viernes, abril 27, 2007
¿Hasta cuándo los solapará el perredismo?
Le dije a Raymundo que esa era una muestra de lo que él negaba, de las intenciones fascistoides que pervivían en el lopezobradorismo y en otros grupos, como algunos cercanos a la APPO, financiados por personajes oscuros, por ejemplo, José Murat. Imaginémonos a esos personajes que han hecho suya la tarea de reventar cualquier acto, cualquier participación (lo han hecho en la UNAM, en la presentación de los libros de Salvador Camarena y Jorge Zepeda, el de Carlos Tello y lo volvieron a hacer el miércoles y son siempre el mismo grupito de patanes pagados) que no sea del supuesto agrado del "líder" del "movimiento" (así se identificaron) desde el poder. No es muy diferente a la decisión del gobierno de Hugo Chávez de quitar la concesión al canal de televisión más antiguo de su país argumentando que lo critica, o la legislación cubana, que permite detener y aplicar altas penas de prisión a periodistas que, se presume, "van a cometer un delito", que puede ser algo tan terrible como criticar a Fidel. Tampoco se diferencian de los grupos de choque que, impulsados desde el gobierno, durante años, reventaron cualquier expresión opositora a las dictaduras de Centro y Sudamérica. Y es que el autoritarismo y el uso de provocadores van de la mano.
En Calderón presidente contamos, entre otras cosas, que miembros del primer equipo de López Obrador estuvieron en los días finales de la campaña recorriendo medios, indicando qué periodistas podrían seguir trabajando después del triunfo de su candidato. Ahora están en la calle, pero sus grupos de choque, fascistoides, siguen cumpliendo esa labor. Quieren impedir que se presenten opiniones críticas para el "líder", seleccionan quiénes pueden o no hablar, quiénes son aceptables o no. A todo eso lo sazonan con otros ingredientes típicos del fascismo: el fanatismo, la violencia y la xenofobia, para colmo mal informada.
Se alegará que ése no es el PRD, que en el perredismo hay hombres y mujeres serios, talentosos, comprometidos, con los que se puede o no estar de acuerdo, pero que son inteligentes, tolerantes y disfrutan de un buen debate de ideas. Es verdad, conozco y soy amigo de muchos de esos perredistas. Esos provocadores no son, ni remotamente, la esencia del PRD. Pero mientras los perredistas no se deslinden de estos patanes, de estos provocadores a sueldo, mientras no establezcan con claridad que esos personajes no son parte de su movimiento, todos ellos se convierten en cómplices de esas corrientes fascistoides que se incuban en él. Y ese deslinde tiene que ser público: muchos de esos amigos y amigas del perredismo se dicen, en privado, espantados, asqueados, de estos personajes. Pero ninguno lo expresa en público. Se asegura que por miedo a la excomunión del "líder", sin comprender que precisamente ese silencio engendra el huevo de la serpiente de un poder autoritario y antidemocrático. Debería ser López Obrador quien comenzara por establecer ese deslinde, el rechazo a esos grupos y esos métodos. Lamentablemente, por lo menos hasta hoy, para el ex candidato presidencial esas son expresiones de "resistencia civil".
Del proceso electoral de 2006, salimos, como sociedad, divididos y lastimados. Hubo demasiadas palabras e intenciones envenenadas, se dio una ruptura real. En esa presentación del miércoles recordaba un texto de Bob Dylan, publicado en el primer tomo de sus crónicas. "Uno se pregunta, dice Dylan, cómo personas unidas por la geografía y los ideales religiosos podían convertirse en enemigos acérrimos. Al final, sólo queda una cultura del sentimiento, de días negros, del cisma, del ojo por ojo, del destino común de la humanidad descarriada. Todo se reduce a una larga canción fúnebre, con cierta imperfección en los temas, una ideología de elevadas abstracciones, de hombres exaltados no necesariamente buenos... Todo está envuelto en un manto de irrealidad, grandeza y mojigatería... Por aquel entonces el país fue crucificado, murió y resucitó". Habla Dylan de las épocas más oscuras de la Unión Americana, luego de la guerra civil. Pero ese es el sentimiento que me quedó después del proceso electoral del año pasado. Creo que nuestro país, también, "fue crucificado, murió y resucitó". Nuestros principales actores políticos deben asumir su responsabilidad. En este caso, el perredismo está obligado, públicamente, a deslindarse de los fascistas y los provocadores que se han cobijado en el seno del "movimiento" y se escudan en ese silencio para recurrir a la violencia.
Jorge Fernández Menéndez, Excelsior, 27 de abril 2007
Etiquetas: AMLO, demagogia, democracia, estado de derecho, fanatismo, fascismo, intolerancia, izquierda, liberalismo, populismo, PRD
Pero en fin, en tus "argumentos" se nota por que eres un seguidor incondicional de AMLO.
Este blog trata ESPECIFICAMENTE del populismo y los populistas. Si fuera para criticar al gobierno actual o de politica en general, sería otra cosa.
Saludos
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