viernes, julio 22, 2011

 

¡Ya es Ya! Reforma Política

Me indigna que estar viva, ese gran misterio que comparto con 7 mil millones de personas, sea hoy una experiencia supeditada a las fallas de un sistema político y económico que no acepta sugerencias, ni críticas. Nadie toma en cuenta nuestro derecho a la felicidad. Ésta es la crítica más aguda al sistema que, paradójicamente, es sostenido por sus propios defraudados empecinados en que sólo se trata de un mal rato.

Las generaciones pasadas creyeron que todo iba muy bien si se estudiaba, se conseguía un empleo, se compraba carro y casa, se tenían hijos que se mandaban a la escuela, y éstos conseguían empleo para comprarse carro y casa, y así hasta el infinito. Muy pocos vieron en esta inercia colectiva la fragua de la gran estafa política, pues mientras todos estábamos concentrados en ser "exitosos y competitivos en un mundo global" la política se fue degradando hasta el pudrimiento, como lo señala Javier Sicilia.

A los mexicanos se nos deben subrayar ciertos imperativos. En el tema que hoy me ocupa no se trata de impaciencia, sino de la última llamada al sistema democrático que en México no ha dejado el capullo de la retórica. Los mexicanos que estamos hartos del engaño, de la burla, del dispendio, de la negligencia, del incendio incontrolable de la violencia, exigimos: reforma política ya. Ésta es la última oportunidad de controlar el desastre político.

No esperamos nada de los partidos políticos. Ya no. En el 2006 consiguieron que creyéramos que candidato era destino. Unos lloraron en las plazas un fraude y otros salieron a celebrar llenos de júbilo, pero a la distancia de los años, ambos parecen dos pueblos defraudados. De nuevo, los partidos políticos apuestan a que nos apasionemos, a que volvamos a creer que el futuro depende del próximo Presidente del País en el 2012.

La ciudadanía ha quedado reducida a un plano de utilería, tanto por la izquierda como por la derecha. Nos tratan como aficionados que viven la intensidad de la política. Su error es creer que siempre tendremos la lealtad de los Rayados o los Tigres. Algo pasó, sin embargo.

Hay entre los ciudadanos personas que creen en su fuerza, que se indignan ante el engaño y que se asumen como sus propios representantes. Los políticos deben leer el escenario global y entender su trascendencia histórica para actualizar sus compromisos.

Por eso cobra relevancia que la reforma política aprobada por el Senado en 2007 sea sacada de la congeladora y aprobada por la Cámara de Diputados. Sus cuatro puntos esenciales: candidaturas independientes, consulta popular, iniciativa ciudadana y reelección legislativa y de Presidentes Municipales, no son la solución al desastre político, eso está muy claro para todos, pero al menos harían las veces de mascarilla de oxígeno.

El miércoles pasado, ciudadanos, en su mayoría jóvenes, irrumpieron en la Cámara de Diputados para exigir que esta reforma sea aprobada. Como siempre, los guardias intentaron frenar al contingente en la puerta, pero esta vez nadie creyó que el paso estaba restringido. La fuerza del convencimiento es arrolladora y mueve inercias anquilosadas.

Se entrevistaron con representantes del PRI, PAN y PRD. En las imágenes del encuentro aparece la lucidez ciudadana de quienes exigieron con argumentos lógicos sus derechos, y del otro lado, la excusa, la vanidad y la retórica. ¿Cómo la pasan estos señores Diputados?, me pregunto con frecuencia cuando los veo tan anclados al ego y al poder.

¡Indignaos!, escribe Stéphane Hessel. Las razones se nos vienen encima. El sistema de pensiones se tambalea, los ingresos en los hogares mexicanos cayeron un 12.3 por ciento, la mitad de los mexicanos viven en pobreza; nos es imposible diferenciar entre policías y delincuentes, nos gobiernan autoridades incapaces de reaccionar a la escalada de violencia. Amnistía Internacional habla de 50 mil mexicanos ejecutados y miles de desaparecidos en los últimos cinco años.

El movimiento ciudadano que impulsa la reforma política tiene una página de internet: www.reformapoliticaya.mx  Desde ahí usted puede colaborar.
Ximena Peredo
ximenaperedo@gmail.com
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Aunque a la Reforma Política atorada en la Cámara de Diputados le falta mucho para ser la reforma que nos lleve de la partidocracia actual a una democracia plena, es una mascarilla de oxígeno como dice Ximena Peredo, es un paso en la dirección correcta. Simplemente con las candidaturas independientes ya vale la pena.

lunes, julio 18, 2011

 

La congruencia del sectario

El repertorio de frases de Andrés Manuel López Obrador puede contarse con los dedos de las manos. Sus discursos, sus entrevistas, sus declaraciones son la combinación de una serie de frases hechas que ha repetido mil veces en los últimos años. Oírlo es siempre volverlo a oír. Su discurso tiene las sorpresas de un reloj. La monotonía de su oratoria sorprende incluso en un paisaje como el nuestro, tan estéril para el debate de ideas, tan pobre en reflexiones en público de los actores políticos. ¿Cuántas veces hemos escuchado las mismas palabras enlazadas en el mismo orden, dichas con el mismo tono? La mafia le robó la Presidencia. El Pueblo no se equivoca nunca. Hay que aprender de nuestra historia. Soy un hombre de principios; no soy un ambicioso vulgar. Al parecer, lo que nos quiere decir es que su ambición no es ordinaria: busca la transformación real de México y no la simulación que representan los idénticos proyectos del PRI y del PAN.

Desde hace tiempo ha insistido que reconoce la necesidad de que la izquierda vaya unida a la elección presidencial del año que viene y ha declarado que está dispuesto a aceptar la candidatura de Marcelo Ebrard si tiene mejores posibilidades de ganar. Pero hace poco parece que cambió de parecer. Según relata la prensa, en una reunión reciente advirtió que nada impedirá su candidatura. Nada de consultas o encuestas para ver quién está mejor ubicado para representar a la izquierda. Él será candidato porque no está dispuesto a aceptar que los oligarcas de siempre le impidan participar en la elección. "No me quieren ver en las boletas, pero no les voy a dar el gusto, voy a estar en las boletas como candidato de un partido, de dos o de tres". En otras palabras: López Obrador adelanta que será candidato aunque no sea el candidato del Partido de la Revolución Democrática. Está dispuesto a usar el membrete del Partido del Trabajo o de Convergencia para registrar su candidatura. No importa, al parecer, que tal decisión destroce definitivamente las posibilidades electorales de la izquierda mexicana.

Habría que tomar con cierta reserva las comillas registradas por Grupo REFORMA el pasado jueves 14 de julio porque se trata de una versión indirecta de las palabras de López Obrador tal como fueron registradas por un coordinador de su movimiento. De cualquier manera, sirve para preguntarnos si sería aceptable para López Obrador una derrota dentro del PRD. ¿Podríamos pensar que López Obrador podría aceptar a Marcelo Ebrard como el candidato legítimo del PRD? La imaginación no me alcanza para verlo. Imagino al Cardenal Rivera casando a dos homosexuales en la Catedral antes que a López Obrador alzándole la mano a Ebrard. Aceptar que otro pudiera representar a su movimiento sería para él un error histórico, una inconsistencia y, en el fondo, una traición a su esperanza. López Obrador no sorprende nunca en su discurso porque su retórica refleja con fidelidad la convicción de su sectarismo profundo. Se ha dicho muchas veces que Andrés Manuel López Obrador es más un representante del viejo populismo que de la izquierda contemporánea. Ninguna curiosidad ha demostrado el antiguo Alcalde de la Ciudad de México por lo que otras izquierdas discuten o hacen. A él le basta la prédica moral, las lecciones de la historia maniquea y las cantaletas del estatismo salvador.

Pero para entender a López Obrador es más importante comprender la forma en que cree sus creencias mismas. La intensidad de sus creencias es más importante que el contenido de sus creencias. López Obrador es el predicador más perfecto del sectarismo en México. La política es para él, el territorio de lo innegociable. Una lucha que pone a prueba la limpieza moral de los hombres, sus lealtades profundas antes que la eficacia y las consecuencias de sus actos. Para el sectario, todo acuerdo está podrido. El filósofo Avishai Margalit ha analizado con gran inteligencia ese fenómeno porque en algún momento sintió que el virus del sectarismo se le metía al cuerpo. Ha detectado, por ejemplo, que al sectario le importa más conservar la pureza de su movimiento que el deseo de ensancharse. La organización a la que, con aires guadalupanos, López Obrador bautizó como "Morena" no es una coalición de fuerzas diversas sino una plataforma de promoción personalista. El movimiento existe por y para él. Tan fieles a López Obrador son sus seguidores que están dispuestos a cerrar los ojos, como él, a todo lo que sea desfavorable. Es que el sectario no puede arriesgarse a dudar. ¿Qué diría el caudillo si descubre una grieta en la convicción del seguidor? Por eso se apresura a descalificar enfática y a veces violentamente a quien cuestione sus certezas. Por eso no puede aceptar jamás un veredicto desfavorable. Quien tiene una idea distinta no está desorientado: es un corrupto. No hay instituciones imparciales, ni números confiables. Si las noticias no son buenas son falsas.

Un sectario tan consecuente como López Obrador no tiene espacio mental para reconocer una derrota. No se traicionará: será candidato.

Jesús Silva-Herzog Márquez
http://blogjesussilvaherzogm.typepad.com
 
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Y no solo hay que analizar al jefe de la secta, sino también a sus seguidores, a los "pejefans". El líder de una secta solo es exitoso por la calidad y cantidad de sus seguidores, que lo siguen sin cuestionar ni una coma. He tenido mucho contacto con pejefans en las redes sociales y muestran una característica en común: la violencia. Aunque su líder habla de amor, sus seguidores son muy violentos verbalmente. Sus "debates" se reducen a los insultos y descalificaciones personales y no a las ideas, argumentos y contra argumentos.
 
Ya no me preocupa, como en el 2006, que AMLO gane las elecciones. No lo hará en el 2012 ni nunca. El apoyo que tuvo de clases medias, de ciudadanos independientes, en el 2006 ya lo perdió con sus desplantes antidemocráticos, al no aceptar resultados, al apoyar a grupos violentos como el SME, entre otros. Pero si me preocupa que entre un 10 y 15% de la población, lo sigue con fervor religioso. La secta existe y es triste que mucha gente no tenga la capacidad de detectar las mentiras de un personaje que con su secta ya aseguró su futuro político y económico hasta su muerte.



sábado, julio 16, 2011

 

Delirios guajiros

1. AMLO ya acordó con Marcelo Ebrard un método para elegir al candidato de la izquierda: una encuesta y dos debates.

Regla elemental: lo acordado no está acordado hasta que se pone en práctica. Así que falta todo por recorrer.

La propuesta de Ebrard es una encuesta abierta a la población. Porque de otro modo, dice el Jefe de Gobierno, sólo se conocería la intención de voto del PRD, Convergencia y Partido del Trabajo.

La verdad está en que si la encuesta se limita a los simpatizantes del PRD la ventaja de AMLO sobre Ebrard es arrolladora. Según Mitofsky (del 24 al 27 de junio pasado), 63 por ciento a favor de López y 30 por ciento por Ebrard.

Entre los electores independientes la relación se invierte, pero en una proporción menor: 31.8 por ciento por Ebrard contra 24.7 por ciento por AMLO.

Ahora bien, su competitividad frente a Peña Nieto es similar: AMLO 18.4 por ciento contra Peña 47.9 por ciento. Ebrard 16.7 por ciento contra Peña 45.8 por ciento.

La pregunta entonces se formula por sí sola: dados esos números, ¿por qué AMLO aceptaría someter la elección del candidato a una sola encuesta abierta a la población?

Es de esperar que, más allá de sus buenos deseos, Ebrard y "Los Chuchos" tengan una respuesta concisa y precisa. ¿La tienen?

2. AMLO jugará derecho: si gana, gana y si pierde, pierde.

¡Ajá! La historia del personaje no miente. Nunca ha reconocido sus derrotas. Es más, ni siquiera reconoce las encuestas. En 2006, a partir del momento que le fueron adversas, descalificó todos los sondeos de opinión.

El tiempo no ha mellado ni su temple ni sus convicciones. Hace unas semanas hizo una declaración tronante: en 2006 ganamos por una diferencia de 10 puntos, pero nos robaron la elección. En 2012 nos impondremos con 20 puntos de diferencia.

Sólo los ingenuos -o los tontos- pueden negar la evidencia. AMLO tiene seis años en campaña, ya montó su red de apoyo (Morena) y tiene bajo su férula al Partido del Trabajo y Convergencia.

No hay forma que se baje de ese caballo a menos que él quiera. Pero no hay motivo ni razón para que lo quiera. Y por si fuera necesario: a confesión de parte, relevo de pruebas.

Allí está su declaración más reciente: "No me quieren ver en las boletas, pero no les voy a dar el gusto. Voy a estar en las boletas como candidato de un partido, dos o tres" (EL NORTE, jueves 14 de julio).

¿Entendiste, Marcelo, o es necesario que te lo expliquen?

3. La elección del Estado de México quedó atrás. Hay que ver para delante.

No. La elección en Edomex no quedó atrás, está adelante. El 2012 tiene ya su impronta. Los derrotados tienen nombre y apellido: Ebrard y "Los Chuchos".

Les pasó por encima una aplanadora y más vale que lo reconozcan. AMLO mostró su músculo y no hubo valiente que se resistiera.

Lo importante no es la victoria psicológica, que también es; sino la victoria política en toda la línea.

4. El responsable de la derrota en el Estado de México es AMLO.

A estas alturas del partido el debate resulta irrelevante. Pero además, para desgracia de Ebrard y "Los Chuchos", los números no avalan semejante tesis. Los votos sumados de Bravo Mena y Alejandro Encinas no superaron los sufragios por el candidato del PRI.

Por eso nadie le puede pasar la factura. El fracaso debería obligar a tirios y troyanos, perredistas y panistas, a emprender un examen de conciencia: ¿qué estamos haciendo mal? ¿Qué han hecho bien los priistas?

En lugar de eso, los perredistas se han arropado en la denuncia de un gran fraude y, al hacerlo, entran en la lógica y el discurso de AMLO.

5. En torno a Marcelo Ebrard se podría forjar una amplia alianza que incluyera al PAN.

El delirio perredista alcanza a Ebrard, "Los Chuchos" e incluso al propio fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas.

La amplia alianza que imaginan y desean para el 2012 es la del jinete y el caballo, es decir, la ven con buenos ojos, la aclaman y promueven, siempre y cuando el candidato sea Ebrard.

La otra posibilidad, Josefina Vázquez Mota, Creel o Cordero, ni siquiera la consideran. No la ven ni la oyen.

El proyecto, sin embargo, no se sostiene. Aun cuando pudiera contar, cosa que no es imposible, con la bendición de Felipe Calderón, el PAN y el electorado panista, para no hablar de los independientes, no entrarían en esa lógica.

Pero hay algo más. Semejante propuesta, por irreal que sea, impulsa la carrera de AMLO por la candidatura del PRD a la Presidencia. Le da armas para denunciar la traición que cocinan Ebrard y "Los Chuchos".

6. Marcelo Ebrard irá hasta el final. Pase lo que pase, no cederá.

Falso. Ebrard irá tan lejos como se lo permita AMLO. De entrada, no es probable que el método de selección del candidato se limite a una encuesta abierta a toda la población.

En términos estrictamente lógicos ambos tienen argumentos fundados. Y frente a dos derechos encontrados, sentenciaba Marx, decide la fuerza.

Pero aun en el caso de que Ebrard impusiera su punto de vista y obtuviera la victoria en una consulta abierta, AMLO tendrá bajo la manga la solución final: yo seré candidato llueva o truene, aunque sólo sea por PT y Convergencia, o te sumas o te atienes a las consecuencias, que incluyen una ruptura del PRD. Fin de la historia.

7. Nueva Izquierda se fajará y no permitirá que AMLO se salga con la suya, a menos, claro está, que obtenga la victoria por el método acordado.

¡Sí, como no! El PRD no es una formación de corrientes ideológicas, es un partido de tribus e intereses. Su verdadera cohesión está en el presupuesto y nadie quiere perdérselo. Amén.

Jaime Sánchez Susarrey
 
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El populista egocéntrico no va a soltar el hueso, la fuente de recursos, que obtiene siendo el líder de su movimiento. Perdiendo en el 2012 AMLO asegura otros 6 años de liderazgo autocrático de un movimiento que le deja muchos recursos. Al tiempo.

domingo, julio 03, 2011

 

Dónde el control

La escena lo dice todo: un grupo de chinos e hindúes discutiendo sobre el potencial de sus respectivos países para lograr y mantener elevadas tasas de crecimiento por largos periodos para transformar a sus sociedades. Dos naciones que llevan décadas creciendo con celeridad comparan notas y defienden sus formas de ser. La conferencia se acalora en momentos y a veces parece una confrontación no sólo de dos maneras de hacer, sino de dos formas de ser. Las dos economías han crecido a más del 7 por ciento por años, mas lo notable es la discusión sobre el potencial de continuidad. Observando el foro me sentí como Cantinflas en aquella película en que, sin darse cuenta, acaba sentado en una mesa llena de desconocidos y sólo puede preguntarse a sí mismo "¿y qué hago yo aquí?".

La discusión entre estos estudiosos y académicos asiáticos es interesante, además de reveladora. Pero, sobre todo arroja muchas enseñanzas para nosotros. La historia y circunstancias de esas naciones son diferentes a las nuestras, pero no dejan de ofrecer un contraste relevante para nuestro propio proceso. China ha seguido un impulso reformador a ultranza, motivado en buena medida por el temor de su élite política a perder el poder. El crecimiento económico ha satisfecho a su población y eso le ha permitido evitar cambios significativos, situación que le ha llevado a enfrentar cualquier desafío de manera desalmada. No ha habido obstáculo suficientemente grande porque la alternativa a reformar, parecen pensar, entrañaría el derrumbe del Gobierno. El caso de India es distinto: ahí, un país democrático, la aprobación de cada cambio ha requerido discusiones y votos legislativos que en ocasiones parecen tomar una eternidad. Pero una vez aprobados, gozan de plena legitimidad.

Nuestro caso es peculiar por una razón muy diferente: aun cuando gozó de pleno control, el sistema priista nunca tuvo la disposición a reformar, y ahora que vivimos en un contexto democrático no contamos con la capacidad o disposición a hacerlo. Ni fuimos exitosos cuando tuvimos un sistema similar al chino ni hemos podido serlo con un sistema semejante al hindú.

China e India están cambiando a paso acelerado, siguiendo dos caminos radicalmente distintos. Fiel a su historia de control centralizado, China ha logrado construir una estrategia de desarrollo desde la cima del poder. En sentido contrario, India es una nación compleja, caracterizada por centenas de etnias, religiones, tradiciones y partidos políticos que le imprimen dinámicas sociales y políticas muy diversas que han generado un sistema político descentralizado. El control en China yace en el centro, en India en la legitimidad del sistema en su conjunto. En nuestro caso el control se evaporó.

La afirmación que me pareció más poderosa en la discusión fue que el común denominador en ambas sociedades yace en el proceso de descolonización mental. Mientras que por décadas o siglos ambas poblaciones se vieron a sí mismas como víctimas de la explotación por parte de las potencias imperiales, su verdadera transformación yace en la liberación que han logrado sus poblaciones. Los hindúes, afirmó Gurcharan Das, autor de "India Liberada", "ya se quitaron de encima la mentalidad colonial y ahora sólo sueñan con ser ricos, pero, más importante, están seguros de que es posible lograrlo". Otro expositor describió a Radú como un joven que no quiere aprender ningún idioma excepto "Windows" y sólo le importa saber las 400 palabras clave para poder aprobar el TOEFL, el examen de inglés para quienes quieren ir a estudiar a Estados Unidos. Lo más importante: "La generación actual ya no ve al pasado como la era de grandeza, sino al futuro como fuente de oportunidades infinitas". El día en que nosotros logremos eso, "ya la hicimos".

China "tiene orden pero no legalidad porque las leyes siempre emanan del rey", en tanto que India "tiene demasiadas leyes pero no mucho orden, pero las leyes siempre están por encima del emperador". Con estas palabras, uno de los estudiosos chinos diferenció a esas dos naciones: China tiene una sociedad débil pero un Gobierno fuerte, en tanto que lo opuesto caracteriza a la India. El Gobierno chino liberó fuerzas y recursos para lograr elevadas tasas de crecimiento, en tanto que el hindú promedio funciona con una mano atada a su espalda por el poder de la burocracia y grupos de interés. Reformas iniciadas en los 90 abrieron oportunidades antes inexistentes que han hecho posibles tasas de crecimiento cercanas al 7 por ciento en promedio anual. Uno se pregunta qué pasará el día en que se liberen los hindúes de esas ataduras, porque al ritmo al que van arrasarán con todos los demás...

México no es igual a ninguna de esas dos naciones, pero ambas ofrecen lecciones que vale la pena entender porque no sólo explican muchas de nuestras limitaciones, sino que nos podrían ayudar a comenzar a enfrentarlas. El modo chino de actuar era posible en la era priista porque existía la capacidad de acción y la concentración de poder y recursos que lo hacían teóricamente posible. Sin embargo, nada de eso ocurrió, al menos no después de los 60. En lugar de reformar, nuestro camino fue el de retroceder, enquistar intereses y limitar el potencial de desarrollo, exactamente al revés que los chinos. El modelo hindú no ha impedido la adopción de reformas o su instrumentación. Lo que ambas naciones sí han tenido es un claro sentido de dirección en la cabeza de sus respectivos gobiernos.

Si hay una lección valiosa del caso hindú, ésta reside en que el factor medular de cambio reside en el liderazgo: la capacidad de sumar voluntades detrás de un proyecto transformador. En India el cambio ha sido modesto pero radical en sus consecuencias. Ninguna de éstas ha sido mayor que la que ha logrado cambiar las actitudes de la población. Una población deseosa de ganar tiene mucho más probabilidad de lograrlo. Por eso nuestro peor enemigo no reside en la parálisis política o legislativa (o, incluso, en las reformas mismas), sino en el pesimismo que ha sobrecogido a la población. En eso los chinos e hindúes tienen mucho qué enseñarnos.

 
Luis Rubio
www.cidac.org
 
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Hay quienes dicen que no se requieren las reformas estructurales, o que son un mito. Nada más falso. En México no se han hecho reformas estructurales de fondo en décadas. Quizá sólo el tratado de libre comercio y la libre flotación del peso pudieran considerar con grandes reformas. Pero mientras no se hagan todas, si sólo son parciales y con limitaciones, el sistema en su conjunto, la economía mexicana, no funcionará eficientemente.
 
Y no hay que descubrir el hilo negro, basta con ver los casos de éxito como India o China para saber qué necesitamos hacer. Romper con atavismos del pasado, con los monopolios, con las canonjías de sindicatos y grupos de poder. Pensar en el consumidor.
 
AMEPI


sábado, julio 02, 2011

 

Pedejonomics en la agricultura

Amén, amén, amén, la agricultura mexicana ha muerto. Uno de los motivos por los cuales la horda de barbajanes propulsada tanto con energía animal como mecánica irrumpió en el edificio de San Lázaro hace unos meses, es su gran malestar por la implementación de la última etapa del TLC la cual, según sus expertos, afecta tanto y tan cruelmente al campo mexicano. Es tal la miope visión que un alto jerarca de la iglesia tronó intercediendo por los miserables hombres del campo. Mi primera pregunta: Sr. Arzobispo: ¿Por qué no interceder por el miserable consumidor?   

 

Repito lo dicho miles de veces; la economía de mercado no es pro negociante estatista, ni pro agricultor ineficiente. La economía de mercado es pro consumidor; ¿quieres que te lo cuente otra vez?  Los participantes en una verdadera economía de mercado son motivados por su "ambición," lo cual los obliga a ofrecer los mejores productos a los precios más bajos en un ambiente de competencia, y al consumidor no le interesa si quien los ofrece es chino, ruso, griego o mexicano. Para competir con éxito ellos deben de trabajar con eficiencia y tecnología, mas no con invasiones al Congreso y menos por las declaraciones místicas de los hombres de Dios.

 

Sin embargo, la agricultura mexicana sigue siendo instrumento político de siempre completamente alejado de la realidad, del sentido común, y de esa eficiencia que debe exhibir una actividad abierta a la competencia. Esta actividad en México sigue atrapada en las redes de lo que el galardonado premio Nobel James Buchanan llama el "Public Choice," cuando la describe como la extensión de la teoría económica al obeso campo de las alternativas políticas.

 

La agricultura es un manoseado problema mundial y como cualquier burbuja creada por los gobiernos, algún día debe de explotar. En el tránsito de una economía rural a la industrial, el mundo entero perdió la brújula del proceso que ha modificado esta actividad. La demanda de mano de obra que produjo la Revolución Industrial extrayéndola de la agricultura mediante el aumento desproporcionado de los ingresos; confundió a los expertos quienes de inmediato sin permitir que los mercados "colaran" el proceso para luego estabilizarlo, con urgencia definieron "el problema del campo."

 

Los gobiernos mundiales y en especial el de EU, se dieron a la tarea de rescatar la agricultura mediante burocráticos programas para promover el aumento del precio de sus productos. Ello sumado a la tecnología moderna ha incrementado la oferta a un ritmo superior a la inelástica demanda, lo que ha construido un castillo artificial distorsionando los mercados para convertiros en arenas políticas en las cuales se baten demagogos, lideres corruptos, negociantes pegados a la ubre del gobierno, gestores, etc todos ellos a costillas del consumidor.

 

La agricultura mexicana producto de las falacias revolucionarias, ha muerto. Como en la famosa película "Others People"s Money" en la cual Danny de Vito protagonizando un "Raider" intenta llevar a cabo la compra hostil de una vieja y obsoleta fábrica de alambre de cobre. Ante ello su otoñal dueño, protagonizado por Gregory Peck, dirige su oratoria ante la asamblea de accionistas tratando de evitarlo, pero utilizando argumentos dirigidos al corazón mas no a la razón que simplemente no aterrizan. Al terminar su romántica perorata y dar la palabra al pirata de Vito, como él lo califica, éste de forma genial simplemente afirma: Amén, amén, amén.

 

Con ello telegrafiaba y preparaba su mensaje afirmando a los accionistas; "su compañía está en agonía. Le pueden prolongar su estado comatoso para que a futuro tenga una muerte más dolorosa y dramática, o me la entregan para venderla en partes y rescatar algo de su dinero. O tal vez podamos utilizar sus activos en otros procesos industriales y olvidarnos de competir con las nuevas tecnologías que la han llevado al grave estado donde se encuentra." Renovarse, adecuarse o morir era lo que les ofrecía a los accionistas; mas no mantener el statu quo esperando un rescate de parte de los causantes.

 

El gobierno de Calderón presionado por los ciegos accionistas de este monumental enredo, responde a la realidad de la misma forma que el viejo industrial tratando de aferrarse a un sueño imposible. Ante la creativa destrucción de los mercados, responde con odas románticas y promesas de blindajes que solo funcionan en la mente de los ilusos renuentes a enfrentar la realidad. A ellos mi mensaje: Amén, amén, amén. La agricultura mexicana ha muerto y nadie se atreve a sepultarla. La agricultura como la hemos conocido ha muerto, pero puede y debe renacer. Debe renacer una renovada y liberada agricultura cuyo incentivo no sea producir para el gobierno sino para el mercado.

 

Amén, la vieja agricultura mexicana ha muerto por el agrarismo, la ineficiencia del ejido, por la falta de respeto a los derechos de propiedad, por las telarañas burocráticas en amasiato con líderes corruptos. Ha muerto cuando el Estado no pudo seguir entregando el sagrado semanario a sus hijastros a través de los empantanados esquemas de subsidios, permisos, precios de garantía, bancos de promoción, anulación de la competencia y demás garabatos que ahora deben de enfrentar la realidad.

 

Pero al igual que el tenebroso grito del Presidente de la vergüenza; López Portillo en su toma de protesta: "Y por siempre vivirá México." La agricultura mexicana como Lázaro a solicitud, con el esfuerzo, el trabajo y el destete de los verdaderos hombres del campo—no los emanados del rentismo—puede renacer. Pero debe renacer en un entorno diferente. Debemos de construir la cultura de los derechos individuales que incluya el derecho para consumar transacciones voluntarias, y de esa forma rescatarla de las redes de la demagogia política y del amasiato de los titanes del campo con el Estado.

 

El objetivo de la política gubernamental hacia la agricultura debe ser el desarrollar un marco que proporcione el espacio máximo para las decisiones individuales. Es decir; sacudirnos al Estado y sus infantiles blindajes para que el agricultor busque su nicho. Si nuestros políticos revolucionarios, los resentidos, los místicos y sobre todo el agricultor lo entienden, el verdadero hombre del campo emergerá; hombres como aquellos que conquistaron los desiertos de Sonora, las planicies de la Laguna, los valles de Sinaloa. Hombres que en lugar de perder su tiempo mendigando ayuda, se curtieron el rostro trabajando sin esperar nada del gobierno, mas que no les tapara el sol. Entonces habrá renacido la podada agricultura que requerimos, la que deba competir no mendigar y mucho menos chantajear.

 

Ricardo Valenzuela

Twitter@elchero

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Déficit fiscal y vicios políticos

Con la crisis económica que enfrenta Grecia, una vez más se han puesto en evidencia las consecuencias de un sistema fiscal en quiebra con fuertes vicios políticos.

El Gobierno griego, en caso de no obtener el rescate de la Unión Europea, tendrá que declararse incapaz de pagar sus obligaciones, lo que devastaría su sistema financiero, y pondría en riesgo a importantes bancos franceses y alemanes. Además, podría generar un efecto dominó en las economías más débiles de la Unión Europea, como es el caso de Irlanda, Portugal y España.

Algunos economistas señalan que incluso la Unión Europea está en riesgo de descomponerse.

Todo esto por la quiebra del Gobierno griego y los vicios de su sistema político. Así que hay dos componentes que deberíamos considerar: primero, cómo el Gobierno griego llegó a la quiebra. Y segundo, dada la situación actual, cómo puede solucionar la situación actual y ver qué lecciones obtenemos de ello.

El primer punto tiene que ver con un creciente déficit fiscal, es decir, que cada vez se reducen los ingresos del Gobierno, y cada vez se pagan más pensiones, más servicios públicos, más todo.

Actualmente la deuda como porcentaje de los ingresos en Grecia es de 367 por ciento, Italia le sigue con 236 por ciento y Portugal con 220.

Esta situación inquieta a los mercados, y perciben un mayor riesgo de que el Gobierno griego no les pague. Y como usted sabe, a mayor riesgo, mayor tasa de interés, lo que encarece y complica más que el Gobierno pueda reestructurar su deuda.

Así, las agencias calificadoras redujeron la calificación crediticia de Grecia, y comenzó una espiral que únicamente pueden romper con una fuerte inyección de liquidez.

Para recibir los préstamos que requiere, la Comunidad Europea y el Fondo Monetario Internacional le piden a Grecia realizar fuertes medidas de austeridad (vender empresas públicas, reducir el gasto público, quitar beneficios sociales, etc.).

Sin embargo, la situación política y social de Grecia ha dificultado el proceso y aún no aceptan las condiciones de las políticas restrictivas. Por otro lado, no le quedan muchas opciones, puesto que no puede devaluar su moneda porque es el euro, y en caso de que abandonaran el euro, la deuda que tienen se les multiplicaría a causa de la depreciación.

Grecia manipuló datos de su déficit y ocultó información de sus finanzas por razones políticas. ¿Le suena familiar? Una vez más: los vicios políticos y el manejo irresponsable de las finanzas públicas son un veneno para cualquier economía.

Ésta es una lección que a los mexicanos nos ha costado y nos sigue costando muchísimo aprender, y lastimosamente parece que lo hemos olvidado.

El caso de Nuevo León es un ejemplo: la razón deuda en relación a las participaciones en ingresos federales es de 166 por ciento (en 2003 era apenas de 81 por ciento), nivel superior a lo equivalente (deuda/ ingresos del Gobierno) a países como España, Irlanda, Finlandia y Polonia.

Sin embargo, esto no es todo el problema, sino la tendencia a seguir endeudándose. Se dificulta saber si el destino de esa deuda servirá como debe ser usada toda deuda para aumentar los ingresos del Estado y sus habitantes o se perderá en gasto corriente u oficinas inoperantes o flagrantemente en gastos preelectorales.

Si los gobiernos pudieran demostrar que la deuda se ha utilizado para desarrollar infraestructura que en un futuro generará ahorros o ingresos, entonces el nivel de deuda no sería tan preocupante.

En los últimos años se han estado estableciendo las condiciones para comprometer seriamente las finanzas públicas del Estado. La irresponsabilidad en la administración pública por salvar su gasto corriente, incluyendo la presión de pensiones, comprometiendo ingresos futuros de los últimos años, es inadmisible.

Aun cuando se piense que hay otro deudor solidario y que el Gobierno federal pudiera salvarnos. Es imperativo meter freno al gasto inútil y volver a pensar en la estrategia de ahorro y regreso a las finanzas sanas cuanto antes.

Y es que así como en Grecia, hoy, las finanzas públicas no deben ser vistas como algo ajeno o distante a la sociedad, pues ellas impactan directamente en nuestro bienestar.

Europa no sabe qué hará con Grecia, y Grecia no puede imponer medidas de austeridad sin violentar el orden social. Ha perdido margen de maniobra y difícilmente podrá enfrentar nuevos retos de desarrollo.

Cambiar por vicios políticos hoy el sacrificio de la gente mañana para salvar al Gobierno es un dilema que no debemos ni por asomo enfrentar en nuestro país.

Vidal Garza Cantú 
vidalgarza@yahoo.com
 
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No hay que confiar en los políticos que prometen más gasto público, más subsidios, más lonches gratis. No hay nada gratis y las deudas tarde que temprano hay que pagarlas, y con intereses. Ya deberíamos haberlo aprendido después de todo lo que pasamos en los 70's, 80's y 90's, pero no. El gasto público aumentó en la última década. Mucho de ello drenado por los gobiernos estatales y por los pasivos laborales con los burócratas.
 
Cuando se acabe el petróleo lo único que pasará es que se tendrán que aumentar impuestos y recortes al gasto. Al tiempo.


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