domingo, octubre 31, 2021

 

Enemigos

Cuando todos son enemigos, nadie es amigo. Así comenzó el fin del terror en la Revolución Francesa. ¿Concluirá igual el Gobierno actual?

 

En 1793 la Convención Nacional aprobó la Ley de sospechosos que comenzó el reino de terror. Diez meses después, en el 8 de termidor, Robespierre denunció la existencia de "enemigos, conspiradores y calumniadores" y anunció que comenzaría una nueva purga de sospechosos.

 

Veinticuatro horas después, todos esos sospechosos se levantaron en su contra y lo guillotinaron en la Plaza de la Revolución, donde más de 2 mil personas, incluido Luis XVI, habían sido ejecutadas. La denuncia sistemática de enemigos crea dinámicas que luego nadie puede parar.

 

Peña Nieto ya iba mal cuando apareció la Casa Blanca y su Gobierno se colapsó unos meses después en Ayotzinapa. Nadie al comienzo de 2014, el año fatídico de ese Gobierno, pronosticó un desenlace de esa naturaleza.

 

López Portillo perdió el control de su Gobierno al inicio del sexto año cuando prometió defender al Peso como un perro. Fox, que nunca controló mucho, desapareció del mapa cuando preguntó ¿y yo por qué?

 

Nadie sabe cuándo o cómo comienza un proceso de deterioro y el Presidente López Obrador es extraordinariamente astuto para dejarse sorprender, pero en esa silla rápido se pierde perspectiva y el piso.

 

En su monólogo diario, el Presidente acude al recurso de la confrontación y descalificación como estrategia para afianzar su base política. El supuesto que yace detrás de este proceso es que el Presidente representa a la población y, al confrontarse él con los "malos", eleva los sentimientos (y resentimientos) de su base política al nivel que ésta desea, reforzando sus fuentes de apoyo y creando un círculo virtuoso.

 

El discurso consiste en "evidenciar" a diversos grupos, personas y organizaciones como traidores y enemigos del progreso y desarrollo del País, especialmente de los integrantes de su propia base social y de la 4T.

 

Atacar a quienes el Presidente denomina como "fifís", conservadores y neoliberales, por citar algunas de sus categorías favoritas, constituye una plataforma para enviar mensajes, afianzar la base y mantener el clima de tensión que, él supone, preservará la popularidad y viabilidad de su mando.

 

En los últimos meses ha venido agregando nuevas listas al catálogo de enemigos: comenzó con la mafia del poder desde hace años para luego ampliarla para incluir a empresarios, ex Presidentes, madres solteras, padres de familia y maestros. Más recientemente se abocó a las clases medias, los aspiracionistas, las organizaciones civiles y, la joya de la corona, la UNAM.

 

En el discurso no hay diferencia entre unos y otros: todo son enemigos de su proyecto por ser, a final de cuentas y en resumen, neoliberales.

 

En su invectiva, el Presidente expande el grupo de enemigos de manera sistemática, barriendo con porciones crecientes de la sociedad y, lo que más le importa, del electorado. Mucho de esto es sin duda calculado, pero también puede ocurrir que, dado el éxito que ha tenido en mantener un nivel relativamente alto de popularidad, resulte natural avanzar hacia un número cada vez más amplio y numeroso de grupos sociales a los que desprecia, independientemente de la forma en que hayan votado. El éxito conlleva audacia y ésta, a su vez, hubris, la sensación de que no hay límite, que todo es posible y nada tiene costo o consecuencia.

 

Sin embargo, como con Robespierre, ¿qué pasa cuando integrantes de su base dura comiencen a sentirse aludidos al ser transferidos a las filas de los enemigos?

 

El ataque a las clases medias luego de la elección intermedia fue víscera pura: el Presidente se sintió personalmente agredido porque ese segmento de la ciudadanía osó pasarse a las filas de los enemigos.

 

En lugar de intentar comprender la razón por la que ese grupo, que votó mayoritariamente por Morena en 2018, cambió de parecer en 2021, el Presidente se dedicó a atacarlo.

 

Ahora ha dado un paso potencialmente al vacío con su ataque generalizado e indiscriminado a toda la comunidad de la Universidad Nacional. Si hay un sector de la sociedad que votó masivamente por él, ese ciertamente fue su más reciente víctima.

 

Sus contrincantes dirán que no hay que interrumpirlo cuando está cometiendo errores, pero tres años de descontrol llevarían al País al colapso total.

 

Esto máxime cuando, en contraste con prácticamente cualquiera de sus predecesores recientes, para quienes la segunda mitad fue buena o muy buena en términos económicos, AMLO no tiene nada que ofrecer.

 

Nadie sabe cuándo o cómo comienza, pero de que llega nadie lo debe dudar.

 

Luis Rubio

 


sábado, octubre 23, 2021

 

Huyen del paraíso

Desde que Joe Biden asumió la Presidencia norteamericana las detenciones de migrantes en la frontera norte de México se han disparado.

 

UN MILLÓN 700 mil migrantes fueron aprehendidos en el año fiscal 2021, pero lo verdaderamente interesante de esto es que, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la mayoría abrumadora de los detenidos FUERON MEXICANOS.

 

Pero cómo puede ser esto si según los Pinochos profesionales al servicio de la 4T México está convertido en un paraíso en el que sobran el empleo, las vacunas, las oportunidades, en el que no hay violencia ni inseguridad, administrado al puro tiro por unos genios paridos por los dioses del Olimpo, a quienes -por cierto- hay que agradecerles todos los días que se hayan dignado a gobernarnos y que además lo hagan con gran "genialidad".

 

¿Cómo es que tanta gente se quiere ir de México?, más de MEDIO MILLÓN de los 1.7 millones rechazados en la frontera son mexicanos.

 

¿Será que no se han enterado de lo bien que marchan las cosas aquí, de la pujanza de nuestra economía que, como el velero bergantín de José de Espronceda, va "viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela"?

 

¡Ya sé!

 

¡Es que no alcanzan a dedicarle las dos horas que duran las mañaneras y por eso no se enteran de las mil y una maravillas que nos ha cocinado el régimen lopista!

 

Si enterados estuviesen, igual hasta deciden quedarse en este País de las Maravillas, que deja en simple remedo el que Lewis Carroll creó para Alicia.

 

¿Qué buscarán en Estados Unidos estos pobres migrantes que no encuentran en el México de la Cuarta Trastornación?

 

No resultaría demasiado difícil atinarle a una posible causa -o causas-, pues todo parte de qué requiere alguien para sentirse feliz:

 

1.- Sustento digno para la persona y su familia.

 

2.- Techo.

 

3.- Servicios de salud.

 

4.- Educación.

 

5.- Seguridad para su persona y sus posesiones.

 

6.- Entorno de progreso y movilidad social.

 

Si una cantidad bastante numerosa de mexicanos busca una mejor vida en Estados Unidos seguramente se debe a que varios de estos factores, prerrequisitos básicos, están ausentes en México.

 

Para muchos mexicanos no hay sustento digno para ellos y su familia porque se han perdido millones de empleos en México, parte a consecuencia de la pandemia, pero también a una política generadora de desconfianza e incertidumbre que ha propiciado este mismo Gobierno, divisivo, polarizante, rijoso y enemistado por completo con el empresariado que crea empleos y estimula la economía.

 

En cuanto a techo: están prácticamente frenados los proyectos de vivienda, optando por un "constrúyalo usted mismo" que no es ni chía ni limonada, y que ni arranca ni deja arrancar a los que existían quesque porque "ganaban mucho".

 

Ahora que de los servicios de salud ni caso tiene hablar: ¡NO HAY NI MEDICINAS!

 

Se desmanteló el anterior sistema de salud y se diseñó uno en el papel (el INSABI) que ni funciona ni deja funcionar.

 

En un afán por CONTROLAR todo ha concentrado compras, distribución, atención, y en consecuencia, los servicios de salud que reciben los mexicanos promedio hoy son PÉSIMOS.

 

De la violencia, ésta ha crecido como nunca, se sientan records de homicidios, Estados enteros (como Michoacán, de donde huyen muchos de los migrantes) se encuentran dominados por los narcoterroristas, ídem en la frontera y en muchas otras entidades como Guerrero, Nayarit y Jalisco.

 

Obviamente, la violencia REBASA a las autoridades, sobre todo de justicia, de tal manera que no existe en México -de manera amplia e institucional- el imperio de la ley, no hay CERTIDUMBRE jurídica, como tampoco protección ni a personas ni a bienes.

 

Seguimos con el deshonor de ser un país en el que el 95 por ciento de los delitos quedan IMPUNES, y la impunidad es la madre de la delincuencia.

 

Obvio, encima de todo lo anterior, como tampoco hay crecimiento ni empuje económico, inversión fija a raudales en nuevos proyectos creando empleos y oportunidades, no existe en México la movilidad social ascendente.

 

Este Gobierno mira con desprecio y escarnio la movilidad "aspiracional".

 

En suma, pensamos que los puntos arriba citados son la CAUSA del ÉXODO de los mexicanos hacia Estados Unidos, es decir, el pueblo VIVE una realidad muy distinta y ajena a la que sueñan nuestros gobernantes endiosados con el sonido sirenil de su propia canción.

 

fricase@elnorte.com

 

 


domingo, octubre 10, 2021

 

Mundo cambiante

La manera como funciona el Gobierno de Morena, especialmente las mañaneras del Presidente López Obrador, me recuerda un viejo chiste ruso: "un campesino se entera que uno de sus vecinos ahorró suficiente para comprar una cabra. Envidioso, se comunica con dios y le pide que corrija esta intolerable situación. Dios le responde con una pregunta: ¿qué quieres que haga yo? Mata la cabra fue la respuesta". Ensimismado y abstraído de lo que ocurre en el mundo, la solución es destruir lo existente. No vaya a ser que prospere el País.

 

El mundo exterior cambia, con frecuencia de manera acelerada, con múltiples variables interactuando. Ante un panorama como éste, una propensión natural es la de encerrarse y pretender que la mejor protección radica en aislarse. El problema es que eso no funciona.

 

En un mundo interconectado, donde la vida cotidiana depende de la interacción constante y continua entre personas, empresas, Gobiernos e instituciones a través de fronteras nacionales, la pretensión de aislarse es, además de pueril, imposible.

 

Sólo para ejemplificar, el 8 por ciento de las llamadas por teléfono en el mundo son entre México y Estados Unidos; el siguiente par es entre Estados Unidos e India, con 3.2 por ciento. México es de las naciones más interconectadas y su economía depende de la demanda por exportaciones mexicanas. Un país con estas características debería estar creando condiciones para acelerar esas oportunidades, tanto en términos de preparar a su población para asirlas, como construyendo la infraestructura para aterrizarlas.

 

Lo que de hecho ocurre es al revés: la educación y la salud no son prioridad para el Gobierno, cuyas lealtades son con los sindicatos dedicados a preservar el mundo del siglo 20. La infraestructura está paralizada y, por si eso no fuese suficiente, la iniciativa constitucional enviada por el Ejecutivo al Congreso en materia eléctrica va dirigida al control de precios, mecanismo ideado en los 70 para hacer inviables las inversiones privadas y luego expropiarlas.

 

Mientras México actúa como el proverbial avestruz que prefiere esconder su cabeza en la arena antes que encarar los desafíos que el mundo (del cual depende) le impone. Sin embargo, parafraseando a Trotsky, el Gobierno mexicano puede no estar interesado en lo que ocurre en el exterior, pero el resto del mundo está interesado en México. Por más que intente abstraerse de lo que ocurre en el mundo, esto resulta imposible.

 

Aquí van algunos ejemplos de cómo ocurre esto:

La incorporación de China a la OMC en 2001 alteró la expectativa mexicana de convertirse en el principal proveedor de manufacturas hacia Estados Unidos.

 

La crisis hipotecaria estadounidense de 2008 llevó a una contracción económica en México de casi 8 por ciento.

 

Esa crisis condujo a la creación del G20 como grupo de primer nivel, donde México fue un actor prominente con el objetivo de proteger la permanencia del mercado para nuestras exportaciones.

 

La pandemia ha acelerado la tendencia hacia la consolidación de tres regiones cada vez más interconectadas: Norteamérica, Europa y Asia.

 

La ruptura creciente entre China y Estados Unidos desestabiliza cadenas de suministro largamente establecidas. En lugar de aprovechar la oportunidad, México se distancia.

 

El mecanismo financiero-monetario empleado por los bancos centrales para proveer liquidez a los mercados, primero por la crisis de 2008 y luego por la pandemia, comienza a disminuir, amenazando con cambios en las unidades de intercambio entre las monedas del mundo.

 

El panorama mundial cambia minuto a minuto y cada una de esas alteraciones entraña potenciales consecuencias para la economía mexicana. Excepto por el hecho de que no se han consumado nuevas inversiones, el repliegue respecto al mundo y, especialmente, de EUA que viene persiguiendo la actual Administración, aún no se manifiesta en riesgos inmediatos, pero éstos irán en aumento.

 

La falta de inversión amenaza al crecimiento futuro, en tanto que los movimientos financieros ponen en riesgo la estabilidad cambiaria.

 

Lo novedoso es la indisposición del Gobierno a reconocer que su actuar, en lo interno y en lo externo, entraña consecuencias tanto para la estabilidad como para el futuro de la economía y la sociedad.

 

La reforma eléctrica es una necedad que ignora no sólo al mundo exterior, sino los requerimientos del País en la actualidad. Se trata del proverbial balazo en el pie.

 

La pregunta es ¿cuál es el tamaño del riesgo que está dispuesto a asumir el Gobierno en estos rejuegos?

 

Luis Rubio

 


 

El elefante

"Echar a andar al gobierno para que le sirva al pueblo, [...] es como empujar a un elefante reumático, es un avance lento". Son palabras de AMLO y tiene razón, aunque el elefante reumático sólo ha cambiado en algunos de sus temas de interés, donde concentran los recursos y hay una ilusión de mejora, porque avanzan sus mal planeadas obras. El resto del gobierno, salvo honrosas excepciones como la capacidad de cobrar impuestos, funciona aún peor que antes, muchas veces sin dinero para operar.

 

A la bestia reumática AMLO le quiere dar el control de todo el sector eléctrico. En las manos de Manuel Bartlett, este elefante se convertirá en el gran hoyo negro de la economía mexicana. La CFE no tiene fines de lucro, sino el interés de acapararlo todo, incluidos crecientes recursos fiscales.

 

Lejos de haber mostrado que puede manejar al paquidermo, Bartlett no ha logrado licitar una sola central termoeléctrica. No ha podido arrancar un proyecto eólico importante. No ha ampliado la red de transmisión. El rubro de gasto de mayor crecimiento en la CFE es el pago de pensiones. El costo promedio de generación de sus termoeléctricas es mucho más caro que el de un privado. La CFE perdió en el 2020 casi 79 mil millones de pesos. Esto después de haber recibido un subsidio de unos 70 mil millones de pesos.

 

Bartlett debe haberle contado a AMLO que este pésimo desempeño se debe a las reglas que enfrenta la CFE, retratada en su narrativa como una víctima. El premio de AMLO es buscar darle todo el poder.

 

La reforma eléctrica del 2014 impuso reglas para limitar la discrecionalidad en el sector. Fue exitosa. Logró impulsar la inversión en energías limpias y ampliar la capacidad de generación de electricidad.

 

AMLO argumenta en defensa de su reforma que debemos evitar los problemas del sector eléctrico en España. Pero en nada se parecen. Allá dominan los privados en toda la actividad. La reforma de 2014 no renunció a la rectoría del Estado. Éste controla la red de transmisión, a través del Cenace, y la CFE el monopolio de la distribución de electricidad a los hogares. La CFE gana mucho mediante estos dos monopolios, con un margen, descontando trucos contables, de 45 centavos por cada peso facturado en transmisión y 25 en distribución, según Pablo Zárate, especialista en el sector. En generación pierde dinero.

 

Todo es, en principio, mejorable. Pero este gobierno destruye sin entender qué vendrá después. Desapareció el sistema de distribución de medicinas por supuestos problemas de corrupción. Ahora estamos peor que antes.

 

El listado de los problemas de la reforma es largo. Pone todos los huevos en la canasta del elefante reumático, porque la CFE controlaría todo: el precio de venta al consumidor y el de compra al generador privado que subsista. Llevará a utilizar primero una planta de carbón que una solar. La red de transmisión ya no la controlaría un órgano del Estado, sino la CFE. No habría reguladores, el elefante determinaría discrecionalmente a quién le compra y a quién le vende la electricidad. Es la reforma de Bartlett, quien entiende de poder, no de electricidad y menos de desarrollo económico.

 

Para AMLO, es la batalla de la segunda mitad de su gobierno. De ganarla, le permitirá romper el bloque opositor, tener más poder a través de la CFE y creer que estará en los libros de historia junto con López Mateos. No parece tener claros los costos de su reforma en el crecimiento económico del país, ni las indemnizaciones por cancelar miles de millones de dólares de inversión privada. Si pierde, podrá señalar a quienes son, a su juicio, los vendepatrias, sobre todo ante su ansiada revocación de mandato.

 

Mientras se discute o, peor, se aprueba su reforma, muchos inversionistas dejarán de invertir en México. Sin electricidad, no hay negocio que sobreviva. Pocos querrán ponerse en manos de un elefante reumático con el poder de aplastarlo todo.

 

Carlos Elizondo Mayer-Serra

 


martes, octubre 05, 2021

 

Contrarreforma

"La electricidad no centraliza, sino que descentraliza". Marshall McLuhan

 

No sorprende que el gobierno no quiera que la Comisión Federal de Electricidad tenga que competir con los privados. En agosto, la CFE registró un costo unitario de 1,687 pesos por megavatio/hora, mientras que los productores independientes generaron a 861 pesos el MWh. En las subastas de largo plazo, el costo unitario de energías intermitentes (eólica y solar) fue de 377 pesos por MWh. No hay otros datos. Son las cifras de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) que el gobierno ya controla completamente.

 

La CFE no tiene capacidad para enfrentar a los privados. Esta "empresa de clase mundial", como la caracterizaba el gobierno, solo era competitiva frente al desastre de Luz y Fuerza del Centro. No puede derrotar a los verdaderos productores de clase mundial. Por eso el gobierno impulsa una contrarreforma que le evite competir.

 

"Es un retroceso de 30 años", dice Víctor Ramírez de la Plataforma México, Clima y Energía. La iniciativa no solo deroga las reformas de Enrique Peña Nieto, sino las de años anteriores, que permitieron, por ejemplo, inversiones en autoabastecimiento. No se limita, por otra parte, a la electricidad. Desaparece la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la CRE y el Cenace. Convierte absurdamente a la CFE en regulador y regulada. Crea un nuevo monopolio gubernamental en litio. Ordena que la CFE tenga 54 por ciento del mercado de electricidad, como si por decreto se pudiera definir una participación.

 

La prohibición del autoabastecimiento representa una confiscación sin indemnización de inversiones muy importantes ya realizadas en el país, lo cual violaría los tratados internacionales firmados por México. Además, elevaría en automático los precios de electricidad que pagan las industrias mexicanas que tienen estos contratos, lo cual las haría menos competitivas. El gobierno no solo quiere atacar a la industria eléctrica privada, sino volver menos productivo a todo el país.

 

El presidente López Obrador dice que la iniciativa busca fortalecer a la CFE y evitar aumentos de precios: "El propósito de que se garantice la energía eléctrica a precios justos para todos mexicanos, que no haya aumentos por encima de la inflación como es nuestro compromiso... Tenemos que tener control de los precios de los energéticos para que no se afecte la economía popular". La legislación, sin embargo, no solo no impedirá los aumentos de precios, sino que los impulsará al elevar los costos y reducir la oferta. Si el "control de los precios de los energéticos" significa que se impedirán artificialmente los aumentos, el gobierno tendrá que gastar cada vez más en subsidios, lo cual distorsionará la economía y desviará recursos de las verdaderas funciones gubernamentales.

 

Lo peor es que la CFE no tiene capacidad para reemplazar a los privados. No ha podido hasta ahora mantener y modernizar las redes de transmisión que maneja en régimen de monopolio. La falta de mantenimiento ha producido numerosos apagones. Con sus amenazas a la generación privada, por otra parte, el gobierno ha provocado que se suspenda la inversión privada en nuevas plantas generadoras. La CFE dijo que las construiría, por ejemplo, una en Baja California Sur, pero no ha cumplido. No tiene dinero.

 

El país pronto empezará a sufrir escasez de electricidad. Los apagones se multiplicarán y los costos se elevarán. Pocas iniciativas en la historia serán tan dañinas como esta. No sé si es producto de la ignorancia o de un intento premeditado por destruir la economía nacional.

 

CRISIS QUE VIENE

Mientras aquí demolemos la industria energética, el mundo se prepara para una crisis. China está adquiriendo gas a cualquier costo. El precio del crudo ha subido 93 por ciento y el del gas 123 por ciento en un año. Solo el gobierno de México piensa que reducir la inversión es la solución.

 

Sergio Sarmiento

 


sábado, octubre 02, 2021

 

Pulpo corporativo

"Sólo el incentivo de las utilidades y la competencia mantienen a las empresas delgadas, eficientes, innovadoras y concentradas en el cliente". John Steele Gordon

 

Los países más prósperos y libres son aquellos en los que el Gobierno se dedica a gobernar con probidad y eficiencia mientras las personas o las sociedades producen y hacen negocios. No es, sin embargo, el rumbo que está tomando el nuestro.

 

El Presidente López Obrador quiere crear dentro del Gobierno un enorme pulpo corporativo: con "el banco más grande en sucursales en el país y posiblemente el que manejará más dinero", monopolios en hidrocarburos y electricidad, una empresa de reparto de gas doméstico, un nuevo aeropuerto, una línea de aviación comercial, un ferrocarril, una distribuidora de medicamentos y muchos negocios más, algunos de ellos manejados por militares.

 

Es un error que ya cometieron los gobernantes del viejo PRI, particularmente Luis Echeverría y José López Portillo, y que le costó a México una brutal crisis económica.

Los Gobiernos son pésimos empresarios. Poco o nada tiene que ver esto con la honestidad personal de los gobernantes. Los políticos, incluso los más probos, responden a incentivos muy distintos a los empresarios.

 

Un político busca el aplauso, el reconocimiento público, para obtener más y mejores puestos en el futuro, sin importar que deje a las dependencias con pérdidas u otros daños.

 

Una empresaria, en cambio, busca el beneficio de su empresa, porque si le va bien a esta le irá bien a ella. John Steele Gordon, autor de "An Empire of Wealth: The Epic History of American Economic Power" (2004), señalaba: "Los políticos necesitan encabezados periodísticos... Los empresarios necesitan utilidades".

 

Una buena empresaria está siempre atenta a los mensajes del mercado y ajusta precios según la oferta y la demanda. Un político manipula los precios; sabe que subirlos, aunque sea necesario para la empresa, afectará su carrera, y opta usualmente por hacer lo que a él le conviene.

 

Un político puede prometer no subir los precios de una empresa pública, por ejemplo, la gasolina o el gas doméstico, pero una empresaria no puede hacerlo porque sabe que si no se ajusta al mercado pone en peligro a la empresa.

 

La empresaria arriesga su propio dinero. Si los gastos de una empresa, incluyendo impuestos y seguridad social, no le dejan un remanente suficiente, tendrá que cerrarla.

Los políticos utilizan el dinero de los contribuyentes y no se preocupan por las pérdidas. Este uso del dinero gubernamental convierte a las empresas públicas en competencia desleal para las de las personas.

 

Los políticos entregan productos o servicios subsidiados con los mismos impuestos que pagan las empresas. Usan el dinero de las empresarias para robarles clientes.

Tarde o temprano, sin embargo, las empresas públicas desfallecen, se vuelven insostenibles. Eso pasó con las más de mil empresas públicas que llegó a acumular el Gobierno al final del sexenio de López Portillo y cuyas pérdidas produjeron la quiebra del Estado mexicano.

 

El Presidente dice constantemente que quiere gobernar primero para los pobres. Para lograrlo, debe concentrar al Gobierno en la siempre difícil tarea de gobernar: necesita garantizar la seguridad y generar condiciones que permitan y fomenten la inversión productiva en un entorno de libre competencia.

 

Convertir al Gobierno en un empresario más, para que los políticos tengan un mayor aplauso público a costa de los contribuyentes y de la economía, es un grave error que ya cometieron nuestros políticos en el pasado.

 

Son muy claras las consecuencias de construir un pulpo corporativo en el seno del Gobierno.

 

Sergio Sarmiento

 


 

Ignorancia y temor

Un sistema autoritario necesita dos ingredientes para establecerse y permanecer: ignorancia y temor. Los hechos indican que la 4T está haciendo todo lo necesario para que los mexicanos lleguemos a esa situación.

 

Comparado con los sexenios anteriores, el Gobierno de López Obrador ha venido reduciendo el porcentaje asignado del presupuesto para Educación Pública, en relación al gasto total.

 

Según datos de la Secretaría de Hacienda, con Vicente Fox fue de 6.95 por ciento, con Felipe Calderón 6.70, con Enrique Peña Nieto 6.13 y en los dos primeros años de la presente Administración ha sido de 5.33.

 

Desde el inicio del sexenio de Peña hasta 2021, ya en plena Administración lopezobradorista, ha habido una caída drástica y continua en el gasto para la infraestructura escolar de un 54 por ciento en ocho años.

 

La investigación de Mariana Campos, de México Evalúa, indica que en el País hay 198 mil 192 escuelas públicas de educación básica, pero el 27 por ciento no cuenta con agua potable, el 31.6 no tiene lavabos y el 14.9 carece de electricidad. De recursos tecnológicos como computadoras e internet mejor ni hablar.

 

El problema no sólo está en el presupuesto, sino en los contenidos: los libros oficiales de Historia de México para primaria han sido cambiados para manipular hechos históricos a conveniencia del régimen en el poder.

 

A esto se suma la persecución política y judicial de 31 connotados científicos y ex directivos del Conacyt, con la disminución de su presupuesto -que bajó de 47 mil 071 millones de pesos en 2015 a 27 mil 599 en 2021- y las irracionales condiciones impuestas a los investigadores para evitar que hagan "ciencia neoliberal".

 

En suma, esto es un ataque directo a la educación y al desarrollo científico, indispensables para el crecimiento socioeconómico de cualquier país. A diferencia de lo educativo, el Gobierno federal ha sido pródigo para aumentar recursos financieros y poder al Ejército. En tres años, López Obrador ha expandido notoriamente las áreas de influencia de los militares.

 

Hoy tienen control de las aduanas, puertos, aeropuertos, la construcción del Tren Maya, del Aeropuerto de Santa Lucía y su futura operación. También administrarán las 2 mil 700 sucursales del Banco del Bienestar, desde donde se distribuirán entre 350 y 600 mil millones de pesos anuales para sus programas sociales.

 

El Presidente anunció que esta institución bancaria gubernamental también se encargará del manejo de las remesas enviadas desde Estados Unidos, que en 2020 sumaron 40 mil 600 millones de dólares. También manejará la nómina de la Administración pública federal, que alcanza un billón de pesos anuales.

 

Pero dice el Presidente que lo mejor es que los servicios serán gratis, no se cobrarán comisiones a los usuarios.

 

Habrá que recordarle que nada en este mundo es gratis, todo cuesta, y la operación de un banco también porque va en relación directa a su buen funcionamiento. Por eso, si los beneficiarios de los servicios no pagan comisiones, el costo de operación de esta red de bancos la pagaremos con nuestros impuestos y nos saldrán carísimos, porque van a contracorriente de la banca digital: cada vez hay menos sucursales y más alcance de usuarios vía teléfonos celulares.

 

Según el reporte de Digital 2021 Global Overview Report, México tiene 129 millones de habitantes, y un 80.9 por ciento vive en zonas urbanas. El número de dispositivos móviles conectados es de 115.4 millones, lo que constituye un 89.1 por ciento de la población.

 

Entonces, ¿para qué gastar miles de millones en construir las casi 3 mil sucursales de este banco cuasimilitar? Tal vez por el gran negocio de su construcción y mantenimiento, así como su función como células de vigilancia en los lugares urbanos, aislados y remotos, donde se están construyendo. Porque hay un dato importante: cada usuario tendrá que dar todos sus datos biométricos.

 

En caso de ser aprobada la iniciativa presidencial, el Ejército también tendrá el control total de la Guardia Nacional y su presupuesto, el cual ha aumentado de forma exponencial.

 

Bajo nivel educativo y amplia presencia militar. Ignorancia y temor.

 

La autora es editorialista de Grupo REFORMA.

 

Isabel Sepulveda

 

 


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