domingo, junio 26, 2022

 

Una banda

El miércoles 15, AMLO afirmó que, como en Sinaloa, "hay lugares en donde predomina una banda fuerte y no hay enfrentamientos entre grupos y por eso no hay homicidios". En su columna de este lunes, Alejandro Hope cuestionó los dichos de AMLO: no se puede saber cuántos homicidios provienen del conflicto entre grupos criminales, al no haber casi investigaciones de éstos; si bien este año Sinaloa está a media tabla entre las entidades en homicidios por cada 100 mil habitantes, en el pasado ha ocupado los primeros lugares; y no hay tal cosa como bandas estables, sino fronteras porosas entre grupos delictivos, lo cual explica tanta violencia entre ellos y con terceros. Ahí están los jesuitas asesinados en la sierra de Chihuahua como una muestra del horror de vivir en una región sin Estado.

 

Hope se pregunta al final: si se supusiera como cierta la afirmación de AMLO, ¿cuál sería la implicación? ¿El Estado debería promover la hegemonía de un solo grupo en todo el territorio nacional?

 

Una complicación sería cómo distinguir entre esa banda hegemónica y el Estado. Éste, por definición, es la organización con el monopolio de la violencia legítima en un territorio. Autores como Mancur Olson han explicado el surgimiento del Estado como la transformación de bandidos itinerantes que asolaban regularmente a las poblaciones, a bandidos estacionarios, establecidos en un territorio y, por lo tanto, con incentivos para protegerlo. Con el tiempo, esos bandidos estacionarios pueden terminar siendo controlados por la sociedad a través de procesos electorales. Éstos deberían llevarnos a Gobiernos legítimos y justos, porque, recordando las palabras de San Agustín: "Un Estado sin justicia sería una banda de ladrones".

 

En su magnífica obra "The Dawn of Everything: A New History of Humanity", David Graeber y David Wengrow estudian cómo el ser humano, durante la mayor parte de sus 200 mil años de existencia, ha evitado vivir bajo la opresión de una autoridad estatal. La creación del Estado es muy reciente y éste, en algunas zonas, pudo haber surgido como respuesta de comunidades asediadas por bandidos itinerantes.

 

Ningún Estado impone la ley en todos los ámbitos. Hay áreas grises donde entabla negociaciones implícitas o hasta explícitas con el crimen. Sin embargo, como argumentó en su columna del lunes otro experto en seguridad, Eduardo Guerrero, sólo un Estado fuerte es capaz de imponer a los criminales los límites de lo permisible. Incluso, lo ideal es evitar que exista una banda poderosa para enfrentar muchas pequeñas y en competencia, sabedoras éstas de que si traspasan los límites serán sancionadas.

 

La promesa de los abrazos invita a los balazos, como se argumentó en estas páginas, el mismo lunes. Cada día hay una o más tragedias. En los últimos 6 años, de los 10 meses con más homicidios, 8 han sido en este sexenio.

 

Los criminales no sólo asesinan. Cuando una banda controla un territorio, ésta extorsiona, lo cual es una suerte de impuesto y cada vez más común.

 

Tenemos un Estado débil y poco dispuesto a usar sus recursos coercitivos. Desde el '68 hay reticencia a usar la fuerza pública contra los movimientos sociales, sin importar sus métodos o peticiones. Tras la política contra el crimen organizado de Calderón, los siguientes dos Presidentes prefirieron mirar a otro lado, Peña Nieto sin decirlo, AMLO justificándose.

 

Ha ganado la narrativa de que el origen de la actual ola de violencia fue haber actuado. Esto es falso. Se debe hacer con inteligencia, estrategia y recursos. No actuar es ceder la plaza.

 

En el tema de violencia, a diferencia de tantos otros, no debe haber duda en el objetivo: un país seguro. Las diferencias deberían estar en los medios para lograrlo y los expertos presentarnos el menú de cuáles son las mejores estrategias. Todas las fuerzas políticas deberían estar alineadas e interesadas en esto y acordar impulsar esa agenda, gane quien gane en 2024. Se vale soñar.

 

Carlos Elizondo Mayer-Serra

 


domingo, junio 19, 2022

 

Sin piedad

En la medida en que avanza el sexenio, aparecen los dilemas interminables del poder, que se van presentando sin misericordia porque resumen lo que se hizo y lo que no se construyó, lo que avanzó y lo que retrocedió. A estas alturas, lo único que no para, y que no es reparable, es el tiempo y el del Presidente López Obrador comienza a pagar las facturas.

 

Todos los Gobiernos, en México y en el mundo, siguen un ciclo natural que comienza con grandes esperanzas y promesas, asciende en la medida en que se consolida y luego empieza a declinar en paralelo con los albores de la sucesión que inexorablemente llega. Los Gobiernos más exitosos invierten con clarividencia al inicio para poder cosechar hacia el final del periodo y terminar con broche de oro. Cualquiera que sea la percepción que uno tenga del Presidente López Obrador, este escenario no es el que le espera.

 

El Presidente López Obrador ha seguido un patrón muy peculiar: ocurrencias soportadas sobre creencias y prejuicios muy profundamente arraigados en lugar de análisis y diagnóstico derivados de la situación concreta que encontró. Aunque su campaña se dedicó a temas de pobreza, desigualdad, bajo crecimiento y corrupción, ninguno de sus programas emblemáticos ni sus estrategias de políticas públicas se han encaminado a atenderlos. Esta peculiaridad determina las características del inexorable cierre del ciclo. Lo que queda por determinarse es la forma específica que cobrará.

 

Por supuesto, no hay duda alguna de los elevados niveles de popularidad, pero estos se refieren a la persona del Presidente, más no a sus políticas, donde las divergencias son grandes. En tanto que sus predecesores mostraban similitud entre su popularidad personal y la de sus Gobiernos, en el caso del Presidente actual esto no ocurre. Esto confirma lo que todos sabemos: el Presidente goza de un apoyo substancial, aunque declinante, de una base política que ha cifrado sus expectativas y creencias en el individuo. Nadie sabe cómo evolucionará este fenómeno pero, más allá de la base dura de creyentes (alrededor de 16 millones a juzgar por el revocatorio), el resto presumiblemente irá en paralelo con los resultados que arroje la Administración en los próximos dos años y con el inexorable proceso de sucesión, que enfocará al electorado en las carencias del Gobierno. Las transferencias clientelares sin duda ayudarán, pero irán de la mano del ciclo sexenal.

 

Todo lo cual nos retrotrae al dilema planteado por Koestler hace casi un siglo: cuando el fervor revolucionario se topa con la realidad del poder, lo que queda es un Gobierno que no pensó en sembrar un mejor futuro, que cifró su destino en tres proyectos costosísimos sin mayor viabilidad y con poco impacto sobre el crecimiento, la desigualdad o la pobreza y que apostó por la personalidad del Presidente en lugar de cambiar la realidad cotidiana. Nada lo describe mejor que su incapacidad por reconocer que la corrupción que corroe a su Gobierno -nada distinto a la del pasado- no puede ser barrida debajo del tapete.

 

Al final del día, la enfermedad de todos los Gobiernos mexicanos, independientemente de su color, eficacia o popularidad, es la misma: todos se consideran intocables e impunes, hasta que viene la sucesión y comienza la verdadera rendición de cuentas. El ciclo político no es sólo del Gobierno: también lo es de sus personajes, todos los cuales se vuelven arrogantes, se cierran y se ciegan ante lo que desde afuera es evidente, pero que deja de serlo una vez dentro del aparato y la sensación de poder se torna adictiva. Cuando ese proceso cobra forma, nada lo para y todos los gobernantes y sus funcionarios acaban padeciéndolo.

 

Estamos al inicio del ciclo descendente del Gobierno actual y no hay poder humano que lo pueda evitar o impedir, por más que desde la cima del poder las cosas se vean brillantes e impecables. Falta dilucidar los cómos, pero los qués están claros no porque yo lo diga, sino porque así son todos los sexenios: el desgaste es natural e incontenible.

 

El arte del estadista, escribió Talleyrand, consiste en prever lo inevitable y acelerar su acaecimiento. La mayor parte de los Presidentes mexicanos, a pesar de su engolosinamiento con el poder, sabían que éste termina y todo cambia. No así el Presidente López Obrador, para quien la salida por eso será tanto más compleja.

 

Luis Rubio

 


lunes, junio 13, 2022

 

La casa gris

¿Cómo reconcilia el Presidente López Obrador su exigencia de "pobreza franciscana" con el estilo de vida de sus hijos, y la opulencia demostrada por la Casa Gris en Houston?

 

¿Puede seguir criticando a las clases medias por ser "aspiracionistas" cuando sus propios hijos lo son? ¿Tendrá credibilidad cuando diga "nadie tendrá lo superfluo, mientras alguien carezca de lo estricto"?

 

¿Podemos creer que la trama cada vez más complicada de la Casa Gris "no tiene que ver con el Gobierno, ni un contrato, ni una recomendación", como dice? ¿Logrará el objetivo de enterrar el tema, descalificando a periodistas y analistas que lo difunden, sin responder las preguntas de fondo?

 

¿Por qué cuando hizo público el contrato de arrendamiento de la Casa Gris, su nuera Carolyn Adams no aclaró ingresos o de dónde los percibe? ¿Por qué el ex ejecutivo de Baker Hughes niega saber quiénes eran los inquilinos de la casa, ya que el nombre de Carolyn Adams aparecía en el contrato?

 

¿Es creíble la auditoría que pidió y pagó Baker Hughes, en la cual la compañía se autoexonera y presenta sus resultados en las oficinas de Pemex? ¿Por qué en la nueva casa en Houston, Carolyn Adams contrató una hipoteca vía una compañía que ofrece créditos "Non Qualified Mortgages", que suelen darse a personas con ingresos no verificables o que no hayan presentado declaración de impuestos en EU? ¿Por qué ella firmó el documento como "mujer soltera"?

 

¿Eso sólo una casualidad que Carolyn Adams usara al notario cercano a AMLO para incorporar una compañía -como "agente, comisionista, contratista, intermediario" en el sector energético- cuyo socio minoritario es un empresario mexicano, contratista de Pemex, que ha hecho negocios en Dos Bocas y con Baker Hughes?

 

¿La pareja Adams-López Beltrán vivió también en casas prestadas por el socio/empresario Arratia? ¿Sigue involucrada de facto en el sector energético la mujer que en 2016 escribió en su cuenta de Instagram: ¡Invitada como parte de los 100 líderes en el sector de petróleo y gas!, desde el vestíbulo del hotel St. Regis? ¿Estuvo involucrada en la devolución de predios -durante este sexenio- en Holbox a una empresa inmobiliaria, propiedad de un ex jefe suyo? ¿Por qué ese ex jefe -Carlos Álvarez de Alba- está negociando ampliar el Tren Maya a Guatemala?

 

¿Cómo explican la "coincidencia" de que el mismo año que Daniel Chávez de Grupo Vidanta obtuvo la ampliación por 15 años de una concesión para ocupar una playa y permiso para construir un teleférico para conectar sus megaproyectos, José Ramón López obtuvo visa para trabajar en Estados Unidos, vía la empresa del hijo del dueño de Vidanta?

 

¿José Ramón obtiene un sueldo y paga impuestos, o es tan sólo que "la señora tiene dinero"? ¿Qué relación existe entre los negocios de Iván Chávez -hijo de Daniel Chávez- y los dueños de Chocolates Rocío?

 

¿Cómo explican que Carolina Esquer -hija del secretario particular de AMLO, famoso por la "Operación Carrusel" de aportaciones en efectivo para Morena- haya sido nombrada como Pemex Procurement International (PPI) en Houston, sin tener experiencia en el sector petrolero? ¿Por qué el Gobierno no ha transparentado los contratos de compra entre Pemex y Baker Hughes hechos a través de PPI, en lugar de ocultarlos con el argumento de que "están fuera de la jurisdicción de las leyes mexicanas?

 

¿Por qué Pemex sigue haciendo negocios con Baker Hughes, una empresa sancionada -y actualmente bajo investigación- por las autoridades estadounidenses debido a sobornos a Gobiernos en los países donde opera?

 

¿Es creíble la versión de que el ejecutivo que le rentó la casa a Carolyn y José Ramón no supiera que estaba tratando con "personas políticamente expuestas", cuando la empresa tenía contratos vigentes con Pemex y estaba en curso la ampliación de un contrato por 85 millones de dólares? ¿Cómo explica Baker Hughes su "sexenio de ensueño", y que los pagos de parte de Pemex se hayan triplicado durante este Gobierno?

 

Estas preguntas derivan de la lectura del periodista Raúl Olmos, "La Casa Gris: Todo lo que revela el mayor escándalo obradorista", y conducen a la última: ¿Qué es lo que entienden Andrés Manuel López Obrador, su familia y su Gobierno por conflicto de interés, tráfico de influencias, nepotismo, capitalismo de cuates, y rendición de cuentas?

 

Como ciudadanos exigimos su postura y su aclaración.

 

Denise Dresser

 


domingo, junio 12, 2022

 

¿No es sequía, es saqueo?

En las últimas semanas he visto que muchos comparten ésta imagen u otras versiones de la misma "información" sobre todo por el problema del agua que tenemos en Monterrey. Mucha gente sigue pensando/diciendo "no es sequía, es saqueo" y lo repiten como disco rayado sin ponerse a analizar un poquito el asunto. Y éstas imágenes exacerban esa narrativa. Vamos analizándolo y luego ya cada quien saque sus conclusiones.

 

Primero, de acuerdo a los "datos" presentados en la imagen, dicen que se usan 35 litros de agua para hacer 1 litro de Coca-Cola. Pero 28 litros, el 80%, es por el agua que se usa en la agricultura!!! Y si, es cierto, en México el mayor uso del agua, del orden del 70%, es en la agricultura y ganadería. ¿Entonces qué hacemos? ¿Dejamos de comer? Hay métodos modernos para el riego, como el goteo. Pero entonces ¿por qué atacar el consumo de la Coca-Cola? ¿No sería mejor hacer campaña para presionar a los agricultores a que usen sistemas de riego más modernos?

#preguntascabronas

 

Pero OJO, ¿por qué creen que los agricultores no usan métodos de riego más eficientes? Primero, porque el precio del agua que pagan (si es que la pagan) es muy barato. Segundo, porque la inversión para implementar riegos modernos es muy alta. Algunos muy apenas tienen tractores, no van a poner bombas y mangueras para riego por goteo. ¿Quién va a poner el dinero para que inviertan en eso? ¿El gobierno? ¿De dónde toma el dinero el gobierno?

#preguntascabronas 2

 

Y suponiendo que TODOS los agricultores pudieran invertir en esos sistemas de riego, ¿qué creen que pasará con el precio de los alimentos para que ellos puedan recuperar esa inversión?

Por otro lado, las tierras de riego donde se produce la caña de azúcar en México están muy lejos de Monterrey. Las más cercanas están en Xicoténcatl y Cd. Mante, Tamaulipas. El agua que ahí se usa para riego NO tiene ninguna relación con la cuenca de donde consumimos el agua aquí en NL. Así que dejar de tomar coca en NL no ayuda a reducir el consumo de agua aquí.

 

Segundo, dicen, no tomes coca. OK. La gente que la consume, ¿qué va a tomar ahora? ¿Acaso creen que las personas que consumen una bebida altamente azucarada va a tomar agua sola de la noche a la mañana? ¿No creen que esa gente ya prepara sus limonadas u otros tipos de bebidas con mucha azúcar también? Es lo más obvio, que quien consume bebidas dulces lo seguirá haciendo. ¿o qué, vamos a imponer a los demás nuestra moral, nuestros hábitos "saludables" y obligarlos a no consumir azúcar? #preguntascabronas 3

 

Por lo tanto, esa azúcar que requirió mucha agua en la agricultura seguirá consumiéndose aunque baje el consumo de Coca-Cola.

Y lo mismo pasa con el plástico que se usa en su embotellado. Y si cambiamos de plástico a vidrio o a aluminio también tienen uso de agua en sus procesos. De hecho para el vidrio se requiere arena sílica que ya se está agotando en el planeta. Dirán algunos, en tu casa puedes reutilizar el vaso y jarra donde prepares la bebida. Pues si, pero de nueva cuenta hay un uso del agua para lavar los trastes y, de nuevo, nadie usará pocos litros para ello. Y menos con el precio super subsidiado de agua que tenemos. No hay incentivos.

 

Tercero, la imagen es engañosa porque las empresas que producen la Coca-Cola (FEMSA y ARCA) no solo producen esa bebida. Inclusive tienen la coca "zero" y la "light" que están endulzadas con otros productos, no con azúcar que para su cultivo usó intensivamente el agua. ¿Entonces si podemos comprarles otros productos que no lleven azúcar y que estén en envases de vidrio o aluminio? ¿O es acaso un odio a las empresas, al capitalismo, como la narrativa socialista dominante lo dicta? #preguntascabronas 4

 

Cuarto, el agua que usan las empresas para producir esas bebidas vienen de pozos que ellas tienen concesionados por el "gobierno" federal. Y si pagan por ella, pero el dinero se va a la panza de la federación. ¿Que es poco lo que pagan? Pues si, pero por eso hay que subir el precio del agua para que refleje su escasez y valor relativo para todos. Pero eso implica que subir el precio del agua a la industria, agricultura y ganadería al final de cuentas impactará en los bolsillos de todos los consumidores, que somos todos. ¿Estamos conscientes de eso? #preguntascabronas 5

 

Finalmente, dicen que es "saqueo" porque esa agua de los pozos no llega a las casas. El manto freático de esos pozos no es la misma agua que consumimos la mayoría para uso doméstico en Monterrey. El agua que llega a nuestras casas viene de 3 presas: La Boca, Cerro Prieto y El cuchillo. Todas ellas se llenan principalmente por las lluvias, especialmente cuando hay lluvia de huracanes. La realidad es que las presas fueron vaciadas el año pasado por instrucciones del "gobierno" federal y se esperaban lluvias fuertes en septiembre-octubre que no ocurrieron. Es sequía, y si, un mal manejo de los políticos y burócratas.

 

Así que antes de andar compartiendo "información" primero hay que revisarla, ¿No creen?

#aguzados #estadolovers

 

 

 


sábado, junio 11, 2022

 

El precio del agua no refleja su escasez

Mientras la narrativa dominante, el paradigma, sea que el agua es un derecho que debe ser dado a todos gratis o a un costo bajísimo,   la gran mayoría la seguiremos desperdiciando. No tenemos incentivos reales para cuidarla.

 

Quienes dicen que hay que educar a la población, crear conciencia entre el "pueblo güeno", son muy románticos. Hay evidencia de sobra que cualquier recurso que es de todos, que se da gratis, nadie lo cuida. Cada cabeza es una barbacoa y esperar que todos tengan la misma escala de valores, principios, ideas, gustos, creencias, objetivos, necesidades, etc., es muy idealista. Es una utopía, y como tal nunca funcionará.

 

Si algo he aprendido en carne propia en estas semanas de escasez de agua es su valor para nuestras actividades diarias. ¿Por qué la mayoría cuidamos más la energía eléctrica (que de hecho está subsidiada también) apagando focos y comprando aparatos que sean "ahorradores" o más eficientes? Porque el recibo de CFE, aun y con el subsidio, es más dinero cada mes/bimestre que lo que pagamos de agua. Así de Simple y Directo.

 

Hoy la mayoría hemos gastado en tinacos, plomeros, bombas, botes, contenedores, cubetas, etc., para acumular agua, y ese es el precio real que deberíamos pagar por ella. Mientras el precio no refleje la escasez real del recurso limitado, será muy difícil que se genere conciencia.

Hagan cuentas los que pusieron tinaco, sumen el gasto total y compárenlo contra el monto de su recibo de agua. Verán que han pagado alrededor de 1 año de recibos de AyDMty para tener una reserva que cuando mucho les durará 1-2 días de consumo. Y aun los que no tuvieron dinero para poner tinaco de igual forma han invertido dinero en tambos, cubetas, y sobre todo tiempo para estar cazando el horario en que se tiene agua.

 

¿Qué precio le pondría cada quien al bienestar del servicio que nos da tener agua potable, con presión adecuada, las 24 horas del día los 365 días del año? ¿Acaso no pagaríamos gustosos el doble con la garantía de tener el agua disponible siempre? ¿No creen que si pagáramos todos el doble habría recursos para poner plantas desalinadoras y tubería desde el mar hasta Monterrey? #preguntascabronas

 

OJO, no estoy defendiendo a los políticos y burócratas. Todo lo contrario, dejar en manos de ellos las decisiones y manejo de ese servicio es lo que ha causado que lleguemos a este punto. Y tampoco salgan con el tema de corrupción para justificar que no se aumente el precio. Son 2 cosas independientes, la corrupción debe minimizarse independientemente de que se pague o no el precio real de un bien escaso.

 

El punto relevante que quiero mostrar es que un recurso escaso debe tener un precio que refleje esa escasez y valor que tiene para todos. Mientras se siga repitiendo la mantra de que el agua es un derecho universal que debe ser casi gratis, nada va a cambiar. Ese es el costo de que varios millones de personas quieran vivir en una zona semi-desértica.

 

#aguzados #estadolovers

 


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