jueves, junio 30, 2011
Tragedia griega, nuevo acto
Ayer, la tragedia griega entró en un nuevo acto, que tendrá risas, pero también llanto.
Para los mercados bursátiles fue un día de festejos. Prácticamente todas las bolsas importantes del mundo subieron. El indicador que las resume, el Global Dow, cerró con un alza de 1.4 por ciento.
Para la población griega fue un día de llanto. Y no sólo por el gas lacrimógeno usado al por mayor en la represión de las protestas callejeras, sino por la austeridad aprobada que implica aumentos de impuestos, recortes de gasto y privatizaciones de casi todo.
Esto significará pérdidas de empleo, de ingresos y una caída severa del nivel de vida de los griegos.
Hoy, quizá a la hora en que lea estas líneas, se habrá de votar el detalle de ese severísimo programa de austeridad.
El festejo de los mercados fue por la sensación de alivio. Para hoy no se esperan sorpresas... pero el mundo es tan extraño a veces, que más valdría no descartarlas.
Sin embargo, los expertos señalan que una cosa es lo que los políticos aprobaron y otra cosa muy diferente es lo que puede suceder en la calle.
A no muchos kilómetros de Grecia, a principios de este año, hubo revoluciones en el mundo árabe que pusieron contra la pared a gobiernos que parecían inamovibles. Un régimen tan débil y dividido como el de Grecia tiene un futuro incierto si la instrumentación de la austeridad produce protestas masivas.
En el mejor de los casos, se ganó tiempo.
Si en los primeros días de julio se produce el desembolso de los 12 mil millones de euros esperados, se evitará el default de Grecia.
Pero la verdad es que el préstamo habrá sido para evitar la crisis de los bancos. Los euros llegarán a Grecia y semanas después volverán a salir para ir a los estados financieros de los bancos franceses y alemanes.
Los créditos acordados darán un respiro... a las instituciones financieras, hasta el mes de agosto. Desde el 15 de julio y hasta el 20 de agosto, los vencimientos de la deuda griega suman 12 mil 780 millones de euros.
Los nuevos créditos dan para ese plazo y nada más.
La esperanza es que en las próximas semanas se pueda concretar un programa que reestructure la deuda griega, algo a lo que los bancos han sido renuentes, insistiendo sólo en programas de refinanciamiento.
Esa historia la conocemos al dedillo en México. La deuda externa del País estuvo en refinanciamiento permanente desde 1982 hasta 1989.
Fue hasta que se logró una reestructuración que implicó quitas y que los bancos reconocieron sus pérdidas, cuando se produjo una solución de fondo al sobreendeudamiento.
Mientras los bancos que tienen el grueso de la tenencia de los bonos de Grecia, que son de Francia y Alemania, no acepten que deben reconocer pérdidas y, por lo tanto, hacer reservas mayores, con el impacto en sus accionistas, vamos a estar en una crisis permanente, con algunas semanas o incluso meses de respiro, sólo para recaer en crisis todavía mayores.
Así que, para los lectores que me escribieron preguntando si la aprobación del paquete de austeridad en el parlamento era el fin de la tragedia griega, debo contestar terminantemente que no.
Se trató de un respiro, que será, en el mejor de los casos, de tres meses, si es que antes no hay una crisis política en Grecia que vuelva inoperable la austeridad.
Trace sus estrategias financieras tomando en cuenta esos datos.
Enrique Quintana
enrique.quintana@reforma.com
Para los mercados bursátiles fue un día de festejos. Prácticamente todas las bolsas importantes del mundo subieron. El indicador que las resume, el Global Dow, cerró con un alza de 1.4 por ciento.
Para la población griega fue un día de llanto. Y no sólo por el gas lacrimógeno usado al por mayor en la represión de las protestas callejeras, sino por la austeridad aprobada que implica aumentos de impuestos, recortes de gasto y privatizaciones de casi todo.
Esto significará pérdidas de empleo, de ingresos y una caída severa del nivel de vida de los griegos.
Hoy, quizá a la hora en que lea estas líneas, se habrá de votar el detalle de ese severísimo programa de austeridad.
El festejo de los mercados fue por la sensación de alivio. Para hoy no se esperan sorpresas... pero el mundo es tan extraño a veces, que más valdría no descartarlas.
Sin embargo, los expertos señalan que una cosa es lo que los políticos aprobaron y otra cosa muy diferente es lo que puede suceder en la calle.
A no muchos kilómetros de Grecia, a principios de este año, hubo revoluciones en el mundo árabe que pusieron contra la pared a gobiernos que parecían inamovibles. Un régimen tan débil y dividido como el de Grecia tiene un futuro incierto si la instrumentación de la austeridad produce protestas masivas.
En el mejor de los casos, se ganó tiempo.
Si en los primeros días de julio se produce el desembolso de los 12 mil millones de euros esperados, se evitará el default de Grecia.
Pero la verdad es que el préstamo habrá sido para evitar la crisis de los bancos. Los euros llegarán a Grecia y semanas después volverán a salir para ir a los estados financieros de los bancos franceses y alemanes.
Los créditos acordados darán un respiro... a las instituciones financieras, hasta el mes de agosto. Desde el 15 de julio y hasta el 20 de agosto, los vencimientos de la deuda griega suman 12 mil 780 millones de euros.
Los nuevos créditos dan para ese plazo y nada más.
La esperanza es que en las próximas semanas se pueda concretar un programa que reestructure la deuda griega, algo a lo que los bancos han sido renuentes, insistiendo sólo en programas de refinanciamiento.
Esa historia la conocemos al dedillo en México. La deuda externa del País estuvo en refinanciamiento permanente desde 1982 hasta 1989.
Fue hasta que se logró una reestructuración que implicó quitas y que los bancos reconocieron sus pérdidas, cuando se produjo una solución de fondo al sobreendeudamiento.
Mientras los bancos que tienen el grueso de la tenencia de los bonos de Grecia, que son de Francia y Alemania, no acepten que deben reconocer pérdidas y, por lo tanto, hacer reservas mayores, con el impacto en sus accionistas, vamos a estar en una crisis permanente, con algunas semanas o incluso meses de respiro, sólo para recaer en crisis todavía mayores.
Así que, para los lectores que me escribieron preguntando si la aprobación del paquete de austeridad en el parlamento era el fin de la tragedia griega, debo contestar terminantemente que no.
Se trató de un respiro, que será, en el mejor de los casos, de tres meses, si es que antes no hay una crisis política en Grecia que vuelva inoperable la austeridad.
Trace sus estrategias financieras tomando en cuenta esos datos.
Enrique Quintana
enrique.quintana@reforma.com
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En máximo 10 años, en México sufriremos una crisis como la que están pasando los griegos. Estimo que es el tiempo que seguiremos siendo exportadores netos de petróleo. Después de eso, y sin una reforma fiscal integral, el gobierno no tendrá ingresos suficientes para cubrir el enorme gasto burocrático. Habrá recortes, pero lo más probable es que haya un incremento de impuestos.
Hoy la enorme bola de nieve de las pensiones de los burócratas (trabajadores del IMSS, ISSSTE, PEMEX, CFE, etc.) sigue creciendo y el Estado Mexicano es quien las garantiza. Pero el Estado no genera riqueza, la recibe de la sociedad a través de los impuestos. Así que todos esos excesos de los políticos y burócratas, al final los pagaremos la iniciativa privada, todos quienes no somos de los "privilegiados" de vivir pegados a la ubre del Erario.
Y ya veo las marchas de burócratas en 10 años, bloqueos y manifestaciones cuando no quieran que se reduzcan sus canonjías. Sus "logros sindicales". Y muy probablemente los políticos en turno, se echará para atrás, y aumentaran impuestos a los mismos de siempre. Todo por haber gastado a lo estúpido los ingresos extraordinarios del petróleo. Al tiempo.