miércoles, octubre 15, 2008
Refinar pérdidas
"... Lo que no se dice es que esa refinería, cuando se concluya, refinará petróleo importado."
Ricardo Medina Macías
Somos el único país que presenta sus tragedias como triunfos. El presidente Felipe Calderón ha anunciado que Pemex construirá una nueva refinería de hidrocarburos con fondos públicos. Es cierto que algo había que hacer. El PRI se ha negado a aceptar inversión privada -aun a través de un proceso de maquila- en refinación, transporte o almacenamiento de petróleo. Y ya es imposible seguir sin invertir en refinación.
Algunos políticos del PRI y del PRD se han apresurado a presentar la decisión como una gran victoria. "¿No que no había dinero?", han dicho con ironía.
Pues sí, dinero sí hay; pero emplear recursos públicos para esta refinería será un golpe brutal para las finanzas de nuestro país. La nueva refinería costará entre 9 y 11 mil millones de dólares, de los cuales 12 mil millones de pesos (unos mil millones de dólares) se tomarán del fondo de estabilización reunido con los excedentes petroleros. Para el resto habrá que endeudarse. La deuda pública externa, que en agosto bajó a 32 mil 100 millones de dólares, aumentará quizá un 30 por ciento nada más por este proyecto.
La refinería es indispensable. Hace 30 años que no se construye una en México. Pero eso no significa que se trate del mejor uso posible de recursos para el País.
La extracción de petróleo crudo es un negocio de grandes márgenes. El de refinación de gasolina es de centavos y a veces de pérdidas. Lo lógico sería utilizar el poco o mucho dinero de Pemex para exploración y desarrollo de yacimientos de crudo. En lugar de eso estamos invirtiendo el dinero que no tenemos en un negocio que posiblemente nos dejará pérdidas y que tendrá que recurrir a la importación de materia prima porque muy pronto nos quedaremos sin petróleo crudo.
En el 2007, según el "Reporte de resultados financieros", Pemex produjo petróleo crudo a un costo promedio de 4.37 dólares por barril. El nuevo crudo, que tendrá que venir en buena medida de aguas profundas o de los fragmentados yacimientos de piedra dura de Chicontepec, podría costar unos 10 ó 15 dólares. Aun así, el petróleo permite lograr tasas de rentabilidad de alrededor de 700 por ciento (con un costo de 10 dólares y un precio de 70 o un costo de 15 y un precio de 105). Es difícil encontrar en el mundo una inversión más redituable.
La refinación de gasolina, en contraste, es un negocio de márgenes ínfimos. Según Andrew Leonard ("Why Is Gas so Expensive", Salon.com), en mayo del 2008, el margen de refinación (inversión más gastos más utilidad) de un galón de gasolina de 4.09 dólares en California, Estados Unidos, era de 19 centavos. Esto representa un margen de rentabilidad de apenas 4.64 por ciento. En marzo se alcanzó un margen de 48 centavos, pero aun éste era de menos del 12 por ciento del precio final. Esto explica por qué Chevron, que tuvo en el 2008 sus mayores utilidades en un primer trimestre en la historia, 5 mil millones de dólares, perdió dinero en refinación.
Para obtener un buen rendimiento en refinación se necesita una empresa con costos reducidos y cadenas de distribución muy eficientes. Pemex nunca se ha caracterizado por tener estas condiciones. De hecho, la empresa es rentable antes de impuestos porque cuenta con yacimientos petroleros en aguas someras que pueden explotarse a costos reducidos. Su brazo refinador, sin embargo, pierde dinero desde hace años. La única refinería de Pemex que gana es la de Deer Park, Texas, la cual tiene en asociación con Shell.
Son muchas las razones por las que Pemex Refinación pierde dinero. Una de ellas es que los gobiernos populistas han vendido durante años la gasolina en México a precios inferiores a los de mercado. La antigüedad de las instalaciones es otra. A esto hay que añadir el exceso de personal, la enorme burocracia para la realización de cualquier trámite y las restricciones legales a la inversión en nuevas instalaciones y equipos.
No hay duda de que México necesita una nueva refinería. Enfrentamos ya cuellos de botella por la falta de capacidad de refinación. Hace apenas unas semanas, cuando las tormentas en el Golfo de México obligaron a la suspensión de operaciones de las refinerías de Texas y Lousiana, estuvimos a punto de quedarnos sin gasolina. Es una lástima, sin embargo, que teniendo grandes yacimientos de crudo debamos gastar una enorme cantidad de dinero en un negocio que probablemente sólo nos generará pérdidas, en vez de usarlo para la inversión más rentable del mundo, que es la producción de petróleo crudo.
Lo peor de todo es que algunos políticos presentan la decisión del Gobierno como una gran victoria. Parece que lo mejor que le podría pasar al País es endeudarnos para gastar en una nueva refinería que perderá dinero y que, como bien lo ha señalado Ricardo Medina, director del periódico El Economista, tendrá que emplear petróleo importado.
Especuladores
Si realmente el Peso cayó la semana pasada por operaciones con "derivados" de "algunas compañías y bancos" que nada tuvieron que ver con "los fundamentos de la economía", es indispensable que el Secretario de Hacienda dé a la sociedad una explicación detallada. Uno puede aceptar que el Banco de México haya quemado 8 mil 900 millones de dólares de las reservas para estabilizar el Peso, pero no para generar ganancias especulativas a unos cuantos.
Sergio Sarmiento
www.sergiosarmiento.com
Ricardo Medina Macías
Somos el único país que presenta sus tragedias como triunfos. El presidente Felipe Calderón ha anunciado que Pemex construirá una nueva refinería de hidrocarburos con fondos públicos. Es cierto que algo había que hacer. El PRI se ha negado a aceptar inversión privada -aun a través de un proceso de maquila- en refinación, transporte o almacenamiento de petróleo. Y ya es imposible seguir sin invertir en refinación.
Algunos políticos del PRI y del PRD se han apresurado a presentar la decisión como una gran victoria. "¿No que no había dinero?", han dicho con ironía.
Pues sí, dinero sí hay; pero emplear recursos públicos para esta refinería será un golpe brutal para las finanzas de nuestro país. La nueva refinería costará entre 9 y 11 mil millones de dólares, de los cuales 12 mil millones de pesos (unos mil millones de dólares) se tomarán del fondo de estabilización reunido con los excedentes petroleros. Para el resto habrá que endeudarse. La deuda pública externa, que en agosto bajó a 32 mil 100 millones de dólares, aumentará quizá un 30 por ciento nada más por este proyecto.
La refinería es indispensable. Hace 30 años que no se construye una en México. Pero eso no significa que se trate del mejor uso posible de recursos para el País.
La extracción de petróleo crudo es un negocio de grandes márgenes. El de refinación de gasolina es de centavos y a veces de pérdidas. Lo lógico sería utilizar el poco o mucho dinero de Pemex para exploración y desarrollo de yacimientos de crudo. En lugar de eso estamos invirtiendo el dinero que no tenemos en un negocio que posiblemente nos dejará pérdidas y que tendrá que recurrir a la importación de materia prima porque muy pronto nos quedaremos sin petróleo crudo.
En el 2007, según el "Reporte de resultados financieros", Pemex produjo petróleo crudo a un costo promedio de 4.37 dólares por barril. El nuevo crudo, que tendrá que venir en buena medida de aguas profundas o de los fragmentados yacimientos de piedra dura de Chicontepec, podría costar unos 10 ó 15 dólares. Aun así, el petróleo permite lograr tasas de rentabilidad de alrededor de 700 por ciento (con un costo de 10 dólares y un precio de 70 o un costo de 15 y un precio de 105). Es difícil encontrar en el mundo una inversión más redituable.
La refinación de gasolina, en contraste, es un negocio de márgenes ínfimos. Según Andrew Leonard ("Why Is Gas so Expensive", Salon.com), en mayo del 2008, el margen de refinación (inversión más gastos más utilidad) de un galón de gasolina de 4.09 dólares en California, Estados Unidos, era de 19 centavos. Esto representa un margen de rentabilidad de apenas 4.64 por ciento. En marzo se alcanzó un margen de 48 centavos, pero aun éste era de menos del 12 por ciento del precio final. Esto explica por qué Chevron, que tuvo en el 2008 sus mayores utilidades en un primer trimestre en la historia, 5 mil millones de dólares, perdió dinero en refinación.
Para obtener un buen rendimiento en refinación se necesita una empresa con costos reducidos y cadenas de distribución muy eficientes. Pemex nunca se ha caracterizado por tener estas condiciones. De hecho, la empresa es rentable antes de impuestos porque cuenta con yacimientos petroleros en aguas someras que pueden explotarse a costos reducidos. Su brazo refinador, sin embargo, pierde dinero desde hace años. La única refinería de Pemex que gana es la de Deer Park, Texas, la cual tiene en asociación con Shell.
Son muchas las razones por las que Pemex Refinación pierde dinero. Una de ellas es que los gobiernos populistas han vendido durante años la gasolina en México a precios inferiores a los de mercado. La antigüedad de las instalaciones es otra. A esto hay que añadir el exceso de personal, la enorme burocracia para la realización de cualquier trámite y las restricciones legales a la inversión en nuevas instalaciones y equipos.
No hay duda de que México necesita una nueva refinería. Enfrentamos ya cuellos de botella por la falta de capacidad de refinación. Hace apenas unas semanas, cuando las tormentas en el Golfo de México obligaron a la suspensión de operaciones de las refinerías de Texas y Lousiana, estuvimos a punto de quedarnos sin gasolina. Es una lástima, sin embargo, que teniendo grandes yacimientos de crudo debamos gastar una enorme cantidad de dinero en un negocio que probablemente sólo nos generará pérdidas, en vez de usarlo para la inversión más rentable del mundo, que es la producción de petróleo crudo.
Lo peor de todo es que algunos políticos presentan la decisión del Gobierno como una gran victoria. Parece que lo mejor que le podría pasar al País es endeudarnos para gastar en una nueva refinería que perderá dinero y que, como bien lo ha señalado Ricardo Medina, director del periódico El Economista, tendrá que emplear petróleo importado.
Especuladores
Si realmente el Peso cayó la semana pasada por operaciones con "derivados" de "algunas compañías y bancos" que nada tuvieron que ver con "los fundamentos de la economía", es indispensable que el Secretario de Hacienda dé a la sociedad una explicación detallada. Uno puede aceptar que el Banco de México haya quemado 8 mil 900 millones de dólares de las reservas para estabilizar el Peso, pero no para generar ganancias especulativas a unos cuantos.
Sergio Sarmiento
www.sergiosarmiento.com
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¿Hasta cuándo seguirá prevaleciendo esa mentalidad reaccionaria respecto a permitir inversión privada en energía y petróleo en México? En lugar de que dejemos que inversionistas privados arriesguen su dinero y sean ellos quienes construyan y operen una refinería, por la necedad de algunos, se hará dicha inversión con cargo al Erario, para no ganar casi nada. A como se manejan las instalaciones de PEMEX, donde el sindicato decide la cantidad de gente que se requiere, esa refinería sólo redituará pérdidas, como ya lo hacen las otras.
Pero ahí andan, con su perorata dizque defendiendo la soberanía, la defensa del petróleo, porque sin él se cancela la recuperación del sufrido pueblo de México. Sólo están condenando al país a permanecer siempre en el tercermundismo. Están administrando la pobreza, en lugar de permitir la generación de la riqueza. Al tiempo.