jueves, junio 30, 2011

 

Tragedia griega, nuevo acto

Ayer, la tragedia griega entró en un nuevo acto, que tendrá risas, pero también llanto.

Para los mercados bursátiles fue un día de festejos. Prácticamente todas las bolsas importantes del mundo subieron. El indicador que las resume, el Global Dow, cerró con un alza de 1.4 por ciento.

Para la población griega fue un día de llanto. Y no sólo por el gas lacrimógeno usado al por mayor en la represión de las protestas callejeras, sino por la austeridad aprobada que implica aumentos de impuestos, recortes de gasto y privatizaciones de casi todo.

Esto significará pérdidas de empleo, de ingresos y una caída severa del nivel de vida de los griegos.

Hoy, quizá a la hora en que lea estas líneas, se habrá de votar el detalle de ese severísimo programa de austeridad.

El festejo de los mercados fue por la sensación de alivio. Para hoy no se esperan sorpresas... pero el mundo es tan extraño a veces, que más valdría no descartarlas.

Sin embargo, los expertos señalan que una cosa es lo que los políticos aprobaron y otra cosa muy diferente es lo que puede suceder en la calle.

A no muchos kilómetros de Grecia, a principios de este año, hubo revoluciones en el mundo árabe que pusieron contra la pared a gobiernos que parecían inamovibles. Un régimen tan débil y dividido como el de Grecia tiene un futuro incierto si la instrumentación de la austeridad produce protestas masivas.

En el mejor de los casos, se ganó tiempo.

Si en los primeros días de julio se produce el desembolso de los 12 mil millones de euros esperados, se evitará el default de Grecia.

Pero la verdad es que el préstamo habrá sido para evitar la crisis de los bancos. Los euros llegarán a Grecia y semanas después volverán a salir para ir a los estados financieros de los bancos franceses y alemanes.

Los créditos acordados darán un respiro... a las instituciones financieras, hasta el mes de agosto. Desde el 15 de julio y hasta el 20 de agosto, los vencimientos de la deuda griega suman 12 mil 780 millones de euros.

Los nuevos créditos dan para ese plazo y nada más.

La esperanza es que en las próximas semanas se pueda concretar un programa que reestructure la deuda griega, algo a lo que los bancos han sido renuentes, insistiendo sólo en programas de refinanciamiento.

Esa historia la conocemos al dedillo en México. La deuda externa del País estuvo en refinanciamiento permanente desde 1982 hasta 1989.

Fue hasta que se logró una reestructuración que implicó quitas y que los bancos reconocieron sus pérdidas, cuando se produjo una solución de fondo al sobreendeudamiento.

Mientras los bancos que tienen el grueso de la tenencia de los bonos de Grecia, que son de Francia y Alemania, no acepten que deben reconocer pérdidas y, por lo tanto, hacer reservas mayores, con el impacto en sus accionistas, vamos a estar en una crisis permanente, con algunas semanas o incluso meses de respiro, sólo para recaer en crisis todavía mayores.

Así que, para los lectores que me escribieron preguntando si la aprobación del paquete de austeridad en el parlamento era el fin de la tragedia griega, debo contestar terminantemente que no.

Se trató de un respiro, que será, en el mejor de los casos, de tres meses, si es que antes no hay una crisis política en Grecia que vuelva inoperable la austeridad.

Trace sus estrategias financieras tomando en cuenta esos datos.

Enrique Quintana
enrique.quintana@reforma.com
 
+++++++++++++++++++++++++++++++++
 
En máximo 10 años, en México sufriremos una crisis como la que están pasando los griegos. Estimo que es el tiempo que seguiremos siendo exportadores netos de petróleo. Después de eso, y sin una reforma fiscal integral, el gobierno no tendrá ingresos suficientes para cubrir el enorme gasto burocrático. Habrá recortes, pero lo más probable es que haya un incremento de impuestos.
 
Hoy la enorme bola de nieve de las pensiones de los burócratas (trabajadores del IMSS, ISSSTE, PEMEX, CFE, etc.) sigue creciendo y el Estado Mexicano es quien las garantiza. Pero el Estado no genera riqueza, la recibe de la sociedad a través de los impuestos. Así que todos esos excesos de los políticos y burócratas, al final los pagaremos la iniciativa privada, todos quienes no somos de los "privilegiados" de vivir pegados a la ubre del Erario.
 
Y ya veo las marchas de burócratas en 10 años, bloqueos y manifestaciones cuando no quieran que se reduzcan sus canonjías. Sus "logros sindicales". Y muy probablemente los políticos en turno, se echará para atrás, y aumentaran impuestos a los mismos de siempre. Todo por haber gastado a lo estúpido los ingresos extraordinarios del petróleo. Al tiempo.


miércoles, junio 22, 2011

 

Regresividad

"Destaca la regresividad de los apoyos a la electricidad y los combustibles".  Informe de Desarrollo Humano México 2011
 
Las cifras de distribución de ingresos brutos de los países de Europa occidental, e incluso los nórdicos, no son demasiado diferentes a las de México. Las cosas cambian, sin embargo, tras el efecto fiscal. En los países europeos los impuestos y el gasto público apoyan a quienes menos ingresos tienen y promueven así una mayor equidad.

En México, sin embargo, esto no ocurre. En primer lugar porque mucha gente con ingresos altos no paga impuestos, ya sea por beneficios fiscales o por evasión. Pero además el dinero que recauda el Gobierno se gasta muy mal. En lugar de apoyar a quienes menos tienen, el Gobierno mexicano utiliza una parte muy importante del dinero para subsidiar a las clases medias o a los ricos.

Si bien el "Informe sobre desarrollo humano México 2011" señala que no hay información que nos permita concluir con certeza cuál es el impacto social total del gasto gubernamental, ofrece suficiente información como para concluir que los recursos públicos en México se utilizan para subsidiar a los ricos en lugar de a los pobres.

Los principales responsables son los subsidios a los energéticos. En México el Gobierno dedica cuatro veces más recursos a subsidiar los combustibles, particularmente la gasolina, que a todos los programas de combate a la pobreza.

El subsidio a la gasolina es particularmente regresivo ya que beneficia principalmente a la población con vehículo privado, que es la más rica del País. Entre más dinero y vehículos tiene la gente, y más combustible consume, mayor es el monto del subsidio. El regalo es mayor para quien tiene tres camionetas de ocho cilindros que para quien cuenta sólo con un subcompacto. Entre más pobre es la población menos se beneficia. Los más pobres de los pobres, que viven en zonas rurales y no sólo no tienen auto privado, sino que rara vez utilizan el transporte público, no reciben nada.

Si bien el dispendio en la gasolina es el principal responsable del impulso a la inequidad en el gasto mexicano, hay muchos otros ejemplos de ello. Una parte del gasto educativo, por ejemplo, se canaliza a la educación superior, la cual favorece a un grupo relativamente próspero de la población, mientras que la educación preescolar y la primaria, que son las que más favorecen a los grupos marginados, reciben un respaldo relativamente menor.

El gasto en el campo tiene las mismas consecuencias regresivas. Programas como Procampo favorecen mucho más a los productores ricos que a los pobres ya que se otorgan en razón de la superficie cultivada. Muchos de los subsidios o exenciones fiscales que se otorgan a empresas, sindicatos y grupos políticos o sociales tienen también consecuencias regresivas. Los beneficiarios son los más ricos de la población. Incluso un programa como el Seguro Popular, que tiene sin duda aspectos positivos, ofrece también una parte oscura, ya que encarece el trabajo formal y genera así incentivos para la creación de puestos de trabajo en la economía informal.

Lo que debe hacer un país pobre como México, señala el informe, es generalizar las oportunidades económicas y focalizar los subsidios: esto es, entregarlos sólo a los más pobres. El programa Oportunidades es el mejor ejemplo de una iniciativa con verdadero sentido social. Sin embargo, mientras se mantengan programas, como el subsidio a los combustibles, que cuadruplican todo el gasto para el combate a la pobreza, el resultado del gasto gubernamental en México seguirá siendo el de aumentar la desigualdad en lugar de mitigarla.
Sergio Sarmiento
www.sergiosarmiento.com

++++++++++++++++++++++++++
 
En el tema de los subsidios generalizados queda demostrado que los políticos populistas sólo buscan perpetuar la pobreza de tal forma que su discurso anti-pobreza les siga redituando votos y dinero del Erario. Si realmente les interesaran los pobres no tendríamos subsidios generalizados como el de la gasolina, la electricidad y la tasa cero del IVA en alimentos y medicinas. Tampoco habría programas como el de Procampo. ¿Quiénes son los que piden mantener esos subsidios generalizados? Medita tu voto.

domingo, junio 19, 2011

 

Pacto y democracia

En algunos círculos filosóficos hay un viejo debate sobre la eficacia de una antigua forma de ejecución china llamada "ling chi", muerte por cientos de pequeños cortes. Cualquiera que sea el efecto del "ling chi" sobre la política mexicana, nuestro sistema democrático padece de innumerables problemas. Pasamos de un régimen centralizado y semiautoritario a un proceso de formas democráticas, pero sin el contenido de una democracia. Hay miles de opiniones sobre la transición mexicana y su devenir: desde los que afirman que ésta concluyó hasta quienes consideran que ni siquiera ha comenzado. Algunas son perspectivas interesadas, motivadas por un mero cálculo político, pero otras, en ambos lados del espectro, reflejan visiones contrastantes que son igualmente respetables.

Más que la democracia, las manifestaciones en las naciones árabes de los últimos meses han permitido que florezca una interesante discusión: las preguntas que se hacen quienes opinan, discuten y proponen se refieren a cómo aterrizar un movimiento ciudadano en una democracia consolidada; cómo darle funcionalidad a un sistema político en el que ya no operan los mecanismos históricos de centralización del poder y control de la población; cómo construir el andamiaje institucional que permita la participación de la población y haga efectivas las demandas que precedieron al cambio de régimen. En pocas palabras, la discusión se ha concentrado en el tipo de preguntas que nosotros llevamos décadas discutiendo.

Decía Churchill que "la democracia es el peor sistema de gobierno, con excepción de todos los demás". Lo que Churchill no explicó fue el misterio de cómo se llega al punto en que la democracia efectivamente funcione como sistema de gobierno y mecanismo de representación. Por ejemplo, las elecciones han logrado que las fuerzas políticas estén representadas en los órganos legislativos, lo que no necesariamente implica que la población se sienta representada ni que tengamos un sistema funcional de gobierno. La tensión entre estos dos factores -representatividad y efectividad- yace en el corazón de la democracia.

De los muchos textos que leí respecto a los cambios en el mundo árabe, me encontré uno que llamó mi atención porque ofrecía un punto de vista distinto sobre la complejidad democrática. La cita, anónima, es de un diplomático egipcio radicado en una capital occidental que relata su aprendizaje luego de años de vivir fuera de su país. La democracia, dice, "es de hecho una dictadura estricta donde cada ciudadano es su propio dictador. El ciudadano en una democracia se impone a sí mismo una etiqueta estricta: no empujar; no robar; no hostigar a las mujeres; no insultar o hacerle daño a otros; pararse en los semáforos, incluso a las tres de la mañana; no estafar en los negocios; mantener la puerta abierta para la persona que viene detrás de uno; pararse en una cola y no intentar saltarse lugares; no comportarse en formas socialmente inaceptables; y todas las reglas que un ciudadano en una democracia se siente obligado a cumplir sin más. Ese ciudadano cumple las reglas no por temor al régimen, sino por su propia disciplina y la convicción de que cada quien tiene la responsabilidad de hacer su parte para que la sociedad funcione tersamente".

Desde esta perspectiva, una sociedad democrática se fundamenta no en la coerción, sino en el autocontrol de cada ciudadano que, al ser practicado por la sociedad en su conjunto, permite que ésta viva con libertad y confort. Se trata de un pacto no escrito entre todos de aceptar las reglas de comportamiento en todos los aspectos de la vida. El diplomático afirma que en su país no hay un contrato social: "Cada persona hace lo que quiere en cada momento, sin autocontrol o consideración por los demás, sin sentirse atado ni a las reglas más básicas de conducta. La luz roja en un semáforo es una mera recomendación; la corrupción es la norma; cada quien puede construir lo que quiera y donde quiera; cualquier persona se siente libre de nombrar a sus hijos o familiares para cualquier posición, independientemente de sus habilidades; y el recurso a la violencia contra el débil es ampliamente prevalente. El individuo se siente libre de actuar de acuerdo a sus impulsos y no tiene que rendir cuentas de sus acciones o faltas a nadie". ¿Suena conocido?

La diferencia entre un sistema democrático y participativo y un sistema centralizado y autoritario es evidente. Pero la diferencia crucial reside en la forma contrastante en que se comporta el ciudadano. En un entorno democrático, el ciudadano asume su responsabilidad como factor central de funcionamiento del conjunto social, en tanto que en un sistema autoritario o no democrático el ciudadano no asume responsabilidad alguna. Cuando las reglas del juego premian la legalidad y penalizan cualquier comportamiento que la viole, la ciudadanía se adapta y las adopta como suyas. En el momento en que hace eso, se consolida eso que el diplomático egipcio llama "dictadura estricta donde cada ciudadano es su propio dictador". Mientras no existan reglas claras que se cumplen y se hacen cumplir, nos pareceremos más a Egipto que a un país moderno y democrático.

Para quienes afirman que la transición mexicana ya se concluyó, queda pendiente el asunto de la ciudadanía. Mientras ésta no perciba un cambio fundamental en la naturaleza del gobierno y del sistema en su conjunto, la única diferencia entre el viejo sistema y el actual es que hay grados mucho más amplios de libertad individual. Lo que falta es un régimen de legalidad.

México padece conflictos abiertos y latentes. La ausencia de reglas democráticas que todos los ciudadanos hagan suyas explica en buena medida por qué los conflictos se profundizan en vez de resolverse. La incompleta democracia mexicana se encuentra asediada por quienes demandan efectividad y por quienes están desesperados por soluciones. La buena noticia es que es imposible reconstruir al viejo sistema; la mala es que no hay garantía de que se avance hacia una democracia integral, la dictadura de que hablaba el diplomático egipcio.

Luis Rubio 
www.cidac.org

 

 

Los misteriosos mexicanos

Habrá quien ponga en duda la realidad del "alma" de una nación. Y con razón: las ánimas, individuales y colectivas, son tan inasibles que es imposible comprobar su existencia. No sorprende que quienes han buscado profundizar en el asunto, al menos desde mediados del siglo pasado cuando se publicó el clásico sobre el tema -"El laberinto de la soledad", de Octavio Paz-, se protejan como él, haciendo explícito que no hablan del alma, sino (de rasgos) del "carácter nacional".

Eso es lo que hace Jorge Castañeda en las primeras páginas de "Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos", el interesantísimo libro que acaba de publicar. Yo creo, como él, que el carácter nacional existe. Es cuestión del cristal con que se mira: hay quienes ven los árboles, y otros, el bosque. Ambas perspectivas son instrumentos útiles para analizar la realidad. Sin la visión de conjunto de una colectividad, es imposible hablar, entre otras cosas, de cultura política o de sociedad civil. El carácter nacional tiene además, como afirma Castañeda, un impacto múltiple en la vida política, económica y social de una comunidad.

Castañeda ve y describe a México desde una atalaya privilegiada: la que da la mezcla de la pertenencia y la distancia. Se trata de un mexicano que escribe sobre los aconteceres nacionales y que participó directamente en la política. Y que es, al mismo tiempo, un académico que imparte cursos en Nueva York, donde radica parte del año. Eso explica por qué una galería de espejos recorre el libro desde el inicio hasta el final: la imagen de las coincidencias y el contraste entre algunos rasgos que definen el carácter nacional de los mexicanos que vivimos en México de tiempo completo, y aquellos que conforman lo que él llama la Diáspora: los millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos. Nadie que no sea mexicano y no pase largas temporadas en una de las ciudades estadounidenses con una considerable población de paisanos, puede entender, como Castañeda, hasta qué grado esos inmigrantes siguen siendo mexicanos y hasta qué grado han dejado de serlo.

Más allá del espejo de la Diáspora que Jorge Castañeda retoma al final de su libro, y de lo anecdótico (que es lo único que sobra en "El misterio de los mexicanos", por cierto), lo que a Castañeda le interesa es destacar aquellos rasgos del carácter nacional que están obstaculizando el tránsito completo de México a la modernidad política y económica. Demuestra, con una aplastante cantidad de cifras, que los mexicanos tenemos una desconfianza casi visceral del "otro" -el vecino distante y también el vecino cercano-, un individualismo que se centra en el núcleo familiar e ignora la participación social, una notable aversión al conflicto -y gusto por la negociación en lo oscurito y la búsqueda del consenso- y un desprecio cotidiano por la ley.

En una sociedad tradicional, esas conductas no tendrían mayor importancia. En una potencia emergente, como México, con una democracia en proceso y una economía abierta que no acaba de integrarse al mundo globalizado y desarrollar todo su potencial, las consecuencias de esos rasgos de carácter son gravísimas.

Han impedido la competencia política y económica, le han cerrado las puertas a parte de la inversión extranjera, han obstaculizado la comprensión plena de que la democracia no implica acallar el debate y la confrontación, sino encauzar las divergencias políticas, han bloqueado la emergencia de una verdadera sociedad civil e impedido la reforma institucional que México necesita.

Las conclusiones de Castañeda son ciertas y, gracias a las cifras que cita, más que comprobables. Lo único que puede objetarse al perspicaz ejercicio que despliega en esa parte de su libro, que contrasta lo que es y lo que podría ser, es la ausencia de variables tan o más importantes que las que señala.

Sobre todo, el apego al viejo patrimonialismo legado de Lázaro Cárdenas y la fe en un socialismo anacrónico, que tuvo sus orígenes en los 30 pero se consolidó con la Revolución cubana. Ese cuerpo irracional de dogmas, que Castañeda conoce como pocos, por cierto, se ha convertido en el sustento y legitimación de monopolios, sindicatos y organizaciones políticas que impiden sistemáticamente las reformas que el País necesita. Son esos dogmas los que obstruyen una revolución educativa, mantienen cerrada la puerta a la inversión privada en sectores como la electricidad y los hidrocarburos, dominan al mundo académico -acabando con toda posibilidad de debatir abiertamente sobre qué tipo de país queremos- y sustentan a la izquierda dogmática y anacrónica que representa López Obrador. Esos dogmas han impedido también que el PRI se modernice y que el sector más moderado y tecnocrático del PAN imponga su programa.

A pesar de todo, la conclusión final de Castañeda es optimista. De la galería de espejos que reflejan a los nativos y a los inmigrantes, concluye que en un marco de legalidad y valores globalizados, hasta la mentalidad de los mexicanos cambia. Como muestra está el botón de la Diáspora mexicana en Estados Unidos. Nada menos que el 11 por ciento de la población del país.
 
Isabel Turrent


domingo, junio 12, 2011

 

Lecciones para no morir

El día de hoy el periodista mexicano, nacionalizado americano, Jorge Ramos escribió una columna en los periódicos Reforma/El Norte en México: http://www.elnorte.com/editoriales/nacional/630/1259377/
Dice que México tiene mucho que aprender de Perú y Colombia. Sobre Perú, que los olvidados, los pobres, no olvidan y pueden castigar a la hora de votar. Lo dice por el triunfo del domingo pasado del populista Ollanta Humala que recibió el voto mayoritario de los pobres en Perú. Afirma Ramos que "si México no aprende de la reciente elección en Perú que la pobreza no desaparece con declaraciones falsas y con promesas electorales, corre el riesgo de perder otra década más y ser irrelevante frente a las nacientes potencias, como China, India y Brasil."

Es cierto lo que dice Ramos de que Perú y México se parecen mucho, demasiado. He tenido la oportunidad de visitar Perú varias veces en los últimos 2 años y he verificado esa afirmación. Sin embargo no considero que el hecho de que hayan votado por "el cambio" los llevará a la mejora. La economía de Perú ha crecido mucho en la última década, aplicando políticas que incentivaron la inversión privada productiva, esa que genera empleos. Políticas muy similares, por no decir iguales, que las que han implementando China, India y Brasil. Países que, por cierto, tienen cientos de millones de pobres, y en el caso de India, en peores condiciones, en proporción, que Perú o México. Sin embargo han apostado por la creación de empresas, de empleos, para ir sacando a su población de la pobreza. Y en el camino millones de nuevos millonarios han salido en esos países.
En México estuvimos a punto de cometer el mismo error en el 2006 con López Obrador, un político populista que promete a los pobres lo que el Estado no puede proporcionar, a cambio de un voto. La riqueza no se reparte, se genera. En todos los experimentos socialistas donde se ha intentado repartirla sin crearla primero, la riqueza se ha ido, la población empobrece más, y sólo una élite política se enriquece más viviendo del Erario. Ollanta Humala se parece más a Chávez que a Lula. Sólo el tiempo lo dirá. Pero creo que más que los mexicanos aprendiendo de los peruanos, éstos no aprendieron nada de lo que ha pasado en Venezuela, Ecuador o Bolivia. Al tiempo.
Sobre Colombia, Ramos afirma que los mexicanos debemos aprender lo que ellos hicieron para combatir al crimen organizado. Critica a Calderón y a las fuerzas armadas por seguir una estrategia errónea. Quizá la estrategia sea errónea o haya otras mejores. Lamentablemente las leyes vigentes en México obligan al ejecutivo federal a actuar como lo está haciendo, combatir de manera frontal al crimen organizado. Y sobre todo porque las policías estatales y municipales además de ser inoperantes, incapaces, están infiltradas por el crimen. Sólo las fuerzas armadas tienen los efectivos, el entrenamiento y el armamento para enfrentar al crimen organizado. No hay otra opción mientras no se depuren a las policías. Y por el esfuerzo que están poniendo los gobernadores, parece que se tardará muchos años todavía.
Colombia tardó muchos años en controlar a las bandas de narcotraficantes, y no sin contar con mucha ayuda no sólo de dinero y equipo, sino elementos, de parte de Estados Unidos. En México no aceptamos ayuda de ese tipo de EUA. Criticar que México no está haciendo lo que hizo Colombia me parece ocioso, por decir lo menos. En todo caso habría que esperar los mismos años que tardó Colombia para decir que aquí no funcionó la estrategia. Colombia no resolvió su problema en 6 años. Le tomó más de 2 décadas y decenas de miles de muertos. Por cierto, comparando datos del 2010, todavía Colombia tiene más muertes violentas, asesinatos, por cada cien mil habitantes, que los que tiene México. ¿Qué tenemos que aprender de Colombia? ¿Que allá si aceptan la ayuda total de EUA? ¿Que allá la mayoría de la población apoyó el combate al crimen organizado? ¿Que allá la gente se unió en contra de los verdaderos asesinos y apoyó a su gobierno?
Si, se pueden hacer muchos cambios a la estrategia en México, como atacar el lavado de dinero o legalizar las drogas. Pero esos cambios requieren cambios en las leyes que el Congreso no está ya no digamos haciendo, ni siquiera discutiendo. Hay 17 iniciativas contra el lavado de dinero en la congeladora del Congreso. El Presidente Calderón envió la última a finales del año pasado. Apenas aprobaron algo en el Senado en abril pasado y con muchos cambios sobre la propuesta original, y todos para flexibilizarla. ¿Así cómo se puede combatir el crimen cuando la nueva ley (si se aprueba) que se supone es más rígida que el status quo permite que se puedan comprar bienes raíces en efectivo, con dinero en papel, por hasta un millón de pesos? ¿Qué negocio o personal en la legalidad tiene un millón de pesos en papel moneda? Quien los tenga o lava dinero del crimen o está evadiendo impuestos. Así de simple. Los cajeros sólo te permiten sacar 5 mil pesos al día, quien haga compras en efectivo en montos mayores a 10 mil pesos ya despierta sospecha.

Menciona Ramos también como ejemplo la policía única en Colombia. Es correcto, un cambio así sería muy útil en México. Pero nuevamente es un cambio que requiere cambios en las leyes, inclusive en la Constitución por la autonomía de los estados y municipios. La propuesta se hizo, pero ni siquiera se ha debatido a fondo. Además, la policía única en Colombia está bastante militarizada, algo que aquí se critica. Por lo pronto, para la situación actual de México, las fuerzas armadas vienen a ser nuestra policía única cuando las policías civiles no sirven para nada.
Si, tenemos mucho que aprender, empezando por exigirle a todos los políticos, a los legisladores, a los gobernadores, a los alcaldes, que se pongan a trabajar y se dejen de politiquerías. Que se aprueben las reformas estructurales pendientes, la reforma política, la laboral. Que imitemos lo que están haciendo países como China, India, Chile o Brasil, para no caer en los errores de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Perú.

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , ,


domingo, junio 05, 2011

 

NEOLIBERLISMO; RAMA DE PENDEJONOMICS 2a parte

Los "neo intelectuales" ahora hablan de una tercera y mágica avenida ajena al neoliberalismo y socialismo. No hay una tercera avenida, el socialismo ha muerto, lo que ellos llaman neoliberalismo es lo que el gran economista von Mises bautizó como intervencionismo y es lo que el mundo durante años ha experimentando; el intervencionismo.

 

Obama, Cameron, Zapatero, el FMI, el Banco Mundial, la OMC etc, etc, son los grandes interventores, los grandes controladores de los mercados y sus resultados. La visible mano de los interventores a través del FMI provocó la debacle de Asia. Los interventores son los que promovieron la devaluación de México en 1994 con todas sus consecuencias. Los grandes interventores son los que no permiten que el sistema monetario mundial regrese a su sanidad porque se les acaba la fuente de ganancias más importante e interesante, la especulación de monedas. 

 

Los grandes interventores son los que nos heredaron el famoso problema del FOBAPROA, la quiebra de la banca, la ineficiencia del ejido y los ejidatarios sin tierra, los precios ridículos de la gasolina y sus derivados en el cuarto país en reservas petroleras del mundo, la inflación, la pobreza, el ingreso per cápita que apenas llega a $9000 dólares.

 

Los interventores nos regalaron la "guerrilla de Chiapas," la corrupción de PEMEX, al subcomandante Marcos y comparsa de payasos, las devaluaciones constantes de los años 80, los que provocan que miles de mexicanos arriesguen sus vidas tratando de encontrar oportunidades en los EU. Son los interventores los que nos engañaron con las míticas bondades del desarrollo sostenido, los que nos han arrullado con el romanticismo de la revolución mexicana cuando ya nadie quiere saber de ella, son los que se acabaron el cuerno de la abundancia. 

 

Los grandes interventores son los que recorren el mundo provocando "problemas de desbalance" para después enviar las hordas del FMI con sus recetas devaluatorias y de ajuste, para de esa forma poder absorber a través de sus rescates la ridícula cantidad de dólares que el FED sigue emitiendo sin respaldo, al mismo tiempo que mantienen la inflación lejos de las costas americanas. Son los que después apuestan a esos resultados a través de los elegantes derivativos, apuestan en carreras arregladas, ah, sí se equivocan hay rescates.

 

Son los interventores los inventores de la red social a nivel mundial para tener a la gente aprisionada con su propia dependencia prometiéndoles lograr su redención. Son los grandes interventores los que manejan los sistemas educativos de nuestros países, para de esa forma seguir adoctrinando y domesticando a nuestros ciudadanos.  

 

Señores intelectuales, el neoliberalismo no existe, lo que tenemos es el control de la visible mano del grupo en el poder. Señores, no hay una tercera avenida, nos quedamos con lo que hemos tenido y tenemos EL INTERVENCIONISMO, o empezamos nuestra lucha para establecer una sociedad verdaderamente libre, una sociedad basada en la verdadera democracia republicana y los "verdaderos" mercados libres.

 

La única organización en el mundo que tiene la base legal para intervenir en los sistemas económicos de la sociedad es el Estado. De esa forma interviene en contra de todos los principios de la ley natural que rigen los mercados provocando su desbalance, interviene en precios, salarios, emisión de dinero, intereses, importaciones, exportaciones, productos, áreas de siembra, cantidades de agua a recibir. Totalmente distorsiona el escenario económico escogiendo ganadores y perdedores, porque los ciudadanos lo permitimos.

 

El liberalismo no es religión, no es una visión del mundo, no es partido político. No es religión porque no demanda fe o devoción, no tiene dogmas. No es la visión del mundo físico porque no trata de explicar el cosmos y otros fenómenos similares, no tiene nada que afirmar acerca del significado y propósito de la existencia humana. No es un partido porque no busca beneficiar a un grupo especial o algún individuo. Es una ideología, es la doctrina de la buena relación entre los miembros de la sociedad. Es la ideología de la libertad, de la responsabilidad del individuo. Si alguien en México quiere ver el liberalismo y los verdaderos mercados libres en acción, vayan a la Merced, ahí el mercado ha encontrado soluciones sin la intervención del Estado.

 

El liberalismo busca el dar al ser humano una sola cosa, el desarrollo del bienestar material en un ambiente de paz y libertad. Los países que en un momento adoptaron las políticas liberales principalmente el Siglo pasado, es en los cuales la parte superior de la pirámide social es ahora compuesta no por los que solo por haber nacido eran ya individuos privilegiados, sino ahora también por aquellos que han trabajado en desarrollar y mejorar sus condiciones económicas y sociales. Las barreras que separaban a los "señores" y los siervos han caído bajo el peso del liberalismo de una manera natural, no por decreto del Estado o por mandato del Politburó. Ahora en esos países hay solo ciudadanos con los mismos derechos producto del liberalismo. 

 

Siendo el liberalismo una doctrina que tiene su base en el mercado, al verdadero liberal le interesa el bienestar de muchos, el bienestar de las masas puesto que las masas son las que configuran el mercado. La revolución industrial del Siglo XIX fue una revolución liberal con el propósito de satisfacer las necesidades de las masas. El liberalismo del Siglo XIX fue también orientado hacia la abolición de la servidumbre y de la esclavitud en los EU. Hubo sin embargo cuestionamientos de tal propósito, especialmente de aquellos esclavizados. Es por lo mismo que a veces el liberalismo tiene que actuar aun ante la oposición las críticas y la agresión de los liberados. El liberalismo no promete que todos lleguemos a la meta al mismo tiempo, ni siquiera que todos lleguemos, promete que todos tengamos la misma salida. Tampoco promete darle un palo en la cabeza al que va de líder en la carrera, para que el resto lo alcance y sea una carrera "más justa."

 

No hay otra avenida, no perdamos tiempo ladrándole al reflejo de la luna en el agua, aquí no tenemos el otro sendero, aceptamos el intervencionismo que nos ahoga sin que sepamos que es o como describirlo, o iniciamos nuestra lucha cívica para establecer una sociedad libre, una sociedad regida por leyes no privilegios, regida por el mercado no por el Estado. Claudicamos con los intervencionistas y sus pájaros de mal agüero, o iniciamos la construcción de una verdadera vigorosa sociedad civil que conduzca el país con seguridad, fe, esperanza y optimismo por el portal del tercer milenio. La decisión está en nuestras manos.

 

RICARDO VALENZUELA

WWW.CARTASLIBERALES.BLOGSPOT.COM

WWW.INTERMEXFREEMARKET.BLOGSPOT.COM

 

 


sábado, junio 04, 2011

 

El fin del gobierno

Me hubiera gustado hablar hoy de las funciones que el Gobierno como autoridad tiene frente a los ciudadanos. Comentarle sobre las responsabilidades que de acuerdo a nuestras leyes dan origen al quehacer gubernamental.

Hablarle de los programas, planes y las actividades que día con día efectúa el Gobierno buscando beneficiar a la población que representa. Algunos con buenos resultados, otros mejor ni hablamos.

También sería fantástico recordar que es la única entidad con la facultad y sobre todo la obligación de llevar a cabo lo que está expresamente establecido en las normas vigentes.

Pero no, el propósito de este artículo es otro. En el título me refiero al fin del Gobierno, a la terminación de éste, a su incapacidad de ser. No porque se hable de gobiernos fallidos o ineficientes que por supuesto los hay, sino porque los gobiernos, desde que reina la partidocracia en México, han dejado de serlo.

Se han convertido en salas de espera para los que buscan otro puesto público, en centros de operaciones políticas de los partidos gobernantes, en posiciones para presionar y mover el sistema electoral a su favor.

No podemos olvidar que el Gobierno es el responsable de ejercer la autoridad en beneficio de la sociedad, por supuesto resguardando el territorio nacional. El ejercicio de gobierno en México se lleva a cabo a través de la clásica división de tres poderes. El Ejecutivo, obligado a cumplir y llevar a cabo las políticas públicas para el ejercicio del mismo. El Legislativo, que revisa y aprueba las leyes y ordenamientos, así como presupuestos para el ejercicio del gobierno y el Poder Judicial, que vela por el cumplimiento de los mandatos legales y ejerce la justicia en el País.

Para complicar el escenario de los tres poderes, éstos se replican en los tres niveles: federal, estatal y municipal. Bajo la calumnia de la independencia jurídica de las entidades federativas y la autonomía municipal, cada uno de los niveles empalma funciones, se complican las responsabilidades y se justifican unos a otros cuando no salen bien las cosas.

Mentiras de independencia, cuando más del 80 por ciento de los ingresos en promedio de los estados vienen del pacto fiscal vía la federación y hoy, a excepción de Tlaxcala, todos los estados tienen una deuda pública que los ciudadanos siguen esperando revisar para ver si su destino fue en beneficio de todos o de una pandilla.

Bajo una falsa autonomía municipal y sin poder garantizar los servicios públicos básicos como obliga la Constitución, los alcaldes pierden tiempo haciendo trabajo en otras áreas que no son de su competencia, no sé si para engañar o entretener a la ciudadanía. Es muy difícil encontrar hoy alcaldes competentes, que realmente pongan de frente su voluntad de servir a la ciudadanía y de hacerlo con transparencia sin dobles mensajes y sin intereses posteriores.

El Presidente de México ha mencionado que la más grande responsabilidad del Gobierno es salvaguardar a los ciudadanos. En esta dimensión del poder público, su primera obligación es preservar el Estado de Derecho y garantizar los derechos civiles a la población.

Sin embargo, con esta forma de organización en las estructuras del mando los incentivos para no coordinarse están ahí y la sociedad sufre la falta de dedicación y profesionalismo de los servidores públicos.

Desde que los partidos ostentan la exclusividad del acceso al poder, poseen recursos públicos en cantidades insultantes y no hay claros mecanismos de sancionarlos por sus errores, han dado un paso más allá. Además de secuestrar el acceso al poder, estos partidos políticos se han apoderado ya de administraciones públicas locales en detrimento de la labor del Gobierno.

Olvídese del caso notorio en Nuevo León, donde el 90 por ciento de la estructura electoral del PRI son empleados "voluntarios" del Estado para jalar, comprar, convencer y movilizar votos a favor de ese partido. Ha de ser enorme el esfuerzo de sacrificar su tiempo de familia para ayudar en sus ratos "libres" a ganar votos por el PRI.

El PRD en el DF opera de manera similar y en los mandos panistas también se denota la dificultad para separar al Gobierno y sus funciones de las tareas partidistas.

Por eso los gobiernos estatales han dejado de existir. No tienen capacidad para tomar decisiones que busquen el bien general. No pueden reunir a gente profesional de la administración pública, gente talentosa para dirimir, negociar y tomar decisiones. Prefieren contratar operadores políticos, "ingenieros electorales", etc., que ganen bien y que nunca en su vida han tenido la capacidad de diseñar políticas públicas en beneficio de la población, sino de ellos y su partido.

Mientras sigamos tolerando que los partidos políticos puedan justificar todo en aras de mantener el poder sin necesidad de demostrar por qué y para qué, la ineficiencia, la corrupción y falta de buenos gobiernos será la regla y no la excepción en México.

Vidal Garza Cantu 
vidalgarza@yahoo.com
+++++++++++++++++++++++++++++
 
Urge la reforma política que disminuya la partidocracia. Los gobiernos se han convertido en un fin para los políticos profesionales para mantenerse pegados a la ubre del Erario. El gobierno debería ser un medio para satisfacer las necesidades de la sociedad. Pero los políticos profesionales lo tienen secuestrado para su beneficio. Todos los partidos se benefician del status quo pero los que más se oponen a los cambios son los del PRI.

 

Virus anticiudadano

Un ciudadano mexicano libre, seguro de sí mismo, optimista y consciente de sus derechos, debe ser la piedra angular sobre la cual tiene que estar construido el gran edificio llamado México.

Si en vez de seguridad y confianza, el ciudadano tiene miedo, vive amenazado o explotado, y se siente rebajado y ninguneado, será imposible pedirle que dé su ciento por ciento a favor del País.

Este ciudadano a medias será una carga antes que un apoyo; será un lastre social antes que una bendición comunitaria y un estorbo sumado a muchos otros estorbos que ya existen.

Estoy describiendo a dos personas que son físicamente iguales, pero que funcionan con signos opuestos: por un lado, el ciudadano completo, íntegro, libre y responsable es un círculo virtuoso que tiene un gran potencial de propagación y difusión.

Por el otro, en el lado negativo tenemos al semiciudadano, inseguro, explotable, ninguneado. Es un círculo vicioso andante, una especie de muerto en vida cuyo mal humor se extiende rápidamente contaminando a otros que se convierten en lo mismo: un asco ciudadano.

Por eso no se entiende que el ciudadano íntegro, libre y completo sea atacado por la legislación electoral para convertirlo en un ciudadano a medias. ¿Acaso es difícil darse cuenta que al volverlo inseguro lo hace también dependiente de los favores de terceros, ya sea del sindicato, de los patrones sin conciencia, o inclusive, en el peor de los casos, de la delincuencia organizada?

Este ciudadano a medias produce la derrota del sistema democrático, es materia propicia para la compra de votos y el acarreo y de allí hay una línea muy tenue hacia la tolerancia de la corrupción, seguida por indiferencia para quienes colaboran con los delincuentes.

Este ciudadano rebajado y degradado es la gran debilidad que tiene México frente a otros países. Por ello, un primer paso para restaurar la República está en reintegrar al ciudadano mexicano los derechos políticos que tenía en la Constitución de 1917. Estoy hablando del derecho a votar y ser votado, sin condiciones, sin limitaciones, sin subterfugios, excusas o pretextos.

Hay que reconocer que en esta materia estamos peor que hace 40 años. La prohibición de las candidaturas ciudadanas es la principal fuente de propagación del virus de la impotencia ciudadana. Es el virus que propaga la negatividad de nuestras instituciones, que desparrama el pesimismo de ser mexicano, que disemina la semilla de la desconfianza entre mexicanos, que abona al abuso del poder, que se fortalece a cada instante que pasa con las aguas negras de la corrupción.

No nos quejemos de que los ciudadanos mexicanos actúan como ciudadanos de segunda o tercera; simplemente reflejan el estatus negativo que la ley les impone. La viabilidad de nuestro País está en juego, muy posiblemente debido a esta falla.

Entonces, depende de todos los mexicanos que recuperemos una visión optimista de lo que México puede ser. Necesitamos recuperar la confianza en nosotros mismos. Leyes justas y sensatas pueden ayudar a lograrlo.

Necesitamos que todos los ciudadanos de México se sientan y sean realmente ciudadanos de primera, con todos sus derechos perfectamente garantizados, como debe ser. La alternativa es continuar diseminando el virus de la indolencia que contamina nuestra democracia.

Quienes niegan a los demás el derecho a ser votados, o se lo condicionan, son a su vez productos de una cultura democrática defectuosa. El ciudadano común y corriente se da cuenta, o por lo menos intuye, que está siendo estafado por los políticos de carrera. No debe extrañar que se decepcione del pésimo sistema político, y esté muy molesto por la falta de respeto a sus derechos cívicos básicos.

Debemos entender que la legislación electoral es la primera obligada en confiar en el ciudadano. Sólo así podremos abatir el virus de la impotencia ciudadana, prerrequisito para que pueda surgir un nuevo país, más libre, más justo y más próspero.

Pongo esta metáfora como ejemplo: El Congreso federal tiene en sus manos el destino del País. Es como quien tiene en su puño cerrado un gorrión, puede apretar el puño y asfixiarlo, o puede soltarlo y dejarlo volar para que construya su nido y vuelva a cantar.

Javier Livas 
javierlivas@mac.com
+++++++++++++++++++++
 
Urge que se concrete la reforma política que permita candidaturas independientes, así como la reelección de legisladores y alcaldes. Hay que reducir la partidocracia. Pero esa reforma la detuvo el PRI en la cámara de diputados por órdenes de Peña Nieto. Se ven ya tan cerca de regresar al poder que no quieren que haya cambios.

jueves, junio 02, 2011

 

+ PRI distrae atención de crisis

La ofensiva del PRI contra el PAN por la crisis tiene tres puntos de referencia básicos:

1.- El posicionamiento de Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, como el precandidato panista mejor perfilado.

2.- La intención del PRI de dejar sentada la tesis de que la crisis económica y de pobreza estalló en los diez años panistas en la presidencia.

3.- Y el regreso del ex presidente Carlos Salinas y sus economistas como diseñadores del plan de gobierno 2012-2018 del PRI y de Enrique Peña Nieto. Entre ellos, Joseph-Marie Córdoba Montoya y Luis Téllez.

Del otro lado, el PAN parece paralizado, incapaz de construir un discurso de análisis de la larga crisis económica que tuvo dos ciclos: el populista 1970-1982 y el neoliberal 1983-2000. Un solo dato ilustra el tamaño de la responsabilidad del PRI de una parte de la crisis: el tipo de cambio era de 12.50 pesos por dólar al comenzar el ciclo populista y terminó en 9 mil 300 pesos a finales del 2000, una devaluación de 74 mil 300%.

La campaña contra el secretario de Hacienda y precandidato presidencial panista Cordero por sus declaraciones sobre los mexicanos que ganan 6 mil pesos y la posición de México como nación de desarrollo medio forma parte de la estrategia priísta para vender la idea electoral de que "estábamos mejor  cuando estábamos peor". Pero hay algunos datos reveladores:

El año pasado, el coordinador de la bancada priísta en la cámara baja Francisco Rojas Gutiérrez circuló un documento para acusar al PAN de generar la crisis con falta de crecimiento económico. Pero Rojas fue miembro del gabinete del gobierno de Miguel de la Madrid y alto funcionario en el salinismo y resulta que el sexenio delamadridista pasó a la historia como el del crecimiento cero, con un PIB de 0%  promedio anual y sin creación de empleo, heredando seis millones de mexicanos que no encontraron empleo, además de que en ese sexenio la tasa promedio de inflación anual fue de 86%, con el dato escandaloso de que en 1987 la inflación anual llegó a 160%.

Y esta semana el diputado priísta Oscar Levin emitió otro documento oficial para insistir en las cifras de la crisis en el primer decenio panista, pero resulta que Levin fue operador del secretario de Hacienda del gobierno de López Portillo en los años 1981 y principios de 1982, cuando se gestó la peor ola inflacionaria y devaluatoria. El entonces titular de las finanzas, David Ibarra, fue despedido por López Portillo por incompetente. Y fue el sexenio en el que los recursos del petróleo se fueron por el caño de la corrupción y el país rico en petróleo se empobreció como nunca.

Asimismo, por más que se ajustan y ajustan las cifras, el peor año de empobrecimiento de los mexicanos fue 1996, producto del colapso de las finanzas públicas, el tipo de cambio y las tasas de interés durante 1994 y 1995. Según cifras oficiales de Coneval en 1996 la pobreza de patrimonio fue de 37.4%, la pobreza de capacidades llegó a 46.9% y la pobreza alimentaria ascendió a 69%, cuando en la crisis de 2008 la primera llegó a 18.2%, la segunda a 25.1% y la tercera a 47.4%. Es decir, que los mexicanos se hundieron en la pobreza por los errores de manejo de la política económica de los gobiernos priístas de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.

El debate sobre la crisis económica del país podría convertirse en un bumerang contra el propio PRI porque debería llevar a la evaluación de los ciclos de política económica del reinado priísta: el propiamente revolucionario (1929-1934), el populista (1934-1954), el del desarrollo estabilizador (1954-1970), el del neopopulismo (1970-1982) y el neoliberal (1983-2000). El periodo del crecimiento estable se interrumpió en 1970 con el neopopulismo de gasto público con restricciones fiscales.

La crisis estalló cuando los gobiernos priístas politizaron el manejo de la hacienda pública., En 1973 el presidente Luis Echeverría despidió al secretario de Hacienda, Hugo B. Margain, y anunció que las finanzas públicas se "manejan desde Los Pinos". El ensayista Gabriel Zaid resumió el resultado en pocas palabras: "así fue… y así nos fue". El desorden financiero priísta tuvo dos soluciones: el sometimiento de México a las doctrinas del Fondo Monetario Internacional (1973-1988) y la subordinación de México a las condicionalidades del Banco Mundial y del Consenso de Washington (1989-2000) para privatizar la política económica pública y social.

El PRI quiere desde ahora ocultar la crisis 1994-1996, peor que la de 1981-1982. La responsabilidad de Salinas y Zedillo en la devaluación de diciembre de 1994 tiene a Salinas aferrándose a clavos ardiendo. Pero resulta que los corresponsables de la crisis 1981-1982 y del colapso 1994-1996 están ahora controlando el diseño del programa de gobierno del PRI para el sexenio 2012-2018. De ahí que el primer paso sea el de borrar de la memoria social la dimensión de las crisis económicas del largo ciclo 1970-2000 y que fue justamente la acumulación de rezagos, desigualdades sociales y crisis irresponsables las que hartaron a los ciudadanos en el 2000 y llevaron a la alternancia partidista en la presidencia de la república.

El problema que tiene la política económica en la alternancia es justamente su dependencia de las doctrinas del pasado priísta: Francisco Gil Díaz fue el secretario de Hacienda de Fox y Agustín Carstens el de Calderón, el primero había sido subsecretario de Ingresos del salinismo y el segundo subdirector-gerente del FMI neoliberal, los dos forjados y avalados por el priísmo. De ahí que en política económica haya habido la continuidad del pensamiento ortodoxo neoliberal del priísmo 1982-2000, lo que llevaría a suponer que las críticas de Rojas y Levin al saldo económico panista agarran a los priístas también con los dedos en la puerta. Por eso los priístas gritan; "¡al ladrón, al ladrón".

Carlos Ramírez



++++++++++++++++++++++++++++
 
Algunos datos duros para que los chavos menores de 28 años vean la realidad. Yo si me acuerdo de los 80's y de los 90's. Si tu no los viviste, investiga.
 
 

This page is powered by Blogger. Isn't yours?