miércoles, septiembre 16, 2009

 

Dar el grito, independencia económica

"Las colonias no dejan de serlo por ser independientes".
Benjamin Disraeli
 
La celebración de la Independencia se ha convertido en una simple formalidad sin contenido. A 199 años del grito de Dolores, un acto en el que nadie pidió la independencia de México, celebramos una independencia que aún no tenemos.

La experiencia nos dice que la verdadera independencia empieza por la economía. Un chico con aspiraciones de independencia nunca la tendrá si vive del dinero de su padre. Sólo aquel que pueda subsistir y progresar de su trabajo la tendrá realmente. Los países más independientes son los que tienen más fuerza económica y los que pueden dar a sus gobernados un mejor nivel de vida.

Nosotros estamos muy lejos de ello. Las malas decisiones económicas han hecho de México un país pobre y poco productivo. Estados Unidos, que durante la colonia era más pobre que México, hoy nos rebasa ampliamente. La propia España, frente a la cual logramos la independencia política en 1821 (no en 1810), es hoy también mucho más próspera que México. Según el Fondo Monetario Internacional, México tenía en 2008 un Producto Interno Bruto per cápita de 10 mil 235 dólares. España, mientras tanto, alcanzaba los 35 mil 331 dólares y Estados Unidos los 46 mil 859 dólares.

Pero no sólo nuestro producto per cápita es inferior al de otros países sino que hemos generado una pésima distribución de la riqueza, lo cual hace que tengamos a una gran parte de la población viviendo en condiciones de verdadera esclavitud. En el 2008, el 47.4 por ciento de la población mexicana vivía en pobreza y el 18.2 por ciento en pobreza alimentaria o miseria. Lo peor de todo es que entre 2006 y 2008, antes incluso de que la actual crisis pegara frontalmente a nuestro país, registramos un aumento importante, de cinco puntos porcentuales, en los índices de pobreza.

Nuestros políticos han sido responsables de las decisiones que nos han hecho más pobres. Ellos prohibieron la inversión privada en petróleo, gas y electricidad y decidieron que el Estado mexicano debía mantener una "rectoría" sobre la economía. Estas medidas han promovido un deterioro económico muy significativo. Nos han hecho más pobres y menos independientes.

Con los festejos de la Independencia de este 2009 estamos empezando un ciclo que supuestamente nos llevará a la gran celebración del segundo centenario del grito de Dolores. Hoy tenemos calles, edificios y monumentos que se apellidan Bicentenario. Mucho dinero han desperdiciado nuestros políticos en estos proyectos y mucho más gastarán en los próximos meses. Si no han podido dar a los mexicanos pan, esperan que nos conformemos con un poco de circo.

El problema es que nadie quiere impulsar las medidas que realmente servirían para construir un México más próspero e independiente. Nadie está pensando en eliminar las restricciones a la inversión productiva en energía o en construir un sistema de educación pública en que los maestros rindan cuentas a la sociedad en lugar de a un sindicato corrupto. Ningún político quiere apostar a la edificación de un sistema en que se defiendan con claridad los derechos de propiedad.

Es más fácil dar de gritos los 15 de septiembre y presenciar desfiles los 16. Es más sencillo hacer discursos que se vanaglorien de una independencia no alcanzada. Es más cómodo seguir repartiendo un presupuesto que rebasa los 3.1 billones de pesos al año, 29 mil 400 pesos por cada hombre, mujer y niño de este país. Lo que nadie quiere hacer es tomar las medidas para construir un país más próspero e independiente.

Sergio Sarmiento

 www.sergiosarmiento.com

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Para que quizá algún día los políticos en México acepten hacer los cambios, las reformas estructurales, que el país requiere, primero la mayoría de los mexicanos debemos entender en qué consisten esos cambios económicos y aceptar que es lo mejor para el país. Si no entiendes, pregunta, investiga, estudia, pero no sigas como borrego los discursos populistas y demagógicos de los políticos que sólo te endulzan el oido para que votes por ellos. Recuerda, no hay lonche gratis, todo cuesta en ésta vida. No podemos exigir subsidios, servicios baratos, sin meditar quién va a pagar por el costo real de eso.

Los políticos, sobre todo los populistas, siempre dirán que hay que obligar a los ricos a que paguen más impuestos para dárselos a los pobres. Distribuir la riqueza. Lo que no dicen es que en el proceso de esa supuesta distribución son ellos, los burócratas y los políticos, quienes se quedan con la mayor parte de ese dinero. El pueblo ignorante de temas económicos, agradece una despensa que le quitará el hambre un día y vota por el politico que sigue viviendo de los impuestos de quienes si los pagamos. En cambio, si se redujeran los impuestos a las empresas que reinviertan las ganancias, a las que generan empleos, se generaría más riqueza, habría más empleos para los mexicanos, y no habría necesidad de limosnas por parte del gobierno. Pero un esquema como éste no deja tanto dinero a los políticos, ¿verdad? Medítenlo la próxima vez que vayan a votar.

Dany Osiel Portales Castro


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