lunes, julio 31, 2006

 

Crear la sospecha, estrategia de AMLO

La percepción, entre los seguidores de AMLO, de que hubo fraude en las elecciones no surgió por generación espontánea. La construcción de la sospecha de que hubo irregularidades y fraude en la elección presidencial fue una estrategia deliberada del PRD a la que contribuyeron errores de comunicación del Consejo General del IFE. Como esa sospecha es la que funda la estrategia de "voto por voto", es necesario observar los tres pilares que la soportaron.
La estrategia comenzó a operar en la mañana del 3 de julio.

Hacia las 6 de la mañana del lunes 3 de julio, los datos indicaban que Felipe Calderón estaba adelante por un margen pequeño pero consistente, lo que encendió las alarmas en los cuarteles generales de AMLO. En la madrugada del lunes y a lo largo del día, desde la oficina del representante de la Coalición por el Bien de Todos, Horacio Duarte hizo un análisis detallado del llamado "archivo de inconsistencias", es decir, un archivo en el que se consignaban los datos que por omisiones, ilegibilidad o errores visibles en las sumas no se integrarían al PREP, como ha ocurrido desde hace años.

El error de comunicación más grave del Consejo del IFE, que dio lugar a que pudiera articularse la estrategia de la sospecha, se dio cuando, a pesar de que las casillas con inconsistencias que así lo ameritaban no se sumaban al PREP, sí aparecían en el porcentaje de actas recibidas, sin ninguna aclaración.

El PREP señalaba que con el 98.45 por ciento de las actas recibidas se había dado una tasa de participación de 58.9 por ciento. Con una lista nominal de 71 millones 350 mil 976 electores debían estar registrados alrededor de 41.4 millones de votos. Sin embargo, la suma de los votos contabilizados en el PREP daba sólo 38 millones 549 mil 351. La diferencia era de 2.8 millones de votos.

Todos los partidos sabían que la explicación de esta discrepancia estaba en las casillas del archivo de inconsistencias. La oficina del PRD en el IFE hizo 487 consultas a ese archivo entre el 2 y el 4 de julio. Pero, la omisión del IFE ya estaba hecha y en la tarde del 3 julio AMLO hizo la denuncia de los presuntos 3 millones de votos perdidos.

El segundo pilar para la creación del clima de la sospecha se dio el miércoles 5 de julio. Los representantes de la Coalición por el Bien de Todos establecieron una estrategia coordinada y muy bien articulada de impugnaciones en los Comités Distritales en los que el PAN había ganado. El resultado de ese proceso fue crear un sesgo partidista en la velocidad de entrega de las cifras de los cómputos distritales. Los distritos que primero llegaban al conteo general del IFE fueron aquellos en los que el PRD tenía ventaja. Ese hecho dio lugar a que AMLO tuviera ventaja en los totales a lo largo de casi todo el día, una ventaja que se hizo decreciente conforme llegaban los resultados de los distritos en los que había ganado el PAN.

A las 4 de la tarde del miércoles 5 de julio ya se había contabilizado el 75 por ciento de los resultados de los estados en los que ganó el PRD, pero sólo el 50 por ciento de las casillas en las entidades en las que ganó el PAN.A partir de media tarde, la diferencia a favor de AMLO, que estaba entre 2 y 3 por ciento, se empezó a reducir de modo consistente conforme las casillas sumadas empezaron a ser mayoritariamente de estados panistas, lo que llevó a un vuelco favorable a Calderón en la madrugada del jueves. La estrategia del PRD en los Comités Distritales creó la apariencia de una contradicción, pues mientras que en el PREP hubo una ventaja casi permanente para Calderón, en el conteo distrital la hubo para AMLO hasta el vuelco de la madrugada.

En el caso del PREP, la razón de ese comportamiento fue el hecho de que las casillas que primero se contabilizaron provenían de centros urbanos, en los que Calderón ganó por poco más de 2 puntos. En el PREP, la ventaja del PAN fue constante pero decreciente a lo largo de casi toda la jornada porque en las últimas horas del recuento se integró una mayoría de casillas rurales, en las que AMLO tuvo ventaja. La diferente trayectoria de los votos en el PREP y en los cómputos distritales fue el segundo pilar de la sospecha.

El tercero son los errores en el registro de boletas sobrantes, que aunque pareciera más un problema de error humano que un indicativo de fraude, tampoco ha sido explicado por el IFE y es uno de los temas cruciales de la impugnación del PRD. El Trife tendrá que evaluar y dictaminar acerca de ellos.

La estrategia ha funcionado para AMLO. Según la más reciente encuesta de Grupo REFORMA, el 37 por ciento de los electores piensa que debe haber recuento voto por voto y el Trife ha aceptado dar trámite al recurso.Se construyó la sospecha entre poco más de un tercio del electorado y ese ya es un hecho político que habrá de pesar en el criterio de los magistrados.

Enrique Quintana, El Norte
enrique.quintana@reforma.com

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