lunes, junio 06, 2016

 

Populismo en crisis

Tiempos hubo en que intelectuales de prestigio mundial elogiaron las políticas económicas y sociales de Hugo Chávez en Venezuela (por ejemplo, J. Stiglitz, 2007). Luego, algunos le concedieron el beneficio de la duda a su sucesor, Nicolás Maduro. Hoy día, es difícil encontrar un defensor (no oficial) de lo que se ha hecho en ese país a lo largo ya de 20 años.

 

Las noticias recientes no son otra cosa que una repetición de males agravados: producción desplomada; inflación explosiva; controles acentuados; desabasto lógico; colas consecuentes; devaluación inevitable...

 

El Gobierno venezolano atribuye el desastre a dos entes que atentan contra "el socialismo del siglo XXI": el yanqui imperialista y el burgués desnacionalizado. Como economista, no tengo competencia alguna para opinar respecto a la influencia de tales actores perversos. Los comentarios que siguen se refieren a unas cuantas variables económicas más bien prosaicas, pero relevantes.

 

Por ejemplo, las exportaciones venezolanas de petróleo representan más del 95 por ciento de las exportaciones totales de esa economía. En consecuencia, el extraordinario ascenso del precio del crudo, en general, entre 2000 y 2008, significó un flujo masivo de recursos fiscales. Ello permitió al Gobierno un aumento abrupto del gasto público, una parte del cual se destinó a programas sociales de todo tipo. La pobreza disminuyó. El régimen tuvo apoyo popular y buenos años económicos. (No siempre: en 2002 y 2003, el PIB real cayó estrepitosamente, un total de 17 por ciento, aunque es cierto que creció en forma espectacular los cinco años siguientes).

 

La Gran Recesión mundial llevó a su fin el auge petrolero. El precio se desplomó en forma dramática a finales de 2008. Sin embargo, volvió a subir y se estabilizó en un nivel alto, sólo para precipitarse a partir de la última parte de 2014. Esto provocó una grave crisis fiscal en Venezuela. En lugar de ajustar el gasto, el Gobierno decidió financiar el déficit resultante con emisión de dinero del banco central. Durante todo lo que va del siglo XXI, la oferta monetaria en Venezuela ha crecido a tasas enormes y erráticas. En consecuencia, la inflación ha sido en general elevada e inestable. Según ciertas estimaciones, este año muy probablemente merezca la dudosa distinción de ser la más grande (480 por ciento) del mundo.

 

Las autoridades han reaccionado al respecto con un conjunto de medidas probadamente ineficaces y muy dañinas: controles de precios y de cambios, denuncias, subsidios arbitrarios, expropiaciones, penas físicas, etc. La combinación del choque petrolero externo con el desorden interno ha generado una contracción de la producción. También en este aspecto el pronóstico es que la caída previsible, -8 por ciento, no tendrá competencia a nivel mundial.

 

En 2009, Sebastián Edwards publicó un estupendo libro con un título certero: Left Behind, Latin American and the False Promise of Populism. En la parte final del mismo, caracterizó el porvenir económico de los países que se aferraran al populismo: debilidad institucional, violación del derecho de propiedad, muy bajo crecimiento, rápida inflación, mercados negros, deterioro de las condiciones sociales e incremento de la inseguridad y de la corrupción. Frente a todo ello, los líderes culparán a "los sospechosos de siempre": el capitalismo, las empresas multinacionales, el Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos. Eventualmente, concluyó Edwards, la terrible situación moverá a la población, fatigada de la retórica populista, a elegir un nuevo Gobierno. Aun si los precios de exportación se recuperaran, el rebote económico sería penoso, porque la intervención gubernamental y la inflación habrían causado un enorme daño a la confianza y a la estructura productiva. Así ha sido en el pasado, remató el autor, y no será distinto en el futuro.

 

La evolución reciente de Venezuela se ajusta a lo anticipado por Edwards, quien expuso el caso como su ejemplo potencial por excelencia.

 

Everardo Elizondo

El autor es profesor de Economía en la EGADE, Business School, ITESM.

 

Leer más: http://www.negocioselnorte.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?Id=90090#ixzz4AqC6Sb2G  

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viernes, junio 03, 2016

 

AMLO = CNTE

La vejación, humillación y denigración de la que fueron objeto seis maestros en Chiapas a manos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), por no querer sumarse al paro de labores de este sindicato insurgente, da una idea de lo que puede ser México en el futuro si AMLO llega a ser Presidente.

 

Hagan de cuenta un GULAG bajo Stalin, o un ghetto judío bajo los NAZIS.

 

Sabido y notorio es que AMLO y su partido, Morena, apoyan a la CNTE: por lo tanto AMLO apoya actos barbáricos como los cometidos por los huelguistas contra miembros de su propio gremio que todo lo que quieren es seguir trabajando.

 

La vejación de la que fueron objeto cuatro hombres y dos mujeres, siendo trasquilados, descalzados y obligados a caminar con letreros señalándolos como traidores, es EXACTAMENTE igual a la que los NAZIS emplearon en POLONIA y dentro de Alemania contra los judíos.

 

La trasquilada y portar letreros en un acto de denigración o deshumanización PÚBLICA es clásico NAZISMO: sinónimo éste de intolerancia, de NULO respeto a la dignidad humana, es el rechazo absoluto a la máxima que dice "trata a los demás como te gustaría ser tratado".

 

Sus propios antecedentes de incendiario y de revoltoso han traicionado a AMLO y hoy en busca de la Presidencia por TERCERA ocasión ha caído en SOLAPAR actos de lesa humanidad, los cuales lejos de condenar, fomenta con sus actitudes retadoras y antisociales. Además de apoyarlos moralmente y, no duden ustedes, con recursos.

 

No contentos con comportarse como genuinos barbajanes, los terroristas de la CNTE amenazan ahora con BLOQUEAR el Aeropuerto de la CDMX este viernes 3 de junio, así que:

ALERTA, amigos, NO VIAJEN A LA CIUDAD DE MÉXICO EL VIERNES.

 

Ello porque la CNTE -como AMLO- no respeta autoridad alguna, e igual que él cuando tomó la Avenida Reforma, no le importa VICTIMAR a los ciudadanos inocentes de la CAPITAL causando el caos vial y paralizando el País, todo por el berrinche que traen básicamente rechazando la reforma educativa, es decir, rehusando avanzar hacia la modernidad, la evaluación, la capacitación y el ascenso escalafonario basado en el MÉRITO, no en prebendas heredadas.

 

Pésimo ejemplo le dan a la juventud de México estos malos maestros recurriendo a los métodos trogloditas que emplearon, aunque después del repudio social inventen que fue un "acto de infiltrados" cuando fotos y videos claramente demuestran que son los mismos paristas quienes denigran a sus colegas.

 

¿Y por qué?

 

Porque piensan diferente que ellos, porque no quieren paro, quieren trabajar enseñando a los niños bajo su cargo que asisten a la escuela con mucha penuria para ser INSTRUIDOS, educados, y no para ver a quienes les van a enseñar comportándose como verdaderos salvajes, demostrando cero clase, cero cultura, cero civilidad, cero respeto al "derecho ajeno", el que tanto veneraba y promovía Benito Juárez en México y en el mundo.

 

Ante estos actos vejatorios perpetrados por los maestros paristas, condenados ya por la CNDH, ¿con qué autoridad moral pueden esos maestros de la CNTE instruir a la niñez bajo su cargo? No hay forma, la única es lavándose el cerebro llenándose de rencores y odios para intentar justificar su comportamiento injustificable.

 

De nuevo, es exactamente lo que hicieron los NAZIS con su Ministerio de Propaganda bajo el malévolo Goebbels.

 

Dentro de las democracias hay formas, hay maneras de protestar, de inconformarse, manifestarse y expresar desacuerdo.

 

Por ello es que preocupa, y no poco, que azuzados por AMLO y su gente, la CNTE recurra a métodos por demás reprobables, pues muestran NULO respeto por los derechos de los demás.

 

Por ello en muchos infunde PAVOR la posibilidad de que AMLO y sus radicales seguidores lleguen al poder: ¡PORQUE NO SABEN RESPETAR a los demás, a quienes disienten de ellos o no se comportan como ellos!

 

Esta intolerancia y misantropía es idéntica a la que exhibe el odiado demagogo Donaldo Trump, el equivalente de derecha a AMLO.

 

Ante esto, agobiados en exceso estamos todos y no por la ocupación, ¡sino por la preocupación!

 

FRICASÉ / El Abogado del Pueblo

fricase@elnorte.com

 

Leer más: http://www.elnorte.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=89762#ixzz4AYS7GoQs  

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