jueves, agosto 23, 2007

 

Something rather exciting is happening in Latin America


MUCH of the news coming out of Latin America in recent years has been of radical populists proclaiming “revolution” or, as Venezuela's Hugo Chávez would have it, “21st century socialism”. In their widely propagated caricature, a tiny white elite in Latin America oppresses an indigenous majority whose poverty has been exacerbated by the free-market reforms imposed by the IMF and the United States.

So it might be hard to believe that in many countries in the region, and especially in Brazil and Mexico, Latin America's two giants, things are in fact going better today than they have done since the mid-1970s. The region is in its fourth successive year of economic growth averaging a steady 5%. In most places inflation is in low single digits. And for the first time in memory, growth has gone hand-in-hand with a current-account surplus, holding out hope that it will not be scotched by a habitual Latin American balance-of-payments crunch.

What is more, financial stability and faster growth are starting to transform social conditions with astonishing speed. The number of people living in poverty is falling, not only because of growth but also thanks to the social policies of reforming democratic governments. The incomes of the poor are rising faster than those of the rich in Brazil (where income inequality is at its least extreme for a generation) and in Mexico.

In both these countries a new lower-middle class is emerging from poverty (see article). Low inflation, achieved through more disciplined public finances and trade liberalisation, has brought falling interest rates. Credit has at last returned. So these new consumers are buying cars and DVD players or taking out mortgages. No wonder Latin Americans are in an optimistic mood: earlier this year a poll by the Pew Global Attitudes Project found a greater increase in personal satisfaction in Brazil and Mexico over the past five years than in any of the other 45 countries it surveyed.

Keep inflation low and fix the schools

So if things are going so well, why have radical populists and leftists done well in recent elections? Look closer: they have in fact failed to carry all before them. Out of a dozen presidential elections in the region in the 13 months to last December, the radicals won only four. Moderate governments, of centre-left or centre-right, are in charge in most countries.
That said, politics sometimes lags economics. Even as things started to improve, many Latin Americans were in surly mood because they had suffered through five years of stagnation or worse between 1998 and 2003. Besides, the progress is not uniform. In some of the smaller and poorer countries, the populists' caricature has a grain of truth to it. That is why Mr Chávez has friends in places like Bolivia and Ecuador.

But the important point is that the course upon which most Latin American countries are set -of democracy and open-market economies- is finally bearing fruit. The new middle class in countries like Brazil and Mexico derives its income from the private sector, not from public employment. There lies the big difference with Mr Chávez's Venezuela, where falling poverty depends almost entirely on a vast increase in public spending, and is thus hostage to the oil price.

Of course plenty of caveats are in order. The first is that it is not just in Venezuela that growth has been underpinned by higher prices for commodity exports. Nevertheless, in many other countries export-growth is broad-based. With China and India industrialising, it is unlikely that commodities will be as cheap as in the 1990s any time soon. A second obvious worry is that the current financial-market flap will end up making a serious dent in the growth of the world economy. But -mirabile dictu- thanks to its current-account surplus Latin America is not in the front line of this particular market panic.

Another caveat is that for all its recent progress, Latin America remains a long way from enjoying widespread affluence. In the region as a whole, some 38.5% of people remain poor according to national definitions. The gains are still fragile. But the lessons for governments are clear. To bolster the new middle class, it is crucial to keep inflation low. So is improving the shoddy education imparted in the region's schools and universities. And businesses in the region are still held back by lack of transport infrastructure and an excess of red tape.

The commodity bonanza won't last forever, so now is the time to fix these things. Do so and Latin America's democracies could turn an important corner, in which inequality, poverty and populism give way to prosperous middle-class democracies where the majority has an interest in stability.
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Tomado del Economist

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La macroeconomía ordenada no alcanza para el desarrollo: Cepal
ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Una macroeconomía ordenada es “muy importante para el país, pero no alcanza para generar desarrollo”, apunta José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), al hacer referencia a México.

Advierte que en los últimos años el país ha mostrado “debilidad” para poner en práctica políticas de desarrollo productivo y, en esa ausencia de acción, encuentra una de las causas de los problemas que enfrenta el país. En declaraciones a La Jornada habla de que México ha sido “poco exitoso” para diversificar sus exportaciones, aun con tener el mayor número de tratados de libre comercio que haya firmado cualquier nación en el mundo.

Sobre la coyuntura económica, menciona que “por ahora” la volatilidad en los mercados financieros internacionales no va a tener un impacto importante en la región. Aunque, acota, si se confirmara una desaceleración en la economía de Estados Unidos “se verían afectados en particular algunos países latinoamericanos que dependen más del mercado estadunidense, como es el caso de México”.

La Cepal divulgó este miércoles el informe Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe en el que indica que el crecimiento del comercio y la economía mundial se mantienen superiores a la media de los últimos 20 años. Sin embargo, apunta el documento, “existen algunos riesgos latentes”. Entre ellos, identifica: la posibilidad de una desaceleración más fuerte de Estados Unidos derivada de la crisis del sector inmobiliario; una mayor volatilidad de los mercados financieros, como consecuencia de esa misma crisis; “nuevas amenazas” en el mercado petrolero “que podrían repercutir en rebotes inflacionarios; y, la probabilidad de un ajuste desordenado de los desequilibrios externos a nivel mundial.

A propósito de la presentación del informe, que puede ser consultado en www.cepal.org, el secretario general del organismo habló con este diario.

“No creo que por ahora lo que está pasando en los mercados financieros tenga un impacto importante en la región”, inicia la plática José Luis Machinea. La razón, especifica, es que Latinoamérica es bastante menos vulnerable de lo que era en el pasado porque ha reducido la deuda externa, aumentado las reservas, disminuido la deuda pública y tiene menor endeudamiento en dólares de lo que solía tener”.

Hay países de la región, abundó, que ya han tomado el financiamiento que requerían para gran parte del año. México, por ejemplo.

Sin embargo, acota: “Si esta inestabilidad financiera genera un menor ritmo de crecimiento de la economía de Estados Unidos, respecto de lo que se preveía, si ese fuera el caso, esto obviamente podría afectar más a la región”

–¿Y particularmente para el caso de México?

–México reúne gran parte de las condiciones de fortaleza financiera a que yo hacía referencia para la región. Tiene una situación externa más cómoda, un déficit en cuenta corriente muy pequeño, ha reducido su deuda pública, no tiene necesidades de financiamiento de corto plazo y su endeudamiento en dólares es menor que antes. Es una situación mejor que en el pasado.

–Pero si ocurre que disminuya el ritmo de la actividad en Estados Unidos, ¿cómo se afectaría el crecimiento de México?

–La Cepal espera que la región crezca este año 5 por ciento, como estaba previsto, y el año que viene 4.6 por ciento. Eso no quiere decir que no existieran riesgos; uno de ellos es un menor crecimiento de la economía de Estados Unidos. Si ese fuera el caso, claramente afectaría a la región. Pero no es lo que estamos previendo, por ahora al menos. Obviamente, si se diera, eso afectaría a la economía mundial en general y en particular a algunos países que dependen más del mercado de Estados Unidos, que ese es el caso de México.

En otra parte de la conversación, José Luis Machinea es interrogado sobre la pérdida de capacidad de las exportaciones mexicanas para competir en mercados como el de Estados Unidos (en donde se concentra más de 80 por ciento de las ventas de México al exterior) con los productos asiáticos en general y chinos en particular. China desplazó a México como principal proveedor de mercancías en aquel país desde hace dos años.

“México, efectivamente, ha perdido en los últimos años participación en el mercado de Estados Unidos, aunque ese no fue el caso del año pasado”, apunta Machinea. En 2007, está afectando el menor ritmo de crecimiento de la economía estadounidense, añade.

“Una tarea pendiente para los países de la región en su conjunto tiene que ver con la necesidad de diversificar no solo sus exportaciones y estructura de exportaciones, sino también las exportaciones por destino. Y obviamente eso se aplica a México. Hay que hacer una política deliberada para disminuir los riesgos. Creemos que en algunos sectores de exportación México ha logrado avances importantes, como en el automotriz. Pero no en todos los procesos de maquila ha pasado eso. En otros queda mucha tarea por hacer de cómo agregar más valor y conocimiento a las exportaciones de México en general.

–¿Sería necesario revisar el conjunto de tratados de libre comercio para hacer algo que impulse y diversifique las exportaciones mexicanas?

–Parece muy difícil modificar acuerdos de libre comercio. Yo no diría que el problema está en modificar los acuerdos de libre comercio. México todavía no ha sido suficientemente exitoso en diversificar sus exportaciones por destino y posiblemente eso tenga que ver con que, dado que la relación con Estados Unidos es mucho mayor, México tiene una estructura productiva más especializada en exportar al mercado de estadunidense y eso complica, en todo caso, las posibilidades de exportar a otros mercados.

–En algunos sectores de México se cuestiona que en los últimos años se haya privilegiado la búsqueda de la estabilidad financiera y descuidado la política de desarrollo.

–Hay un problema, si uno empieza a decir que la manera de solucionar el problema de México es teniendo menos disciplina fiscal. Y no estoy demasiado convencido de ello. Eso no quiere decir que no haya necesidad de complementar la política macroeconómica responsable con políticas de desarrollo productivo y en eso ha puesto mucho énfasis la Cepal. Pero no es que se requiera ser menos cuidadoso desde el punto de vista macroeconómico.

Agrega: “La macroeconomía ordenada es muy importante, pero no alcanza y lo que se requiere son políticas de desarrollo productivo. Entre estas políticas está la necesidad de agregar más valor a las exportaciones y esto pasa con parte de la maquila de México. Para eso se requieren políticas de desarrollo productivo que tienen que ver con la innovación y seguramente esto ha sido en los últimos años una debilidad de México, al igual que en varios países de la región.

–¿Se están atacando estas debilidades?

–El nuevo gobierno recién comienza, así que no me animaría a hacer un juicio de este tipo. En todo caso creo que avanzar en algunas políticas productivas sería útil para complementar la disciplina fiscal.
 
Totalmente de acuerdo con José Luis Machinea. La estabilidad macroeconómica no es suficiente para generar el crecimiento ecónomico. Pero es indispensable.

El mercado interno en México ha estado creciendo en los últimos 10 años. Aún no tiene una masa suficiente para evitar que seamos vulnerables a problemas externos, pero en 10 años, siguiendo así, probablemente si. El sector de servicios sigue creciendo, y el de manufactura de exportación cada vez participa menos en el PIB. Eso es bueno.

Saludos
 
Sin educación, salud y seguridad ¿para qué queremos Estado?: De la Fuente

El Colegio de México entregó ayer un reconocimiento al rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente. En la gráfica lo acompaña Pablo Latapí Foto: Jesús Villaseca El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, criticó la labor de las autoridades mexicanas al no contar con proyectos que beneficien el desarrollo del país: "Me pregunto una y otra vez: ¿dónde está el Estado mexicano, dónde ha estado?, si éste no va a asumir sus responsabilidades en educación, salud y seguridad, ¿para qué queremos un Estado?".

Ante los argumentos oficiales de que la economía mexicana avanza, De la Fuente refutó: "Durante los últimos años venimos escuchando una y otra vez que la economía mexicana venía creciendo al 3 por ciento, al 3.2, que ahí veníamos, pues sí, nada más que en el año 2000 éramos la novena economía (mundial) y ahora somos la decimoquinta".

Al recibir la escultura Sémina Mottum, máximo reconocimiento otorgado por El Colegio de México, De la Fuente subrayó que en el ámbito educativo, en México, el nivel superior está limitado por un discurso oficial que no se traduce en apoyos económicos, lo que refleja falta de compromiso:

"¿Es o no prioritaria la educación en México?; si es prioritaria, ¿dónde están los compromisos expresados cabalmente en términos de recursos y presupuestos? No se puede pensar que vamos avanzando cuando en realidad no lo hacemos, porque son avances relativos", aseveró.

Durante su participación en el seminario La educación que tenemos y la que requerimos, el rector de la máxima casa de estudios indicó que cuatro son los ejes "centrales" para analizar el presente y futuro de las universidades en México: cobertura, calidad, financiamiento y pertinencia.

En ese sentido indicó que tras los recientes reconocimientos internacionales, la UNAM es una muestra de que las dos primeras pueden conjugarse, por lo que refirió que un verdadero proyecto de Estado sería que en 10 años al menos media docena de universidades públicas mexicanas estuvieran entre las 100 mejores del mundo.

"Atrás quedó el mito de que las universidades masivas eran de mala calidad y las pequeñas eran de buena calidad, o que las universidades públicas eran de mala calidad y las privadas de buena; no es cierto, no hay un solo dato que lo sustente".

En México, la cobertura en educación universitaria es "inequitativa e insuficiente", pues tres de cada 10 jóvenes tienen acceso a ese nivel. "La verdad de las cosas es que tener una cobertura de un 23 o 24 por ciento -y no peleo por una décima, a lo mejor al rato nos dice (el subsecretario) Rodolfo Tuirán que ya estamos en 25 por ciento- da lo mismo. El problema es que menos de siete jóvenes en edad de tener acceso a la educación superior en México acceden a ella, y desde luego esto nos lleva a la pregunta: ¿Y dónde están? Si no están en el sistema educativo una mala noticia es que muchos de estos jóvenes forman parte de estos migrantes que el país expulsa año tras año".

Sobre el ámbito cualitativo, De la Fuente subrayó que de nada serviría tener cantidad sin calidad; en ese sentido criticó la labor de algunas instituciones privadas que fungen más como negocio que como verdaderas universidades, pues el reto "doble" para México, consideró, es tener muchas escuelas de educación superior de buena calidad.

Por ello hizo un llamado a contar de manera urgente con más universidades masivas de buena calidad, porque sólo con ello México podrá salir del rezago educativo en el que se encuentra.

En cuanto al financiamiento, De la Fuente expresó que las asimetrías con instituciones de países desarrollados "son verdaderamente impresionantes", pues en universidades de Estados Unidos o Europa además de generar sus propios recursos, reciben dinero de sus estados, y pese a ello están preocupadas.

Citó el informe de la secretaria de Educación estadunidense, Margaret Spellings, quien reveló que el año pasado Estados Unidos únicamente graduó 80 mil ingenieros, en comparación con los 350 mil graduados en la India y los 600 mil de China. "La preocupación está en todas las latitudes, está en Asia, en Europa, en los consorcios comerciales; y en mi país; honradamente la veo más limitada a la retórica oficial que a los programas específicos".

Finalmente, dijo que el cuarto eje para ese nivel educativo tiene que ver con la pertinencia de lo que se enseña, en el sentido de si se están o no formando los recursos humanos que se requieren en la coyuntura actual; en torno a la situación de las universidades mexicanas, "salvo contadas excepciones", consideró que se continúan formando los cuadros tradicionales, lo que nos deja a la zaga.

Sin embargo, acotó que reducir la pertinencia a las necesidades del mercado sería "un error gravísimo", porque si se permitiera, los mercados impondrían la agenda educativa. "La educación es uno de los últimos diques que no se han sometido dócilmente a las leyes del lucro mayor. México necesita aquí por supuesto ingenieros, científicos, nuevas carreras cada vez más sustentadas en desarrollos tecnológicos; pero sigo pensando que a lado de ellos México sigue necesitando filósofos, poetas, directores de teatro y científicos sociales", disciplinas que requieren urgentemente un renovado apoyo en el contexto nacional.

Ante esta serie de críticas, Roldofo Tuirán, subsecretario de Educación Superior de la SEP, reconoció como certeras las palabras del rector, pues el presupuesto en la materia es insuficiente para elevar la cobertura en ese nivel educativo, ya que actualmente sólo 25 por ciento de los jóvenes accede a ese nivel y para incrementarlo a 45 por ciento para el año 2020 se requeriría invertir tres veces más de lo que actualmente se invierte.
 
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