostener) elevadas tasas de crecimiento.

En contraste, todo en nuestro gobierno, burocracia, partidos, sindicatos y el viejo establishment empresarial están enfocados a proteger lo existente, a "no moverle" y a facilitar la corrupción. Con esto no estoy sugiriendo que todo esto ocurre necesariamente de manera voluntaria; más bien, que nadie se atreve o puede desafiar las verdades oficiales, los mitos revolucionarios o los intereses que se benefician del statu quo.

Es evidente que en China hay o hubo tantos intereses duros y arraigados como existen en México, todos ellos dedicados a preservar el orden establecido. La gran diferencia es que ahí el gobierno articuló una coalición que le permitió diseñar su estrategia de desarrollo, y con ésta en mano, enfrentárseles. Hoy en día en China no hay obstáculo suficientemente grande: todo lo que contribuya al crecimiento económico es bienvenido.

México no es China ni las circunstancias son iguales, pero las diferencias se pueden llevar al extremo con el único objetivo de asegurar que todo siga igual. Preguntemos e insistamos: ¿por qué no tenemos una estrategia de desarrollo?

Luis Rubio
www.cidac.org

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sábado, octubre 11, 2008

 

Una real izquierda

¡Cómo está haciendo falta en México una izquierda verdadera; una izquierda moderna, es decir liberal, racional, alejada de todo caudillismo y de ese dogmatismo obtuso que impide todo diálogo y niega la tolerancia y la pluralidad. Cuando uno ve los desfiguros de la llamada izquierda perredista, que ejerce violencias y viola sistemáticamente la ley con cinismo de jaque bravucón; que apoya todo aquello -como las inmorales demandas de los malos maestros de Morelos y Quintana Roo- que va contra el Gobierno, por el solo hecho de ir contra el Gobierno; cuando vemos la elemental torpeza de esa falsa izquierda tan nociva, lamentamos la ausencia de una auténtica izquierda que abandere las causas de los mexicanos que buscan sobre todo la justicia, esa justicia que no hemos sido capaces de conseguir en bien de quienes necesitan todo aquello que hace que la vida humana sea digna y plena. Muchas veces he dicho, lo digo ahora y seguiré diciendo que México necesita un gobierno de izquierda, de verdadera izquierda. Pero ¿dónde está esa izquierda?

Armando Fuentes Aguirre, Catón
afacaton@prodigy.net.mx

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sábado, octubre 04, 2008

 

Resistencia educativa

Los resultados de rendimiento educativo en México presentan cifras negativas que reflejan el grado de atraso en este rubro durante décadas. El magisterio corporativizado en el SNTE y la propia disidencia de la Coordinadora terminaron por hacer de este gremio un grupo con baja calidad académica, e incapaz de aceptar fórmulas para su superación profesional.

En la peor versión del sindicalismo burocrático, una buena parte del magisterio mexicano dejó de realizar su labor educativa para dedicarse a disfrutar de las plazas obtenidas por la vía de "obsequios" de sus líderes, a los que obedecen y apoyan en forma sistemática.

Durante mucho tiempo se argumentó que el deterioro educativo era producto de los bajos salarios de los maestros, tendencia que se fue revirtiendo en la última década de estabilidad económica, sin que el nivel de los alumnos se viera beneficiado por esta realidad.

El aparato político del SNTE mantuvo su capacidad movilizadora y el liderazgo de Elba Esther Gordillo consiguió obtener beneficios económicos importantes para el gremio, lo que una vez más no influyó en el desempeño educativo de los jóvenes mexicanos.

Entonces, el problema no era sólo el dinero, sino la transformación del sistema educativo en su conjunto, lo que implicaba romper con privilegios absurdos de un profesorado incapaz de cumplir con sus objetivos.

La presencia de Gordillo en la campaña electoral de Calderón le brindó espacios en el gabinete presidencial, pero no la impunidad con la que en antaño se desempeñaba como supersecretaria de Educación.

Incluso durante la administración Fox, en el gobierno del cambio, la maestra hizo lo que quiso con un funcionario que como Reyes Tamez obedeció ciegamente los dictados de Elba Esther.

Así fue como los resultados de la prueba Enlace fueron ocultados a la opinión pública, y el maquillaje estadístico sirvió para esconder el desastre en el que la educación pública se encontraba.

La decisión de Calderón fue la de mostrar a la ciudadanía el estado real de las cosas, lo que abrió la puerta a una reforma profunda que implicaba necesariamente afectar los privilegios sindicales. Y si los resultados del alumnado eran malos, los de los maestros evaluados eran peores.

Hay que recordar que la prueba aplicada a los docentes se limitó a aquellos no poseedores de una plaza permanente, ya que un diagnóstico de la totalidad del profesorado hubiese exhibido al sindicato de manera peligrosa para sus intereses.

Es aquí donde la negociación entre Josefina Vázquez Mota y Elba Esther Gordillo demostró por un lado la intención del Gobierno por modificar en serio el estado de las cosas, y por otro la intuición política de la maestra para entender que la era en donde ella imponía decisiones a los titulares de la SEP había terminado.

Es así como surge la Alianza por la Calidad de la Educación, que representa el reconocimiento del mal estado en el que se encuentra el sistema educativo nacional por parte del sindicato y del propio gobierno, así como el compromiso para modificar esta situación a partir de un programa integral de evaluación, superación académica y estímulos económicos a los docentes que presenten resultados positivos en sus grupos escolares.

La resistencia al cambio por parte de la Sección 9 del Distrito Federal y la 19 de Morelos, entre otras, representa fundamentalmente el rechazo a perder privilegios obtenidos en la época del corporativismo priista.

No es sólo una manifestación de repudio al liderazgo de Gordillo y sus empleados en turno como Rafael Ochoa Guzmán, líder del SNTE, sino el temor real que implica el poder descubrir que esos maestros que imparten clases en determinados grados no tienen ni los conocimientos ni la capacidad necesaria para estar en ese puesto.

La idea de la evaluación y la actualización permanente y por supuesto la imposibilidad de aceptar el derecho a heredar la plaza laboral representa para estos parásitos del corporativismo un atentado a su feudo político y por supuesto al privilegio de cobrar sin enseñar nada.

Esta alianza educativa no es una solución mágica al problema del atraso en el País, pero representa sin duda el inicio de un largo camino que le permitirá a México contar con elementos dedicados a formar y educar niños y jóvenes capaces de ascender en la escala social, a partir de su nivel académico y su destreza profesional. De eso se trata.


Ezra Shabot

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miércoles, octubre 01, 2008

 

¿Dónde están?

Tuve una larga conversación con mi amiga Josefina Vázquez Mota. La sentí más decidida pero también más agobiada que nunca. El rechazo que ha surgido en Morelos a la Alianza Educativa es grotesco. Desgraciadamente lo que ocurre con el "magisterio" de ese Estado es apenas una pequeña muestra del nivel de corrupción que ha alcanzado el sindicalismo en México, muy en particular, el sindicalismo oficial.

En los años dorados del PRI (que pronto estará de regreso con todos sus antiguos vicios), uno de los principales pilares que apuntalaba la "democracia" priista era el movimiento obrero. Esto explica por qué PRI y sindicatos cohabitaron de la sórdida manera en que lo hicieron. Los obreros, tutelados por sus líderes, le ofrecían al gobierno su apoyo irrestricto; éste a cambio les concedía cuanta locura y demasía se le ocurriera al líder para tener contenta a su borregada. Yo he leído el contrato de trabajo de varios de estos sindicatos y todavía no me repongo ni del horror de su redacción, ni mucho menos de las concesiones onerosas, lesivas y absurdas que se le hacen a los trabajadores.

Leer estos contratos ayuda mucho a entender el retraso de México y la magna ineficiencia de nuestra burocracia. Habiendo escalafón, ¿quién quiere prosperar mediante sus méritos y su eficiencia personales? Venimos prohijando a una amplia multitud de chambistas mediocres y esto no comenzó en Morelos hace unas cuantas semanas; esto viene de antiguo.

Esto suscita una pregunta que es clave: mientras todo esto pasaba, ¿qué hacían la ciudadanía, la sociedad, la gente de bien? Lo que hacían era mirar para otra parte y, tarde o temprano, apechugar con el inescapable absurdo de nuestros sindicatos y su burocracia. No estaban bien enterados, no querían líos con el gobierno, preferían llevar la fiesta en paz... Todo esto aducían los ciudadanos para disfrazar su pereza y/o su cobardía.

Así llegamos al año de 2008. De muchos modos me consta que la ciudadanía ha cambiado para bien, pero todavía no alcanzamos la lucidez suficiente como para entender que, más allá del retobo y de la opinión de sobremesa, hay que retomar la calle y manifestarnos. Aquí es donde encaja perfectamente la absurda rebelión de los "maestros" morelenses que quieren disponer de sus plazas como si fueran éstas el entrañable centro de sus propiedades. ¡Es absurdo!, ¡es inmoral!, ¡el gobierno no debe permitirlo!, ¡ya estuvo bueno!, esto y más decimos las buenas conciencias que pueblan este país. Todavía no pensamos que como ciudadanía y como sociedad tenemos que pasar a la acción. Y no se trata de ir a golpear maestros morelenses (aunque a mí y como diría mi mamá: cosquillitas me hacen las manos), sino de manifestar públicamente nuestro apoyo a la Alianza Educativa y nuestro rechazo por todas las antiguas formas, en particular, el mercado negro de las plazas. A mí me parece excelente que un maestro obtenga su plaza mediante examen de oposición y también celebro que los mejores maestros, los que ofrezcan mejores resultados, ganen más que los jumentos.

De esto hablábamos Josefina y yo en la referida conversación. Ella me decía con azoro: todos dicen que apoyan esta lucha en contra del viejo sindicalismo y estos pasos a favor de la mejoría sustancial de nuestra educación. Todos me manifiestan su apoyo, pero ¿dónde están?

Mi compromiso público con la Secretaria es encontrar los caminos para que esta voluntad ciudadana se manifieste. Te pido, lectora lector querido, que me ayudes a respaldar la gran transformación de la educación en México. ¿O vamos a dejar sola a la Secretaria?


Germán Dehesa

Cualquier correspondencia con esta columna que por fin avanza, favor de dirigirla a german@plazadelangel.com.mx (D.R)

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