domingo, septiembre 02, 2007
(In) congruencia
Qué manera tan promisoria la de la señora Ruth Zavaleta al comenzar su discurso de asunción a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados y encabezar la ceremonia del Informe presidencial. Lea usted:
"Como presidenta del Congreso de la Unión quiero reafirmar que cumpliré con el mandato que me da la Constitución. Estoy obligada a actuar con responsabilidad, institucionalidad y con apego a las leyes, garantizando los principios de imparcialidad y objetividad en la conducción de esta sesión. El Congreso es un lugar de debate y de acuerdos. Es la representación de la pluralidad y representatividad. Ha llegado la hora de reformar al Estado y a sus instituciones, que ya no responden a los nuevos tiempos de México".
¡Olé! Sin exagerar, tan estentóreo y profundo como aquellos que arrancaba Silverio al ejecutar un trincherazo.
Pero, como dice un neoclásico mexicano: "La tenía, era suya... y la dejó ir". Lea usted:
"Ahora bien, apelo a la generosidad de mis compañeras y compañeros legisladores para que comprendan que soy una mujer de convicciones y principios, promotora de procesos electorales democráticos transparentes, equitativos y de respeto al voto. Les comunico que procederé a retirarme de esta tribuna. No puedo recibir un documento de quien proviene de un proceso electoral legalmente concluido, pero cuestionado en su legitimidad por millones de mexicanos".
Ni modo, pues. ¿Cómo explicar sus convicciones y principios con el incumplimiento, por deserción, de sus obligaciones constitucionales que ella misma reconoció? ¿Si entre sus convicciones y principios está el de la congruencia, doña Ruth presidirá las sesiones u otros actos legislativos en los que se discutan o traten iniciativas enviadas (la reforma fiscal, la judicial, los presupuestos de ingresos y egresos federales, entre otras muchas) por aquel "quien proviene de un proceso electoral legalmente concluido, pero cuestionado en su legitimidad por millones de mexicanos"? ¿Y en aquellas que participen los secretarios de despacho (en México no hay secretarios de Estado) designados por el "no reconocido", a quien la Constitución (que la señora Zavaleta dijo que cumplirá) designa "Presidente de los Estados Unidos Mexicanos", único individuo (palabra del texto magno) en el que se deposita "el ejercicio del supremo Poder Ejecutivo de la Unión"?
De acuerdo con la Constitución, "el pueblo ejerce su soberanía por medios de los poderes de la Unión", que son tres: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Hoy, doña Ruth Zavaleta es presidenta de una de las cámaras del Congreso, en la que se deposita el Poder Legislativo. Si ella no reconoce al titular de Ejecutivo, ¿estamos ante un estado de excepción? ¿Qué pasaría si al presidente de la República se le ocurriera no reconocer a los titulares de alguno de los otros dos poderes?
Si la congruencia estuviera entre las convicciones y los principios, doña Ruth también debería explicar cómo es posible que ella y todos sus compañeros legisladores, diputados y senadores, provienen del mismo proceso electoral de 2 de julio de 2006, organizado, sancionado y calificado por las mismas instituciones (el IFE y el Trife). ¿O el IFE y el Trife fueron ejemplo de transparencia y respeto al voto en la elección para diputados y senadores (el mismo día, en las mismas ciudades y con la misma gente, y hasta en las mismas casillas) y no para la de Presidente de la República?
La señora Zavaleta le debe una explicación al país. Si hay congruencia, quizá convenza a quienes no le creen.
Etiquetas: congreso, constitucion, demagogia, democracia, estado de derecho, fascismo, intolerancia, leyes, PRD
y sus legisladores lo sigue alabando?
ni hablar, en este pais lleno de casi personas, pues amlo sera nuestro dictaror a partir del 2012
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