domingo, febrero 18, 2007

 

Palabra de Fox

"Nuestras mentiras nunca son más estridentes que cuando intentamos engañarnos a nosotros mismos", escribió alguna vez Eric Hoffer. Cuando estamos convencidos de una verdad no necesitamos el peso del número para imponerla. Sabemos que, a su debido tiempo, los hechos saldrán a la luz persuadiendo hasta a los más incrédulos. En cambio, cuando no estamos del todo seguros, proclamamos nuestras medias verdades a voz en cuello, a ver si el eco de nuestros propios gritos acaba por convencernos.

Desde el 3 de julio ésa ha sido la estrategia del PRD: proclamar su tesis del fraude a diestra y siniestra a ver si a fuerza de repetirla la mentira se convierte en verdad. Hasta ahora, y pese a los notables esfuerzos de Leonel Cota, Carlos Navarrete y Gerardo Fernández Noroña, el tiro les ha salido por la culata. Incluso quienes no somos antiamlistas rábidos, y apoyamos en su momento el recuento del voto, no podemos pasar por alto que la estrategia poselectoral del partido del sol azteca ha ido de lo infamante (bloquear Reforma), a lo hilarante (crear una Presidencia caricaturesca), a lo patético (citar las babosadas de Fox como prueba del fraude).

Desde aquella improcedente acusación de embarazo de urna, los perredistas han buscado pruebas del fraude hasta por debajo de las piedras. La más reciente -y según ellos, fehaciente- evidencia del carácter espurio de la Presidencia de Felipe Calderón es una declaración de Fox en su rol de regador de baba internacional (porque conferencista, no es). Que Fox haya dicho que se "desquitó de AMLO cuando ganó su candidato" es, según los perredistas, un "reconocimiento de su intrusión en los comicios presidenciales". De ahí que el PRD ya aliste una demanda contra Fox, en la cual la citada declaración será ventilada como prueba (EL NORTE, 14 de febrero).

Amén de que la susodicha intromisión de Fox fue reconocida en el Trife sin ameritar la nulidad de la elección que el PRD exigía, que los perredistas nos vengan con que un dicho de Chente a micrófono abierto puede sostenerse en una Corte de ley, es el chiste del año. Bastaría que la defensa del ex Presidente argumentara que Fox alguna vez juró que Borges era Borgues, que Vargas Llosa era Nobel de Literatura y que nunca le dijo a Fidel Castro "comes y te vas" para establecer que lo único que la "Palabra de Fox" prueba, incuestionablemente, es que en el universo mental del ex Presidente hay como 800 años luz entre neurona y neurona.

De plano el PRD nos tiene por amnésicos (o algo peor) si cree que tras mantener durante seis años que Fox era un mitómano y mentiroso, de pronto nos vamos a tragar que es un testigo digno de credibilidad. Salvo que se hayan caído del caballo camino a Damasco, no veo cómo Cota y compañía pueden afirmar que las declaraciones del mismo hombre a quien reiteradamente llamaron "Pinocho", "chachalaca" o "embustero" y "mitómano" ahora sí son pruebas irrefutables y ¡dogmas de fe!...

No menos indignante resulta que mientras en la prensa no han faltado los censores que exijan cerrarle el pico a Fox, poco se ha dicho de la necesidad de recordarle al PRD que -de acuerdo con sus propios argumentos- su hoy testigo de calidad "vive en Foxilandia" y "tiene el cerebro atiborrado de Prozac", por lo que suelta cualquier cantidad de sandeces frente a un micrófono. De ahí que si AMLO, Cota et al fueran poquito congruentes consigo mismos no andarían esgrimiendo la "Palabra de Fox" como prueba de nada.

Y más allá de la hipocresía de citar a un hombre al que desacreditaron sin piedad a lo largo de seis años, queda la sensación de que los cabecillas del sol azteca siguen dependiendo de las pifias de don Chente para hacerse notar. Es como si a falta de un panista bocón que les engorde el caldo (¡Espino pide mano!), los perredistas se hubieran quedado sin brújula y sin idea para proponer y negociar las alternativas de izquierda que el País espera y necesita de ellos. Al final ríe mejor quien al último ríe; y el ex Presidente debe estar desternillándose de risa al ver que el PRD ha dado cumplimiento a la más improbable de todas sus promesas: aquella donde Fox vaticinaba que no iban a faltar tarugos que lo echaran de menos.

Claudia Ruiz Arriola, El Norte, 18 de febrero 2007
sherpa01@gmail.com

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martes, febrero 13, 2007

 

Prosperidad como obsesión

La disyuntiva está frente nosotros. Si México encara los retos que el desarrollo le impone, nuestra nación podría entrar en una nueva etapa de prosperidad, la pobreza disminuiría, los segmentos de ingresos medios crecerían con rapidez, la injusticia encontraría paliativos.

La prosperidad debe ser un anhelo generalizado, casi una obsesión: hablar de ella todos los días, señalar obstáculos, desnudar a sus opositores, es la consigna. Exigir a los partidos políticos, a nuestros representantes que no eludan las discusiones de fondo, a los medios que ayuden al debate de cómo se genera la riqueza. Convencer de que no se necesitan tiempos demasiado largos, confrontar falsos nacionalismos e ideologías caducas, esa discusión nacional no debe desviarse.

Todos los desafíos que enfrentamos son terrenales, tienen solución, hay múltiples ejemplos de casos exitosos. Comencemos por las pensiones. El asunto parte de una buena noticia: la esperanza de vida en México se ha incrementado. Las viejas fórmulas de contratación, sobre todo del Gobierno federal, son insostenibles. Las actuales prebendas de algunos sindicatos tendrán forzosamente que ser modificadas para el futuro. Pero el beneficio será para decenas de millones.

La bolsa de ahorro generada por los nuevos pensionados podría más que duplicar la actual. Con ello se incrementaría el ahorro interno. Tendríamos así más recursos para financiar las inversiones que el país de 130 millones de habitantes que seremos necesita. Sin ahorro interno alto no habrá prosperidad. ¿Están el PRI y el PRD preparándose para una redefinición frente a los grupos corporativos en los que se apoyan? ¿De qué lado van a estar?, ¿defenderán el interés general o los particulares?

La Ley Federal del Trabajo necesita ser flexibilizada. Las formas de contratación y de despido son verdaderos grilletes no sólo para las empresas, también para los trabajadores. La flexibilidad laboral es un buen negocio para las dos partes. No habrá una alta generación de empleo con una ley que asusta a los inversionistas. Lo verdaderamente progresista está en eliminar los obstáculos para la creación de empleos. Tendrá que surgir, como en otros países, un nuevo sindicalismo. En un mundo global el número de empleos en la vida laboral de un trabajador se ha multiplicado casi por 10. Las empresas cambian de giro y con ellas los empleos. El objetivo básico hoy es que existan esos empleos no la permanencia en una planta. De nuevo, ¿de qué lado estarán el PRI y el PRD? Con rigidez laboral no habrá prosperidad.

El agro mexicano está brutalmente descapitalizado. Las inversiones no fluyen. México tiene un enorme potencial agrícola y forestal, eso si reconocemos nuestras limitaciones, si aprovechamos ventajas que hoy desperdiciamos. Somos el cuarto o quinto país en lo que a biodiversidad se refiere. Alrededor del 23 por ciento del territorio podrá estar produciendo madera y sus derivados y en muchas zonas costeñas maderas tropicales de altísimo valor. La envidia de muchos. No digamos ya la exportación de frutas y verdura para el mercado del norte o el asiático. Pero el actual sistema de posesión comunitaria o ejidal que abarca más de la mitad del territorio y la sumisión de la propiedad agrícola a tribunales que no son de pleno derecho, inhiben las inversiones y las asociaciones. La reforma al Artículo 27 constitucional se quedó a la mitad y es disfuncional. La gran mayoría de los mexicanos más pobres, los que migran desgarrando su vida familiar, están esclavizados por ese sistema agrario que espanta a las inversiones e impide las asociaciones. ¿Qué van a defender el PRI y el PRD, el viejo agrarismo o la reconversión del campo mexicano? No habrá prosperidad con agro pobre.

¿De verdad queremos disminuir la pobreza?, pues comencemos por legalizar el ahorro de los pobres. La tesis de De Soto aplicada a México nos enseña que los mexicanos pobres ahorran y mucho. Pero sus ahorros con frecuencia no entran al mercado, se esterilizan. Eso ocurre con todas las viviendas que se encuentran en terrenos ejidales o comunitarios. El ahorro de los mexicanos pobres en esa situación podría ser equivalente al 50 por ciento del PIB. Pero en este país que a diario se lamenta de la pobreza, también a diario se esteriliza el ahorro de los pobres. ¿Cuántos de los más de 20 mil millones de dólares de las remesas enviadas en el 2006 estarán hoy en ese limbo en el cual es imposible obtener una factura o una escritura para así poder solicitar un crédito? Un combate serio a la pobreza debería comenzar por reconocer todos derechos patrimoniales de los pobres, por legalizar sus bienes, sus ahorros. Sólo así podrán dar un salto a otro tipo de actividad y de nivel de ingresos. La prosperidad supone una defensa cabal de los derechos patrimoniales de todos. ¿Qué dirán el PRI y el PRD al respecto?

Los cimientos de la prosperidad están en un estado fuerte, capaz de cumplir con sus obligaciones de seguridad, de aplicación de la justicia, de educación, de salud, de regulación de los mercados, de promoción de la ciencia, de inversión en infraestructura, etc. Eso sólo se logra con una recaudación adecuada, 30 por ciento del PIB por decir una cifra, no el 14. No habrá prosperidad sin un sistema fiscal que atrape a todos los causantes potenciales y sin excepciones. Mientras uno de cada dos causantes no cumpla sus obligaciones, mientras el 40 por ciento de los ingresos fiscales provenga de la venta de un recurso natural, México no podrá enterrar la miseria. La actual Legislatura tendrá que enfrentar la quiebra técnica de Pemex. ¿Qué van a proponer el PRI y el PRD? La palabrería hueca nos ahoga. De prosperidad se trata, prosperidad como obsesión.


Federico Reyes Heroles, El Norte, 13 de febrero 2007

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jueves, febrero 08, 2007

 

¿Castigo o venganza?

"... los señores del PRD enderezan ahora una de sus acostumbradas embestidas contra los consejeros del Instituto Federal Electoral, en forma particular contra su consejero presidente. Demandan que sean removidos de su cargo y sustituidos por otros, de preferencia nombrados por los atacantes. Hay quienes dicen que los perredistas hacen eso para castigar a los miembros del IFE por no haberle dado el triunfo a López Obrador. La apreciación no es acertada. En primer lugar, a nadie se ha de dar lo que en derecho no le pertenece. Y está probado hasta la saciedad que AMLO fue derrotado por su mayor enemigo: él mismo. En segundo lugar, una cosa es aplicar un castigo y otra muy diferente es ejercer una venganza.

El castigo mira al bien del castigado. La venganza, en cambio, sólo produce satisfacción al vengador. El padre castiga a su hijo para corregirlo; la sociedad castiga al delincuente para hacerlo volver al buen camino. (Por eso la pena de muerte no es castigo, sino venganza pura). El que cobra venganza busca dar salida a su rencor. Para vengarse de los consejeros electorales, que cumplieron su función conforme a la ley y no se plegaron a las desatentadas exigencias de AMLO, los perredistas ahora los atacan y piden la integración de un nuevo consejo. Es urgente legislar para que los partidos no tengan injerencia en la designación o remoción de los consejeros electorales. Así como sería absurdo que el juez fuera nombrado por aquellos a quienes va a juzgar, así tampoco los encargados de vigilar a los partidos deben ser propuestos por las organizaciones políticas. Esos consejeros deben ser ciudadanos independientes, libres no sólo del poder estatal, sino también de la influencia partidista. ..."

Armando Fuentes Aguirre, Catón, El Norte, 7 de febrero 2007
afacaton@prodify.net.mx

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martes, febrero 06, 2007

 

La Constitución

"Una buena Constitución es infinitamente mejor que el mejor déspota."
Thomas B. MacCauley

¿Es la nuestra la primera "Constitución social" del mundo? Probablemente. Los constituyentes de 1917 hicieron un esfuerzo especial para crear una Carta Magna que, al contrario de la de 1857 o las de otros países del mundo hasta entonces, no se limitara a garantizar los derechos fundamentales de los individuos sino que construyera una sociedad más equitativa a través de la promulgación de derechos sociales. La constitución de la Unión Soviética, la segunda "Constitución social" de la historia, vino después.

La Constitución soviética ha quedado ya relegada al basurero de la historia. La mexicana, después de 90 años, sigue siendo la ley fundamental de nuestro país, pero ha creado una de las sociedades más desiguales del mundo.

No es casualidad. La Constitución mexicana, precisamente a través de sus esfuerzos por legislar derechos sociales y promover una sociedad más justa, ha creado obstáculos a la eficiencia económica que son una de las razones por las cuales tenemos una sociedad pobre y extraordinariamente desigual.

Al contrario de la Constitución de 1857, que garantizaba la propiedad privada, la de 1917 considera en su artículo 27 que "La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro del territorio nacional, corresponde originariamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada". En otras palabras, la propiedad privada de la tierra en nuestro país es una concesión de la nación -del gobierno- y no un derecho fundamental del individuo. Este precepto constitucional ha servido de base para la creación del ejido, una forma colectiva de propiedad que ha sido una de las causas fundamentales de la pobreza que agobia al campo mexicano.

El artículo 123 establece que "Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil". Pero este derecho en abstracto de poco o nada sirve cuando muchas otras leyes de nuestro país establecen obstáculos a la inversión productiva que es la única forma de crear esos empleos.

El artículo 28, en su primer párrafo, prohíbe los monopolios y las exenciones de impuestos. Pero una vez dicho esto, el mismo artículo señala que "No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión". Pero precisamente estos monopolios en áreas estratégicas han impedido un mayor desarrollo del País.

El artículo 25, promulgado en 1983 por el Gobierno de Miguel de la Madrid, establece que "Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional". El 26 añade que "El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación". En un tiempo en que la mayoría de los países del mundo han abandonado la "planificación central" del comunismo soviético, y han entendido que el mercado es el mejor sistema generador de prosperidad, nosotros la mantenemos en nuestra Carta Magna.

Tenemos una Constitución que establece derechos que se convierten en mera expresión de buena voluntad porque no crea los instrumentos para convertirlos en realidad. ¿De qué sirve una Constitución que establece el derecho al trabajo, a la vivienda o a la salud si impide que surjan las condiciones que permitan cumplir estos derechos?

Hemos vivido 90 años con esta "primera Constitución social" en la historia del mundo, la cual tenía como propósito generar una sociedad más próspera y con una mejor distribución de la riqueza. Hoy debemos reconocer que el resultado ha sido exactamente el contrario. Casi la mitad de la población mexicana vive en la pobreza y un 20 por ciento en la miseria. La desigualdad en nuestro país es tan notable como en el momento en que los legisladores de Querétaro promulgaron nuestra Carta Magna. Lo curioso del caso es que millones de mexicanos han votado con los pies y han ido a buscar una mejor vida en un país en el que, paradójicamente, no hay una Constitución social sino una que simplemente protege principios fundamentales, entre ellos, el de la propiedad privada.

La Constitución no es, por supuesto, la única explicación de la pobreza y la desigualdad en México. Pero esta ley fundamental, con su visión de la propiedad como una dádiva del Estado, con sus monopolios en áreas estratégicas y con sus limitaciones a la inversión productiva, ciertamente no ha sido un buen aliado en el propósito de construir una sociedad más próspera.

Sergio Sarmiento, El Norte, 5 de febrero 2007
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Ya ni China tiene tan cerrada su economía como México. Hasta Cuba permite inversión privada, extranjera, en exploración y extracción de petróleo. Un Estado todo poderoso, dizque protector, rector de la economía, solo inhibe la libertad individual, la restringe. Nos empobrece.

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lunes, febrero 05, 2007

 

Revela Carlos Téllez la 'mentira' de AMLO

Expone también, en su libro 2 de julio, el 'error' de Calderón. Cita que López Obrador sabía que la elección no le favorecía y, aún así, emprende un movimiento de resistencia

Gloria Leticia Díaz - Proceso

APRO

MÉXICO.- En la jornada del 2 de julio de 2006, el candidato de la Coalición por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, se convirtió en "el héroe trágico" de la elección presidencial más reñida en los últimos años, sentencia el escritor Carlos Tello Díaz.

Autor del libro "2 de julio" (editorial Planeta), de próxima aparición, Carlos Tello resalta: A pesar de que López Obrador fue el "artífice del triunfo más importante de la izquierda mexicana -más que duplicó los votos de la elección presidencial del 2000 y triplicó los de la Cámara de Diputados y el Senado (127 diputaciones y 29 senadurías)-, él es el único perdedor de la elección".

Y explica: "Esa es la tragedia personal de López Obrador, provocada en buena medida por el sistema político que tenemos, un sistema presidencialista en el que el que pierda, aunque sea por un puñado de votos, perdió todo".

También autor de "La rebelión de las Cañadas", Carlos Tello admite que, "como la abrumadora mayoría de los mexicanos, pensaba que iba a ganar López Obrador por dos o tres puntos, y me equivoqué".

Ahora, en las 220 páginas de su nuevo libro recoge testimonios de los protagonistas de la jornada electoral -dirigentes de los partidos, gente cercana a los candidatos, autoridades electorales, encuestadores, ejecutivos de medios, entre ellos Televisa y TV Azteca-, con excepción de los tres aspirantes más destacados: López Obrador, Felipe Calderón y Roberto Madrazo. "A los tres los busqué. Nunca me dijeron que no, pero tampoco me dieron respuesta", aclara.

La crónica de ese largo día empezó a elaborarla a fines de julio del 2006, y la terminó a principios de enero de este año. Arranca a las 6:20 horas del 2 de julio, "cuando López Obrador prendió la luz en su departamento de Odontología 57", y concluye a las 4:28 horas del 3 de julio, cuando los panistas advierten que las tendencias del PREP son irreversibles y que favorecen a Calderón.

Para el escritor, "los signos de triunfalismo" de la coalición "les hizo difícil aceptar la dura realidad cuando les cayó encima, al grado de que convirtieron en derrota una gran victoria de la izquierda".

Ese fenómeno se presenta, afirma, cuando López Obrador opta por "el camino equivocado, apoyado por todo el mundo, por los intelectuales y políticos que estuvieron con él", al rechazar los resultados y emprender un movimiento de resistencia que lo llevó a proclamarse "Presidente legítimo".

Según sus investigaciones, López Obrador supo que la elección no le favorecía en la madrugada del 3 de julio: "Así se lo dice a su gente íntima. Y ese fue el punto de quiebre, el parteaguas psicológico y político para López Obrador. A partir de entonces decide rechazar la posibilidad de haber perdido la elección".

En el capítulo 1 AM, bajo el subtítulo Perdí, Tello cita los resultados del último corte del conteo rápido realizado por la encuestadora personal de López Obrador, Covarrubias y Asociados: "Con un avance de más de 97 por ciento , en 869 secciones: FC 37.2, AMLO 35.9". Y consigna además la declaración que le hizo en entrevista la propia Ana Cristina Covarrubias, el 20 de diciembre de 2006: "'A la 1 de la mañana (del 3 de julio), yo directamente se lo dije al licenciado López Obrador'".

Por eso Tello Díaz considera que López Obrador cometió "un error garrafal al construir su movimiento a partir de una mentira: que la elección la ganó él y se la robaron; eso es falso. La elección la perdió él por 240 mil votos y punto... Andrés Manuel y sus colaboradores, como la gran mayoría de los mexicanos, no tenían razones suficientes para pensar que tenían asegurada la victoria, y actuaron como si la tuvieran".

Para Tello, el hecho de que López Obrador hubiera sustentado su movimiento de resistencia en una mentira se tradujo en una "enorme debilidad en los cimientos" del mismo, "y esa es una de las razones que explican la caída vertiginosa de López Obrador a partir del 1 de diciembre".

-Sin embargo, el 31 de enero López Obrador volvió a llenar el Zócalo, cuando miles se movilizaron para protestar por el alza de precios -se le cuestiona.

-Ese día -responde-, López Obrador apoyó una causa justa, compartida por muchísimos mexicanos y que espero que triunfe. Pero son dos cosas distintas. Una es el 2 de julio y la reacción de Andrés Manuel sobre lo que pasó ese día, y otra es la historia que tendrá a lo largo de este sexenio.

"Yo espero que encabece causas justas y nobles. La defensa de un precio justo de la tortilla lo es, yo la apoyo, pero la acusación de que le robaron la elección el 2 de julio no es justa, no es noble ni la apoyo." -¿Cuál es el camino que tendría que tomar la izquierda con respecto a López Obrador?

-Yo creo que tiene que haber un deslinde de la izquierda respecto de López Obrador y decidir qué camino quiere tomar. Deslinde que debe implicar una postura clara en torno a lo que pasó el 2 de julio en la elección presidencial. Pero es un trago que no han querido pasar, y creo que no se va a dar.



Angustia y zozobra

A diferencia de López Obrador, a quien Tello Díaz califica como el "héroe trágico" del 2 de julio, el escritor se refiere a Felipe Calderón sin ningún epíteto. Es, "simplemente, el candidato del PAN que junto con unos votos de gente que no votó por su partido en la contienda legislativa, ganó la elección presidencial por un margen estrecho. Yo no lo etiquetaría".

En su libro, Tello cuenta igualmente, paso a paso, como vivió la jornada Felipe Calderón, cómo "recibió con sorpresa" los cortes de las "exit poll" del medio día que le daban un empate con López Obrador; su "euforia" de la tarde-noche, cuando "pensaba que iba ganado" por dos o tres puntos; la "angustia" que atravesaron él y su equipo al cerrarse los resultados a cero antes de las 11 de la noche, de manera que "la moneda estaba en el aire".

Luego, la zozobra al recibir la "terrible noticia" de que el consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, no declaraba ganador; el "momento dramático" que Calderón pasó entre las 11 de la noche y las 2 de la mañana del 3 de julio, cuando "empieza a subir López Obrador y él empieza a bajar en el PREP", hasta las 4:28 horas, momento en que Rafael Giménez, director de ARCOP -la encuestadora de Calderón-, toma una foto en su celular de la celebración panista cuando, haciendo proyecciones a partir del PREP, "se dan cuenta de que técnicamente habían ganado".

Por los testimonios que recabó de los colaboradores cercanos a Calderón, Tello está convencido de que el panista y su equipo "pensaban que era una elección que podían ganar o perder. Así lo comentaron y así actuaron".

Y compara: Mientras el equipo de López Obrador hizo gastos suntuosos, como contratar suites en el hotel Marquis, organizar una fiesta en el Zócalo y hacer reservaciones en el hotel Majestic, los panistas se refugiaron en la sede nacional del PAN.

"Calderón tenía una idea más realista de lo que estaba pasando en México. Él sabía, o al menos así lo comentaron personas cercanas, que estaba dispuesto a perder, reconocer esa derrota y construir una oposición encabezada por él dentro de las instituciones.

"En el fondo de su corazón, sentía que podían tener razón la mayoría de los encuestadores en el sentido de que el voto oculto podría favorecer a López Obrador, y que en una de esas el tabasqueño ganaba por un amplio margen", agrega Tello.



El 'error' de Calderón

-Esta impresión, no obstante, se contrapone a la reacción que tuvo después el panista, cuando López Obrador lo emplazó a pronunciarse por el recuento de los votos -le recuerda esta reportera a Tello, quien, tras asegurar que él personalmente era partidario de ese ejercicio, manifiesta: -Creo que fue un error de parte de Calderón y de su equipo haber dado la impresión de que ellos estaban en contra del recuento y haberse manifestado en términos ambiguos sobre esa posibilidad.

"Mi opinión es que no le tuvieron tanto miedo al recuento, sino que tenían desconfianza de López Obrador y de la coalición. Creo que ellos pensaban que López Obrador de todos modos no iba a aceptar los resultados, y entonces para qué apoyar una iniciativa que era complicada de llevar a cabo. Sin embargo, creo que fue un error. Si los votos se volvían a contar o no, era algo que iba a determinar el tribunal, y yo creo que Calderón, su equipo y el PAN debieron apoyar esa idea."
La experiencia del 2006, propone el escritor, debiera servir para hacer reformas a la legislación electoral: "por ejemplo, que si el resultado de los comicios es demasiado estrecho, menor de un punto o de medio punto, haya automáticamente un recuento".

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Aunque muchos ya lo sabemos, de que AMLO realmente perdió, aún hay muchos que creen que le hicieron fraude. Están cegados antes las palabras de su "líder". No escuchan razones. Fanatismo le dicen los psicólogos. Ahí estan las palabras de la encuestadora Covarrubias, AMLO supo que había perdido. Supo desde semanas antes de la elección que ya no tenía los 10 puntos de ventaja. Pero siguió mintiendo. Eso no es raro en un político, lo que parece increíble es que haya gente preparada que le sigue creyendo. Son menos, siguen reduciendose, pero aún los hay.

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domingo, febrero 04, 2007

 

Mitos y Mercados

Siguiendo con las clases de economía básica, a veces leer libros o editoriales completas pudiera parecer aburrido, así que quizá entender cómo funciona el mercado pudiera facilitarse con un cartón, como éste de Paco Calderón.
Y no nada más de economía, hay que saber de orografía y agricultura para entender que nunca podremos ser autosuficientes en maíz, al menos no al mismo nivel de eficiencia que las grandes praderas americanas.

saludos

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sábado, febrero 03, 2007

 

La inflación del Banxico está en lo correcto

A riesgo de recibir un alud de críticas, me parece que la inflación que calcula el Banxico es la cifra correcta: 4 por ciento.

Durante las últimas semanas se ha generalizado la idea de que la medición de la inflación del Banco de México corresponde a la macroeconomía, la que no tiene que ver con la microeconomía que es la que afecta a nuestros bolsillos.

Así, se dice popularmente que es falso que la inflación haya crecido 4 por ciento durante los últimos 12 meses y que en realidad el incremento haya sido mucho mayor.

Voy a volver a ser impopular -ni modo- y quiero demostrarle que la medición de la inflación que mide Banxico es esencialmente correcta y que su incremento sí es cercano al 4 por ciento durante el último año.

El banco central no inventa los datos sino que los capta de varias decenas de miles de lecturas que se realizan cada mes.

Un virtual ejército de encuestadores, entre los que se encuentran muchas amas de casa, sale todos los días a captar el movimiento de los precios de los bienes y servicios en decenas de ciudades del País.

Puedo asegurarle con entera certeza que no existe en México -con excepción del INEGI- ninguna institución que tenga la capacidad de captación de la información de precios que se presenta en las calles de todo el País todos los días del año.

Hace años, podíamos pensar que el Índice de Precios al Consumidor, que da a conocer el Banxico, era un misterio pues no se sabía cuál era la evolución de las cotizaciones individuales que lo conforman.

Sin embargo, ya desde hace varios años, en la página de Internet del Banxico se puede obtener la referencia precisa de cada uno de los miles de productos y servicios que conforman dicho índice.

Además, se puede conocer su conformación con toda precisión pues deriva de un estudio que no realiza el Banxico sino el INEGI, y es la Encuesta de Ingreso-Gasto de los Hogares, a través de la que se descubre cómo es que se gasta en los hogares mexicanos.

El detalle de las ponderaciones que cada producto o servicio tiene en el índice de precios es público. No tiene misterio. Se sabe que las tortillas de maíz pesan 1.22 por ciento en el índice, o que la leche fresca lo hace en 1.86 por ciento, o que todos los productos vinculados con la alimentación pesan 22.7 por ciento.

No lo quiero cansar con las cifras. Todas están disponibles con pleno detalle en la página de Internet del Banxico.

Hay muchos productos que mes con mes suben y hay otros que bajan. Del gran promedio es que surge el índice.

Por razones plenamente explicables le ponemos siempre más atención a los bienes y servicios cuyo precio aumenta y no atendemos a otros que se quedan estables o bajan.

Si me permite una analogía, los índices de precios en México y en todo el mundo, son parecidos a las percepciones que existen sobre el calentamiento global.

Tal vez parezca que un aumento de algunas décimas de grado en la temperatura promedio del planeta es una cosa insignificante, pero es el aumento real. No es un invento de los investigadores y tiene tras de sí muchos fenómenos específicos que registran variaciones más grandes.

Pero nadie dice que ese cambio, que es un gran promedio de muchos otros más violentos en lo individual, es algo falso o que poco tiene que ver con la realidad.

Una tarea de las mediciones, en cualquier ámbito de la realidad, es lograr generalizaciones. Para Pedro sería irrelevante la inflación que registra Juan y que también es diferente a la que tiene Luis.

La tarea de las mediciones de la mayoría de las unidades económicas es que reflejen a ese gran promedio y sirvan como referencia a todos.

Sin embargo, cuando existe la percepción popular -equivocada- de que la inflación de 4 por ciento es un mito, o peor aún, una manipulación deliberada de la realidad con fines malévolos por parte del banco central, entonces se puede vender muy bien la posibilidad de que se necesita un aumento de emergencia de los salarios.

Pocas consignas o propuestas van a tener tan alta aceptación y respaldo popular como una demanda de subir los salarios, que evidentemente son insuficientes en México.

Pero al mismo tiempo, el argumento no se sostendría si se aceptara que la inflación es de 4 por ciento.

Así que para darle validez a la demanda, hay que desacreditar a quien emite la información, es decir, a Banco de México.

La psicosis que ve Guillermo Ortiz es real, y sobre ella es que se puede construir una movilización como la que ayer se dio en el centro de la Ciudad de México.

Hay que aumentar los salarios, sin duda, y aquí lo hemos dicho reiteradamente. Pero la razón es que necesitamos mejorar la condición de vida de la gente y el camino para hacerlo es a través de aumentos sostenidos de la productividad. No hay otro camino.

Enrique Quintana, El Norte, 1o de febrero 2007
enrique.quintana@reforma.com
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Para quien sepa lo básico de economía sabe que aumentar los salarios por decreto sólo causará más inflación y a la larga más pobreza. ¿Qué acaso esos que piden aumentos de salarios de emergencia no vivieron durante los 70's y 80's? Seguramente si se acuerdan de las inflaciones anuales de 3 dígitos. HAGAN MEMORIA POR FAVOR!!!!!

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viernes, febrero 02, 2007

 

Contradicciones populistas

"Los contrastes y las contradicciones que pueden alojarse simultáneamente en una corteza cerebral echan por tierra cualquier sistema político, optimista o pesimista".
Albert Einstein

La Marcha por la Defensa del Salario, el Empleo y la Soberanía Alimentaria que se llevó a cabo ayer en el centro de la Ciudad de México llevaba en el nombre sus propias contradicciones.

Uno puede protestar por el alza de precios, o defender el salario, el empleo o incluso la soberanía alimentaria, pero colocar todo en la misma canasta de propuestas, como lo han hecho los participantes en la marcha, es no entender cómo funciona la economía. Quizá el problema es que la preocupación real de los organizadores de la marcha no era ni el salario ni el empleo ni la soberanía alimentaria sino simplemente confrontar al gobierno de Felipe Calderón.

Uno puede "defender el salario" y pedir, como lo hacen algunos de nuestros políticos, que regresen los controles de precios que se aplicaron en los sexenios de Luis Echeverría y José López Portillo. Pero para esa defensa del salario tendríamos que regresar a la vieja estrategia de esos gobiernos de castigar a los productores, especialmente a los del campo, para favorecer a las ciudades. Esta estrategia siempre ha sido injusta, ya que en el campo se encuentran los más pobres de los pobres. Pero tiene una cínica lógica política, ya que hay más votantes en las ciudades que en el campo.

No deja de ser extraño que organizaciones de productores del campo, como la priista Confederación Nacional Campesina (CNC), se hayan unido a esta protesta. Después de todo, sus agremiados serían los primeros perjudicados en caso de aplicarse un control de precios. Estos grupos deberían recordar simplemente las consecuencias que los controles de los años 70 y 80 tuvieron sobre los campesinos.

Defender el empleo, por otra parte, requiere de una estrategia por completo distinta. Los controles de precios no sólo no sirven para generar empleos sino que, al desmotivar la inversión productiva, inhiben también su creación.

Los organizadores de la marcha han dicho, asimismo, que defienden la soberanía alimentaria, pero esto contradice también el propósito de promover precios más baratos para los alimentos. "Soberanía alimentaria" es, por supuesto, uno de esos términos que significa una cosa distinta en boca de cada político. Pero si lo que quiere decir ahora es que debemos tener un país que produzca todos sus alimentos principales, vamos a generar sin duda una gran escalada inflacionaria.

Por geografía y fragmentación de la tierra, México simplemente no es y quizá no puede ser autosuficiente en granos. Si buscamos cortar las importaciones de Estados Unidos, particularmente de maíz, vamos a provocar un alza muy importante en el precio de esta gramínea y también de los productos finales que se elaboran con ella, especialmente la tortilla. Muchos pensaban que participaban en la marcha como protesta al alto precio de la tortilla y resulta que están pidiendo medidas para que suba mucho más.

La verdad es que estos objetivos contradictorios revelan el propósito real de la marcha. Los distintos grupos de oposición en el País, algunos del PRI y otros del PRD y del Frente Amplio Progresista, han advertido con el aumento en el precio de la tortilla el primer momento de debilidad del Presidente Calderón.

La popularidad del mandatario se desplomó en los primeros días de enero, directamente como consecuencia del alza en la tortilla. En la encuesta telefónica semanal de Ulises Beltrán y Asociados, el acuerdo con la forma de gobernar del Presidente Calderón cayó del 63 por ciento el 4 de enero al 52 por ciento el 12 de enero. Y si bien el Acuerdo para Estabilizar el Precio de la Tortilla ha subido con rapidez esta cifra, a 60 por ciento el 25 de enero, perredistas y priistas han visto el primer signo de debilidad del Presidente y no han querido dejarlo pasar de largo. El propósito fundamental de la marcha es, así, el de demostrar la fuerza de la oposición frente a un gobierno que se percibe en problemas.

Es perfectamente correcto que las fuerzas de la oposición hagan su desplante de fuerza, aun cuando las disputas entre priistas y perredistas han quedado de manifiesto en las diferencias sobre quién había de hablar en el Zócalo. Pero las cosas hay que llamarlas por su nombre. Los grupos políticos que participaron ayer en la marcha no están presentando propuestas coherentes para obtener alguno de sus dispares objetivos. Las medidas que exigen se contradicen entre sí. Su único propósito real es confrontar al gobierno. Éste es un objetivo legítimo de la oposición, pero no es correcto afirmar que lo que se busca es defender el salario, el empleo y la soberanía alimentaria.

Gasto del DF
Que los partidos del Frente Amplio Progresista y los sindicatos del PRD y del PRI gasten su dinero en apoyar la primera de las grandes manifestaciones de este año puede resultar natural. Que el gobierno perredista del Distrito Federal utilice a la fuerza pública para despejar las calles para la marcha y recursos económicos para proporcionar apoyo, agua y sanitarios portátiles a los marchistas que tantas molestias causan a los ciudadanos es inaceptable. La próxima vez que los capitalinos paguen su impuesto predial tendrán derecho a exigir que se les devuelva la parte que el gobierno perredista utiliza para promover sus causas políticas en lugar de servir a los gobernados.


Sergio Sarmiento, El Norte, 1o de febrero 2007


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jueves, febrero 01, 2007

 

El partido o el movimiento: el PRD en la encrucijada

Para el PRD quedan pocas opciones: se reafirma como un partido de centroizquierda, con todo lo que ello implica, incluyendo un compromiso definitivo con las instituciones y la democracia o se convierte cada vez más en ese Frente Amplio, diseñado para ser el paraguas de la vía que ha elegido López Obrador para tratar de regresar al poder, un frente, un movimiento que conservará el registro de su partido madre para allegarse recursos y espacios públicos, pero que no se normará por ninguna de las reglas partidarias actuales. Las líneas están marcadas e incluso también parecen decantarse los personajes que jugarán en uno u otro bando.

Poco en todo esto puede hacer el presidente nacional del PRD, Leonel Cota Montaño, primero porque no es un hombre de partido, por lo menos no del suyo: Cota Montaño pasó casi sin escalas de ser un cercano asesor de Humberto Roque Villanueva en el PRI, a candidato perredista para Baja California Sur y de allí a presidente del PRD sin haber participado jamás en la vida orgánica del partido del sol azteca. Llegó a esa posición impuesto por López Obrador para cerrarle el camino a las distintas corrientes partidarias, porque no quería, no quiere, que el partido interfiera en sus planes personales.

Pasada la elección y cuando se acerca la hora de tomar definiciones se manifiesta entonces la segunda incapacidad de Cota Montaño: lo alcanzó en el PRD su principio de Peter: es un empleado que ascendió hasta su nivel de incompetencia. Su conferencia de prensa del martes refleja la incapacidad de Cota para cumplir con esa función: se equivocó en todo lo que dijo, porque se limitó a leer las tarjetas que le hicieron sobre el IFE. No era verdad que los consejeros hayan gastado en el 2004 unos tres mil millones de pesos en prestaciones laborales (todo el presupuesto de salarios y prestaciones de todos los trabajadores del IFE en todo el país sumó ese año dos mil 800 millones) y luego se metió en la vida personal de Luis Carlos Ugalde, asegurando que había cobrado una "dote matrimonial", explayándose en descalificaciones personales del consejero presidente del IFE (que de refilón alcanzaron también a su antecesor, José Woldenberg), cuando la afirmación sencillamente era falsa.

En todo caso, las pifias de Cota respecto al IFE provienen de la incapacidad para abordar un debate que va al fondo de la disputa interna: un partido o un movimiento; la búsqueda del poder por espacios institucionales o por una sucesión de movimientos sociales que pueden o no pasar por las elecciones; jugar el juego democrático o simplemente el del poder, sin importar como se llegue a él. Cota Montaño se embarcó en la disputa personal con Ugalde porque no quiso abordar el tema que había puesto sobre la mesa uno de los hombres más cercanos a López Obrador: el senador Ricardo Monreal que propuso, nada más y nada menos, que el PRD no participe en elecciones, incluyendo las de 2009, hasta que no se cambie todo el consejo general del IFE.

Para muchos puede parecer un disparate: las consecuencias para el perredismo serían nefastas, desde la pérdida del registro con todo lo que eso conlleva hasta todas las posiciones de poder actuales o futuras. Buena parte del PRD no lo puede aceptar. Monreal seguramente lo sabe y la suya es una suerte de provocación. Pero así siempre ha jugado López Obrador y Ricardo está siguiendo las instrucciones del líder que está dispuesto a presionar al partido para conservar el movimiento. El ex candidato presidencial siempre que se le presentó una coyuntura difícil lo que hizo fue fugarse hacia delante. Lo hizo en Tabasco; lo hizo con los videoescándalos (¿alguien recuerda que comenzó acusando de ellos al departamento de Estado y del Tesoro de los Estados Unidos?); lo hizo con el desafuero, cuando simplemente desafío a la justicia para tratar de colocar a ésta entre la espada y la pared (y ahora lo está volviendo a hacer con el nuevo proceso que tiene abierto por un presidente de casilla que lo acusó de difamación, proceso al que el ex candidato se ha negado siquiera a presentarse); lo hizo el mismo día de los comicios proclamándose ganador cuando su propio conteo rápido le indicaba que había perdido por un punto porcentual. Lo hizo con el plantón, agrediendo a la ciudad que había gobernado; lo hizo con su presidencia legítima, (antes había "mandado al diablo" las instituciones). La pregunta es casi obvia: ¿por qué ahora no sacrificará también al PRD?¿por qué no deshacerse de él si para su lógica política sólo necesita al partido si éste se disciplina a sus decisiones?.

No es un tema menor y permea muchos ámbitos. En última instancia el chip del viejo priismo, que indica que lo importante es el poder, no como se llega a él, está presente en López Obrador pero también en muchos otros, incluso en intelectuales con un ánimo democrático aparentemente incuestionable. Por eso se termina legitimando cualquier acción que sirva para ese fin o se sostiene que no se debe participar siquiera en el debate obvio, explícito, sobre el camino que están tomando algunas naciones de América latina o del mundo. Y como dice Federico Reyes Heroles refiriéndose a Lula da Silva, el presidente de Brasil, se justifica a Chávez porque ha ganado tres elecciones obviando el hecho de que el suyo, en nada, es un gobierno democrático. En ese sentido, Castro o antes el PCUS ganaron innumerables elecciones estando en el poder. Y también llegaron al poder, por vía electoral Hitler y Mussolini. Y hubo quienes decían que no había siquiera que opinar desde otros gobiernos sobre el rumbo que estaban tomando esos países. Lord Chamberlain también podría haber evocado la doctrina Estrada.

Todo el debate perredista sobre el IFE, sobre su participación o no en las elecciones debe enmarcarse en esa lógica. Y sobre ella deberán tomar una decisión, más temprano que tarde, los propios perredistas.
Por: Jorge Fernández Menéndez
Publicado en: Periódico ExcelsiorFecha: Jueves, 1 de Febrero de 2007

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Viaje redondo

Nuevamente un excelente cartón de Paco Calderón. Aunque si fue una marcha bastante grande, al final sólo hicieron el ridículo, pues muy apenas reunieron la décima parte de lo que AMLO llegó a concentrar en su pico de popularidad después del 2 de julio, cuando reunió alrededor de 400 mil personas. Ayer se suponía que no sólo eran seguidores del peje, sino que había otras organizaciones, y aún así fue relativamente poca gente. Y eso que supuestamente protestaban por una "causa justa", el incremento de los precios de productos básicos. ¿Ya se les acabó el gas?

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