sábado, octubre 04, 2008
Resistencia educativa
Los resultados de rendimiento educativo en México presentan cifras negativas que reflejan el grado de atraso en este rubro durante décadas. El magisterio corporativizado en el SNTE y la propia disidencia de la Coordinadora terminaron por hacer de este gremio un grupo con baja calidad académica, e incapaz de aceptar fórmulas para su superación profesional.
En la peor versión del sindicalismo burocrático, una buena parte del magisterio mexicano dejó de realizar su labor educativa para dedicarse a disfrutar de las plazas obtenidas por la vía de "obsequios" de sus líderes, a los que obedecen y apoyan en forma sistemática.
Durante mucho tiempo se argumentó que el deterioro educativo era producto de los bajos salarios de los maestros, tendencia que se fue revirtiendo en la última década de estabilidad económica, sin que el nivel de los alumnos se viera beneficiado por esta realidad.
El aparato político del SNTE mantuvo su capacidad movilizadora y el liderazgo de Elba Esther Gordillo consiguió obtener beneficios económicos importantes para el gremio, lo que una vez más no influyó en el desempeño educativo de los jóvenes mexicanos.
Entonces, el problema no era sólo el dinero, sino la transformación del sistema educativo en su conjunto, lo que implicaba romper con privilegios absurdos de un profesorado incapaz de cumplir con sus objetivos.
La presencia de Gordillo en la campaña electoral de Calderón le brindó espacios en el gabinete presidencial, pero no la impunidad con la que en antaño se desempeñaba como supersecretaria de Educación.
Incluso durante la administración Fox, en el gobierno del cambio, la maestra hizo lo que quiso con un funcionario que como Reyes Tamez obedeció ciegamente los dictados de Elba Esther.
Así fue como los resultados de la prueba Enlace fueron ocultados a la opinión pública, y el maquillaje estadístico sirvió para esconder el desastre en el que la educación pública se encontraba.
La decisión de Calderón fue la de mostrar a la ciudadanía el estado real de las cosas, lo que abrió la puerta a una reforma profunda que implicaba necesariamente afectar los privilegios sindicales. Y si los resultados del alumnado eran malos, los de los maestros evaluados eran peores.
Hay que recordar que la prueba aplicada a los docentes se limitó a aquellos no poseedores de una plaza permanente, ya que un diagnóstico de la totalidad del profesorado hubiese exhibido al sindicato de manera peligrosa para sus intereses.
Es aquí donde la negociación entre Josefina Vázquez Mota y Elba Esther Gordillo demostró por un lado la intención del Gobierno por modificar en serio el estado de las cosas, y por otro la intuición política de la maestra para entender que la era en donde ella imponía decisiones a los titulares de la SEP había terminado.
Es así como surge la Alianza por la Calidad de la Educación, que representa el reconocimiento del mal estado en el que se encuentra el sistema educativo nacional por parte del sindicato y del propio gobierno, así como el compromiso para modificar esta situación a partir de un programa integral de evaluación, superación académica y estímulos económicos a los docentes que presenten resultados positivos en sus grupos escolares.
La resistencia al cambio por parte de la Sección 9 del Distrito Federal y la 19 de Morelos, entre otras, representa fundamentalmente el rechazo a perder privilegios obtenidos en la época del corporativismo priista.
No es sólo una manifestación de repudio al liderazgo de Gordillo y sus empleados en turno como Rafael Ochoa Guzmán, líder del SNTE, sino el temor real que implica el poder descubrir que esos maestros que imparten clases en determinados grados no tienen ni los conocimientos ni la capacidad necesaria para estar en ese puesto.
La idea de la evaluación y la actualización permanente y por supuesto la imposibilidad de aceptar el derecho a heredar la plaza laboral representa para estos parásitos del corporativismo un atentado a su feudo político y por supuesto al privilegio de cobrar sin enseñar nada.
Esta alianza educativa no es una solución mágica al problema del atraso en el País, pero representa sin duda el inicio de un largo camino que le permitirá a México contar con elementos dedicados a formar y educar niños y jóvenes capaces de ascender en la escala social, a partir de su nivel académico y su destreza profesional. De eso se trata.
Ezra Shabot
En la peor versión del sindicalismo burocrático, una buena parte del magisterio mexicano dejó de realizar su labor educativa para dedicarse a disfrutar de las plazas obtenidas por la vía de "obsequios" de sus líderes, a los que obedecen y apoyan en forma sistemática.
Durante mucho tiempo se argumentó que el deterioro educativo era producto de los bajos salarios de los maestros, tendencia que se fue revirtiendo en la última década de estabilidad económica, sin que el nivel de los alumnos se viera beneficiado por esta realidad.
El aparato político del SNTE mantuvo su capacidad movilizadora y el liderazgo de Elba Esther Gordillo consiguió obtener beneficios económicos importantes para el gremio, lo que una vez más no influyó en el desempeño educativo de los jóvenes mexicanos.
Entonces, el problema no era sólo el dinero, sino la transformación del sistema educativo en su conjunto, lo que implicaba romper con privilegios absurdos de un profesorado incapaz de cumplir con sus objetivos.
La presencia de Gordillo en la campaña electoral de Calderón le brindó espacios en el gabinete presidencial, pero no la impunidad con la que en antaño se desempeñaba como supersecretaria de Educación.
Incluso durante la administración Fox, en el gobierno del cambio, la maestra hizo lo que quiso con un funcionario que como Reyes Tamez obedeció ciegamente los dictados de Elba Esther.
Así fue como los resultados de la prueba Enlace fueron ocultados a la opinión pública, y el maquillaje estadístico sirvió para esconder el desastre en el que la educación pública se encontraba.
La decisión de Calderón fue la de mostrar a la ciudadanía el estado real de las cosas, lo que abrió la puerta a una reforma profunda que implicaba necesariamente afectar los privilegios sindicales. Y si los resultados del alumnado eran malos, los de los maestros evaluados eran peores.
Hay que recordar que la prueba aplicada a los docentes se limitó a aquellos no poseedores de una plaza permanente, ya que un diagnóstico de la totalidad del profesorado hubiese exhibido al sindicato de manera peligrosa para sus intereses.
Es aquí donde la negociación entre Josefina Vázquez Mota y Elba Esther Gordillo demostró por un lado la intención del Gobierno por modificar en serio el estado de las cosas, y por otro la intuición política de la maestra para entender que la era en donde ella imponía decisiones a los titulares de la SEP había terminado.
Es así como surge la Alianza por la Calidad de la Educación, que representa el reconocimiento del mal estado en el que se encuentra el sistema educativo nacional por parte del sindicato y del propio gobierno, así como el compromiso para modificar esta situación a partir de un programa integral de evaluación, superación académica y estímulos económicos a los docentes que presenten resultados positivos en sus grupos escolares.
La resistencia al cambio por parte de la Sección 9 del Distrito Federal y la 19 de Morelos, entre otras, representa fundamentalmente el rechazo a perder privilegios obtenidos en la época del corporativismo priista.
No es sólo una manifestación de repudio al liderazgo de Gordillo y sus empleados en turno como Rafael Ochoa Guzmán, líder del SNTE, sino el temor real que implica el poder descubrir que esos maestros que imparten clases en determinados grados no tienen ni los conocimientos ni la capacidad necesaria para estar en ese puesto.
La idea de la evaluación y la actualización permanente y por supuesto la imposibilidad de aceptar el derecho a heredar la plaza laboral representa para estos parásitos del corporativismo un atentado a su feudo político y por supuesto al privilegio de cobrar sin enseñar nada.
Esta alianza educativa no es una solución mágica al problema del atraso en el País, pero representa sin duda el inicio de un largo camino que le permitirá a México contar con elementos dedicados a formar y educar niños y jóvenes capaces de ascender en la escala social, a partir de su nivel académico y su destreza profesional. De eso se trata.
Ezra Shabot
Etiquetas: calidad, CNTE, demagogia, educación, pobreza, populismo, reaccionario, reformas, sindicatos, SNTE