lunes, julio 31, 2006

 

No al tercer conteo

La agresión contra Felipe es una agresión contra el 60 por ciento de la población que no considera necesario hacer un tercer conteo porque ya contaron voto por voto los representantes del PRD en cada casilla y, luego, en los casos de dudas, ya se volvieron a contar voto por voto en cada Distrito Electoral. ¿Cuántas veces quieren contar? Andrés Manuel confirma que es un peligro porque está provocando las agresiones para aumentar su chantaje.

Por el mismo motivo que López Obrador pide ahora un tercer conteo total, también cualquier candidato podría pedir un cuarto conteo total. Pues el motivo es que AMLO no acepta lo que contaron sus representantes y los acusa de estar vendidos y coludidos, lo cual lo hace sujeto a ser demandado por difamación. Pero si El Peje ya no confía en el IFE, y dice que tampoco confiará en el Trife, a menos que se doblegue a sus caprichos, ¿a qué estamos jugando? A matar a la democracia e imponer la violencia.

Andrés Manuel nos ha insultado a todos, a Felipe, al IFE, al Estado, a las instituciones, y amenaza con soltar los demonios para destruir nuestra estabilidad política, económica y financiera, a menos que todos nos rindamos ante sus requisitos irracionales. Hasta parece que López Obrador le está aprendiendo a los maestros huelguistas de Oaxaca que solicitan sus demandas bajo chantaje destructivo. Cuidado. Los tranquilos también nos sabemos alborotar para defender a nuestras instituciones. Cuidado.

Tantas veces ha mentido Andrés Manuel, que parece otra gran mentira el decir que si se vuelve a contar voto por voto, ahora sí ya dejarán sus movilizaciones. ¿Quién le cree a su chantaje? Ya ha dicho que aunque el Trife confirme que Felipe ganó, de todas maneras no reconocerá el triunfo de Felipe. Estamos frente a un tiránico que busca hacerse su propia ley electoral. Precisamente la palabra privilegio significa el mandarse hacer una ley de uso privado y exclusivo.

Andrés Manuel ha criticado a los privilegiados, sin embargo, exige una ley particular: un privilegio, para contarle a él, otra vez voto por voto, so pena de agredirnos.

Andrés Manuel, para no aceptar su derrota, amplifica cada irregularidad. Como la ley se lo pide, el Trife debe aclarar cada una de las impugnaciones. Hasta ahora han resultado todas falsas o mínimas. Esperemos pues una determinación legal. Pero si AMLO de antemano aclara que no aceptará su derrota, ¿qué podremos esperar? Bueno, pues que retiemble en su centro la Tierra, aunque yo tenga que rentar un bridón.

Andrés Manuel, finalmente, apadrinó la agresión contra Felipe, pues en vez de condenar dicha violencia callejera de palabras y patadas, los autorizó, ¿cuál resistencia pacífica?, ¿a mentadas y puñetazos? Andrés Manuel es inconsistente, no duda del proceso electoral que le dio el triunfo a Marcelo Ebrard, pero enloda el mismo proceso electoral porque él no ganó.

Cuando una persona no acepta la realidad, no importa cuántas veces se podrán contar los votos, de nuevo va a encontrar motivos suficientes para no aceptar la realidad una y otra vez.

Podríamos pactar una segunda vuelta o modificar la ley electoral y sus procedimientos para que cualquier candidato que obtenga una votación, digamos del 3 por ciento menor al triunfador, pueda solicitar un triple conteo de votos y que toda esa logística ya se encuentre afinada por el IFE. Sería un gasto inútil, pues el resultado sería igual, salvo algunos mínimos errores. 
 
Enrique Canales, El Norte
enriquecss@gmail.com

 

Las verdaderas intenciones de AMLO

Todos creíamos, o al menos lo deseábamos, que después del 2 de julio la paz y tranquilidad regresarían al país después de unas campañas electorales tan reñidas, tan divisoras, tan intolerantes, tan agresivas. Pero ¡oh sorpresa!, ya pasaron 3 semanas y la división y rispidez solo han aumentado. El peor escenario posible, al menos desde el punto de vista de conflicto postelectoral, sucedió: la diferencia entre el 1er y 2º lugar fue muy pequeña, del 0.57%, y el perdedor fue Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el que menos probabilidades tenía de aceptar un resultado adverso por su historial y perfil psicológico.

 

El desorden postelectoral inició la misma noche del 2 de julio, cuando después de las 11:00 PM, cuando el Consejero Presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, ante lo cerrado de la competencia, declaró que el conteo rápido, compuesto por más de 7000 casillas escogidas al azar, no podría declarar un ganador. Dicho conteo rápido estaba diseñado para tener un margen de error menor al 1%, lo cual parecía aceptable, sin embargo el resultado tan cerrado imposibilitó declarar un ganador. Lamentablemente AMLO tiró la primera piedra, pues ante los medios, con cobertura nacional, después de los mensajes de Ugalde y del Presidente Fox, se autodeclaró ganador por más de 500 mil votos de acuerdo a “sus” encuestas y conteos rápidos. Claro esta que no mencionó ninguna fuente, no dijo que casa encuestadora había hecho tales estudios ni nada.  ...
 
Para leer el resto de la editorial ir a la siguiente liga:
 
http://editorial-danyportales.blogspot.com/
 
Espero puedan leerla, evaluarla, criticarla, dejarme sus comentarios en el blog y, sobre todo, compartir este correo con todos sus conocidos.
 
saludos
 

Dany Osiel Portales Castro
Monterrey, NL, México


http://no-al-populismo.blogspot.com/

"Es mas fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"La vida es muy peligrosa. No para las personas que se hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". (Albert Einstein)

"La inteligencia de un ser humano se mide exactamente por la cantidad de felicidad que este pueda crear para el y para los demás" (Germán Dehesa)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la politica es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)

__,_._,___

 

Crear la sospecha, estrategia de AMLO

La percepción, entre los seguidores de AMLO, de que hubo fraude en las elecciones no surgió por generación espontánea. La construcción de la sospecha de que hubo irregularidades y fraude en la elección presidencial fue una estrategia deliberada del PRD a la que contribuyeron errores de comunicación del Consejo General del IFE. Como esa sospecha es la que funda la estrategia de "voto por voto", es necesario observar los tres pilares que la soportaron.
La estrategia comenzó a operar en la mañana del 3 de julio.

Hacia las 6 de la mañana del lunes 3 de julio, los datos indicaban que Felipe Calderón estaba adelante por un margen pequeño pero consistente, lo que encendió las alarmas en los cuarteles generales de AMLO. En la madrugada del lunes y a lo largo del día, desde la oficina del representante de la Coalición por el Bien de Todos, Horacio Duarte hizo un análisis detallado del llamado "archivo de inconsistencias", es decir, un archivo en el que se consignaban los datos que por omisiones, ilegibilidad o errores visibles en las sumas no se integrarían al PREP, como ha ocurrido desde hace años.

El error de comunicación más grave del Consejo del IFE, que dio lugar a que pudiera articularse la estrategia de la sospecha, se dio cuando, a pesar de que las casillas con inconsistencias que así lo ameritaban no se sumaban al PREP, sí aparecían en el porcentaje de actas recibidas, sin ninguna aclaración.

El PREP señalaba que con el 98.45 por ciento de las actas recibidas se había dado una tasa de participación de 58.9 por ciento. Con una lista nominal de 71 millones 350 mil 976 electores debían estar registrados alrededor de 41.4 millones de votos. Sin embargo, la suma de los votos contabilizados en el PREP daba sólo 38 millones 549 mil 351. La diferencia era de 2.8 millones de votos.

Todos los partidos sabían que la explicación de esta discrepancia estaba en las casillas del archivo de inconsistencias. La oficina del PRD en el IFE hizo 487 consultas a ese archivo entre el 2 y el 4 de julio. Pero, la omisión del IFE ya estaba hecha y en la tarde del 3 julio AMLO hizo la denuncia de los presuntos 3 millones de votos perdidos.

El segundo pilar para la creación del clima de la sospecha se dio el miércoles 5 de julio. Los representantes de la Coalición por el Bien de Todos establecieron una estrategia coordinada y muy bien articulada de impugnaciones en los Comités Distritales en los que el PAN había ganado. El resultado de ese proceso fue crear un sesgo partidista en la velocidad de entrega de las cifras de los cómputos distritales. Los distritos que primero llegaban al conteo general del IFE fueron aquellos en los que el PRD tenía ventaja. Ese hecho dio lugar a que AMLO tuviera ventaja en los totales a lo largo de casi todo el día, una ventaja que se hizo decreciente conforme llegaban los resultados de los distritos en los que había ganado el PAN.

A las 4 de la tarde del miércoles 5 de julio ya se había contabilizado el 75 por ciento de los resultados de los estados en los que ganó el PRD, pero sólo el 50 por ciento de las casillas en las entidades en las que ganó el PAN.A partir de media tarde, la diferencia a favor de AMLO, que estaba entre 2 y 3 por ciento, se empezó a reducir de modo consistente conforme las casillas sumadas empezaron a ser mayoritariamente de estados panistas, lo que llevó a un vuelco favorable a Calderón en la madrugada del jueves. La estrategia del PRD en los Comités Distritales creó la apariencia de una contradicción, pues mientras que en el PREP hubo una ventaja casi permanente para Calderón, en el conteo distrital la hubo para AMLO hasta el vuelco de la madrugada.

En el caso del PREP, la razón de ese comportamiento fue el hecho de que las casillas que primero se contabilizaron provenían de centros urbanos, en los que Calderón ganó por poco más de 2 puntos. En el PREP, la ventaja del PAN fue constante pero decreciente a lo largo de casi toda la jornada porque en las últimas horas del recuento se integró una mayoría de casillas rurales, en las que AMLO tuvo ventaja. La diferente trayectoria de los votos en el PREP y en los cómputos distritales fue el segundo pilar de la sospecha.

El tercero son los errores en el registro de boletas sobrantes, que aunque pareciera más un problema de error humano que un indicativo de fraude, tampoco ha sido explicado por el IFE y es uno de los temas cruciales de la impugnación del PRD. El Trife tendrá que evaluar y dictaminar acerca de ellos.

La estrategia ha funcionado para AMLO. Según la más reciente encuesta de Grupo REFORMA, el 37 por ciento de los electores piensa que debe haber recuento voto por voto y el Trife ha aceptado dar trámite al recurso.Se construyó la sospecha entre poco más de un tercio del electorado y ese ya es un hecho político que habrá de pesar en el criterio de los magistrados.

Enrique Quintana, El Norte
enrique.quintana@reforma.com

 

Malos mexicanos, opinion de Caton

"En efecto: hay dos Méxicos distintos: el de los que creen que en el trabajo se finca el bienestar, y el de aquellos que quieren conseguirlo todo por medio de la fuerza o de la corrupción. Mucha diferencia hay entre los verdaderos maestros mexicanos y los falsos "maestros" de Oaxaca. La inmensa mayoría de los mexicanos se afanan cada día en ganar el pan para sus hijos, en tanto que otros pretenden lograr con machetes en la mano o con demostraciones callejeras aquello a que no tienen derecho. No es cierto que esos individuos sean pobres que demandan la justicia que se les ha negado. Son malos mexicanos que de la violencia han hecho un modo de medrar. Se ponen por encima de la ley; aprovechan la lenidad de las autoridades para obtener ganancias ilegítimas. Mientras siga existiendo esa lacra México no podrá ser un país moderno, y seguirá sufriendo los males que derivan de la violencia y la ilegalidad... "

Armando Fuentes Aguirre, Caton, El Norte
afacaton@prodigy.net.mx

 

¿Método o locura?

"Aquellos que los dioses quieren destruir, primero enloquecen", escribió Eurípides. Y muchos que observan a Andrés Manuel López Obrador piensan que ha enloquecido. Que ha perdido la cordura. Que se le ha caído un tornillo y aunque convoque a millones en el Zócalo, ha perdido toda oportunidad de encontrarlo. Porque gran parte de lo que hace va en contra de su aspiración presidencial. Porque gran parte de lo que dice hace imposible cumplirla. Si en realidad su objetivo es llegar a Los Pinos, su comportamiento de las últimas semanas dificulta que algún día llegue allí. Toda acción entraña -lógicamente- consecuencias, y las de AMLO corren en sentido contrario de alguien que quiere, alguna vez, gobernar al país.

Basta con imaginarse el siguiente escenario: ¿y si el Trife ordenara un recuento total o parcial de los votos y López Obrador fuera declarado el ganador? Lograría ser Presidente, pero le resultaría extraordinariamente difícil conducir al país. Lograría arribar a Palacio Nacional, pero le resultaría imposible generar consensos desde allí. Porque en México -como en cualquier otro sistema capitalista a nivel mundial- existen actores clave para el funcionamiento de una economía, y en las últimas semanas AMLO se ha dedicado a alienarlos a todos. Con las protestas en Wal-Mart. Con el bloqueo a la Bolsa Mexicana de Valores. Con el llamado al boicot de productos estadounidenses. Con las declaraciones intempestivas de Jesús Ortega contra el Consejo Coordinador Empresarial. Con la posibilidad de marchas que bloqueen carreteras y cierren aeropuertos. Con el uso de la palabra "insurrección" y la amenaza de fomentarla.

Todas esas posturas son políticamente correctas, pero estratégicamente erróneas. Todas esas palabras movilizan a grupos incondicionales, pero asustan a quienes no lo son. Con ellas AMLO va erigiendo obstáculos en su camino a la Presidencia en vez de desmantelarlos. Como ha argumentado el experto en transiciones democráticas, Adam Przeworski, para ganar y gobernar en una economía de mercado, la izquierda se ve obligada a domesticarse. A des-radicalizarse. A combinar las demandas de redistribución con los imperativos de la acumulación. A aceptar las reglas básicas del juego mientras intenta reformarlo. Porque no puede llegar al poder y usarlo de manera eficaz de otra manera, dadas las constricciones que coloca el capital, para bien y para mal. Esos inversionistas que requieren seguridad; esas compañías multinacionales que necesitan certeza; esas empresas pequeñas y medianas que exigen predecibilidad. La posición antisistémica de AMLO sólo tiene sentido si ya renunció a la posibilidad de liderear ese sistema que tanto odia.

Porque, de lo contrario, está actuando de manera contraproducente. Está haciendo y diciendo todo para asegurar que no será Presidente nunca. O de serlo, gobernará con demasiados factores reales de poder en contra como para no producir una confrontación mayor y dañina para su propia causa. Grupos empresariales que le dieron el beneficio de la duda y ahora se lo retirarán. Compañías globales en busca de nuevos sitios para invertir que borrarán a México de su lista, ante la incertidumbre que se vislumbra allí. Miles de electores moderados que ya se arrepintieron de su voto.

Quizás esto no le preocupe al equipo de AMLO, pero debería. Quizás esto no le quite el sueño a los perredistas más recalcitrantes, pero ojalá lo hiciera. Porque al privilegiar la táctica inmediatista están olvidando la estrategia de largo plazo. La de ir ganando y consolidando posiciones para una izquierda creíble, confiable, que entiende cómo funciona una economía y lo que se debe asegurar -en México y en cualquier parte- para que lo haga bien. La de poner primero a los pobres con políticas públicas viables, que combinen la responsabilidad del Estado con los requerimientos del mercado. La de un líder con la credibilidad suficiente para atemperar los excesos del capitalismo, sin acabar con él. La de ser un Presidente eficaz, más allá de ser un Presidente legítimo.

Esas tareas ineludibles para cualquier dirigente en un mundo globalizado, que su propia tribu sabotearía. Millones de mexicanos legal y pacíficamente empujados a la radicalización y empujando a AMLO a que gobierne así. Todos los miembros de su base dura -a los cuales ha ido enardeciendo- declaración tras declaración. Esos 2 millones de personas que salen a marchar para derrocar al sistema y de ser Presidente, esperarán que lo haga. Con resultados rápidos y cambios tangibles. Encarcelando a Luis Carlos Ugalde y a los consejeros del Instituto Federal Electoral. Exiliando del país a los miembros del Consejo Coordinador Empresarial. Nacionalizando a Televisa y a Grupo REFORMA. Clausurando todas las fábricas de Sabritas del país. Cerrando la Bolsa Mexicana de Valores y exigiendo que las empresas mexicanas encuentren otras forma de capitalizarse. Demandando que Wal-Mart ponga fin a sus operaciones en México.

Porque ésas serán las demandas que emergerán del movimiento confrontacional que López Obrador está contribuyendo a crear, ¿o no? Ésas son las decisiones de política pública que fluyen de las posturas políticas que los perredistas han promovido últimamente, ¿o no? Propuestas cuyo objetivo no es construir al nuevo país sino destruir a los viejos enemigos. Planteamientos que erigen muros contra la izquierda en lugar de contribuir a su aceptación.

Y por ello se vuelve lógico pensar que la apuesta de AMLO es otra. Ya no la Presidencia de la República sino la conciencia combativa y crítica y radical del país. Ya no Palacio Nacional sino la plaza pública. Ya ni siquiera el recuento de todos los votos, sino la esperanza de que el Trife deseche esa posibilidad. Para entonces poder afirmar que todo fue un fraude, que todo está corrompido, que todo el sistema es un asco. Para poder dedicarse entonces a lo que sabe hacer mejor: pelear, combatir, movilizar. Pasar a la historia como el hombre que quiso ser Presidente, pero prefirió ser piedra en el zapato. Para ser reconocido en los libros de texto gratuito como otro de los revolucionarios que tanto admira. Y demostrar, como lo sugiere Shakespeare en "Hamlet", que "Aunque esto sea una locura, hay método en ella".

Denise Dresser, El Norte

 

Lo inconcebible era la derrota

La mente humana es un recipiente restrictivo. Tiene criterios severos para recibir novedades y se aferra a sus hábitos. Acepta la llegada de extraños siempre que estén previstos en una lista de posibles invitados. Bien podríamos entender que el sistema solar tiene un par de planetas más o, quizá, alguno menos de los que dicen los libros. Estas refutaciones de nuestra información previa son concebibles. También podríamos aceptar una nueva interpretación de un viejo evento histórico o reconsiderar una idea desechada.

Es imaginable igualmente que la suerte nos beneficie o nos perjudique. Pero hay nociones que nuestra mente bloquea con paredes de hierro. Ideas que simplemente no pueden penetrar las membranas de nuestra razón. Se trata de lo inconcebible. No hay evidencia que sirva para aceptarlas. Clément Rosset lo vio muy claramente cuando dijo que nuestra capacidad para admitir la realidad es francamente débil. No aceptamos sin reservas las interpretaciones de lo real. De ahí nace nuestra propensión a treparnos en la ilusión. La ilusión conforta porque preserva intacto el patrimonio de nuestras convicciones. Sin pasar por el disgusto de palpar las púas de la realidad, el iluso se fortifica en sus certezas. No lo distrae la insignificancia de lo real. El ojo suele aniquilar al creyente. Por eso cierra los párpados.

La derrota era inconcebible. Imposible, inimaginable. Si hoy no pueden aceptar la derrota es porque jamás abrieron en su cabeza un espacio para esa posibilidad. Creyeron el cuento del místico. En su alegoría el pueblo siempre tiene la razón. La historia no es más que una marcha de la verdad abriéndose paso entre la mentira. En ese camino, la gente no se equivoca nunca. El dirigente que logra comunicarse con el pueblo es invulnerable. Su razón moral se convierte en razón histórica; en otras palabras, su convicción tiene dimensiones de profecía.

Una y mil concentraciones demuestran la conexión entrañable entre el hombre y su pueblo. Líder y pueblo se funden en una emoción (más que esperanzada, indignada) que es la verdadera tracción del futuro. Mañana saldrá el sol. Inconcebible el mañana sin que aparezca, tras la noche, la luz del día. Mañana ganaremos. Inconcebible que, en elecciones, el pueblo se equivoque. ¿Cómo es posible que la gente haya decidido retirar el apoyo a quien encarna el lado justo de la historia? ¿Cómo imaginar que el pueblo haya rechazado a quien lo entiende y lo cuida? ¿Quién puede imaginar una victoria limpia de los malvados? Inimaginable, como la traición de dios.

Algo tiene que estar mal. El pueblo no se puede equivocar. El dirigente no cometió error alguno. Imposible. Inconcebible. La gente no se deja engañar. México no puede votar por la derecha. Resulta imposible que una nación con nuestra historia y nuestras carencias respalde a un partido conservador. El jefe no se equivocó en ningún momento. Fue siempre consecuente con sus ideas y los suyos. Los buenos no fallan, pero los malos siempre buscan despojarnos de lo nuestro. Eso es lo único que explica el sorpresivo revés.

La narración necesita alimentarse del mito de un enemigo truculento. Frente al pueblo aparece la silueta imprecisa del malvado. Es un personaje con inmensos poderes que se impone por vías misteriosas. El sujeto aparece por todas partes en esta fábula genial. Todos los malvados se convierten en aliados fraternales. El Presidente y todos los aparatos de su gobierno, los medios de comunicación, el órgano electoral, los observadores nacionales y extranjeros, los ciudadanos que contaron los votos, los mismísimos representantes de la buena causa quienes, débiles al fin, traicionaron a la nación. Ese cuento del pueblo infalible, el guía invencible y la eficacia del perverso envuelven la incapacidad de pensar la derrota.

La convicción busca pruebas. El prejuicio caza justificaciones. El fraude tiene una existencia moral previa y superior a cualquier dato. De ahí el vaivén de hipótesis y denuncias; el cruce incoherente de acusaciones, conjeturas, sermones, regaños y proclamas. Sé que Fulano fue asesinado a puñetazos por Mengano. Lo sé. Lo vi en un sueño arrebatador. Es cierto que no encuentro el cadáver pero tengo la convicción plena de que el homicidio fue perpetrado. Resulta irrelevante que Fulano esté tomando un café y que Mengano sea manco. Tengo la plena convicción de que Mengano mató a Fulano.

Lo extraordinario de todo esto es la capacidad para sembrar la sospecha. Es cierto que la mayoría no cree el cuento del fraude electoral, pero lo notable es que una amplia franja de mexicanos cree, contra toda evidencia, que las elecciones fueron sucias. El fenómeno no lo explica solamente un extraordinario liderazgo político. Nuestra memoria de trampas electorales es todavía muy fresca. La neutralidad de los órganos electorales es aún joven y muy breve la experiencia de elecciones auténticas. También pesa una cultura periodística sobrecargada de exclamaciones y escasa en investigación ponderada y meticulosa. Pero sobre todo, importa la pobreza de nuestra cultura liberal.

Los votos y el trabajo de los ciudadanos convocados para recibirlos y contarlos son fáciles candidatos al basurero. Renace con éxito (particularmente en las élites intelectuales) la mitología antidemocrática del Pueblo fundido con un líder, mientras se entierra el significado elemental del sufragio: una suma de decisiones que elimina la sustancia de la sociedad. Como diría Lefort, las elecciones democráticas rompen el cuerpo del pueblo: el número de votos tritura la noción de un destino democrático, de un camino único, de un guía privilegiado. Lo democráticamente inconcebible es la infalibilidad.

Jesús Silva-Herzog Márquez, El Norte

 

A la antigüita

Por más información que se ha dado en el sentido de que aún estamos dentro de los plazos legales para que el Tribunal extienda la declaratoria de validez de la elección presidencial y la constancia de Presidente electo, la inquietud entre la población sigue en aumento.

Esta inquietud no se deriva de que a un mes de la elección todavía no sepamos quién será el próximo Presidente. Tampoco de que las impugnaciones y juicios de inconformidad presentados por el PRD y la Coalición pudieran cambiar el resultado. Ni siquiera de la incertidumbre sobre la decisión que tomará el Tribunal. No. La inquietud proviene de que López Obrador y el PRD han insistido en un discurso y un quehacer que cada vez dejan menores dudas sobre sus intenciones: reventar la elección y desacreditar las instituciones.

A estas alturas resulta difícil concluir algo distinto. Si el proceder del Tribunal y la resolución que de ese proceder resulte, no satisfacen los deseos de López Obrador, al nuevo Presidente se le negará la posibilidad de establecerse con la paz y estabilidad que se merecería un gobierno democráticamente electo.

La actitud de AMLO no es la de un líder con gran voluntad política por defender lo que legalmente ha ganado en las urnas. Su actitud es más bien la del voluntarista. La del político que muestra una tendencia a pretender que las cosas de la realidad sean como se desea o a que sea posible acomodarlas a la propia voluntad.

La actitud de AMLO no es la de un líder que en ejercicio de sus derechos y de su libertad adopta una decisión y se responsabiliza de sus actos. Es la de un político que nunca contempló la derrota, que toma decisiones con base en sus creencias y que se niega a ver las consecuencias de sus actos.

La actitud de AMLO no es la de un líder que mira hacia el futuro, sino al pasado. Mira al pasado para explicar su derrota: fraude cibernético o "a la antigüita", elección de Estado, autoridades vendidas.

Mira al pasado también en su estrategia. A la antigüita también es la solución que está empeñado en imponer. Busca revertir el resultado electoral a través de movilizaciones y amenazas. Busca negociaciones políticas -¿concertacesiones?- propias de un pasado en el que no teníamos instituciones autónomas, independientes, imparciales, creíbles.

Las elecciones de hoy no guardan ninguna semejanza con las del pasado. Hoy no confluyen en las manos del gobierno las facultades para organizar la elecciones, ni para contar los votos, ni para validar las elecciones. Hoy el voto cuenta y se cuenta. Hoy las elecciones se apegan a la legalidad vigente. Una legalidad, hay que recordarlo, construida con el consenso de todas las fuerzas políticas. Una institucionalidad que el propio PRD ayudó a construir y a legitimar cuando se convenció que la mejor manera de llegar al poder y cambiar las cosas era por la vía electoral, institucional y legal.

En las sociedades democráticas el liderazgo se practica ganando adeptos, convenciendo a la ciudadanía, concitando el voto. López Obrador demostró su capacidad de liderazgo en las urnas. En tan sólo seis años llevó a su partido del 17 por ciento de la votación presidencial al 35 por ciento. Su desempeño electoral fue aún más impresionante en el Congreso.

En las sociedades democráticas, una vez concluidas las elecciones, el liderazgo se ejerce no en las calles, sino en el Congreso.

Nadie pide a López Obrador que se resigne. Tiene derecho a denunciar las irregularidades, incluso a pedir el recuento de votos. Pero si la decisión del Tribunal no se aviene a sus expectativas, tiene dos obligaciones. La primera, aceptar la resolución. La segunda, recoger sus ganancias que no son pocas y seguir luchando por su proyecto desde una trinchera democrática.

María Amparo Casar, El Norte

domingo, julio 30, 2006

 

El berrinche de un politico

Un carton vale mas que mil editoriales

sábado, julio 29, 2006

 

¿Congruente?

"Vivimos momentos cruciales para nuestro país. Son tiempos que demandan a todos los actores la lucidez y la integridad que permiten estar a la altura de las circunstancias", escribe Andrés Manuel López Obrador en carta dirigida a Felipe Calderón (www.amlo.com.mx).
Tiene razón. México experimenta circunstancias delicadas. Éstas reclaman, de aspirantes y agrupaciones, inteligencia y honestidad.

"Esa exigencia histórica nos obliga a dejar a un lado los intereses particulares y a elevar, por sobre todas las cosas, los intereses de la nación", agrega.
Acierta. Es hora, para partidos y candidatos, de ver más allá de su provecho particular y atender al bienestar general.

"Nuestro país no merece ser gobernado por alguien que no tenga autoridad moral ni política", apunta.
Sin duda. El Poder Ejecutivo debe contar con una potestad fincada en la voluntad ciudadana y el marco jurídico.Fustiga las "declaraciones" que "constituyen una calumnia que sólo aumenta la crispación política y social, y en los hechos, se vuelven un llamado al enfrentamiento".
Desde luego. Agrupaciones y abanderados deben mantenerse alejados de expresiones que alimenten la mentira, incrementen la tensión y estimulen la violencia.

Todo eso hace falta -mucha falta- en la situación presente. Y eso precisamente es lo que no demuestra López Obrador, por ejemplo, en la entrevista concedida a Jorge Ramos (programa "Aquí y Ahora", 27 de julio de 2006). Frente a la pregunta: "¿Usted es el Presidente de México?", sostiene sin titubeos: "Sí, yo soy el Presidente de México... por voluntad de la mayoría de los mexicanos".

Delante del planteamiento: "¿Depende del Tribunal decidir si hay recuento o no hay un recuento?", responde: "Claro, sí". Pero, al cuestionársele: "Si no hay recuento total de votos, ¿usted no va a aceptar el resultado?", no tiene empacho en contestar: "Eso es lo mejor para todos".Sostiene que su lucha "es un movimiento pacífico". Sin embargo, lanza una amenaza: "Le llevaría al Tribunal seis días (el recuento). Y son seis años o más de estabilidad política, económica, financiera, de estabilidad social".

Cuando se le inquiere: "¿Usted estaría dispuesto, si es necesario, a tomar el aeropuerto de la Ciudad de México?", revira vagamente: "Vamos a consultar a la gente".
El aspirante enumera a los autores del "fraude de Estado": "Fox, el candidato del PAN, el IFE y otros actores". No obstante, cuando se le dice: "¿Por qué no se retiró?", indica sin rubor: "Yo pensaba que, con todo, les íbamos a ganar".

Ante la frase del periodista, "lo que está diciendo es que... se reunieron en algún lugar y dijeron vamos a hacer un fraude para que López Obrador no gane", el político espeta sin reparos: "Claro que sí, se reunieron permanentemente".
Externa que "el fraude está en la falsificación de las actas". Pero, cuando se le enfrenta con un "¿cómo sabe usted eso?", sostiene: "Tenemos la información oficial".

Ante la posibilidad de ser candidato en 2012, hace gala de cinismo: "Yo ya no podría... porque en México no se permite la reelección... Yo ya soy Presidente".

¿Lucidez, integridad y altura? No. ¿Anteposición de los intereses de la nación a los particulares? Tampoco.
¿Autoridad moral y política? Difícilmente. ¿Declaraciones que no provocan crispación y enfrentamiento? Nada más lejano.

"Vivimos momentos cruciales que demandan... estar a la altura de las circunstancias", Andrés Manuel López Obrador pide eso a los actores políticos. Debe comenzar por ser congruente.

Gerardo Puertas Gomez, El Norte
gerardo_pg@terra.com.mx

 

HABLA LA MAYORIA SILENCIOSA

Sr. Andrés Manuel López Obrador
Candidato a la Presidencia de la República
Coalición Por el Bien de Todos
PRESENTE.


La Mayoría Silenciosa somos más de 56 millones de mexicanos que, teniendo credencial de elector, no votamos por usted. Votamos por otros candidatos, o bien, por no encontrar a ningún candidato que cumpliera con nuestras expectativas, nos abstuvimos de votar. Somos la Mayoría Silenciosa los que creemos en nuestras instituciones electorales y respetamos las leyes, pero no hacemos discursos ni alharaca alguna.

Señor López Obrador, México ha logrado un prestigio internacional en la transparencia y la confiabilidad de sus procesos electorales que son la base de nuestra incipiente democracia y que ahora usted intenta destruir sin argumentos sólidos o pruebas concretas. El daño que usted está causando podría ser irreparable, pues la confianza en un país depende de la legalidad y respeto a sus instituciones.

Señor López Obrador, sabemos que usted no se confunde, pero también sabemos que maliciosamente intenta confundir a muchos mexicanos con un razonamiento de fraude electoral que no tiene sustento.
Un millón de mexicanos ejemplares ya contaron voto por voto en presencia de los representantes de los diversos partidos, incluídos por supuesto los de la Coalición que usted representa, quienes posteriormente firmaron las actas de conformidad, conservando para sí una copia que detallaba los resultados de la casilla correspondiente.
Cuando anticipadamente usted se declaró ganador el domingo 2 de julio, sabía ya que había perdido. Por esa misma razón abandonó su casa de campaña en la madrugada del jueves 6 de julio, mientras Felipe Calderón, confiado en la suma aritmética de las actas, esperaba el resultado de los conteos distritales, al igual que millones de mexicanos que seguíamos las cifras en la televisión o en computadoras personales. Finalmente todo coincidió: las encuestas de salida, el PREP y el conteo final. ¿Una elección muy cerrada?.. SÍ...¿Un fraude?.. NO.

Señor López Obrador, ni confunda ni se confunda: solo el 20% del padrón electoral votó por usted. México no es mitad azul y mitad amarillo, tampoco mitad buenos y mitad malos y ni siquiera mitad ricos y mitad pobres. Ciertamente México es un país de gran inequidad y pobreza que requiere ser urgentemente atendida llevando lo necesario a quienes carecen de lo elemental y ofreciendo mejores oportunidades para cada mexicano. También es cierto que para lograrlo se requiere la participación de todos los sectores productivos y no tan solo la voluntad y los limitados recursos del gobierno y por ello hay que unir y no dividir a los mexicanos. Pero no es a través de la destrucción de la vida democrática como lo haremos.

La Mayoría Silenciosa somos un mosaico de creencias, intereses, capacidades, ilusiones y preferencias que buscan su bienestar y el de sus seres queridos en un entorno de paz, justicia y libertad. La democracia es el camino que hemos decidido seguir para alcanzar estos fines, pero sin legalidad y respeto a las instituciones la convivencia social se hace imposible y el caos, o bien el autoritarismo, se imponen, acabando con los principios básicos de la civilidad.
La Mayoría Silenciosa somos respetuosos de las leyes, trabajamos cotidianamente en el campo o en la ciudad, unidos en familia cuidamos a nuestros hijos, queremos y hacemos lo posible por contribuir al progreso de todos los mexicanos y clamamos por la justicia, la transparencia, y la seguridad personal. Estamos hartos de la corrupción, el crimen y las promesas políticas que nunca materializan. Nos sentimos decepcionados de nuestros "representantes" en el congreso que, más que velar permanentemente por el bienestar de la ciudadanía, obedecen a intereses personales o consignas de partido. Representantes del pueblo que rara vez llegan a acuerdos y se concentran en una política destructiva descalificándose unos a otros.

Señor López Obrador, no menosprecie a la Mayoría Silenciosa ni utilice a una ruidosa minoría, a la que usted engaña, para lograr alcanzar el sueño que le negaron las urnas. Nosotros confiamos en el millón de ciudadanos que ya contaron, uno por uno, los casi 42 millones de votos. También confiamos en los ciudadanos que integraron los Consejos Distritales y en el Instituto Federal Electoral. Finalmente nos ponemos en las manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, institución en la que también confiamos, aceptando anticipadamente el fallo de los siete magistrados que integran la Sala Superior de ese tribunal.

México y los mexicanos necesitamos de políticos que nos unan y faciliten el camino hacia el progreso en vez de confrontarnos creando divisiones que incitan a la violencia. Le pedimos, señor López Obrador, se comporte usted a la altura de esta Mayoría Silenciosa que, aunque silenciosa, hace más por nuestro país cada día con su comportamiento y esfuerzo cotidiano que usted con sus inalcanzables promesas, infundadas acusaciones y peligrosas manifestaciones que tanto daño están comenzando a hacer a nuestro país.

Señor López Obrador, no obligue a la Mayoría Silenciosa a ponerle un hasta aquí en defensa de nuestro país, de nuestros hijos y de nuestro futuro.

Con todo respeto, México es primero.


Atentamente,


LA MAYORÍA SILENCIOSA

viernes, julio 28, 2006

 
"No es el corazón lo que os falta, sino la cabeza".
Renan

Hubo un tiempo en nuestro país en que uno podía ser de "izquierda" sin ser antidemocrático. La izquierda mexicana, de hecho, tuvo un papel crucial en la construcción de la democracia en México. Estoy seguro de que los hombres y mujeres de izquierda que han luchado en nuestra historia para construir un país más libre y democrático llenarían muchas veces el Zócalo, que es lo que hoy parece estar de moda entre los políticos de esta tendencia. Pero sin importar su número, su ejemplo debería pesar poderosamente sobre todos los mexicanos.

Valentín Campa, el líder ferrocarrilero fallecido en 1999, podría parecer un paradójico héroe de la democracia por su pertenencia al Partido Comunista. Pero no hay duda de que lo fue. Encarcelado varias veces por su activismo, nunca perdió la fe en construir una vía electoral al poder. En 1976, cuando incluso el PAN se negó a presentar candidato a la Presidencia de la República, él fue postulado por el Partido Comunista (como candidato no registrado, al igual que el Doctor Simi). El Congreso convertido en Colegio Electoral se negó a validarle un solo voto. Tras la reforma electoral de 1977 que legalizó al Partido Comunista, Campa impulsó la unión de su agrupación con otras fuerzas para formar el PSUM, que daría lugar posteriormente al Partido Mexicano Socialista y al PRD.

Gilberto Rincón Gallardo, también proveniente del Partido Comunista, ha enarbolado siempre la democracia como una de sus banderas. Encarcelado como Campa en el 68, luchador siempre por la construcción de un México de mayor justicia social, hoy cuestiona la trivialización de la larga y dolorosa lucha por la democracia que surge de las comparaciones entre el fraude de 1988 y las elecciones del 2006. Cuando hace unos días le pregunté directamente si él veía un fraude en estos últimos comicios, él respondió tajante: "No".

Cuauhtémoc Cárdenas surgió de las filas del PRI, partido por el cual fue gobernador de Michoacán, pero buscó un difícil camino en las filas de la oposición a partir de 1987. Fue candidato presidencial por el Frente Democrático Nacional en 1988. Las cosas no fueron fáciles en su campaña. No tenía ni dinero ni acceso a medios. Dos colaboradores cercanos, Francisco Xavier Ovando y Román Gil, fueron asesinados. Aun así, el ingeniero obtuvo un apoyo muy fuerte de la población. Quizá haya ganado incluso la elección. No lo sabremos nunca porque las irregularidades del proceso fueron innumerables. Pero la estatura como demócrata de Cárdenas se ratificó pronto. A pesar de lo injusto de la elección, de la información que sugería que había ganado y de su rechazo a las ofertas que buscaban hacerlo reconocer la legitimidad de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, Cárdenas se negó a empujar al País al precipicio de la violencia.

Hay muchos otros héroes de la izquierda democrática en la historia de nuestro país. A Amalia García, también antigua militante del Partido Comunista, me ha tocado verla en muchas batallas. En ellas siempre terció su proyecto de impulsar políticas de beneficio social con la convicción de que al poder sólo se puede acceder por un voto democrático. Por ello pareció casi una burla que su contendiente priista en la elección de Zacatecas del 2004, José Bonilla, quien obtuvo el 35 por ciento de los votos contra el 48 por ciento de Amalia, haya acudido a los tribunales electorales para protestar el resultado. Al final fueron los magistrados, esos mismos que hoy habrán de determinar la validez de la elección presidencial, los que ratificaron su triunfo.

Muchos mexicanos pertenecen todavía a una verdadera izquierda democrática. Tienen respeto al voto, aun en los casos en que éste no los favorece, y muestran tolerancia ante las opiniones distintas a las suyas. Por eso inquieta tanto observar un movimiento de supuesta izquierda que desprecia estas virtudes.

Lo he señalado otras veces. Nadie cuestiona que se impugnen los resultados del 2 de julio en los tribunales: para eso, precisamente, tenemos estos cuerpos. No molesta tampoco que se señalen posibles errores o incluso fraudes en la elección. Preocupa que se hagan acusaciones falsas o que se presenten denuncias penales sin sustento contra los consejeros del IFE. O que alguien mantenga la posición de que sólo un resultado que lo favorezca puede ser legítimo.

Algunas voces de la izquierda democrática histórica se han levantado ya para cuestionar las actitudes antidemocráticas que hemos visto. Pero hay muchas voces dentro del PRD que en el pasado estaban comprometidas con la democracia y que hoy se mantienen calladas. Y es muy triste. Antes la izquierda no se avergonzaba de ser demócrata.

Casillas especiales
Muy pocas fueron las quejas de los ciudadanos o de los representantes de los partidos políticos el día de la elección. La mayor parte de las que se registraron surgieron de las casillas especiales, aquéllas en que podían votar por presidente los ciudadanos que estaban fuera de su distrito. La ley limita tanto el número de casillas especiales como el de boletas que puede tener cada una. Mucha gente que no pudo votar en ellas el 2 de julio dijo que el rechazo se debía a un fraude contra López Obrador. Hoy sabemos que en esas casillas especiales Calderón obtuvo el 42.54 por ciento de los votos contra el 37.35 por ciento de López Obrador. Si un candidato salió perjudicado por la limitación de boletas, fue Calderón.

Sergio Sarmiento, El Norte
sarmiento.jaquemate@gmail.com

 

Acarreados para el domingo ...

Hola a todos!
Aunque ya me lo imaginaba, ahora si tengo pruebas de que buena parte de la gente que AMLO esta reuniendo en sus mitines "informativos" en el Zocalo del DF es gente acarreada de toda la Republica.
 
Ya varias personas han hecho un analisis para dudar del dizque millon y medio que supuestamente reunieron la vez pasada en el Zocalo, a 4 o 5 personas por metro cuadrado, no cabe esa gente en ese espacio. Es mas, ni sumando la gente de las calles aledañas. Los calculos mas optimistas arrojan cifras de maximo 400 mil personas.
 
Pero independientemente de lo anterior, lo que quiero contarles es que ya tengo pruebas de que son acarreados con todos los gastos pagados (transporte, comidas y hospedaje). A una persona muy cercana a mi la invitaron, y aunque a ella no le cae bien el PG, incluso voto por Calderon, estuvo tentada a aceptar simplemente para "pasearse" con todo pagado. ¿Cuantos no van por interes similar?
 
Y aunque todos realmente apoyaran al PG el punto mas grave es el costo de esas "reuniones informativas". ¿De donde esta sacando el PRD el dinero para esos gastos? ¿Y el dinero para lo spots que estan sacado en television cada rato?
 
No te acabes Tesoreria del DF. No te acabes guardadito de los 2os pisos. No se acaben cuotas diarias a los ambulantes y taxistas del DF.
 
Saludos
 

Dany Osiel Portales Castro
Monterrey, NL, México

http://no-al-populismo.blogspot.com/


"Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"La vida es muy peligrosa. No para las personas que se hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". (Albert Einstein)

"La inteligencia de un ser humano se mide exactamente por la cantidad de felicidad que éste pueda crear para él y para los demás" (Germán Dehesa)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)

 

 

MADAGASCAR Y EL LOCO...

FYI, para destornillarse de risa... subanle el volumen!!
 
http://www.youtube.com/watch?v=hUE-cIWOmls
 
saludos, sonrie!! es viernes!!
 

Dany Osiel Portales Castro
Monterrey, NL, México

http://no-al-populismo.blogspot.com/

"Es mas fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"La vida es muy peligrosa. No para las personas que se hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". (Albert Einstein)

"La inteligencia de un ser humano se mide exactamente por la cantidad de felicidad que este pueda crear para el y para los demás" (Germán Dehesa)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la politica es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)

 
 

jueves, julio 27, 2006

 

Sonrie, no hay duda, ya enloquecio....


Un carton vale mas que mil editoriales

 

Malas sumas

"Yo soy el presidente de México por voluntad de la mayoría".
- Andrés Manuel López Obrador

Tengo la impresión de que al candidato presidencial de la alianza Por el Bien de Todos y a sus colaboradores no se les dan las matemáticas.
Sólo así se entiende que en una entrevista al periodista Jorge Ramos de la cadena estadounidense de lengua española Univisión le haya dicho que es "Presidente de México por voluntad de la mayoría". Esta misma falta de habilidad con las matemáticas puede explicar por qué Andrés Manuel y su gente han afirmado que reunieron a 1.1 millones de personas en el Zócalo el 16 de julio y que congregarán a cuando menos el doble este domingo próximo.

Durante su campaña electoral, López Obrador afirmó constantemente que tenía una misteriosa encuesta de opinión que lo ponía 10 puntos porcentuales arriba de su más cercano contendiente. Esto le habría dado una ventaja de más de cuatro millones de votos sobre Felipe Calderón.

Sin embargo, el 2 de julio por la noche, el propio Andrés Manuel dijo que había ganado la elección no por 4 millones, sino por sólo 500 mil votos, lo cual equivalía a poco más del 1 por ciento de los sufragios.
La verdad es que perder 3.5 millones de votos en unos cuantos días habría sido un verdadero desastre político. Pero Andrés Manuel ni se inquietó ni ofreció explicación alguna. Quizá alguien había hecho mal las cuentas.

El problema es que ahora ni siquiera ese medio millón de votos de ventaja del 2 de julio aparece por ningún lado. La alianza Por el Bien de Todos seguramente tiene ya todas las actas de la elección en su poder. No se entiende por qué, para solucionar todas las dudas, sus colaboradores no presentan simplemente las actas que sumadas supuestamente le dan a López Obrador un triunfo por 500 mil votos en lugar de la derrota por 243 mil 934 votos que arrojan las actas que todos podemos consultar en la página de internet del IFE. ¿Será que a alguien no le salen las sumas? Y si las actas del PRD tienen cifras diferentes a las del IFE, ¿por qué no se dan a conocer las discrepancias acta por acta y la suma corregida?

Debe uno suponer que son las cifras de esas actas las que llevaron a López Obrador a autoproclamarse "presidente de México por voluntad de la mayoría" en su entrevista con Jorge Ramos. Hay que recordar que los perredistas han cuestionado que el IFE señale a Felipe Calderón como el "candidato ganador" o que Elba Esther Gordillo se refiera a él como "presidente electo". Deben tener los miembros de este grupo, por lo tanto, una confianza absoluta en sus propias cifras y en el hecho de que éstas serán ratificadas por el Tribunal Electoral. Sólo así puede Andrés Manuel presentarse directamente como "presidente de México".

Ahora bien, ¿qué significa ser presidente "por voluntad de la mayoría"? ¿Quiere decir que la mayoría de los 71.5 millones de ciudadanos empadronados votó por López Obrador? ¿Realmente podemos pensar que 36 millones de mexicanos, y no los 14.8 millones que dice el IFE, votaron por el perredista? O quizá Andrés Manuel se refiera a la mayoría de los 42 millones que votaron el 2 de julio, en cuyo caso debería haber obtenido 21.5 millones de votos. De todas maneras, las sumas tampoco cuadran: faltan 7 millones de votos para ello.
Tal vez lo que quiere decir López Obrador es algo distinto. Quizá ser presidente de México por "la voluntad de la mayoría" simplemente quiere decir que obtuvo "más votos" que Calderón. Lo que sea, incluso esto hay que demostrarlo de alguna manera. Y hasta ahora las sumas del PRD no cuadran.

Y por ello Andrés Manuel ha optado por "demostrar" su triunfo a base de grandes manifestaciones. En la del pasado 16 de julio nos dice que reunió a 1.1 millones de personas. Pero una vez más la suma parece equivocada.
La verdad es que según la información disponible, el Zócalo cuenta con una superficie de 34,515 metros cuadrados. De ella, un 20 por ciento fue ocupado el 16 de julio por el templete y el camino que se dejó abierto en medio de la plaza para permitir el ingreso de los oradores.
Esto significa que había unos 27,612 metros cuadrados para los asistentes, que a cuatro personas por metro cuadrado nos da un total de 110,448.
Vamos a suponer generosamente que, además de la gente en el Zócalo, se congregaron 80 mil personas en las calles de Madero, 16 de Septiembre, 5 de Mayo, 20 de Noviembre, Pino Suárez, 5 de Febrero (norte y sur), así como en el Hemiciclo a Juárez y en la torre del Caballito. Y seamos generosos una vez más y coloquemos a 40 mil más en el Paseo de la Reforma y en grupos que se retiraron antes de llegar al Zócalo. Aun así, si Pitágoras no me engaña, la suma es de 230,448 personas y no de 1.1 millones.

En fin, parece que las matemáticas no se le dan ni a López Obrador ni a sus colaboradores. Hay que encontrar todavía dónde están esos 500 mil votos que le dieron la victoria el 2 de julio o esos 800 mil participantes en la manifestación del 16 de julio. Aunque quizá fueron estos manifestantes fantasma los que le dieron a Andrés Manuel el triunfo claro que hoy le permite autoproclamarse "presidente de México por voluntad de la mayoría".

Otros tiempos
Manuel Camacho Solís es uno de los activistas que hoy cuestionan el supuesto fraude electoral. En 1988, como operador de Carlos Salinas de Gortari, su trabajo fue validarlo. A Gilberto Rincón Gallardo, quien colaboraba con Cuauhtémoc Cárdenas, lo amenazó entonces con meterlo a la cárcel por su defensa de la democracia.

Sergio Sarmiento, El Norte
sarmiento.jaquemate@gmail.com

 

Cuando éramos huérfanos

Siempre me ha gustado vivir en México. Todos los días doy gracias por vivir en un país con tanta belleza, con tanta historia, con tanta cultura, con tanta vida, con tanta dignidad. Lo digo cada vez que puedo: amo a México con un amor perro. Amo sus olores y sus sabores, sus regiones más transparentes y sus rincones más oscuros, sus volcanes y sus valles y todo lo de en medio. La vida en México para una persona de clase media alta como yo es, en muchos sentidos, envidiable. Vivo en una casa rentada y muy linda; mando a mis hijos a una escuela privada y no excesivamente cara; soy dueña de dos autos usados y en buena condición; vivo de mi trabajo y puedo mantener a mi familia con él; empleo a un par de personas que ayudan en casa y me alcanza el sueldo para pagarles; tomo vacaciones anuales y estoy ahorrando para asegurarle una educación universitaria a mis hijos. Tengo la vida que siempre he querido, llena de ideas y libros y arte y alumnos y amigos y la oportunidad de escribir en Proceso y una profesión socialmente útil. Este país me la ha dado.

Soy producto de la movilidad social que aún existía en los sesenta cuando nací. De beca en beca obtuve una buena educación y con ella he ido ascendiendo la escalera social. En un país con 40 millones de pobres, soy de las privilegiadas. Aún así, me doy cuenta de manera cotidiana que algo está mal. Y podría usar el lenguaje sofisticado de la ciencia política para explicarlo, pero en esta columna prefiero hablar como simple ciudadana. Algo está mal cuando las personas que trabajan para mí -la nana y el chofer y el jardinero- no tienen ninguna expectativa de ser más de lo que son hoy. Cuando no tienen ninguna posibilidad de aspirar a algo más porque el país no se los ofrece. Cuando sexenio tras sexenio un presidente u otro les da tan sólo más de lo mismo. Cuando saben que la vida de sus hijos será -en el mejor de los casos- una versión facsimilar de la suya. Esa vida precaria, estancada, difícil. La que tantos con quienes comparto el país padecen.

Y por eso el 2 de julio voté por Andrés Manuel López Obrador. Fui de esos votantes indecisos hasta el momento de entrar a la casilla y una vez adentro opté en función de una sola razón: no podía votar por una persona que piensa que el país está bien. No podía votar por un partido que ofrece sólo la continuidad. No podía formar parte de aquellos que piensan que el país funciona aunque para mí lo hace. Ni más ni menos. Pero voté con ambivalencia, porque a lo largo de la campaña siempre pensé que AMLO tenía el diagnóstico correcto pero no las soluciones adecuadas. Que peleaba por una buena causa pero no con armas modernas. Que sabía lo que no funcionaba pero no tenía propuestas coherentes de política pública para arreglarlo. Nunca me convenció la idea de sembrar árboles por el sureste o construir trenes bala. Recuerdo habérselo dicho: “Andrés Manuel, estás ofreciendo pobreza con dignidad. Estás ofreciendo darle a cada mexicano una pala para que construya un segundo piso”. Los pobres merecen y necesitan más.

Aún así pensé que una victoria de AMLO ofrecía la oportunidad para sacudir las cosas; para nivelar el terreno de juego; para pensar en cómo construir un país más justo y menos rapaz. Y López Obrador no me asustaba como asustaba a otros miembros de mi clase social. De hecho en reunión tras reunión, en conferencia tras conferencia, me convertí en su defensora involuntaria. Porque los argumentos sobre su personalidad mesiánica me parecían exagerados. Porque pensaba que a demasiados de sus detractores les salía espuma por la boca. Incluso una semana antes de la elección publiqué un artículo en Los Angeles Times argumentando que antes de odiar a López Obrador, las élites económicas y políticas deberían odiar las condiciones que lo produjeron: un sistema socioeconómico que concentra la riqueza y no tiene ningún incentivo para distribuirla mejor.

Pero desde la noche de la elección miro lo que está haciendo Andrés Manuel López Obrador y me desconcierta. Me preocupa. Veo a un hombre cada vez más combativo, cada vez más confrontacional, cada vez más antiinstitucional. Veo a alguien que confirma, paso a paso, todo lo malo que se decía de él. Alguien que habla del “crimen” monumental cometido contra el pueblo de México, pero que no lo ha podido probar. Alguien que un día sugiere fraudes cibernéticos y al otro día aclara que más bien fueron “a la antigüita”. Alguien cuyas posturas poco claras -y con frecuencia contradictorias- me inspiran desconfianza. Porque no puedo evitarlo: fui entrenada en el doctorado para examinar evidencias, ponderar datos, analizar argumentos. Y los que presenta AMLO hasta hoy para sustentar su caso no me convencen. He leído todos los correos electrónicos sobre el famoso algoritmo y dudo de su existencia; he discutido las irregularidades detectadas hasta ahora y no me parecen determinantes; he escuchado todas las denuncias sobre la “elección de Estado” y no creo que podamos clasificarla así.

Con lo que sabemos hasta el momento, no me parece inconcebible pensar que López Obrador perdió la elección. Por la multiplicidad de motivos que ya conocemos: el voto de miedo, la campaña mediática de Vicente Fox, la compra de publicidad por terceros, el apoyo de gobernadores priistas a Felipe Calderón y los errores que el propio AMLO -aunque se niegue a aceptarlo- cometió. Pero para despejar dudas y rescatar la confianza perdida, he apoyado la propuesta de contar de nuevo, ya sea parcial o totalmente, los votos. Si el recuento revela que López Obrador en realidad ganó, México tendrá que aceptarlo. Y si ocurre lo contrario, también. Esa debería ser la apuesta de todos, pero sobre todo de una izquierda responsable que quiere gobernar al país y no sólo partirlo en dos.

Lo más preocupante es que AMLO no parece estar pensando así. Declaración tras declaración, López Obrador se está radicalizando. Y todo lo que dice sugiere que -en realidad- no está buscando el recuento de los votos, sino la anulación. Ya no busca ganar sino seguir peleando. Ya no quiere que se respeten los resultados “reales” de esta elección sino reventarla. Ya no tiene la mira puesta en las próximas semanas sino en los próximos años. Quiere consolidar su base y ser una fuerza política de largo plazo. Quiere exaltar los ánimos de 10 millones de votantes enojados aunque pierda a los moderados que votaron por él. Su papel ya no es seguir las reglas del juego sino romperlas. Su papel ya no es atemperar para gobernar sino azuzar para polarizar. Para ser el presidente moral del sur de México. Para seguir confrontando al resto del país desde allí.

Y ése va a ser un viaje peligroso porque recorre la ruta de la división. Su brújula es la polarización. Su mapa es la radicalización. Su destino es destruir primero para reconstruir después. Entraña incendiar institución tras institución y eso es lo que le está ocurriendo actualmente al IFE. Al actuar como lo está haciendo AMLO, coloca a personas como yo que votamos por su causa en una posición difícil. Pide que dejemos de confiar en todo para tan sólo confiar en él. Pide que formemos parte de lo que José Woldenberg ha llamado una “comunidad de fe”, y dejemos a un lado la razón para pertenecer a ella. Pide que depositemos toda nuestra confianza en un solo hombre, cuando las democracias reales se construyen precisamente para evitar que eso ocurra. Pide que creamos en la palabra de operadores políticos como Jesús Ortega y Leonel Cota y Fernández Noroña y Martí Batres, cuya trayectoria suscita grandes dudas. Pide que destacemos a la única institución política creíble que hemos logrado erigir, y que nos sumemos a la cruzada para desacreditarla.

Y nos deja con las siguientes preguntas: Si tiramos al IFE por la ventana, ¿con qué otro instrumento va a contar el país para transferir pacíficamente el poder? Si las elecciones no son confiables nunca, ¿qué otro proceso funcionará para representar a los ciudadanos? Si el voto no es confiable, ¿no nos queda otro remedio más que renunciar a él? Si quienes están al frente de una institución cometen errores, ¿entonces hay que descalificarla de tajo? ¿La elección será vista como legítima por el PRD sólo si AMLO es declarado el ganador? Si no es posible creer en nada, ¿no hay otra opción más que creer en López Obrador? Planteo estas preguntas con dolor. De manera apesadumbrada. Veo la certeza que anima las posiciones de apoyo a AMLO que han asumido personas a quienes respeto como Julio Scherer, quienes admiro como Carlos Monsiváis, quienes quiero como Elena Poniatowska, quienes adoro como Eugenia León. He estado a su lado en otras batallas -como la librada contra el desafuero- y me entristece no poder estar allí, mano a mano, en ésta.

Y me angustia aún más ver que el otro lado tampoco tiene buenas respuestas. Las élites atrincheradas se comportan como siempre lo han hecho: saboteando, obstaculizando, posponiendo soluciones difíciles a problemas ancestrales. Pagando spots para promover sus posiciones aunque constituyan una violación a la legislación electoral. Preservando sus privilegios, blindando sus cotos, sacando legislación a modo -como la Ley de Radio y Televisión- y evidenciando todo lo que quieren proteger con ella. Los complacidos y los complacientes. Esos que escuchan los gritos del México que apoya a López Obrador y se tapan los oídos. Esos que miran la radiografía del país partido que esta elección arroja, y creen que bastará ampliar el Programa Oportunidades para reconciliarlo. Esos que produjeron a AMLO y hoy no saben cómo lidiar con él.

Ante este escenario es difícil no padecer una sensación de orfandad. De desconsuelo. Ese sentimiento que describe tan bien Kazuo Ishiguro en su novela Cuando éramos huérfanos. Esa soledad que produce estar parada en tierra de nadie, entre fuego cruzado, sin complacer a un bando y sin apoyar al otro. Intentando izar la bandera blanca entre las bazukas. Intentando suplantar la incondicionalidad partidista por la reflexión ciudadana. Preocupada por la construcción de un centro vital donde sea posible construir, conversar, reconciliar, institucionalizar. Pelear menos por el poder, y más por formas de compartirlo mejor. Pelear menos por quién ganó la elección, y más por el país herido que ambos bandos están dejando tras de sí.

Denise Dresser
PROCESO 23-07-06
---------------------------
¿Asi o mas objetivo e imparcial?

miércoles, julio 26, 2006

 

Busca el PG a encuestador a "modo" para que les ayude

Les anexo dos notas. La última (disculpen el orden), relata el cómo Mitofsky, el gringo, mandó al Peje a un obscuro y lejano lugar en el intento del desesperado Peje por tener a alguien de renombre que avale sus irrealidades.

Como Mitofsky no le hizo el menor caso, ahora el Peje está a la búsqueda de un encuestador con algún renombre que le dé la razón.

De plano, el Peje ya está en otro nivel.



Buscan en EU a especialista
Por José Díaz Briseño

Dice el profesor Walter R. Mebane que los contactos han sido informales

Corresponsal
WASHINGTON.- Simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador gestionan la asesoría de un connotado experto estadístico estadounidense para reforzar su argumento sobre la inexactitud en el conteo de votos en la elección presidencial del 2 de julio pasado.

Luego del rechazo de Warren Mitofsky, intercambiaron información con el profesor Walter R. Mebane, uno de los más renombrados especialistas en estadística electoral de Estados Unidos.
"Ellos me mandaron datos. Ocurrió que mi investigación estaba en un punto donde pude utilizar los datos mexicanos sobre casillas electorales", indicó el experto de la Universidad de Cornell, quien desarrolla métodos para detectar conteos erróneos de votos.

"Estoy actualmente en la fase de ver si un método mío puede detectar un fraude en las elecciones de EU. Aún no lo sé, pero hay buenas razones en este momento para creer que sí puede detectar un fraude".

Asesor del Partido Demócrata para un análisis sobre el conteo de votos en Ohio en el 2004, Mebane explicó que sus contactos con México son aún informales, a través de académicos de la UNAM y la UAM ligados a la campaña del perredista.

El fin de semana, Mebane utilizó los resultados a nivel casilla de la elección mexicana para una ponencia en la reunión de verano de la Sociedad de Metodología Política de EU, donde concluyó que es necesario un estudio más detallado.

Sugirió que antes de un recuento total de los votos quizá se necesite un conteo parcial en secciones electorales elegidas de forma aleatoria para identificar si hay problemas.
"Si esa muestra inicial identifica problemas con las tabulaciones del voto, entonces un recuento manual total se convertiría en algo extremadamente importante", apuntó.




Templo Mayor

Mitofsky no “pela al Peje”.
Por F. Bartolomé

EN SU AFÁN por desacreditar el proceso electoral por cualquier medio, los seguidores de Andrés Manuel López Obrador se llevaron tremendo frentazo.
RESULTA QUE buscaron al mismísimo Warren Mitofsky, uno de los gurús de las encuestas en Estados Unidos, para que apoyara la impugnación de la elección.
SEGÚN ESTO, la idea era que Mitofsky supervisara el trabajo de un grupo de expertos en estadística que están revisando los números de la elección buscándole acné a las hormigas.
Y QUE, además, el encuestador rindiera testimonio ante el Tribunal Electoral federal y también ante el Congreso de la Unión para avalar la postura de López Obrador.
LA RESPUESTA que les llegó por correo electrónico dejó helados a los seguidores del Peje.
PALABRAS MÁS, palabras menos, les dijo que no podía apoyarlos pues la desacreditación que ha hecho López Obrador del trabajo del IFE y de la transparencia del proceso electoral es un agravio contra todos aquellos que han luchado por la democracia en México.

 

Gobierno para todos, opinion de Caton

Hay quienes dicen que Felipe Calderón tendrá dificultades para ejercer la Presidencia, en virtud de lo dividido que el País quedará después del proceso electoral. Yo no lo creo así. En primer lugar, esa división no existirá, pues la gente ansía ya volver a la tranquilidad, y muchos de los seguidores de AMLO han reconocido ya que su candidato perdió la elección en una forma limpia y transparente. Además Calderón es hombre talentoso, de buena fe, y es también político capaz. Seguramente recurrirá al diálogo y a la conciliación e integrará una administración plural para gobernar con todas las corrientes y para todos los sectores. Si los perredistas se niegan a participar en ese gobierno de coalición estarán demostrando una vez más su cerrazón y dogmatismo, su falta de capacidad para transitar por el camino democrático que hemos escogido. Los mexicanos quieren vivir en paz, y quieren también que la clase política demuestre madurez y que se hagan -ahora sí- las reformas que necesita este país a fin de superar los problemas del pasado. Eso de la ingobernabilidad es espantajo. Más bien hay motivos fundados para el optimismo...
 
Armando Fuentes Aguirre, Caton, El Norte
afacaton@prodigy.net.mx
 
----------------------------
 
Yo no se si ser tan optimista como Caton. Pero si el PRD en lugar de querer avanzar en pro del pais, se dedica a bloquear las iniciativas y a decir a todo no, como lo hicieron con Fox, en el peor de los casos tendriamos un sexenio como el de Fox, sin muchos cambios estructurales, pero al menos con estabilidad y baja inflacion. Lo cual no esta tan mal, de todas formas.
 
Los invito a leer regularmente mi blog, hay mas editoriales interesantes. Ya no las quiero enviar por e-mail para no saturar sus buzones. Si tienen interes, iran al blog.
 
saludos
 

Dany Osiel Portales Castro
Monterrey, NL, México
http://editorial-danyportales.blogspot.com/

http://no-al-populismo.blogspot.com/

"Es mas fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"La vida es muy peligrosa. No para las personas que se hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". (Albert Einstein)

"La inteligencia de un ser humano se mide exactamente por la cantidad de felicidad que este pueda crear para el y para los demás" (Germán Dehesa)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la politica es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)


 

Deprimidos otra vez...

Cuando gente sensata e ilustrada, normalmente prudente en sus juicios, desvaría, las explicaciones simples no resultan satisfactorias. No basta el "están enojados", "fue su última oportunidad"; todas esas expresiones, aplicadas a la corte pejista de intelectuales y políticos, sin ser falsas, son insuficientes. Comprender el porqué de las comparaciones delirantes entre el 88 y el 2006, entre Pinochet y Fox; de la fidelidad a comportamientos en el mejor de los casos erráticos y volubles, cuando no desquiciados; del apoyo a un rumbo que conduce al suicidio político; comprender todo ello requiere buscar un poco más lejos que la desestimación superficial.

Quizás la respuesta yace en un dilema más profundo. Hasta 88, parecía que la salida del autoritarismo priista sería hacia la izquierda: con Cárdenas hacia un régimen más social, laico, nacionalista y plenamente democrático. Ésa era la salida deseada: no podía ser de otro modo porque si bien el "pueblo mexicano" quería democracia, también quería, en teoría, justicia social, juarismo, nacionalismo antiyanqui, entendidos todos estos nobles objetivos tal como los había definido el consenso ideológico imperante en México y en AL hacia los 80. No podía haber otra salida más que a la izquierda porque así era "el pueblo" y la mejor prueba de que eso anhelaba "el pueblo" es que correspondía perfectamente a lo que postulaban los intelectuales y políticos de izquierda.

El 94 debió de haber sido la primera señal de alarma. Volvió a ganar el PRI en una elección casi seguramente limpia e inequitativa, pero la "derecha" conservadora, mocha y entreguista llegó en segundo lugar, distanciando a la "izquierda" por 10 puntos. Pero se podía siempre argumentar que eso se debió al conflicto en Chiapas, a Salinas, a la falta de reglas justas del Gobierno.

En 2000, se complicaron más las cosas. Se jugó con reglas en las que participaron muy activa e inteligentemente muchos de esos intelectuales y políticos de "izquierda". El PRI estaba agotado y además dividido. El candidato correcto contendía por tercera vez, ahora con acceso a medios, recursos, aliados, y sin anatemas en su contra. Pero otra vez empezó a despuntar la "derecha", ahora francamente "cocacolera", guadalupana y plenamente entregada al gran capital.

La salida del autoritarismo por fin se dio, pero no como se esperaba: no hacia Cárdenas, no hacia un nacionalismo revolucionario resurrecto y purificado, no hacia un juarismo resurgido del alma misma del "pueblo", sino hacia Fox: ¡horror de horrores!, por encarnar todos los pecados aborrecidos por "el pueblo". El pequeño problema es que "el pueblo" votó por él, en contra de la mejor opinión de esa "izquierda" y, por supuesto, de los verdaderos intereses del "pueblo".

No obstante, seguía intacta la esperanza de que al comprobar las barbaridades que cometería en el poder la "ultraderecha" pro-yanqui y persignada, "el pueblo" recapacitaría y, rápidamente, rectificaría y reencontraría el camino del bien (de Todos). Lo haría con tanta o más fuerza y razón, ya que ahora contaba con un candidato carismático, vigoroso, cercano al "pueblo" y con capacidad de atraer a sectores del no "pueblo" que podrían redimir sus culpas aliándose con él. Y en esta ocasión "el pueblo" no estaba solo: en su gesta lo acompañaban otros "pueblos" de AL, unos ya liberados (Cuba, Venezuela, Bolivia) y otros en proceso.

Sin embargo, otra vez el pueblo se mostró rejego. No sólo no compartió la visión correcta de "la izquierda", sino que votó al revés. En cualquier caso, 65 por ciento del electorado no consideró que el país se encontraba en una posición postrada, desesperada, al borde del abismo. Tampoco consideró ese 65 por ciento que el "candidato de los pobres" no fuera un pobre candidato. Un candidato formidable montado en una gran ola popular, en un país en desastre, enfrentado a dos enanos políticos... no saca 35 por ciento del voto, ni gana o pierde por un punto: arrasa.

Pero además los pobres no se reconocieron en "su candidato". De acuerdo con las encuestas de salida de Gaussc, Parametría, BCG y Consulta, el perfil del votante de Calderón y de AMLO es prácticamente idéntico. Madrazo obtuvo más votos que su promedio entre los más pobres y de menor educación, y Calderón obtuvo más votos que su promedio entre los de mayor ingreso y escolaridad. Pero en el equivalente de los ocho deciles intermedios, desde los pobres a secas hasta la clase media superior, a Calderón y al Peje les fue más o menos igual. El Peje no fue el candidato de los pobres ni Calderón el de los ricos. Otra vez o alguien se equivocó o hubo trampa: "el fraude más grande de la historia".

Para propósitos de transparencia, confieso que en 88 yo hubiera querido la salida hacia la izquierda, y trabajé para ello; en 94 traté de apoyar la salida de izquierda, pero me mantuve al margen fundando con Sodi el Grupo San Ángel. En 2000 llegué pronto a la conclusión que sólo era viable la salida hacia la derecha, porque sólo Fox podía dividir a las élites y movilizar al pueblo. En 2006 supe que con una "izquierda" como ésta, ni se dividirían las élites ni jalaría el pueblo; de nuevo la salida no fue hacia la izquierda, y no lo será hasta que esta izquierda sea totalmente otra.

Un academico e intelectual de izquierda.

 

¿Quien es el fascista?

"La democracia moderna no está amenazada por ningún enemigo externo sino por sus males íntimos".
Octavio Paz

Leonel Cota, presidente nacional del PRD, señaló ayer que la respuesta de Felipe Calderón a la carta que previamente le hizo llegar Andrés Manuel López Obrador "no corresponde a la de un político demócrata. Corresponde a la de un político autoritario que quiere quedarse en el poder bajo cualquier circunstancia y pasando por encima de la voluntad nacional".

Es curioso: yo tuve exactamente la impresión contraria. López Obrador le pidió en su misiva a Calderón que éste demande la apertura de todos los paquetes electorales y el recuento de todos los votos. La respuesta de Calderón fue la siguiente: "La decisión de recontar votos no corresponde a los candidatos ni a los partidos sino al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que, en ejercicio de sus atribuciones, aplicará la ley. Al final del proceso dictará sentencia definitiva a la que todos debemos someternos".

Ésta es la respuesta que debe dar un demócrata. Efectivamente, no les toca a los candidatos -que son parte y no jueces- modificar post facto la ley electoral. Las reglas del juego se establecen antes y no después de los procesos electorales.

Los magistrados del Tribunal Electoral están considerando todas las impugnaciones presentadas y, sin duda, tomarán en cuenta la petición de la alianza Por el Bien de Todos para que se abran todos los paquetes electorales, se lleve a cabo un recuento de los votos y se garantice de esta manera el principio de certeza que establece el artículo 41 de la Constitución.

Un acuerdo entre los candidatos, sin embargo, no puede legitimar una decisión de violar la ley. Sólo el Tribunal puede, en apego a derecho, ordenar ese famoso recuento. Y Calderón está cumpliendo con la situación como un verdadero demócrata cuando señala que deben ser los magistrados los que fallen sobre este tema.

No es ésta la primera vez que el presidente nacional del PRD parece equivocarse al respecto de lo que debe ser el comportamiento de un demócrata. Después de la manifestación del Zócalo del 16 de julio, Cota señaló en una entrevista que Calderón debía aceptar la demanda de los perredistas para hacer el recuento de los votos ya que sólo un "fascista" no atiende los reclamos de los manifestantes. Quizá Cota no sabe realmente cómo operaban los fascistas. Eran ellos, después de todo, los que empleaban las marchas de presión para lograr sus propósitos frente a los demócratas.

Benito Mussolini conquistó el poder en Italia el 29 de octubre de 1929 gracias a "la marcha sobre Roma" de sus camisas negras. Adolf Hitler promovió su ascenso al cargo de canciller de Alemania en 1933 también gracias a una serie de manifestaciones. Juan Domingo Perón, quien era uno de los golpistas de 1943 en Argentina, se consolidó en el poder por la gran manifestación de Buenos Aires del 17 de octubre de 1945. Hugo Chávez también se sirvió de marchas para conseguir el poder en Venezuela.

Un demócrata, al contrario de un fascista, busca alcanzar el gobierno a través de elecciones democráticas y de respeto a la ley. En ese sentido, Calderón ha sido más demócrata que López Obrador, quien ha cuestionado los procedimientos democráticos legales y ha montado manifestaciones para presionar a las autoridades del País, a los funcionarios del IFE y a los magistrados del Tribunal Electoral.

En distintas ocasiones he señalado en esta columna que estoy de acuerdo con un recuento de los votos, pero no porque piense que haya habido un fraude. Ese recuento, sin embargo, sólo puede ser ordenado legalmente por el Tribunal Electoral. Ésa es la posición de cualquier demócrata.

El problema es que en México es tan corta la experiencia democrática que muchos políticos piensan que pueden hacer creer a los ciudadanos que las prácticas fascistas son democráticas. Pero debe quedar claro que en el mundo quienes aceptan los resultados de las elecciones y se ciñen a la ley son los demócratas, mientras que quienes usan las grandes concentraciones populares para obtener el poder son los fascistas.

Revolución cubana
Hoy se cumplen 53 años del asalto al cuartel de Moncada que según la propia filosofía castrista dio origen a la revolución cubana. Lo que empezó como un movimiento liberador, sin embargo, se convirtió en el inicio de un régimen abiertamente autoritario. Fidel Castro lleva ya 47 años en el poder.

Sergio Sarmiento, El Norte
sarmiento.jaquemate@gmail.com

 

No hay duda, ya enloquecio

Soy el Presidente de México, afirma AMLO

Interrogado si no descarta el bloqueo de aeropuertos y carreteras, López Obrador contesta que hará todo lo que pueda significar resistencia civilAP

Cd. de México (26 julio 2006).- En una entrevista con la cadena estadounidense Univisión, Andrés Manuel López Obrador dijo que se considera el Presidente de México, a pesar de que en el cómputo oficial de los comicios del 2 de julio quedó en segundo lugar detrás de su rival panista Felipe Calderón.

"Sí, yo soy el Presidente de México. Yo soy el Presidente de México por voluntad de la mayoría", afirmó el candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, interrogado sobre si se siente el Mandatario electo.Añadió que por esa convicción de que ganó es que ha demandado un recuento de cada voto emitido en las elecciones presidenciales para constatarlo.
En un cómputo oficial realizado entre el 5 y 6 de julio, Calderón obtuvo el primer lugar con una ventaja de 243 mil 934 sufragios ó 0.58 puntos porcentuales sobre López Obrador, quien se negó a reconocer el resultado y lo impugnó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación junto con la petición del recuento.El tribunal tiene hasta el 31 de agosto para resolver las impugnaciones y declarar a un Presidente electo no más allá del 6 de septiembre si es que valida los comicios.
López Obrador ha llamado a sus simpatizantes a la resistencia civil para presionar al tribunal en su deseo de un recuento, que en los últimos días se ha traducido en manifestaciones y bloqueos en las entradas de algunas empresas privadas, que a su juicio, volcaron su apoyo a Calderón y en contra de él.Cuestionado sobre si no descarta el bloqueo de aeropuertos y carreteras, López Obrador contestó que hará todo lo que pueda significar resistencia civil, todo lo que pueda significar defender el voto y defender la democracia.
Afirmó que su límite es la no violencia, porque ante todo se trata de un movimiento pacífico.
Partes de la entrevista aparecerán en el transcurso de hoy y será transmitida completa mañana.
En una entrevista previa en Televisa, López Obrador afirmó tener pruebas de que funcionarios electorales inflaron la votación a favor de Calderón.
También descartó reunirse con el abanderado panista, como espera el PAN, si antes no se pronuncia a favor del recuento, algo que se ha negado a hacer por considerar que no es posible y que los votos ya se contaron el día de la elección.El PRD interpuso ayer una denuncia penal contra el presidente y los ocho integrantes del Instituto Federal Electoral, por considerar que cometieron un delito al no evitar que empresas privadas hicieran campañas publicitarias supuestamente contra su candidato.

En la denuncia se señaló que con las campañas publicitarias se calumnió y difamó a López Obrador con el propósito último de infundir miedo a los ciudadanos respecto a la opción que representa.

En uno de los anuncios, patrocinado por el Consejo Coordinador Empresarial, se señalaba que apostarle a un proyecto distinto era retroceder y llamaba a la gente a defender lo que se ha logrado en materia económica.En otros dos, una asociación civil utilizaba la imagen del Presidente venezolano Hugo Chávez para enviar mensajes de que los mexicanos no necesitaban armas para defender sus ideas, sino sólo votar.

---------------------------------------------

No ha presentado pruebas validas. Los videos y dichos que han esparcido por todos lados han sido desmentidos una y otra vez por distintas autoridades, principalmente el IFE y ciudadanos involucrados. ¿Como se atreve a decir que es el presidente de Mexico? ¿Con que argumentos? ¿Con la voluntad de cual mayoria?

Y es todo un cinico, un mentiroso, pues las impugnaciones que presentaron, a menos del 40% de las casillas, no piden especificamente el conteo voto x voto al 100% de las casillas. Se enfocan mas a tratar de anular la eleccion por la "causal abstracta", argumentando principalmente "inequidad durante la campaña". Por un lado dice que el obtuvo mayoria, pero por otro dice que perdio porque le hicieron "guerra sucia". ¿Entonces?

Cada vez que habre la boca nos confirma una vez mas que era y es un peligro para Mexico. Con esta actitud, con esas amenazas de que haran "todo lo que pueda significar resistencia civil", ¿que podemos esperar de una persona asi?

No me opongo al conteo voto x voto, pero hay que dejar bien en claro que AMLO y sus seguidores no estan pidiendo eso legalmente al TEPJF en sus escritos de impugnacion. Que no traten de engañarnos. Debieron haber impugnado el 100% de las casillas, y haber presentado el 100% de los escritos de protesta. Entonces si, argumentar que por lo cerrado del resultado lo mejor seria hacer un segundo conteo al 100%, para eliminar cualquier posibilidad de error aritmetico. Pero eso no fue lo que hicieron. Han desprestigiado al IFE y a los casi 2 millones de ciudadanos que participaron activamente el 2 de julio, entre funcionarios de casilla y representantes de partido, afirmando que hubo fraude. Las movilizaciones y marchas no tienen razon de ser cuando hay un camino legal, del cual tienen todo el derecho de tomar, impugnando las casillas y solicitando conteos. Pero eso no es lo que hicieron.

Ya basta de mentiras. Defendamos nuestros votos!!

Dany Osiel Portales Castro

 

¿Donde esta la inequidad en el proceso electoral?




La coalicion por el bien de todos tuvo igual o mas acceso a los medios que el PAN. ¿Donde estuvo la inequidad? Y no salgan con la "guerra sucia" pues la CxBT saco muchos spots agresivos y hasta mentirosos sobre Calderon. ¿o eso no fue guerra sucia?

Esta eleccion fue la mas equitativa, la mas pareja de todas. Tanto que hasta el resultado fue parejo.

saludos

martes, julio 25, 2006

 

Si el PRD resuelve así sus diferemcias internas, ni qué esperar de lo que pueden hacer hacia afuera !!

A pedradas y palazos acaba elección del PRD-Tabasco
Por: Rodulfo Reyes en Villahermosa
Lunes 24 de Julio de 2006 Hora de publicación: 09:35

En protesta por la imposición de candidatos a alcaldes y diputados, perredistas de dos municipios gobernados por el PRD protagonizaron disturbios este fin de semana, con saldo de varios heridos, un salón de fiestas semidestruido, así como un auto compacto destrozado.
Los conflictos internos se agravan en ese instituto político a unos días que iniciara campaña el candidato a la gubernatura, Raúl Ojeda Zubieta, a quien mantiene impugnado la corriente de los fundadores que encabeza el ex dirigente estatal Auldárico Hernández Gerónimo.
Por casi media hora unos 200 militantes del partido del sol azteca se enfrentaron este domingo tras suspender por la fuerza una convención de delegados municipales para elegir al candidato a la alcaldía de Teapa. También en Centla se interrumpió el sábado el procedimiento ante hechos de violencia.

El salón Blanco y Negro, donde iba a desarrollarse la elección, en la capital del estado, fue el escenario del choque entre bandos antagónicos. Cada grupo iba provisto de palos y piedras.
Los solaztequistas que abortaron la sesión eran encabezados por el precandidato a la alcaldía de Teapa, Germán García Quintero, coordinador de las redes ciudadanas de Andrés Manuel López Obrador en la región Sierra, que abarca ese municipio.

Las primeras escaramuzas comenzaron cuando los seguidores de García Quintero se enfrentaron a las personas que cuidaban el salón. El precandidato inconforme acusó al edil perredista de Teapa, Rafael Abner Balboa, de enviar al consejo a "policías disfrazados de civil", así como a pandilleros, para tratar de "imponer" a Antonio Sánchez del Águila.
A su vez, el precandidato impugnado, Sánchez del Águila, responsabilizó a García Quintero y dijo que pertenece a "grupitos" que con base a presiones y chantajes quieren imponer su voluntad a las mayorías.

El representante del Servicio Electoral del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, Juan Manuel Ávila Félix, señaló al alcalde de Teapa como autor intelectual de la violencia, y dijo que, más que un conflicto interno, "estamos ante actos de barbarie, de vandalismo, de gangsterismo incluso, vemos que fueron enviados grupos con la consigna de dejar heridos y causar destrozos".

En voz del secretario de Organización, Roberto Romero del Valle, también la directiva estatal del PRD responsabilizó al presidente municipal Rafael Abner Balboa.
De los cinco heridos, tres fueron atendidos en una clínica particular, ya que presentaban golpes contusos con piedras y palos en el rostro y la cara.
También cancelaron acto en Centla por riesgo de violencia.
Debido a que en el municipio de Centla también estaban caldeados los ánimos y existía riesgo de violencia, el PRD determinó suspender la convención municipal en esta localidad gobernada por ese partido.

El sol azteca informó que por no haber las condiciones necesarias para la realización de la asamblea para elegir a los candidatos a la alcaldía y la diputación, se canceló definitivamente el procedimiento.
Los hechos violentos ocurrieron el sábado, cuando un grupo, que más tarde se sabría que eran trabajadores del municipio presidido por el perredista José David Ascencio Arellano, entraron de forma violenta reteniendo al personal del Comité Nacional del Servicio Electoral del PRD y a su encargado Juan Manuel Ávila Félix, quien se encontraba para dar fe de la elección interna.
Los precandidatos Heber Sánchez Alejandro y José Luis Noverola culparon al edil de los brotes de violencia.

El secretario de Organización del PRD en Tabasco, Romero del Valle, culpó, al igual que al de Teapa, al edil de Centla. Dijo: "En el comité estatal, habremos de valorar el comportamiento tanto de José David Ascencio Arellano, como de las personas que fueron utilizadas por él, para desestabilizar nuestro proceso interno".
El consejero nacional Juan Salinas Romero acusó al dirigente estatal, Juan Manuel Fócil Pérez, de ser el responsable de los hechos violentos suscitados en el PRD, ya que se le advirtió que no había las condiciones para llevar a cabo la convención y, no obstante, no la suspendió.

A pedradas y palazos acaba elección del PRD-Tabasco http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=252706

This page is powered by Blogger. Isn't yours?