viernes, octubre 30, 2009

 

Minimiza (miente) Gobierno (sobre) contribución al fisco

Según una muestra de EL NORTE, sólo las 94 empresas que cotizan en la Bolsa pagaron 3.2% de sus ingresos en los primeros nueve meses del año
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Alberto Barrientos, El Norte
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Monterrey,  México (30 octubre 2009).- Dependiendo del tipo de muestra que se emplee, el pago de impuestos efectuado por las empresas en México puede ser más alto de lo que el Gobierno asegura.

Mientras éste señala que las empresas que consolidan en México (4 mil 862) pagaron al fisco el equivalente a 1.7 por ciento de sus ingresos, una muestra elaborada por EL NORTE, en base a 94 empresas que cotizan en la Bolsa, arrojó una tasa de 3.2 por ciento, para el periodo enero-septiembre del año en curso.

El mismo ejercicio arrojó que si se miden los impuestos en términos de las utilidades la proporción resultante de las grandes empresas mexicanas es de 26.9 por ciento, significativamente mayor a una de 16.1 por ciento que arroja por separado un estudio sobre los corporativos de la OCDE y de sólo 13.4 por ciento para el caso de Estados Unidos.

Las 94 emisoras analizadas tuvieron una provisión para impuestos por 64 mil 251 millones de pesos en los primeros tres trimestres del año.

Para el fiscalista Francisco Medellín, la tasa que refiere el Gobierno de 1.7 por ciento de impuestos pagados sobre los ingresos no es la más adecuada en términos de representatividad, ya que se refiere a los conglomerados, que tienen toda una serie de gastos y costos.

"Para el común de las empresas, que no realiza una estrategia fiscal de consolidación, su tasa es mucho más elevada", manifestó.

Señaló que, en su caso, son las propias leyes fiscales las que permiten toda una serie de exenciones y excepciones, que se traducen en una menor recaudación.

Medellín recomendó no hacer más cambios en las leyes, porque entre más movimientos, más errores se generan y eso provoca que también las empresas estudien la forma de eludir legalmente al fisco.

Aseguró que las empresas mexicanas están en desventaja respecto a sus contrapartes extranjeras, porque el escenario fiscal cambia, con frecuencia, pasado un año.

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El ISR, por definición (en todo el mundo), se calcula sobre las utilidades netas no sobre los ingresos (ventas) de las empresas. Aunque no es mentira en sí misma, si es un engaño intencional que Calderón afirme que las empresas sólo pagan el 1.7%. La población, que en su gran mayoría no sabe nada de finanzas, economía ni impuestos, pensarán que es muy poco. Pero el ISR es sobre utilidades netas, no sobre ventas. Como lo demuestra El Norte en ésta nota, si se calcula el ISR parado sobre utilidades, el nivel que pagan las empresas es alto comparado con otros países. Ahí radica en buena parte la falta de competitividad.

 

Además, las empresas no sólo pagan el ISR sobre sus utilidades, también tienen que pagar el 10% de esas utilidades a los trabajadores, el 2% sobre la nómina (que en empresas de servicio es el principal gasto), tienen que pagar las cuotas patronales al IMSS, al INFONAVIT, energía eléctrica cara, y si a eso le sumamos costos adicionales en seguridad y contabilidad, pues es obvio que la generación de empleos en México sean tan magra o nula.

 

Definitivamente hay mucha evasión de impuestos en las empresas, la mayoría legal aprovechando los propios huecos, exenciones, que dan las complicadas leyes mexicanas, pero que haya esa evasión es independiente de la ineficiencia, improductividad, grandes dispendios, de los políticos y burócratas. ¿Quién puede estar de acuerdo con pagar más impuestos para mantener a toda esa bola de flojos? Ese es el punto, que el gobierno quiere más dinero pero no nos ha demostrado que sea eficiente con el que ya recibe. Al contrario, sólo vemos despilfarros, sueldos altísimos, canonjías que no van con el nivel del resto de la población.

 

Por eso hay que hacer huelga de impuestos. Si el gobierno, los legisladores, no hacen nada para aumentar la base fiscal, para que los que están en la informalidad, también paguen, pues vamos a comprar más en la informalidad para que los políticos por fin se decidan a atacar el problema de raíz. Pero no sólo eso, también exigimos que el gobierno reduzca significativamente su gasto corriente, que ya no sea vaya el 80% en sueldos de burócratas, que lo reduzca al menos al 50%, para que entonces si veamos que el Estado invierte más en infraestructura. Que veamos que nuestros impuestos son usados correcta y eficientemente. Estoy seguro que de esa manera la intención de muchos mexicanos para evadir impuestos bajará significativamente. Exigimos una reforma fiscal integral que ataque directamente la evasión del sector informal (IVA generalizado) y que promueva la inversión productiva que genera empleos (ISR bajo, parejo, y sin exenciones). Mientras todo eso no suceda: Huelga de impuestos.

 

Saludos

 

Dany Portales

 

 


jueves, octubre 29, 2009

 

El discurso y los hechos.

El discurso:

 

Jorge Ramos Enviado
El Universal


 

PUERTO VALLARTA, Jal.— El presidente Felipe Calderón criticó ayer a las empresas que más ganan “y rara, rara vez pagan impuestos”, por lo que les exigió cumplir con su obligación de cooperar con las finanzas públicas, ante la gravedad que viven en municipios, estados y Federación.

Todos los mexicanos, excepto los más pobres, deben colaborar con la hacienda pública, señaló ante alcaldes de todo el país, y aceptó que no es grato recabar impuestos.

“Es imprescindible fortalecer las finanzas públicas. No es grato para ningún gobernante recolectar impuestos, pero es necesario que los gastos para proveer satisfactores al ciudadano sean sufragados con contribuciones equitativas, como lo manda la Constitución”, expresó el Ejecutivo federal.

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Los hechos:

En los hechos, ni el ejecutivo federal, ni el legislativo, ni en la presente administración/legislatura, ni las anteriores de los ultimos 30 años por lo menos, han hecho absolutamente nada para esos que más ganan “y rara, rara vez pagan impuestos”, lo hagan. La base de contrinuyentes sigue siendo la misma desde hace años, el gobierno (Gobierno me refiero a los tres poderes de los tres niveles) lo sabe y no modifica ni un apice las propuestas para amuentar la base grabable y disminuir los impuestos para incentivar la economía.

Se la pasan de discurso en discurso, queriendonos ver la cara, pero en los hechos, nada hacen para que se eliminen las exenciones que les permiten evadir impuestos.

Se requiere una reforma fiscal integral, que mepiece de cero, que elimite todos los impuestos actuales y genere nuevos que sean mas competitivos internacionalmente, que no cambien cada año y que aumenten la base gravable y disminuya la informalidad. El mejor impuesto para esto, es un impuesto general al consumo, complementado con impuestos bajos a las ganancias (a la renta), que no tenga exenciones o sectores protegidos.

¿Entenderá esa especie rara de animales (politicos) lo que deben hacer? ¿Hasta cuando lo vamos a tolerar?

Ademas, para que quieren impuestos, ¿es verdad que es para proveer satisfactores ó sera para pagar a la burocracia? (Ver el otro correo de Dany, 80% va a pago de salarios, la mayoria salarios miserables, pero a muchisimos).

Saludos...

 

Víctor David Portales Castro

 


miércoles, octubre 28, 2009

 

Es México 'líder' en nómina burocrática

Trunca estructura actual del gasto posibilidad de invertir para impulsar el crecimiento del País
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Ernesto Sarabia, El Norte
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Ciudad de México  (28 octubre 2009).-   La economía mexicana se ubica como líder en las remuneraciones a burócratas en la estructura de costos del gobierno, entre una muestra de 28 miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Datos de la organización revelan que el 80 por ciento del costo total de operación que tiene el Gobierno mexicano se destina a pagar las remuneraciones de la burocracia.

Juan E. Pardinas, director de finanzas públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), dijo que la información del llamado "Club de los ricos" confirma que el principal problema de la crisis fiscal del País viene por el lado del gasto, por lo que, si no se cambian los patrones del ejercicio del dinero público, no habrá alza de impuestos que alcance.

Después de México se ubican Grecia y Dinamarca, cuyas remuneraciones representan 60.8 y 58.1 por ciento en su estructura de costos de operación gubernamental.

Tanto la economía griega como la danesa forman parte del grupo de las 11 que están debajo de México, con una nómina que devora entre 50.2 y 60.8 de los recursos canalizados a cubrir los costos del gobierno.

Holanda aparece con la nómina menos onerosa en sus costos, al representar 32.1 por ciento del total.

En Japón, República Checa y Alemania, los recursos orientados al pago de nómina de burócratas representan alrededor de un tercio del costo operativo.

Por su importancia, el segundo elemento de mayor peso en la estructura de costos de México tiene que ver con los bienes y servicios financiados por el Gobierno, al representar 19.5 por ciento.

Mientras que el consumo de recursos para formación de capital (inversión) sólo equivale a 0.7 por ciento, lo que contrasta con el 8.9 por ciento promedio de la OCDE.

Jorge Romero, ex director ejecutivo de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, explicó que la situación presupuestal de México exige una reforma integral para reducir la pesada carga de los sueldos y salarios de la burocracia en las finanzas.

Por los recursos que absorbe la parte de remuneraciones de servidores públicos se sacrifica la inversión en infraestructura productiva (puertos, carreteras, ferrocarriles) y social para grupos marginados, principalmente en salud y educación, dijo Romero.

La estructura actual del gasto trunca la posibilidad de invertir para impulsar el crecimiento económico de la nación.

Y con esto, aseguró Romero, las perspectivas de empleo se vuelven pobres, lo que significa desaprovechar el bono demográfico, el cual se compone de la población joven en condiciones de incorporarse a la población económicamente activa en régimen formal.

Ante esta problemática, los especialistas creen que urgen ajustes de fondo para modificar la inercia del gasto del Gobierno federal.

Para Romero, una de las cosas que se debe hacer es pedirle cada año a las dependencias federales información de su plantilla laboral y su estructura.

 

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¿Así o más claro? ¿Cuándo vamos a ser un país desarrollado si el 80% del costo del gobierno se va en salarios a los burócratas? Y no se vayan con la finta de que todo es por los sueldazos de los altos funcionarios. En dinero, lo más fuerte es el exceso de burócratas, los de base, los sindicalizados, que en cualquier dependencia son, al menos, el doble o triple de los necesarios. El caso más escandaloso era el del SME, con 5 veces más trabajadores. Si, los altos sueldos y prestaciones de los funcionarios de primer nivel son onerosos y sobre todo injustos. Pero no es ahí donde radica la parte principal de ese 80%.

 

Ya es tiempo de decir ‘basta’, no debemos tolerar mantener esa gorda burocracia. No debemos aceptar que más del 50% del Erario se vaya en sueldos de burócratas. El país requiere mucha inversión en carreteras, puertos, puentes, escuelas, y hospitales como para estar manteniendo burócratas. Y debemos exigir que sean los políticos quienes empiecen con el recorte. Primero reduciendo en al menos la mitad el gasto público a los partidos. Aquí hay una muy buena propuesta: www.yabajenle.org.mx

 

También ya debemos exigir la desaparición o reducción significativa de los legisladores plurinominales. Y que el sueldo de los altos funcionarios se reduzca en un 20 o 30%. Y hacia abajo quizá la reducción en sueldo no sería tan alta, pero habría que despedir al personal excesivo. Ya es tiempo de que los burócratas entiendan que las plazas no son de su propiedad, que el Erario no es para vivir sin trabajar, que no son derechos heredables. Todo ese dinero sale de quienes si pagamos impuestos.

 

Y mientras estos cambios no sucedan, mientras no haya una reforma fiscal que ataque la informalidad (IVA generalizado, sin exenciones) y que incentive la inversión productiva, la generación de empleos (ISR bajo y parejo, sin exenciones), además de una reducción significativa del gasto corriente del gobierno (en todos los niveles y en los 3 poderes) de tal manera que los sueldos no sean más de la mitad, hasta entonces debemos estar en huelga de impuestos todos quienes somos contribuyentes cautivos. Si para los gobiernos de los 3 niveles el comercio informal está permitido, entonces ahí debemos comprar un poco más, para que les llegue menos dinero a los burócratas. Nosotros tenemos el poder, es tiempo de hacer una revolución pacífica y silenciosa disminuyendo los impuestos que pagamos, para forzar a los políticos a realizar los cambios que se requieren, para que se pongan a trabajar.

 

¿Le entras? Te invito a reenviar este correo con todos tus contactos.

 

Dany Portales

 

 

 


 

Hu versus Sarkozy, lección de economía

No existe regla más confiable que la regla del 95 por ciento: 95 por ciento de lo que usted lee sobre economía y finanzas es incorrecto o irrelevante. Solo reflexione por un momento en las lecciones repetidas más frecuentemente sobre la Gran Depresión (1992-1933). Según la mayoría de las explicaciones, la caída de la Bolsa en octubre de 1929 fue la chispa que envió a la economía a una espiral descendente.

¿Cómo pudo ser esto? Después de todo, para noviembre de 1929, el mercado accionario había comenzado a recuperarse, y para mediados de abril de 1930 ya había alcanzado los niveles previos al crash. Contrario a la creencia popular, el fracaso masivo del gobierno -no la caída del mercado de valores- empujó a Estados Unidos hacia la Gran Depresión. Y fue la Reserva Federal que dio inicio a la terrible pesadilla. Durante el curso de la Gran Depresión , la oferta monetaria se contrajo en 25 por ciento. Esto envió a la economía hacia una espiral deflacionaria de muerte, con el nivel de precios a la baja en 25 por ciento.

La Reserva Federal no fue la única culpable. En el nombre de salvar empleos, la iniciativa comercial Smoot-Hawley se convirtió en ley en junio de 1930. Esa intervención incrementó los aranceles de Estados Unidos en más del 50 por ciento. Esta fue rápidamente seguida por la implementación de tarifas de represalia en más de 60 países. En consecuencia, el comercio mundial colapsó y la tasa de desempleo en Estados Unidos subió desde 7.8 por ciento en junio de 1930 a 24.7 por ciento en 1933.

Además de la ley arancelaria Smoot-Hawley, la administración de Hoover y el Congreso demócrata impusieron el mayor incremento de impuestos en la historia de Estados Unidos, donde la tasa impositiva máxima sobre los ingresos subió de 25 a 63 por ciento en 1932. Si esas políticas del gobierno no fueran lo suficientemente destructivas, el Nuevo Acuerdo de la Administración Roosevelt creó un régimen de incertidumbre porque las principales políticas estaban siendo cambiadas demasiado rápido. Como resultado, los inversionistas estaban temerosos de comprometer fondos en nuevos proyectos y la inversión privada se colapsó.

Lejos de salvar al paciente, la intervención del gobierno casi lo mata. Pero usted no sabrías esto de escuchar el actual discurso sobre el Pánico de 2008-09. De hecho, políticos y expertos en todo el mundo, desafortunadamente, han marcado de nuevo a la Gran Depresión y elaborado falsas lecciones de historia para las políticas dirigidas y justificaciones sobre sus mega intervenciones.

En consecuencia, el elemento clave tanto para la Gran Depresión y el Pánico del 2008-09 -es decir la Reserva Federal- está programado para convertirse en el regulador del riesgo sistémico de Estados Unidos. Este es el mundo al revés. La Reserva Federal es el riesgo sistémico.

La verdadera lección que se puede extraer de la historia de los ciclos económicos es que, si se deja que sigan su curso natural, severas caídas son seguidas por rápidos repuntes. Por ejemplo, durante la recesión de 1921, los precios al mayoreo, producción industrial y empleo manufacturero cayeron en 30 por ciento o más, alcanzando su mínimo a mediados de 1921. Pero, sin la intervención del gobierno, la economía se recuperó naturalmente, y para principios de 1922, se había recuperado plenamente, desde sus mínimos de mediados de 1921.

Da igual. La crisis ha potenciado a los intervencionistas. Uno de los más hiper-activos es el Presidente francés Nicolás Sarkozy. Además de dirigir la carga para imponer controles de salarios a los grandes banqueros, él tiene visiones grandes. Quiere ir más allá del "fetichismo del PIB". La conjetura de Sarkozy es que las métricas del PIB no miden la "felicidad".

Para corregir ese alegado defecto, el Presidente Sarkozy nombró a la "Comisión de Medición del Desempeño Económico y Progreso Social". Dicha comisión está encabezada por dos premios Nobel: Joseph Stiglitz de la Universidad de Columbia, y Amartya Sen de Harvard. El reporte de la comisión, publicado en septiembre pasado, presentó las conocidas deficiencias asociadas con la contabilidad del ingreso nacional, incluyendo la medición del PIB. Dicho esto, la comisión falló para presentar algo nuevo, medidas confiables que contabilicen toda la salud de la economía. La comisión, sin duda, pasará a la historia como un típico espectáculo de fuegos artificiales de Sarkozy, sin medición de la "felicidad" al final del actuación.

En el futuro previsible, las métricas del PIB, así como otras medidas económicas estándar, seguirán siendo el centro de atención para los economistas y encargados de las políticas. El Presidente Hu de China dejó claro en un discurso sobre cambio climático ante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado. Sin someterse a "los verdes", el Presidente Hu de China subrayó que los países en desarrollo deberían "ir por el crecimiento".

Esto fue un baño de agua fría para el Presidente Sarkozy y otros intervencionistas. Después de todo, el crecimiento del PIB y los niveles del PIB per capita son cercanamente, y positivamente, asociados con métricas que miden la vitalidad del libre mercado y la facilidad para hacer negocios. Y esto no es todo. El crecimiento económico es, casi literalmente, una cuestión de vida y muerte. La prosperidad afecta la esperanza de vida (salud) de una forma positiva.

Una imagen fiable de los asuntos de un estado económico puede ser obtenido mediante la construcción de un índice de miseria con medidas estándar: la suma de la tasa de inflación, más la tasa de interés (para préstamos), más la tasa de desempleo, menos el cambio anual porcentual en el PIB per capita.

Un ejemplo es el índice de miseria para Nueva Zelanda durante el periodo 1980-2008.

Para principios de los años 80, la economía de Nueva Zelanda estaba sufriendo de intervencionismo y su índice de miseria estaba en niveles récords. Entonces Roger Douglas tomó las riendas del Ministerio de Finanzas y empujó profundas reformas de libre mercado.

En ellas se establecieron las bases para una caída inicial considerable en el índice de miseria de Nueva Zelanda. La segunda etapa de la baja en el índice ocurrió durante el mandato de Ruth Richardson como Ministro de Finanzas en 191-93, cuando ella impulsó una serie de reformas económicas liberales. A finales de 1999, el Partido Laboral, con Helen Clarke al frente, tomó el poder en Nueva Zelanda, donde permaneció hasta noviembre de 2008. Durante ese largo periodo, las dramáticas reformas económicas de finales de 1980s y principios de 1990 se desgastaron y el índice de miseria más que se duplicó.

El Presidente Hu tomó nota de la principal lección de la historia económica: "ve por el libre mercado" y la prosperidad y longevidad le seguirán.

 

Steve Hanke

Profesor de Economía Aplicada en Johns Hopkins University en Baltimore, y Senior Fellow en el Cato Institute en Washington, D.C.

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Cualquier similitud entre las políticas económicas del gobierno de EUA que agravaron la gran depresión y las políticas que se han implementado en México NO son meras coincidencias. Aumentar impuestos, frenar las inversiones, es de lo principal que nos mantiene en el retraso. ¿Cuándo lo entenderán los políticos?

 

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martes, octubre 27, 2009

 

El gran engaño

Nos han mareado. Partimos de la premisa falsa de que hay que aumentar el gasto, y lo que hay que discutir es cómo conseguir los ingresos.

Imagine por un momento que los senadores hacen su trabajo en serio y con profundidad.

Y que, como conclusión de ello, rechazan el aumento de un punto del IVA; de 2 puntos al ISR; les quitan la retroactividad a los cambios en consolidación fiscal y tampoco aceptan el IEPS en telecomunicaciones.

Imagine que ratifiquen el precio de 59 dólares por barril fijado por los diputados y que quede en un punto porcentual del PIB el déficit público para el próximo año.

Pero con algo adicional. Que en la minuta que regresen a los diputados les digan que esos son todos los recursos con lo que se cuentan y que... si no alcanzan, pues ni modo, tendrán que recortar el gasto.

¿Sería eso una tragedia nacional? ¡Todo lo contrario!

Saque, por favor, su calculadora y veamos las siguientes cuentas.

El dictamen que los diputados enviaron al Senado establece un gasto público total de 3 billones 176 mil millones de pesos.

Hay que restar a este monto 29 mil 247 millones de pesos, que es el impacto derivado del aumento de un punto al IVA.

En el caso de los cambios en la consolidación fiscal, se estimó una recaudación adicional cercana a los 30 mil millones de pesos. Suponga que la eliminación de la retroactividad le hace perder a Hacienda 20 mil millones.

Reste otros 54 mil millones de pesos derivados del incremento de 2 puntos porcentuales a las tasas de este impuesto.

Y también reduzca en 10 mil 433 millones del impuesto especial a las telecomunicaciones.

Todo esto representa un monto de 113 mil 680 millones de pesos.

Pero ahora súmele 30 mil millones de pesos más de financiamientos por la ampliación del déficit en un cuarto de punto del PIB.

El ajuste total sería de 83 mil 680 millones.

Es decir, el ingreso público total sería de 3 billones 92 mil 652 millones de pesos, 2.5 por ciento por debajo de lo presupuestado por Hacienda en la Ley de Ingresos.

Pero vamos más allá en las comparaciones.

De acuerdo con las estimaciones de Hacienda (a precios del 2010 para hacerlos comparables), el gasto público total de este año será de 3 billones 48 mil 797 millones de pesos.

De manera que aun con todos los ajustes que le hemos listado, las erogaciones del 2010 ¡serían mayores casi en 45 mil millones de pesos a las de este año!

Los legisladores se han metido en una discusión que parte de premisas falsas: que es necesario un aumento del gasto público. Y ya sobre esa consideración, entonces sí, viene el jaleo de cómo habrá de obtenerse dicho incremento.

Perdón por la reiteración (pues le he comentado las cifras ya en varias ocasiones), pero el gasto público programable creció de 14 por ciento del PIB en el año 2000 a 19 por ciento en este año.

O, si lo quiere ver en términos de pesos constantes de los actuales, de un nivel de 1.5 a 2.2 billones de pesos, lo que implica un alza de casi 47 por ciento en términos reales. Y nada sustancial ha cambiado en México en este lapso de 9 años.

Hay que poner la discusión fiscal de pie y no de cabeza, como está ahora.

Si hay tratamientos fiscales inequitativos, hay que corregirlos por la necesidad de equidad fiscal y punto.

El Gobierno dice que hay que buscar ingresos permanentes para sustituir a la caída permanente que hemos tenido en los ingresos petroleros.

¿Por qué no pensar entonces en recortes permanentes al gasto público precisamente para lograr tener finanzas equilibradas?

Enrique Quintana 
enrique.quintana@reforma.com

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Comprobado con datos, con números. El gobierno NO necesita aumentar los impuestos. Lo que tienen que hacer es reducir el gasto, hacerse más eficientes. ¿Acaso no pueden mejorar su productividad en un 2.5%? Si no pueden son incompetentes como administradores del Erario. Y si son incompetentes no deben estar ahí. Ni un peso más a los políticos y burócratas ineficientes. Tienen dinero suficiente para que funcionaran de manera aceptable. Es hora de que los contribuyentes cautivos que sostenemos a este país digamos ya basta. Es hora de hacer una huelga de impuestos.

 

Si el gobierno no hace nada para disminuir el comercio informal, pues entonces hay que volvernos todos informales, comprar lo más que podamos en la economía informal hasta que el gobierno se ponga a trabajar. Tampoco se vale que aumenten la deuda pública, el déficit, pues eso causará inflación, que es el peor impuesto de todos. Lo que tienen que hacer es ponerse a trabajar.

 

 


domingo, octubre 25, 2009

 

Huelga de impuestos

Para quienes me conocen en persona y/o que han leído mis editoriales (las cuales inicié hace ya 10 años) probablemente les impacte lo que el día de hoy voy a proponer, sin embargo no veo otra posible solución. Lo he meditado bastante en los últimos días, semanas, y en verdad ya estoy harto (UTTM por sus siglas en inglés) de los políticos mexicanos, de todos los partidos, y de todos aquellos burócratas improductivos que hacen como que trabajan a costa de los impuestos de los mexicanos que somos contribuyentes cautivos. No dudo que haya muchos burócratas que si cumplen con sus responsabilidades y desquitan su sueldo, pero lamentablemente son los menos.

 

Una vez más los políticos nos están recentando un engendro fiscal, un aumento de impuestos para compensar la caída de ingresos del Estado causada por la crisis mundial, la caída en los precios del petróleo, y el declive de la producción de PEMEX. Durante más de 30 años los políticos mexicanos desaprovecharon los ingresos extraordinarios que tuvimos por el petróleo. Primero los gobiernos del PRI a partir de 1970 empezaron a engrosar la burocracia, aumentaron los subsidios, el gasto corriente, crearon impuestos (ISR e IVA) con muchas exenciones, beneficiando ciertos sectores de la economía para su beneficio personal o para administrar la pobreza, asegurando votos a su causa. Todo lo compensaron primero con deuda que causó las enormes inflaciones de hasta 3 dígitos de finales de los 70’s y de los 80’s. Luego fueron cubriendo todo ese gasto corriente con los ingresos finitos del petróleo. Después llegaron los panistas, y aunque Fox intentó hacer una reforma fiscal, con IVA generalizado y un ISR bajo, no hizo nada por reducir la gorda burocracia, al contrario, ésta siguió creciendo. El PRI se opuso a la reforma fiscal, y las cosas siguieron igual.

 

Llegó Calderón y aunque se han logrado reformas como la del ISSSTE, realmente han sido parciales, incompletas, y no van a la raíz del problema. Yo he votado por el PAN porque se suponía que son liberales en lo económico, sin embargo lo que propuso el gobierno calderonista, aumentando el ISR del 28 al 30%, un nuevo impuesto a las telecomunicaciones, más IEPS a las bebidas alcohólicas, y un impuesto al consumo del 2%, adicional al IVA, son todo menos propuestas liberales, al contrario, sólo se siguen ensañando con quienes somos contribuyentes cautivos, con los mismos de siempre. Salvo el IDE que si ataca directamente a los evasores, todo lo demás deja intactas las estructuras de la informalidad, de los evasores. Y no se vayan con la finta, el PRI no votó en contra de la propuesta de Calderón, no se dejen engañar por los priístas que andan diciendo que detuvieron la iniciativa del ejecutivo. No aprobaron el impuesto del 2% al consumo (que al ser general, sin exenciones en alimentos y medicinas, si incluía a muchos evasores) porque iba a ser un ingreso etiquetado, que se quedaría en manos del gobierno federal sin pasar por los gobernadores. En cambio aumentaron el IVA del 15 al 16% porque es un impuesto participable a los estados, es decir, los gobernadores aumentarán sus ingresos (y sin rendir cuentas) que habían bajado por la caída en los ingresos petroleros. El PRI también aumentó el precio estimado del petróleo para el 2010 (lo que también aumenta los ingresos a los gobiernos estatales, en su mayoría del PRI), así como la deuda que el gobierno podrá contraer. Pero no hay lonche gratis, un aumento en la deuda y una apuesta incierta al precio del petróleo sólo aumentará el riesgo país, con tasas mayores de interés y devaluación del peso: más inflación, el impuesto que más pobreza causa.

 

Los senadores del PRI andan diciendo que darán marcha atrás al incremento del IVA, pero sus propuestas se reducen a incrementar aún más el precio estimado del petróleo y más deuda pública. Nuevamente, devaluación y mayor inflación. Todo por mantener los ingresos del gobierno en el mismo nivel. Nos quieren dorar la píldora diciendo que es para los pobres, para mantener los programas antipobreza como Oportunidades y el Seguro Popular, pero esas limosnas no terminarán con la pobreza. Sólo la administran, la mantienen subyugada para que los políticos sigan ganando votos, y por ende pegados a la ubre del Erario. No quieren reducir el gasto corriente ni la gordísima burocracia. Hubo una propuesta seria para reducir el gasto en los partidos políticos y el PRI y el PRD la rechazaron. El único ahorro, recorte, que se ha hecho en forma es la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, que con sus más de 40 mil trabajadores, 5 veces más de los necesarios, era un pozo sin fondo para todos los que pagamos impuestos.

 

Pero si el gobierno federal se atrevió a tocar la vaca sagrada del SME, fue sólo porque la crisis económica les había hecho llegar el agua hasta el cuello. Si el precio del petróleo siguiera alto les aseguro que LyFC estuviera intacta. Zedillo, Fox y Calderón por 3 años, no hicieron nada por detener la corrupción e ineficiencias de esa empresa. Sin embargo, todo parece indicar que lo de LyFC es llamarada de petate. La propuesta fiscal de Calderón, y lo que el PRI aprobó, así lo demuestran. No se tocarán las prerrogativas del SNTE, del STPRM, del SUTERM, del SNTSS, del SNTISSSTE, ni de los partidos políticos. No se está atacando al comercio informal (esos que bien organizados militan en más de un partido político), ni a los sectores privilegiados como el agrícola y el del transporte, que no pagan impuestos pero bien que reciben subsidios. ¿O acaso creen que es coincidencia que los políticos comúnmente tengan ranchos grandísimos, o grandes compañías transportistas? A los del PRI se les llena la boca con los ideales de Zapata, pero los más grandes latifundistas de éste país militan en ese partido.

 

Yo ya estoy harto de ser parte de la minoría que sostiene a todo ese aparato burocrático, improductivo, lleno de vacas sagradas. Durante mucho tiempo afirmé que había que cooperar con el Estado, que no debíamos ser parte de la informalidad, que si queríamos tener derechos, había que empezar con las obligaciones. Y pagar impuestos es una obligación que tenemos como ciudadanos. Sin embargo ya me convencí que los políticos no harán nada por cambiar las cosas; mientras la mayoría de la población piense que no se debe pagar IVA por alimentos y medicinas, que la gasolina, luz y agua deben ser baratos o hasta regalados, y que el Estado debe dar limosnas a los pobres (sobre todo en época de elecciones), los políticos no tendrán ningún incentivo por cambiar el status quo que los mantiene pegados al Erario. A menos que les llegue el agua hasta el cuello.

 

Hay muchos que hablan del 2010 como el año en que vendrá un estallido social. Hacen la analogía con 1810 y 1910, la independencia y la revolución. Pero quienes así piensan sólo consideran la historia oficial, mostrando una tremenda ignorancia de la historia real y sus consecuencias. Hubo otras guerras civiles que marcaron al país, principalmente la Guerra de Reforma, y que no coinciden con los ciclos de 100 años. Además, tanto la independencia como la revolución no generaron ningún cambio real, positivo, para la mayoría de la población, sólo cambiaron al grupo minoritario en el poder, por otro, pero a un costo de vidas altísimo, al contrario, sólo dejaron un país más pobre. No, un estallido social no resolverá los problemas, al contrario, nos hundiría aún más, y al final llegaría otro grupo a imponer su visión particular.

 

Lo que se requiere es un cambio en la manera de pensar de la mayoría de los mexicanos: la idiosincrasia adoctrinada por más de 70 años que los hace esperar lonches gratis, subsidios, y un Estado benefactor. Sin embargo, esa mentalidad no cambiará mientras el círculo vicioso del populismo democrático este vigente. Son esas políticas populistas, sostenidas por los impuestos de unos cuantos contribuyentes cautivos, lo que asegura los votos que mantienen a los políticos actuales en el poder, quienes mientras no haya algo que los obligue, mantendrán ese populismo lo más posible, retroalimentando el círculo. Un cambio cultural toma mucho tiempo, generaciones, además con el pésimo sistema educativo mexicano, que forma parte del círculo vicioso, dudo que pase. Por eso es más factible que sean los políticos los que ante la falta de presupuesto, se vean obligados a hacer los cambios necesarios. Suena paradójico, pero es la ley de la oferta y la demanda, natural del mercado, aplicada al sistema de incentivos de los políticos.

 

Por eso, si ellos piensan que subiendo impuestos a los contribuyentes cautivos mantendrán su status quo, entonces hay que demostrarles que ya no funcionará, hay que obligarlos a rectificar. Y nuevamente se requiere otra paradoja: para acabar con la informalidad, con quienes evaden impuestos, tenemos que engrosar sus filas. ¿Paradójico, no? Pero piénsenlo un poco, hoy parece que hay dos tipos de mexicanos, los que pagamos impuestos y los que no. Los que no pagan, no tienen ninguna preocupación. Los políticos no hacen nada para castigarlos, al contrario, muchas políticas públicas parece que fueron diseñadas para hacer crecer la informalidad. ¿O acaso ha visto a un inspector del SAT haciendo requerimientos a los puesteros de los mercados rodantes? ¿Acaso el SAT tiene registrados a todos los agricultores y ganaderos del país? Pues entonces hay que consumir lo más posible productos y servicios en establecimientos que no pagan impuestos. Si los gobernadores preciosos del PRI creen que aumentando el IVA al 16% compensarán la caída de los ingresos petroleros, pues hay que comprar lo más posible en los mercaditos, que no pagan IVA, para que en el 2010 el gobierno no logre aumentar la recaudación y se vean forzados a recortar sus gastos durante el año.

 

Invito a todos los mexicanos que somos contribuyentes cautivos a que hagamos, en la medida de lo posible, una huelga de impuestos en el 2010 de tal manera que el gobierno no aumente su recaudación. Y ojalá el mercado internacional sea favorable a esta causa (y por el bien del país en el largo plazo, aunque en el corto plazo duela) y los precios del petróleo en el año que entra sean menores a lo que estimen “nuestros” políticos en el Congreso. Para quienes somos contribuyentes cautivos es muy difícil hacer una huelga de impuestos, pues nuestros patrones, las empresas para las que trabajamos, están obligadas a retenernos el ISPT, además de las cuotas del IMSS e INFONAVIT. Sin embargo, si todos los que somos cautivos cambiamos ligeramente nuestros patrones de consumo, puede ser posible que aumentemos la presión en el gobierno de tal manera que lo que se ha hecho con LyFC no quede en anécdota aislada. Simplemente con que del total de nuestros gastos, de lo que compramos, aumentemos en un 5% la composición de lo que compramos en la economía informal, sería suficiente para revertir el incremento a los impuestos que están proponiendo. Es decir, supongamos que hoy gastamos un 70% en la economía formal (lo que paga IVA) y el resto en la informalidad, con que ese monto baje al 65%, estaríamos anulando el efecto del incremento del IVA y del ISR.

 

No es tan difícil de hacer como parece. Sólo hay que cuantificar cuánto estamos consumiendo en el sector informal de la economía hoy en día, e incrementarlo un poco. En todo el país hay mercados rodantes, informales. En ellos se vende de todo, desde alimentos, hasta ropa, calzado, y lo que se les ocurra. Si hoy no compran ahí, vayan de vez en cuando. Si ya van una vez al mes, ahora vayan dos veces. Si ya lo hacen frecuentemente, traten de gastar un poco más ahí y menos en el comercio establecido. Es imposible que se pueda comprar todo en la informalidad, además de que tampoco es recomendable pues muchos empleos existen en el comercio formal, y la idea no es agravar la crisis de la economía. La idea es que la crisis se agrave pero sólo para el gobierno, para los políticos, para los legisladores.

 

Si por tu nivel de ingresos y/o por la cercanía a la frontera con los EUA acostumbras ir de “shopping”, pues ahora hazlo no sólo con la intención de adquirir lo que aquí no encuentras o que es caro, sino pensando en gastar un poco más aunque sea algo que si encuentres en México, pero que tu pago de IVA en el año sea menor. También podrías negociar tu incremento salarial del próximo año para que no fuera en dinero, sino en prestaciones que no paguen impuestos. Por ejemplo, si no recibes vales de despensa o todavía no llegas al tope, que tu incremento sólo sea en vales. O quizá podrías negociar que te paguen una maestría en lugar del incremento. La mayoría de los contribuyentes cautivos laboramos en las micro, pequeñas o medianas empresas, que normalmente tienen menos prestaciones, y estoy seguro que, si hace una buena negociación, pueden aprovechar las exenciones de ley para que su ingreso sea mayor sin pagar más impuestos.

 

Yo ya hice cálculos y lo que pago de impuestos no se me retribuye en servicios que proporciona el Estado. Me queda a deber en sus principales responsabilidades: seguridad, educación y salud. Pagué un sobreprecio por comprar una casa en una colonia cerrada, además de que pago mensualmente una cuota para la vigilancia privada de la colonia, así como monitoreo de la alarma en mi casa. Pago colegio privado para mis hijas porque la educación pública no sirve. Y si mi familia o yo nos enfermamos vamos a un hospital privado porque los públicos tampoco sirven, por lo que pago seguro de gastos médicos mayores. ¿Y todavía quieren aumentarme los impuestos? ¿Para que los partidos políticos sigan gastando igual o más? ¿Para mantener burócratas improductivos como los del SME, SUTERM, STPRM, SNTE, etc.? ¿Para que Rodrigo Medina, flamante gobernador priísta de NL, rente una mansión como su casa durante 6 años a un costo de 35 millones de pesos para el Erario?

 

No señores políticos, yo ya estoy UTTM de todos ustedes, y voy a poner mi granito de arena para que sus planes para mantener el mismo tamaño del sistema burocrático les fallen. Ojalá este mensaje genere una cadena de correos de tal forma que llegue a la mayor cantidad de contribuyentes cautivos en el país para que ésta huelga de impuestos sea efectiva. Los invito a poner su granito de arena. Es hora de decir “ya basta”. Si para que los políticos por fin se decidan a tomar las decisiones que requiere el país se necesita magnificar el problema de la informalidad, pues es una medicina amarga que hay que tomar.

 

Yo, por lo pronto, me declaro en huelga de impuestos hasta que el sistema fiscal del país cambie, hasta que sólo existan dos impuestos sin exenciones: un IVA generalizado que minimice la evasión, y un ISR bajo que incentive la inversión que genera empleos. La pobreza no se acabará con limosnas del gobierno, se reducirá cuando el país mantenga por al menos 15 o 20 años tasas de crecimiento del PIB de más del 5% anual. ¿Te acuerdas lo que prometiste en campaña, Calderón? Aunque el PRI y el PRD no lo hubieran aceptado, era tu responsabilidad proponerlo y tratar de convencer a la población de que era lo mejor. ¿Qué pasó?

 

Dany Portales


domingo, octubre 18, 2009

 

¿Por qué primero el SME?

A una semana de la liquidación, por decreto presidencial, de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) sigue fluyendo la información y, sobre todo, las opiniones a favor y en contra de la medida. Cuando yo me enteré me dio mucho gusto y pensé que por fin se estaban tomando las decisiones que éste país requiere para salir del retraso. Pensé, ingenuamente, que serían pocas las voces en contra de la medida pues la corrupción, ineficiencia y excesos del SME son de todos conocidos, incluso por la gente que no vive en el centro del país. ¿Quién se atrevería a cuestionar una medida que va directo contra la corrupción, redes clientelares, y cacicazgos?

Pues claro que habría gente que se opondría a la medida, y son todos aquellos que tenían algún beneficio del status quo. Empezando con el SME, el principal perdedor, pero siguiendo con sus familiares, con las personas que pagan poca o nada de energía eléctrica por los diablitos administrados por el sindicato, y claro, todos los demás sindicatos corruptos, improductivos, ineficientes, que se han apresurado a apoyar al SME para evitar ser ellos los siguientes en la lista. Y obviamente los políticos que siempre tratan de llevar agua a su molino, de proteger a sus grupos clientelares, a sus bases, y que por ello, aunque digan que representan el cambio, realmente representan a quienes quieren mantener la situación actual. Todos estos grupos representan más de la 3ª parte de la población, como lo han revelado las encuestas que se han hecho sobre este tema. De ese tamaño es el problema para cambiar, mejorar, al país.

Sin embargo también hay un importante grupo de la población que si bien aplaude la medida, critica que sólo sea el SME el único sindicato afectado cuando todos sabemos que el de PEMEX (STPRM), el de maestros (SNTE), el del IMSS (SNTSS), el del ISSTE (SNTISSTE) y el de la CFE (SUTERM), por sólo mencionar los más grandes, también son un nido de corrupción e ineficiencias. ¿Por qué se empezó (si es que habrá más cambios) por el SME cuando seguramente las fugas por ineficiencias en el STPRM deben ser mayores?

La principal razón de que se empezó con el SME, desapareciendo a LyFC, es que existe otra opción con que reemplazarlos relativamente rápido: CFE y el SUTERM. Y no es que la CFE y el SUTERM tengan calidad y productividades de clase mundial, pero de los males el menor, y al menos la CFE es 3 veces más productiva que LyFC, tiene 3 veces menos pérdidas. La segunda razón es que LyFC daba un servicio directo a la población, a casi la totalidad en su zona de cobertura, y un servicio muy fácil de medir, de evaluar por la gente. Y como el servicio del SME era pésimo, con corrupción a la vista de todos, con diablitos por todas partes, pues la mayoría de la gente ve con buenos ojos, con esperanza, que haya algún cambio.

Aunque la corrupción e ineficiencias del STPRM o del SNTE también son escandalosas, sus servicios tienen menores coberturas y son más difíciles de medir por el ciudadano común. La gasolina y diesel sólo son adquiridos por la minoría de la población y es rara vez que falle el suministro. La gente se queja de los precios de los combustibles, pero no piensa en PEMEX, y menos en el STPRM, como los culpables. Piensa en el gobierno federal como el culpable, aunque los combustibles estén subsidiados. En el caso del SNTE, no toda la población tiene hijos en edad escolar, y evaluar su desempeño es difícil para los padres de familia cuando ellos mismos tuvieron una educación deficiente. Quizá el parámetro más visible es que haya clases, que no falten o hagan paros. De ahí en fuera, ¿cómo puede un padre de familia evaluar el daño del SNTE en la educación de sus hijos cuando son resultados de muy largo plazo? En cambio la energía eléctrica, hay o no hay, las variaciones de voltaje son perceptibles por la mayoría, y el recibo de la luz llega sin falta.

Si se quisiera hacer algo similar con PEMEX ¿quién entraría a operar las instalaciones de la empresa para mantener el flujo de combustible a todo el país? Con el SNTE ni siquiera se podría hacer porque no es una empresa paraestatal creada por decreto, es un servicio del Estado y esta descentralizado entre los estados de la República. Además, de hacerse, ¿de dónde sacas más de 2 millones de maestros para mantener el servicio? Para quienes pedimos, y me incluyo porque también lo hice, que se haga lo mismo con otros sindicatos que siguen sangrando al Erario a costa de quienes somos contribuyentes cautivos, es momento de reflexionar y aterrizar nuestras exigencias. Ni siquiera Echeverría, en la cúspide del presidencialismo exacerbado mexicano, cuando contaba con todo el apoyo del Congreso, del poder Judicial, de los medios, del resto de los sindicatos oficialistas, pudo desaparecer al SME. LyFC estuvo en proceso de liquidación por casi 20 años, hasta que Carlos Salinas, otro ejemplo del presidencialismo autoritario, hizo otro decreto para crearla de nuevo, como pago al apoyo que el SME le dio, claro con cargo al Erario.

En esta semana apenas estamos viendo lo que este tipo de sindicatos, de grupos fácticos, pueden hacer para mantener sus canonjías, sus excesos, su permanencia pegados a la ubre del Erario. Marchas, manifestaciones, alianzas con otros grupos, amenazas, y sobre todo los sabotajes en el servicio para cansar al ciudadano común de tal manera que también presione para que se de reversa al proceso de liquidación. ¿Se acuerdan de Atenco? Así funcionan estos grupos conservadores (quieren que el status quo no cambie), reaccionarios. Además de las medidas de presión también actuarán por la vía legal, con amparos y controversias constitucionales en el Poder Judicial, que ya goza de bastante independencia respecto del ejecutivo a diferencia de hace 20 o 30 años. Aún no cantemos victoria, aún no es momento de felicitar a Calderón por ésta acción. Aún falta mucho camino por recorrer y puede que Calderón salga miedoso como Fox y se eche para atrás. O quizá reciba un revés legal en la SCJN. Así que si queremos ver acciones similares en otros sindicatos, paraestatales, instituciones, tenemos que ser pacientes y ver que éste primer paso se resuelva positivamente para el país.

Además no se podrá aplicar la misma medicina en cada caso, como lo mostré en los ejemplos del STPRM y del SNTE. La única forma viable, legal, de reducir el poder, las canonjías, la corrupción, de todos esos sindicatos será primero haciendo cambios legales a la Constitución y a varias leyes. La principal fortaleza, razón por la que han acumulado tantos privilegios, es su monopolio en el servicio. Con ese monopolio de un servicio básico han podido presionar, chantajear, año con año a los gobiernos en turno para ir aumentando sus privilegios y disminuyendo sus obligaciones. Y como el dinero del Erario no les cuesta a los políticos, pues no tienen incentivos para no ceder ante las presiones de esos sindicatos.

Tiene que haber una reforma legal que obligue a los sindicatos a transparentar sus finanzas a todos sus agremiados. Que los obligue a celebrar elecciones supervisadas por una instancia independiente externa, y que sean con voto libre y secreto, no a mano alzada en asambleas y con delegados. Y en el caso de sindicatos de burócratas, que reciben dinero del Erario, que las finanzas sean auditadas y transparentes para toda la población. También debe permitirse que el trabajador pueda decidir si quiere o no ser sindicalizado. Con esos sencillos, en apariencia, cambios el corporativismo sindical, la corrupción, serían metidos en cintura, al menos estarían mucho más acotados. La autonomía sindical y el derecho a formar un sindicato no deben ser excusas para la corrupción y la ineficiencia. Pero esos cambios no pueden venir del Presidente, tienen que salir del Congreso. Me pregunto si partidos que viven de las redes clientelares, como el PRI y el PRD, estarían dispuestos a este tipo de reformas. Y si por suerte se llegan a aprobar, seguramente habrá marchas, manifestaciones y bloqueos, ¿o creen que soltarán el hueso fácilmente?

Dany Portales

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sábado, octubre 17, 2009

 

¿Izquierda?

Los recursos que se destinaban a mantener al SME podrían servir para duplicar el programa Oportunidades y beneficiar a 25 millones de mexicanos en pobreza

A lo largo del siglo XX, la izquierda se asumió como una corriente revolucionaria y progresista.
No había dudas ni cuestionamientos. En el campo científico, el marxismo-leninismo desmantelaba la ideología burguesa. La economía de mercado y la democracia formal eran velos que ocultaban la realidad, es decir, la opresión y la explotación de la clase obrera por la burguesía.

La superioridad moral se daba por descontada. Mientras que el liberalismo se definía como la ideología de la clase propietaria, el socialismo representaba los intereses de toda la humanidad. El camino de la revolución terminaría en la fase comunista con la verdadera igualdad, la absoluta libertad (abolición del Estado y el trabajo) y se retribuiría a cada quien según sus necesidades. En suma, el mundo perfecto de la abundancia y la felicidad.

La superioridad del socialismo se fincaba en las leyes de la economía y de la historia. El capitalismo estaba destinado al fracaso. Las crisis económicas recurrentes lo hundirían y crearían las condiciones objetivas para la revolución proletaria. La tarea de los socialistas (comunistas) era guiar a los obreros en la destrucción del Estado burgués para edificar el nuevo orden. La economía de mercado y la democracia serían arrojadas al basurero de la historia.

Pero los sueños de la razón, como advertía Goya, engendran monstruos. La gran utopía de los siglos XIX y XX se materializó en el Gulag. Millones murieron en los campos de trabajo forzado de la URSS. La economía planificada jamás rebasó a la economía de mercado. Amén de que la ciencia y la técnica "capitalistas" superaron siempre los logros socialistas. Pero lo más importante fue la victoria moral: el liberalismo y el Estado democrático preservaron libertades que los socialistas abrogaron para someter al individuo al terror totalitario.

El fin de la historia es conocido por todos. La caída del Muro de Berlín en 1989 cerró el siglo XX. El "socialismo real" fue sepultado. La izquierda occidental fue desprendiéndose de los mitos socialistas paulatina y desigualmente. Al final adoptó dos principios esenciales de la modernidad: la economía de mercado y la democracia formal. No sólo eso. Abandonó la idea de representar a todo el pueblo, para no hablar de la humanidad en su conjunto.

En México ese cambio fue contradictorio. El Partido de la Revolución Democrática nació el mismo año de la caída del Muro de Berlín. Fusionó dos corrientes estatistas: el nacionalismo-revolucionario priista y el socialismo marxista-leninista en todas sus variantes. Ambos desconfiaban -por decirlo suavemente- de la economía de mercado, creían en la lucha de clases y veían con recelo -o condenaban- la democracia formal, sin adjetivos. Todos tenían y tienen fe ciega en el Estado.

A la fecha siguen venerando la revolución Cubana y son muy pocos los que se atreven a criticar a Fidel Castro. Su empatía con Hugo Chávez no es ningún misterio.
Pero lo esencial está en el temple autoritario: se asumen como los verdaderos y únicos representantes de los intereses populares, y descalifican a sus adversarios como enemigos de los obreros y campesinos. Además de que adoptan los principios de la economía de mercado de dientes para fuera.

No debe, por lo tanto, sorprender lo que estamos presenciando. La liquidación de la Compañía Luz y Fuerza del Centro despertó sus peores instintos y demonios. Todos están en su naturaleza. Nada es nuevo. Pero en esta ocasión, más que en ninguna otra, el rey va desnudo y no se ha dado cuenta. Marx decía que la historia se repite: la primera vez ocurre como tragedia y la segunda como farsa. Y eso es justamente lo que está sucediendo con la izquierda.

Los hechos y las cifras no mienten. El Sindicato Mexicano de Electricistas goza de una serie de privilegios que no sueña el resto los obreros. La jubilación se alcanza a los 30 años de trabajo, obtienen permisos con goce de sueldo hasta por 10 meses en un año, se embolsan viáticos -transporte, alimentación, hospedaje, etcétera- aun cuando el traslado sea en la misma ciudad y reciben 350 kilowatts/hora al mes -que equivalieron en 2008 a 540 millones de pesos.

Lo más grave, sin embargo, es el costo que Luz y Fuerza del Centro representa para las finanzas públicas. Entre 2003 y 2008 las transferencias se han duplicado pasando de 21 mil 43 millones de pesos a 42 mil 316 millones de pesos. La liquidación de la empresa se impone por un simple cálculo racional. Esos recursos que sirven para mantener el trabajo de más de 43 mil empleados podrían ser utilizados para duplicar el programa de Oportunidades y beneficiar a 25 millones de mexicanos en pobreza.

Y todo esto sin mencionar que Martín Esparza es famoso y ejemplar como líder charro. Porque la corrupción del comité central del sindicato es un secreto a voces. Además que en la pasada elección interna para renovarlo se cometió una serie de irregularidades. Por eso la defensa del SME es la defensa de la corrupción y de privilegios inaceptables.

No es la primera vez que la izquierda opta por lo peor. Lo hizo en 1989 cuando se detuvo a La Quina, líder moral del sindicato de Pemex. Hoy se repite la historia, pero en forma más grotesca. Imposible, por desgracia, descartar que el SME y la izquierda hagan recular al gobierno. Si eso sucede, Calderón habrá perdido la batalla decisiva. Lo sabremos en los próximos días.

Pero ocurra lo que ocurra, ya quedó claro que la izquierda mexicana no tiene ni tendrá jamás remedio. Su defensa de los privilegiados va contra los más pobres y contra todos los ciudadanos. Su crisis moral y política es total.

 

Jaime Sánchez Susarrey
17 Oct. 09 / El Norte


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Los resaltados son míos. En esto radica la hipocresía de la izquierda mexicana. Se les llena la boca al decir que son los únicos representantes y defensores del pueblo, de los más pobres, de los que menos tienen. Pero en los hechos defienden a los grupos de poder, caciques, redes clientelares, que drenan el Erario en perjuicio de los que menos tienen. También con sus ideas, sus propuestas conservadoras (porque quieren conservar, mantener, el status quo), evitan que el país avance, se desarrolle, cambie. Si fueran una izquierda como la española o chilena, hace mucho que habrían llegado a la presidencia. Hoy dicen que la decisión de Calderón echó a la calle, al desempleo a más de 40 mil trabajadores. ¿Pero porque tenemos que darle empleo a más de 40 mil personas cuando menos de 10 mil podrían cumplir con la tarea? ¿Es ese el modelo que proponen? ¿Qué el Estado mantenga a una burocracia gorda e ineficiente a costa de los contribuyentes cautivos? Porque eso es lo que dan a entender cuando se unen para defender a los trabajadores de LyFC aunque saben que se podría hacer el mismo trabajo con 5 veces menos trabajadores. Y ya no hablemos de la cantidad de diablitos administrados por el SME a lo largo y ancho de su zona de cobertura.


viernes, octubre 16, 2009

 

La parábola de los medidores

La lectura de los medidores de luz revela los rasgos más característicos de la operación de Luz y Fuerza.

Cientos de miles habitantes de las entidades en las que operaba Luz y Fuerza del Centro tienen historias que involucran las impresionantes deficiencias del servicio.

Cobros excesivos que no había manera de aclarar; negativa a ofrecer el servicio legalmente a cambio de "colgar" a quien lo solicitaba por una "módica" suma; equipos dañados por las fluctuaciones del voltaje; necesidad de elevadas inversiones para protegerse de los apagones y un larguísimo etcétera.

Pero hay un caso que pinta de cuerpo entero la forma en la que estaban organizados la empresa y su sindicato. Se trata de los lectores de los medidores.

A diferencia de lo que sucede en otros lugares del mundo y lo que hacen otras empresas en México, Luz y Fuerza mantenía el esquema de lectura física de los medidores.

Hay sistemas automatizados que hacen más eficiente y precisa la medición del consumo, pero instrumentarlos implicaría la pérdida de plazas... y de un negocio extraordinario.

Modernizar la lectura significaría la eliminación de fuertes rentas. Le explico.

Resulta que los pagos de quienes tomaban lecturas estaban sujetos al número de medidores leídos.

Eso dio lugar al surgimiento de auténticos cacicazgos, corrupción y subcontratación.

Un ex directivo de la empresa contaba el caso de la Unidad El Rosario, en el norte de la Ciudad de México, que es considerada por algunos como la unidad habitacional más grande de América Latina, con más de 15 mil viviendas.

Había un número muy pequeño de personas (a veces uno solo) que era el encargado de tomar las lecturas de todos esos medidores. Y como físicamente era imposible hacerlo, entonces surgía el negocio de la "subcontratatación de la lectura"... en caso de que hubiera lectura.

El resultado es que algunos lectores de medidores, función para la que no se requiere más allá de la secundaria, resultaban ¡los empleados mejor pagados de toda la empresa!

Esos eran Luz y Fuerza del Centro y el SME.

Entonces, ¿cómo es posible que -de acuerdo con la encuesta de EL NORTE realizada esta semana en el Distrito Federal- sólo el 50 por ciento de la gente esté de acuerdo con la extinción de la empresa y que el 37 por ciento lo desapruebe?

Una de las razones de más peso, ya se lo comentamos, es que no sólo el sindicato se beneficiaba de los esquemas arcaicos de Luz y Fuerza del Centro.

No existe una estadística confiable respecto al número de "colgados", es decir, de casas o negocios que tienen puestos diablitos. Pero no es exagerado decir que pueden ser cientos de miles.

Se trata de asentamientos irregulares; de vendedores en vía pública; de empresas y unidades establecidas que habían llegado a "acuerdos" con personal del SME para hacer conexiones especiales. Y a eso súmele los esquemas de corrupción asociados a la lecturas de los medidores y tendrá la explicación de por qué hay muchos que se sienten afectados por la extinción de la empresa.

La asistencia a una marcha como la de ayer por la tarde en la Ciudad de México se explica porque, efectivamente, hay muchos que van a perder.

Y el SME, según lo dicho ayer por el propio líder del sindicato, Martín Esparza, va a querer convertirse en el elemento que aglutine a todo un arco iris de descontentos con el Gobierno.

El propósito de la marcha de ayer fue convencer a los propios ex trabajadores de Luz y Fuerza de que es posible revertir la medida... y que negocios como el de los medidores pueden seguir viento en popa.
¿Lo conseguirán?

Enrique Quintana 
enrique.quintana@reforma.com

 

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Ayer jueves fui al DF y anduve por la zona de Ecatepec y el aeropuerto. En los trayectos me puse a observar cuántas casas tenía medidor y cuántas no. Noté que, fácilmente, una de cada dos, o cuando menos una de cada 3, no tenía un medidor visible afuera del domicilio. Todas tenían la acometida, los cables que llevan la energía eléctrica a las casas, pero a diferencia de lo que vemos quienes vivimos en zonas atendidas por la CFE, dichas acometidas no llegaban, a través de un tubo, a un medidor. En las zonas de la CFE la paraestatal tiene normas muy estrictas respecto a las acometidas, tamaños, distancias, ubicación, alturas, materiales, etc. Si la acometida no está de acuerdo a sus requerimientos, no te conectan el servicio.

 

Por comentarios de gente conocida, que vive o ha vivido en la zona de LyFC, sé que los diablitos abundan por todos lados. Hay gente que paga una cuota fija anual, sin importar lo que consuma. Otros de plano no pagan nada. Y ya no mencionemos a todos los mercados rodantes, comercios informales, vecindades, en zonas de difícil acceso. Y claro, también empresas de todos los tamaños, que están conectadas de manera directa, o con puentes en paralelo al medidor para reducir el consumo medido a la mitad. El robo de la luz en la zona de LyFC se convirtió en algo normal para la gente. Por eso no es extraño que aunque la mayoría de la población encuestada apoye la desaparición de LyFC, un porcentaje alto apoya al SME. Son todos esos grupos, esa gente, que salía beneficiada con el status quo, pagando poco o nada de energía eléctrica. ¿A costa de quién? De quienes somos contribuyentes cautivos.

 

No me extrañaría que las acusaciones de Martín Esparza de que Los Pinos no pagan energía eléctrica, que tienen toma directa, sea cierta. Seguramente ese diablito de Los Pinos viene desde hace décadas, quizá desde que Cárdenas la construyó. O desde que López Mateos nacionalizó la industria. Pero también puedo asegurar que muchas dependencias, oficinas, del GDF tampoco pagan energía eléctrica. Ahí radica la razón oculta del apoyo de Ebrard y el PRD al SME. Es muy probable que el gasto de energía eléctrica para el GDF aumentará significativamente el año que entra cuando la CFE empiece a cancelar todos los diablitos. También la entrada de la CFE está afectando directamente a los grupos de apoyo, a las bases del PRD. Todos esos puesteros, esos mercados ambulantes, esas colonias y vecindarios populares, así como familiares de trabajadores del SME, y de otros sindicatos, que hoy por hoy no pagan nada. Pero ya era hora, ¿no lo creen?.

 

Por eso México no cambia, no avanza. Modernizarnos significa que renunciemos a muchas cosas que hoy damos por sentado. Significa que empecemos a pagar costos reales de muchos servicios. Nos quejamos del aumento de impuestos, no queremos pagar IVA en alimentos y medicinas, pero queremos seguir gozando del subsidio en el precio de la gasolina y diesel, ¿verdad? También queremos seguir disfrutando del subsidio en las tarifas de energía eléctrica. Y qué me dicen del subsidio en el costo del agua. Esos 3 servicios están subsidiados y aún así nos quejamos de que están caros. Deberíamos pagar el costo real simplemente por razones ambientales. Si el costo de las gasolinas, electricidad y agua fuera el real seguramente cuidaríamos mucho más esos recursos, contaminaríamos menos, y habría un mejor futuro para nuestros hijos. Pero no, queremos un país mejor, pero que alguien más pague el costo, ¿verdad? Pues la gallina de los huevos de oro, el petróleo, ya se acabó. Ahora si viene la realidad. ¿Estas preparado?

 


jueves, octubre 15, 2009

 

Dinero sindical

"Sigue el dinero".
Garganta profunda, Watergate
 
En la última renegociación de su contrato colectivo de trabajo, el Sindicato Mexicano de Electricistas pidió a Luz y Fuerza del Centro 160 millones de pesos "para gastos de revisión", los cuales servían para llevar a cabo una "asamblea legislativa" de los trabajadores. La empresa sólo entregó 115 millones de pesos. La asamblea se llevó a cabo con mil 300 trabajadores, de los 44 mil que tenía la empresa. Esto significa que la asamblea le costó al sindicato 88 mil 461.54 pesos por cada trabajador que asistió.

Esta información la dio a conocer ayer el Secretario del Trabajo, Javier Lozano, en una conferencia de prensa. Los 115 millones de pesos, señaló, "fueron entregados a los dirigentes del sindicato sin ningún tipo de transparencia y sin saber a dónde fueron a dar". Cuando se hacían revisiones salariales, según el Secretario Lozano, también se hacían peticiones especiales; para ellas se otorgaron 35 millones de pesos en 2008, 30 millones en 2007 y 75 millones en 2006. Nadie parece saber cómo se usó este dinero.

No es el SME, sin embargo, el único sindicato en que los líderes manejan de manera discrecional el dinero de los trabajadores. Bajo el pretexto de la "autonomía sindical", la mayoría de las organizaciones obreras de nuestro País han mantenido siempre en secreto sus finanzas. Ni los trabajadores ni ninguna autoridad se enteran de lo que se hace con las cuotas de los trabajadores, ni mucho menos con el dinero adicional que constantemente los líderes piden a los patrones.

Ni siquiera Hacienda puede meterse a revisar los ingresos de los sindicatos, ya que no pagan impuestos. Lo anterior no solamente es injusto para los contribuyentes, sino que da mayores libertades a los líderes para manejar el dinero a discreción.

Todos los conflictos sindicales tienen como explicación real el dinero. Los sindicatos son negocios que los líderes cuidan con mucho cuidado. El conflicto en el sindicato minero es también un asunto de dinero. Un fideicomiso bancario creado para los mineros de Cananea fue tomado por el sindicato de Napoleón Gómez Urrutia con el argumento de que sólo el sindicato puede manejar el dinero de los trabajadores. Esta apropiación es el origen de los procesos legales que actualmente enfrenta el líder exiliado en Vancouver, Canadá.

La situación existe porque los legisladores la han permitido. Son ellos los que han dado a los sindicatos un trato fiscal especial y los que han creado un concepto de autonomía sindical que permite que los líderes se eternicen en los cargos de mando y manejen a discreción el dinero de los trabajadores.

Uno puede entender que los líderes sindicales defiendan el sistema que los ha hecho ricos y poderosos. Estos dirigentes nunca aceptarán que los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro reciban una indemnización, por generosa que sea, para dar por terminada su relación laboral porque su negocio es el sindicato, el cual desaparecería si el Gobierno logra la extinción de Luz y Fuerza.

Lo que sorprende, sin embargo, es que los partidos y activistas de izquierda se hayan unido a un movimiento que busca defender los privilegios de unos cuantos ante los derechos de millones, los mexicanos, que somos los verdaderos propietarios de Luz y Fuerza y de las demás empresas paraestatales. En algún lado se les perdió la izquierda a estos grupos y se volvieron simplemente corporativistas. Al hacerlo, sin embargo, están protegiendo un sistema que ha explotado a los trabajadores para enriquecer a los líderes sindicales.

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com

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La razón por la que la izquierda retrógrada mexicana apoya a esos líderes es porque de ahí sacan muchos votos. El discurso populista y demagogo de la izquierda se adapta perfectamente a los discursos de los líderes sindicales, y viceversa. Se retroalimentan. El añejo discurso de dizque proteger los derechos de los trabajadores sirve de excusa para que la izquierda y los sindicatos corporativistas se apoyen mutuamente. La izquierda política seguirá protegiendo a esos grupos desde el Congreso, evitando los cambios estructurales que harían al país más eficiente, productivo, ágil, flexible. Y en retribución, los sindicatos arcaicos acarrean masas y conciencias para darle votos a la izquierda política.

 

Es paradójico porque el resultado en el largo plazo es la administración de la pobreza, el mantenimiento del status quo. Líderes millonarios, y trabajadores pobres. Empresas quebradas, improductivas, y alto desempleo. Pero eso sí, unos pocos con plazas vitalicias, altos sueldos, muchas prestaciones, pocas horas laborales, y jubilaciones tempranas. Claro, mientras el Estado siga cobrando impuestos y haya Erario de donde mantenerlos, el sistema se sostiene. Pero ya es hora de decir BASTA!!! El Erario no es infinito, no es de a gratis. Hay un grupo de la población que estamos sosteniendo todo ese aparato estatal. Estos grupos piden como si el dinero del gobierno saliera de la nada. Como si fuera su derecho por naturaleza. Pero no es así. Pero 70 años de adoctrinamiento en las escuelas públicas no se pueden erradicar de la noche a la mañana. Un paso a la vez.

 

 


miércoles, octubre 14, 2009

 

Sindicatos improductivos

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) fue en su tiempo la vanguardia sindical de México. El primer sindicato que firmó en este país un contrato por normas de trabajo, es decir, que alguien era contratado para un trabajo determinado y no para lo que se ocurriera al patrón, como era en todas partes.

No perdió año sin ganar algo en su negociación del contrato colectivo y su mismo trabajo fue parte de una épica mal contada hasta hoy: la electrificación de México.

Hemos asistido en los últimos días a un desenlace contrario al origen. Aquel sindicato de la vanguardia del trabajo y la modernidad sindical, terminó siendo el ejemplo de un sindicato caro, improductivo y conservador.

Durante sus años de improductividad, expresión cabal de una empresa mala, en liquidación desde 1974, rescatada en los años 90 como pago de servicios electorales al sindicato, el SME no dejó de sumar cada año nuevas conquistas a su contrato colectivo de trabajo.

La paradoja es que con cada conquista contraria a la productividad, los trabajadores del SME cavaban la tumba de su empresa y, con ella, la de su fuente de trabajo.

Cada conquista desprotegía en lugar de fortalecer su condición laboral, porque iba dejando huecos insostenibles en la empresa. Las cosas costaban ahí tres veces lo que en la otra empresa eléctrica del Estado. Y cada conquista del sindicato aumentaba los costos y echaba otra paletada de tierra sobre su fuente de trabajo.

Llegaron a tener el mejor contrato colectivo en la peor empresa pública del país: un contrasentido que les cobró el peaje completo con la liquidación de la empresa.

Algo parecido a esto -conquistas laborales contrarias a la productividad- sucede en todos los sindicatos públicos mexicanos. Son sindicatos que protegen el trabajo al punto de inmovilizarlo y atentar contra él. Este es el acto de corrupción fundador, el origen de todos los otros. Erigir la divisa: aquí se puede trabajar menos cada vez y cobrar más cada vez.

Sindicatos contrarios al trabajo. Sindicatos que acumulan conquistas laborales mientras empeoran la calidad de su trabajo y el lugar donde trabajan.

¿Es posible otra cosa? Hay un ejemplo vivo de que sí. El sindicato de telefonistas fue capaz de hacer su conversión histórica del sindicalismo improductivo de la empresa telefónica de otros tiempos, a la productividad y la modernidad incuestionables de la empresa telefónica de hoy.

 

Héctor Aguilar Camin

acamin@milenio.com

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Quizá el SME era el más corrupto e ineficiente. La punta del iceberg. Pero ahí están todavía el SNTE, el STPRM, y el SUTERM, por mencionar los más grandes. Así como el SME le costaba 400 pesos anuales a cada mexicano, incluyendo niños y adolescentes, sin lugar a dudas los maestros, los petroleros, los electricistas de la CFE, los trabajadores del IMSS, del ISSSTE, y de todos los burócratas en general, nos deben estar costando un dineral por sus ineficiencias, por su improductividad, por sus prestaciones onerosas, pocas horas laborales, y jubilaciones a temprana edad. Hay quienes se rasgan las vestiduras por los altos sueldos de los funcionarios, que es totalmente cierto, son insultantes. Pero la mayor cantidad de dinero se va en mantener todos esos sindicatos improductivos, obesos. Hagan números.

 


martes, octubre 13, 2009

 

De veras insostenible

Equivocan completamente su estrategia quienes piensan que pueden levantar el sentimiento popular en contra del Gobierno y a favor del Sindicato de Luz y Fuerza del Centro, uno de los monopolios gubernamentales más quebrados, ineficientes e improductivos del planeta Tierra y que sobrevive gracias a enormes subsidios anuales (más de 41 mil millones de pesos) que recibe del Gobierno federal.

Luz y Fuerza del Centro gasta el doble de lo que ingresa, y consume más en prestaciones para sus jubilados que en sueldos para el personal activo, además de que despilfarra la energía que genera, pues opera (es un decir) con "fugas" de energía que son TRES VECES superiores a las que tiene la CFE, que es menos mala, pero ninguna maravilla.

De continuar en el derrotero que traía Luz y Fuerza del Centro, hubiera requerido, de no ser declarada extinta, cerca de 300 mil millones de pesos anuales en subsidios hacia el final del presente sexenio.

Obvio resulta que esta situación, como afirmó el Presidente Calderón, es a todas luces insostenible dada la insuficiencia de recursos y el MANDATO que ha recibido el Poder Ejecutivo a manos del Legislativo de reducir, eficientar y racionalizar el GASTO PÚBLICO a partir del 2010.

Podrida hasta el tuétano, Luz y Fuerza del Centro simplemente tenía que morir, pues estaba convertida en un ANCLA para el desarrollo del País dejando demanda insatisfecha, prestando un pésimo servicio y literalmente consumiendo recursos públicos a lo baboso.

El pueblo, la gran mayoría silenciosa, APOYA decididamente al Presidente Calderón en esta medida, de manera que entre más borlote arme su sindicato y más apoyo reciba de grupos de izquierda o partidos políticos, más fortalecerán al Presidente Calderón.

Entre más trastoquen la vida del País con manifestaciones, bloqueos o protestas, más popular harán la medida y más atizarán el sentimiento popular A FAVOR del Presidente Felipe Calderón.

Sólo los grupos de interés sindicales afectados por esta medida, o por el precedente que ésta sienta, se oponen a una decisión presidencial a todas luces procedente.

Muy leguleyo el próspero líder sindical de LFC, Martín Esparza, argumenta que presentará una controversia constitucional para declarar nulo el decreto presidencial que hace extinta a la UBRE, perdón empresa, a la que éste venía ordeñando.

De tener razón Esparza con su recurso negándole al Presidente dicha facultad, entonces que se prepare para REGRESARLE este "negocio" a sus dueños originales, la CANADIENSE Mexican Power & Light, empresa que terminó de comprar Adolfo López Mateos en 1960.

Miguel Alemán y Adolfo López "Paseos" juntaron y conformaron el sistema actual, colocando a LFC (y a la CFE) bajo el paraguas del Gobierno en forma monopólica, de manera que si Calderón no puede hacer lo que hizo, entonces tampoco Alemán y López Mateos lo que ellos hicieron.

En cuyo caso lo único procedente que resta sería PRIVATIZAR otra vez todo el sistema nacional de electricidad.

Así que si de darle para atrás a esta decisión presidencial se trata, pues entonces habría que darle de veras para atrás a TODAS y regresarle la empresa a los despojados canadienses que la fundaron y arrancaron con concesiones federales desde antes de 1911.

No negamos que este sindicato y los otros que han puesto sus barbas a remojar tengan una gran capacidad para TRASTOCAR la vida del País, generar zozobra, polémica e inquietud social.

Los grupos izquierdistas mexicanos son un estallido en busca de un pretexto, y éste es tan bueno como cualquier otro.

Mas como les decimos una cosa les decimos otra: las mayorías apoyan a Calderón, no a los líderes -literalmente- CHARROS como Esparza.

El abogado del pueblo 
fricase@elnorte.com

 

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Es patético, por decir lo menos, ver a muchos grupos y personas defender al SME. Es tal su polarización política y/o ideológica, que están cegados ante la evidencia irrefutable de la inviabilidad de LyFC. Dicen que si la empresa estaba quebrada era por  mala administración, por sus directores, no el personal sindicalizado. Qué necedad. No hay administrador capaz de dirigir una empresa con 5 veces más trabajadores que los que requiere para operar. Empezando con eso, nadie podría hacerla productiva sin deshacerse de ese sindicato. ¿Y qué me dicen del 30% de pérdidas? La mayoría por diablitos que los propios miembros del SME ofrecían a la población. Y así me podría seguir mencionando todas las causas de su improductividad de las cuales el SME era el único responsable, pero no tiene caso. Lo bueno es que la mayoría de la gente se está dando cuenta quienes son los verdaderos reaccionarios, los verdaderos conservadores, que no quieren que éste país cambie, mejore. Medítenlo.

 


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