sábado, septiembre 15, 2007

 

Dictadura del spot

"¿Qué defienden: el país del spot y los ratings o el derecho de los ciudadanos a obtener información que sirva para orientar sus decisiones?"
Guadalupe Acosta Naranjo, PRD


En el debate del 11 de septiembre sobre la reforma electoral, la Senadora del PRI María de los Ángeles Moreno afirmó que con la nueva legislación se eliminaría la cultura del spot y se promoverían campañas de más fondo. Ya no se discriminará -dijo- a candidatos por ser feos o por tener mala voz.

El 12 de septiembre, Alejandro González Yáñez del PT aseveró que la nueva ley impedirá la "espotización" de la política; el sistema anterior no "ofertaba (sic) ideas", sino que convertía a los candidatos en meros "productos de mercadotecnia política". La nueva legislación, dijo, privilegiará el debate de altura y el intercambio de ideas.

Tan atractivo resultó el concepto que lo adoptó el diario La Jornada, que ayer editorializó en su cabeza principal: "Sepulta el Senado la dictadura de los espots". La verdad, sin embargo, es que la reforma le está dando rango constitucional a la dictadura del spot.

Quizá los senadores no leyeron la iniciativa, como el año pasado cuando Pablo Gómez y los diputados del PRD reconocieron que no leyeron la Ley de Radio y Televisión que aprobaron por unanimidad. Pero quienquiera que se tome la molestia de examinar las enmiendas verá que éstas no sólo promueven, sino que obligan a la "espotización". Una de las mayores víctimas de la nueva ley será el debate de las ideas.

El que los partidos no paguen a los medios electrónicos por los tiempos de propaganda política no va a elevar el nivel de la propaganda. Los partidos y candidatos en campaña tendrán que compartir de 2 a 3 minutos por hora de forma gratuita, pero en ese espacio sólo podrán ofrecer spots.

Si quieren tocar temas de fondo, no podrán contratar tiempos más prolongados, como lo hizo Andrés Manuel López Obrador en la campaña del 2006. El entonces candidato perredista compraba media hora diaria en TV Azteca y contrató, además, tiempos largos de medios para explicar en detalle sus propuestas económicas y sociales. Hoy esa opción queda constitucionalmente cancelada. Los 2 a 3 minutos por hora que se arrebatarán a los medios no vuelven inevitable la "espotización".

Peor aún. En la campaña del 2006 los análisis y debates a fondo se llevaron a cabo en programas de las barras de opinión de las televisoras, como "Zona abierta", de Héctor Aguilar Camín y "Tercer grado", de Televisa, o "La entrevista con Sarmiento", que yo conduzco. El futuro de estas barras, sin embargo, queda ahora en tela de duda, porque sus recursos provenían en buena medida de la publicidad política que ahora quedará prohibida. Si estos programas desaparecen, o se ven limitados, los spots serán la única opción para presentar ideas de fondo.

Ni siquiera los programas de debate televisado de media hora que actualmente produce el IFE y que conduce Guadalupe Juárez sobrevivirán. El nuevo artículo 41 de la Constitución sólo plasma la asignación de tiempos electorales de 2 a 3 minutos por hora entre las 6:00 y las 24:00. México tendrá el dudoso privilegio de ser el único país en detallar en la Constitución minuto a minuto los tiempos de propaganda electoral y en prohibir en tiempos oficiales los programas de análisis de fondo.

Paradójicamente, si las tan vilipendiadas empresas de medios no ceden generosamente más tiempo a los partidos del que éstos les quitaron a la mala, las futuras campañas políticas se verán necesariamente reducidas a simples guerras de spots. Los debates entre candidatos sólo podrán realizarse en abonos chiquitos de 3 minutos, a menos de que los partidos les pidan el favor a las televisoras y radiodifusoras.

Por otra parte, como las nuevas normas constitucionales prohíben las campañas "denigrantes", los partidos se verán obligados a limitar sus spots a simples enumeraciones de promesas o a esos autoelogios a los que nos han acostumbrado los anuncios del sector público. Los candidatos se unirán al coro de los grillos que hoy nos dice que contamos con los mejores diputados, senadores, jueces y funcionarios del mundo.

Ya hoy los partidos, el Congreso y el Gobierno tienen problemas para llenar los tiempos públicos. Hace algún tiempo, Convergencia cubrió uno de sus espacios de radio de 5 minutos con una simple repetición interminable de su cancioncita "Naranja, Naranja". El PRD a veces mete viejos discursos de López Obrador. El Senado se ha hartado de decirnos que "A Patricia ya no la volverán a golpear", cuando todo el mundo sabe que la siguen golpeando. La situación empeorará cuando se tripliquen los tiempos oficiales en horarios estelares.

Pero, en todo caso, los 2 ó 3 minutos constitucionales sólo podrán llenarse con spots. Los partidos están cerrando las puertas al debate de ideas. Y lo peor de todo es que lo están haciendo en la Constitución.

Concesiones
La reforma electoral ha dejado claras las reglas para los servicios concesionados en nuestro país. De ahora en adelante, en tiempos de campaña, los bancos tendrán que dar crédito sin cobrar intereses a los candidatos. Las aerolíneas dejarán el 30 por ciento de sus asientos para uso gratuito de los políticos. Y los aserraderos entregarán un tercio de su madera a los partidos.


Sergio Sarmiento

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Comments:
Es un artículo mal construido y con un ligero 'ardor' por quitarle el dinero de los spots a a los medios (los medios no reniegan de los spots, reniegan de que no tengan la libertad de ponerles precio).

Además el artículo no es tuyo, al menos deberías tener la decencia de reconocer al autor. Si es tuyo entonces hay otros que te copiaron y entonces eres Sergio Sarmiento (cito: "La entrevista con Sarmiento", que yo conduzco)

Por si quieres cambiar tu opinión te refiero estos dos apartados que te sugiero leas bien para ver la contradicción que incurre en la construcción de sus premisas:

"Peor aún. En la campaña del 2006 los análisis y debates a fondo se llevaron a cabo en programas de las barras de opinión de las televisoras, como "Zona abierta", de Héctor Aguilar Camín y "Tercer grado", de Televisa, o "La entrevista con Sarmiento", que yo conduzco. El futuro de estas barras, sin embargo, queda ahora en tela de duda, porque sus recursos provenían en buena medida de la publicidad política que ahora quedará prohibida. Si estos programas desaparecen, o se ven limitados, los spots serán la única opción para presentar ideas de fondo."

Y después concluye:
"México tendrá el dudoso privilegio de ser el único país en detallar en la Constitución minuto a minuto los tiempos de propaganda electoral y en prohibir en tiempos oficiales los programas de análisis de fondo."

De acuerdo a lo último, los programas de análisis de fondo quedarán prohibidos en tiempos oficiales por la ley. Pero en su primer párrafo dice que van a desaparecer por falta de "patrocinadores". Esto es una construcción falsa ya que no puede suceder ambas cosas.

Además:
"Por otra parte, como las nuevas normas constitucionales prohíben las campañas 'denigrantes'"

Es también falso, lo único que se hizo fue elevar a rango constitucional. Esto ya estaba previsto en el IFE pero hacía que grupos "anónimos" pudieran publicar sus anuncios denigrando a cualquier candidato.
Si tanto les afecta esta parte, ¿porqué no lo intentaron prevenir desde que se aprobó en el IFE escribiendo que esto era un retroceso para la democracia?

El artículo también intenta dar indirectamente la noción de que la democracia avanza a través de guerras de spots (Que tienen jugosas ganancias dicho sea de paso), y que la libre competencia por comprar más espacios para hacer spots de ataque/respuesta ayudan a la democracia.

Yo preferiría que no hubiera spots ya que no tienen ningún contenido. Son tiempos cortos en los que no pueden explicar ninguna propuesta (si es que el político realmente la tiene) y sólo se enumeran como promesas a través de la mercadotecnia.
Pero de eso a seguir pagandoles a los medios por utilizar algo nuestro (el espectro electromagnético es un bien de la nación) prefiero la reforma donde no se les pagara, o ¿a poco a ti te gusta que haya personas reservando lugares en la calle para estacionarse públicamente y te cobren por utilizar ese espacio cuando es de todos?

Saludos y a leer más entre líneas.
 
Hola anónimo!

Primero que nada una disculpa, por error omití el nombre de Sergio Sarmiento del post. Como ya te habrás dado cuenta, este blog es un compendio de editoriales que aparecen en distintos periódicos nacionales.

No veo la construcción falsa que mencionas. Si pueden suceder ambas. Primero, los programas actuales de análisis (buenos, regulares o malos, eso es aparte) desaparecerán porque vivían en buena parte de la propaganda pagada por los partidos. Y no podrán pasarse a tiempos oficiales porque hay un límite de tiempo, de 2 a 3 minutos. Por lo tanto, los análisis de fondo quedan prohibidos de facto en la Constitución. Al menos yo así lo leo "entre líneas".

Lo que estaba prohibido eran las acusaciones falsas, sin fundamento. Ahora cualquier crítica negativa, aunque sea cierta, esta prohibida.

Definitivamente hay un sesgo en la opinión de Sarmiento. Tiene intereses. Pero aún así hay algo de cierto en su dicho.

La democracia no avanza por medio de guerras de spots, pero ciertamente tampoco lo hará ahora que los ciudadanos apartidistas no podremos opinar en los procesos electorales. La partidocracia se ha fortalecido, no así la democracia.

Me parece bien que los partidos no puedan contratar directamente propaganda, pero la solución que se estará aplicando parece peor que la enfermedad. Como ya lo mencioné en otro posteo, a mi me vale que ahora no se le pague a los medios, pero que no mientan diciendo que ese dinero irá para los pobres, cuando los partidos no ven reducidos sus ingresos. Y peor aún que yo no pueda opinar sobre los partidos y candidatos. Mi libertad de expresión queda coartada.

Ni lo todo lo que dice la telecracia es correcto, pero tampoco lo que esta implementando la partidocracia.

Saludos
 
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