lunes, abril 25, 2022

 

Monopolio del patriotismo

Los representantes nacionales que discrepan del Presidente son delincuentes. Así lo dejó dicho el Presidente con mucha claridad. No hablaba de "traición a la patria" a la ligera. Se refería a un tipo penal concreto y, para que la cosa se entendiera, dio lectura al Artículo 123 del Código Penal Federal. El delito de los discrepantes podría llevarlos a pasar 40 años en la cárcel.

 

A su juicio no había duda de que el tipo penal se había cubierto con el crimen de votar contra su proyecto. Su rechazo a una iniciativa de reforma constitucional era, nada menos, que un acto contra la independencia, la soberanía y la integridad de la nación. A las cosas por su nombre. Nada de hipocresías: ser oposición es un delito.

 

Oponerse a la reforma eléctrica es para el Presidente, en efecto, un crimen. Nada de medias tintas: México es nuestro y quienes disienten son el AntiMéxico. No es que las oposiciones tengan una idea distinta de lo que le conviene al País y que sean vehículo de una opción ciudadana, no es que busquen otro rumbo para México, no es que tengan nociones distintas de la competencia económica, de la política ambiental o de nuestros compromisos internacionales. Son traidores.

 

Lo que quieren en realidad es vender al País, quisieran verlo destrozado porque se avergüenzan de él, sueñan con su destrucción porque no son auténticos mexicanos. Los diputados cometieron un delito al votar en contra de la propuesta presidencial y deben ser exhibidos como traidores en todas las plazas públicas para que el Pueblo haga lo que le corresponde.

 

Traidores a la patria. ¿Qué idea de México tienen aquellos que inflan el pecho pensando que la lealtad nacional sólo puede ser coincidencia con su proyecto? ¿Qué idea de la pluralidad mexicana tienen quienes son incapaces de concebir la dignidad de las alternativas? ¿Qué país imaginan y, sobre todo, qué sociedad cultivan quienes se convencen de que el disidente es un vendido? ¿Cómo pueden llegar a imaginar que la nación encarna en un sujeto?

 

La cacería de los traidores que se emprende desde el Palacio Nacional sueña con un país de milicias patrióticas y de paredones. Una devoción por el líder que se expresa en el escarmiento a los desleales. Sería ridículo si no fuera la voz del oficialismo: quienes votaron contra la iniciativa del Presidente merecen el destino de los imperialistas que murieron fusilados en el Cerro de las campanas.

 

Con la lectura amenazante del Código Penal, el trayecto del discurso autoritario ha llegado a su culminación. El otro ya no es un frívolo, un fifí; no es un conservador que se opone a la "transformación"; no es un tramposo intoxicado de neoliberalismo. El otro es el traidor que merece la horca simbólica.

 

El maniqueísmo en el poder concluye en criminalización. Poco a poco hemos ido caminando hacia allá. Comete un delito, atenta contra la nación quien discrepa de quien la encarna. La patria, decía José Emilio Pacheco en uno de sus poemas más conocidos, emite un fulgor abstracto e inasible. Todo lo contrario de lo que es para ese patriotismo reverencial e inquisitorio que defiende Morena. En los párrafos de una torpe iniciativa de reforma constitucional está la esencia de la patria. No suscribirlos con fervor religioso es la peor deslealtad.

 

Se pretende decretar el monopolio del patriotismo. Un patriotismo de Marca Registrada. El patriotismo obligatorio del régimen es, en realidad, sectarismo, esa enfermedad que convierte a la política en una forma de religión paranoica. Los sectarios se convencen de que su credo es el único camino de la virtud y la salvación. Creen con vehemencia que los otros son encarnación del mal. Se sienten, al mismo tiempo, amenazados por peligros y traiciones.

 

Se trata de una forma de entender el mundo que no acepta ninguna negociación, que no imagina ningún valor fuera de la secta. Mejor perder y exhibir a los miserables, que ganar a través de la negociación. Cuando el líder de la secta señala a los traidores, pone a prueba la lealtad de todos los suyos. Quienes se apresuran a prender las antorchas, quienes cuelgan fotografías de los herejes en la plaza pública, quienes gritan la consigna persecutoria llamando al castigo ejemplar pasan la prueba de la secta. Quienes callan saben que serán los siguientes en la lista.

 

Jesús Silva-Herzog Márquez

 


miércoles, abril 13, 2022

 

Mentiras eléctricas

Mentiras eléctricas

"Por cada buena razón para mentir, hay una mejor razón para decir la verdad". Bo Bennett

Nos dice el gobierno: La reforma eléctrica hará que no suban los precios de la luz. La verdad: Privilegiar las compras de electricidad más cara y sucia de la CFE no impedirá que suban los precios, pero sí elevará los costos de adquisición. Si el gobierno eleva los costos, la única manera de evitar las alzas de precios será aumentar los subsidios, que es un pésimo uso de recursos públicos.

 

Reiteran: La reforma constitucional hará que bajen las tarifas de luz. La realidad: El suministro básico de electricidad fue indexado por AMLO a los precios al consumidor por lo que la reforma no ayudará a bajar tarifas.

 

Afirman: La reforma eléctrica fortalece a la vapuleada Comisión Federal de Electricidad. Lo cierto: La empresa gubernamental empezó a registrar pérdidas en este sexenio, lo cual sugiere una mala administración. La reforma no incluye medidas para fortalecer la productividad de la CFE, solo para impedir que empresas más eficientes le hagan competencia.

 

Argumentan: La reforma fortalece la soberanía nacional. La verdad: Al reducir la inversión en electricidad, la reforma disminuye la capacidad de generación, empobrece a los mexicanos y debilita la economía. La reforma es así un golpe a la soberanía nacional.

 

Dicen: La reforma eléctrica fortalece la rectoría económica del Estado. La realidad: El Estado tiene ya instituciones como la CRE y el Cenace que le permiten mantener una eficaz rectoría del sistema eléctrico. La reforma simplemente apuntala el ineficiente monopolio de la CFE.

 

Aseveran: La reforma es necesaria para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico y evitar apagones. Falso: El mayor uso de energías limpias no afecta la estabilidad del sistema. En cambio, la restricción de inversiones por la reforma sí augura más apagones.

 

Dicen: La CFE es el mayor productor de energía limpia del país, por eso la reforma eléctrica favorece las energías limpias. Mentira: La producción hidroeléctrica es, efectivamente, cuantiosa y limpia, pero ya la posibilidad de construir nuevas presas es muy limitada. La mayor parte de la energía eólica y solar que se ha construido en México en los últimos años es de inversionistas privados. La reforma castiga estas inversiones limpias ya realizadas e impide la construcción de nuevas plantas de energía limpia.

 

Afirman: La reforma no prohíbe la inversión privada en electricidad. Se garantiza a la CFE un porcentaje de 54 por ciento en la compra de electricidad, pero se deja 46 por ciento a los privados para competir. Falso. El 54 por ciento representa la capacidad instalada de la CFE, incluyendo sus plantas de carbón y combustóleo. Al dejar a la iniciativa privada solo 46 por ciento, se obliga al cierre de plantas privadas ya construidas y competitivas, y se impide cualquier nueva inversión privada en electricidad.

 

Dicen: La CFE subsidia a las generadoras privadas porque estas no pagan el costo completo de transmisión. Mentira. Las empresas privadas pagan el costo de transmisión que fijan los reguladores del Estado. La CFE no registra pérdidas en este rubro. Las pérdidas se deben a su ineficiencia operativa y a los subsidios a usuarios (por ejemplo, a quienes no pagan la luz en Tabasco). La reforma no reducirá las pérdidas, las aumentará.

 

Argumentan: No habrá que pagar indemnizaciones ya que no se está expropiando ninguna instalación. Falso. Tanto el T-MEC como el acuerdo comercial con Europa establecen que las expropiaciones indirectas obligan al pago de indemnizaciones.

 

Nos dicen que la reforma beneficia a México, la verdad es que perjudica severamente al país.

 

Sergio Sarmiento

 


viernes, abril 08, 2022

 

¡Es al revés!

Debe haber sido muy convincente el "argumento de barandilla" que empleó el Secretario de Gobernación, el amigo del Presidente, Adán Augusto López, cuando visitó la SCJN previo a la votación sobre la Ley de la Industria Eléctrica como para haber logrado doblegar a 4 de los 11 ministros, y apoyar al Presidente en su intento por legislar él y darle preferencia a las energías caras y sucias por encima de las baratas y limpias.

 

El hecho de que SIETE de los 11 ministros declararon INCONSTITUCIONAL la Ley AMLO de Electricidad dice todo lo que debemos saber: ¡es inconstitucional!

 

Esto por MAYORÍA en la Suprema Corte.

 

Que las reglas que rigen su funcionamiento como órgano colegiado establece que con cuatro votos a favor bastaba, pese a estar en la MINORÍA -lo cual vuela en contra de todos los principios que rigen las democracias-, pues es harina de otro costal.

 

En lo que a legalidad se refiere, nuestra máxima Corte por mayoría considera que la ley AMLO viola nuestra Constitución.

 

Esto lo sabe el ministro Zaldívar, pero por razones que él sólo conoce, decidió cargarse hacia el lado del Presidente, siendo uno de los cuatro que hizo posible la supervivencia de este decreto totalitario.

 

Ahora que la propia argumentación de Zaldívar demuestra que el ministro se voló las trancas, por equis o y griega razones, las cuales quedan entre él y el Secretario de Gobernación que lo visitó previo a la votación.

 

En su argumentación oficial afirmó el Ministro Presidente Zaldívar que nuestra Constitución no especifica nada sobre el orden de despacho y los otros temas de la LIE.

 

Y que, por lo mismo, el Presidente López no viola la Constitución con la ley (pasándose al Congreso por el arco del triunfo de la Revolución).

 

Esto, siendo que el argumento zaldivariano debe interpretarse exactamente al revés.

 

El que la Constitución no entre en detalle IMPIDE que el Presidente se meta a suplir a la Constitución, pues al no hacerlo nuestra Carta Magna expresamente le PROHÍBE legislar o decretar bajo el principio de la legalidad.

 

Ese precepto universal es el que afirma que un servidor público NO PUEDE hacer nada que las leyes no le FACULTEN expresamente.

 

Y si la Constitución no le faculta expresamente al Presidente legislar sobre el orden de despacho (porque no dice nada sobre el tema) entonces NO PUEDE EL PRESIDENTE hacerlo.

 

Por lo menos no legalmente.

 

Tengan por seguro, amigos, que basta el criterio de los SIETE MINISTROS que votaron en contra (a quienes aquí reconocemos como veros juristas) para fundamentar una LLUVIA TORRENCIAL de AMPAROS contra esta ley.

 

Al sucesor del actual Presidente, o a él mismo si tiene éxito en su afán por reelegirse, le tocará aún estar hasta las pestañas peleando los amparos que surgirán y las demandas solicitando indeminización por el daño causado a las empresas privadas generadoras de energía eléctrica barata y limpia.

 

Ahora que no conviene olvidar que nuestros vecinos al norte del Bravo consideran que esta ley y la contrarreforma VIOLAN preceptos del T-MEC.

 

Ya la representante comercial, Katherine Tai, dijo que si se aprobaba esta legislación demandarán al Gobierno mexicano, exigiendo indemnizaciones sobre cuando menos DIEZ mil millones de dólares de inversiones estadounidenses.

 

Sería bueno saber si el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ya tiene separada tal cantidad.

 

Estas próximas disputas se suman a otros frentes que tiene abiertos el Presidente: hasta pareciera que piensa que su chamba es PELEAR y que el pueblo lo eligió para REÑIR.

 

Perjudica muchísimo su imagen no sólo lo rijoso, sino la obsesión que agarra hacia ciertas personas.

 

Tal es el caso de Carlos Loret, a quien sigue fastidiando que compró esto y que compró lo otro, y que posee equis, pero también y griega.

 

Lo que hace un ciudadano con sus ingresos no debería ser un tema de Estado, ni ocupación para un Presidente que gobierna un país con graves problemas que requieren pronta solución.

 

Y para llegar a ella, exige del mandatario TODO su tiempo, en vez de que esté destilando veneno contra el comunicador un día sí y el otro también.

 

Esto justo cuando lo acusan en EU de emplear a la FGR (Gertz Manero) para cobrarse cuentas políticas.

 

Su enojo obsesivo con Loret le da cierta credibilidad a la acusación de que emplea el poder de la investidura para acallar a críticos y silenciar a la oposición, y esto no ayuda nada a su imagen, dentro y fuera de México.

 

Trae el Presidente muchos fierros en la lumbre, sólo que son los fierros que no le tocan: éstos deberían ser acallar la violencia, estimular la economía, crear más empleos y MEJORAR las relaciones con nuestros VECINOS Y SOCIOS COMERCIALES.

 

Nunca pelear con ellos y menos a causa de no escuchar las objeciones fundadas contra temas que lucen más como caprichos personales, entre ellas, la ley que acaban de validarle cuatro ministros de la Corte.

 

Haberlos DOBLEGADO NO SUMA UN TRIUNFO, más bien una DERROTA para la legalidad en México, y un fuerte golpe duradero contra su imagen mundial.

 

Fricasé en El Norte

 

 

 

Ing. Dany Osiel Portales Castro

Simple y Directo, SA de CV

81-1100-2353

www.simpleydirecto.mx

 


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