lunes, julio 31, 2006
No al tercer conteo
La agresión contra Felipe es una agresión contra el 60 por ciento de la población que no considera necesario hacer un tercer conteo porque ya contaron voto por voto los representantes del PRD en cada casilla y, luego, en los casos de dudas, ya se volvieron a contar voto por voto en cada Distrito Electoral. ¿Cuántas veces quieren contar? Andrés Manuel confirma que es un peligro porque está provocando las agresiones para aumentar su chantaje.
Por el mismo motivo que López Obrador pide ahora un tercer conteo total, también cualquier candidato podría pedir un cuarto conteo total. Pues el motivo es que AMLO no acepta lo que contaron sus representantes y los acusa de estar vendidos y coludidos, lo cual lo hace sujeto a ser demandado por difamación. Pero si El Peje ya no confía en el IFE, y dice que tampoco confiará en el Trife, a menos que se doblegue a sus caprichos, ¿a qué estamos jugando? A matar a la democracia e imponer la violencia.
Andrés Manuel nos ha insultado a todos, a Felipe, al IFE, al Estado, a las instituciones, y amenaza con soltar los demonios para destruir nuestra estabilidad política, económica y financiera, a menos que todos nos rindamos ante sus requisitos irracionales. Hasta parece que López Obrador le está aprendiendo a los maestros huelguistas de Oaxaca que solicitan sus demandas bajo chantaje destructivo. Cuidado. Los tranquilos también nos sabemos alborotar para defender a nuestras instituciones. Cuidado.
Tantas veces ha mentido Andrés Manuel, que parece otra gran mentira el decir que si se vuelve a contar voto por voto, ahora sí ya dejarán sus movilizaciones. ¿Quién le cree a su chantaje? Ya ha dicho que aunque el Trife confirme que Felipe ganó, de todas maneras no reconocerá el triunfo de Felipe. Estamos frente a un tiránico que busca hacerse su propia ley electoral. Precisamente la palabra privilegio significa el mandarse hacer una ley de uso privado y exclusivo.
Andrés Manuel ha criticado a los privilegiados, sin embargo, exige una ley particular: un privilegio, para contarle a él, otra vez voto por voto, so pena de agredirnos.
Andrés Manuel, para no aceptar su derrota, amplifica cada irregularidad. Como la ley se lo pide, el Trife debe aclarar cada una de las impugnaciones. Hasta ahora han resultado todas falsas o mínimas. Esperemos pues una determinación legal. Pero si AMLO de antemano aclara que no aceptará su derrota, ¿qué podremos esperar? Bueno, pues que retiemble en su centro la Tierra, aunque yo tenga que rentar un bridón.
Andrés Manuel, finalmente, apadrinó la agresión contra Felipe, pues en vez de condenar dicha violencia callejera de palabras y patadas, los autorizó, ¿cuál resistencia pacífica?, ¿a mentadas y puñetazos? Andrés Manuel es inconsistente, no duda del proceso electoral que le dio el triunfo a Marcelo Ebrard, pero enloda el mismo proceso electoral porque él no ganó.
Cuando una persona no acepta la realidad, no importa cuántas veces se podrán contar los votos, de nuevo va a encontrar motivos suficientes para no aceptar la realidad una y otra vez.
Podríamos pactar una segunda vuelta o modificar la ley electoral y sus procedimientos para que cualquier candidato que obtenga una votación, digamos del 3 por ciento menor al triunfador, pueda solicitar un triple conteo de votos y que toda esa logística ya se encuentre afinada por el IFE. Sería un gasto inútil, pues el resultado sería igual, salvo algunos mínimos errores.
Por el mismo motivo que López Obrador pide ahora un tercer conteo total, también cualquier candidato podría pedir un cuarto conteo total. Pues el motivo es que AMLO no acepta lo que contaron sus representantes y los acusa de estar vendidos y coludidos, lo cual lo hace sujeto a ser demandado por difamación. Pero si El Peje ya no confía en el IFE, y dice que tampoco confiará en el Trife, a menos que se doblegue a sus caprichos, ¿a qué estamos jugando? A matar a la democracia e imponer la violencia.
Andrés Manuel nos ha insultado a todos, a Felipe, al IFE, al Estado, a las instituciones, y amenaza con soltar los demonios para destruir nuestra estabilidad política, económica y financiera, a menos que todos nos rindamos ante sus requisitos irracionales. Hasta parece que López Obrador le está aprendiendo a los maestros huelguistas de Oaxaca que solicitan sus demandas bajo chantaje destructivo. Cuidado. Los tranquilos también nos sabemos alborotar para defender a nuestras instituciones. Cuidado.
Tantas veces ha mentido Andrés Manuel, que parece otra gran mentira el decir que si se vuelve a contar voto por voto, ahora sí ya dejarán sus movilizaciones. ¿Quién le cree a su chantaje? Ya ha dicho que aunque el Trife confirme que Felipe ganó, de todas maneras no reconocerá el triunfo de Felipe. Estamos frente a un tiránico que busca hacerse su propia ley electoral. Precisamente la palabra privilegio significa el mandarse hacer una ley de uso privado y exclusivo.
Andrés Manuel ha criticado a los privilegiados, sin embargo, exige una ley particular: un privilegio, para contarle a él, otra vez voto por voto, so pena de agredirnos.
Andrés Manuel, para no aceptar su derrota, amplifica cada irregularidad. Como la ley se lo pide, el Trife debe aclarar cada una de las impugnaciones. Hasta ahora han resultado todas falsas o mínimas. Esperemos pues una determinación legal. Pero si AMLO de antemano aclara que no aceptará su derrota, ¿qué podremos esperar? Bueno, pues que retiemble en su centro la Tierra, aunque yo tenga que rentar un bridón.
Andrés Manuel, finalmente, apadrinó la agresión contra Felipe, pues en vez de condenar dicha violencia callejera de palabras y patadas, los autorizó, ¿cuál resistencia pacífica?, ¿a mentadas y puñetazos? Andrés Manuel es inconsistente, no duda del proceso electoral que le dio el triunfo a Marcelo Ebrard, pero enloda el mismo proceso electoral porque él no ganó.
Cuando una persona no acepta la realidad, no importa cuántas veces se podrán contar los votos, de nuevo va a encontrar motivos suficientes para no aceptar la realidad una y otra vez.
Podríamos pactar una segunda vuelta o modificar la ley electoral y sus procedimientos para que cualquier candidato que obtenga una votación, digamos del 3 por ciento menor al triunfador, pueda solicitar un triple conteo de votos y que toda esa logística ya se encuentre afinada por el IFE. Sería un gasto inútil, pues el resultado sería igual, salvo algunos mínimos errores.
Enrique Canales, El Norte
enriquecss@gmail.com
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