jueves, septiembre 03, 2009

 

Carta al Sr. Presidente de la República, Sres. Diputados, Senadores y a la opinión pública.

Septiembre 3, 2009

 Muy señores míos, con el respeto que me merecen, me dirijo a ustedes en la víspera de las discusiones que pronto definirán los programas económicos del año 2010 y que podrán afectar los años subsecuentes;  ojalá este impacto sea de visión de estado y con efecto  positivo para nuestro país.

Les escribo como lo que soy, uno de los más de 100 millones de ciudadanos que orgullosamente llamamos patria a México; sin afiliación partidista, cargo u otra conexión a la administración pública y que desafortunadamente, como muchísimos otros mexicanos, se encuentra desempleado y ve con profunda tristeza, desesperación y sí hasta rabia, como otras naciones avanzan a pasos agigantados y firmes mientras México continua perdiendo terreno ante esos países.

Lo que les propongo considerar en lo relativo al presupuesto de egresos e ingresos que regirá la administración del ciclo 2010 tiene como base simplemente lo que es noticia pública, observación de nuestro acontecer y un poco de análisis de su servidor; no tengo, y creo que para los fines de esta misiva, no es necesaria mayor información.

Si bien el ejercicio 2010 es una prioridad imponderable, no es posible dejar a un lado los años siguientes, y no me refiero a lo que resta del sexenio en curso, como en nuestra política se ha acostumbrado; me refiero a los siguientes 20, 30 o más años, en otras palabras nuestra visión estratégica como nación.

El tema, como dicen los clásicos, es simple, se requieren más ingresos para las arcas del país y una operación, ya no digo eficiente, sino al menos honesta de tales recursos.

Comenzaré por la parte de operación de los recursos, en la que estoy algo de acuerdo con los discursos de algunos diputados: Hay que disminuir el gasto corriente. Claro que hay que hacerlo, pero no a través de reducciones heroicas de sueldos de los funcionarios públicos y otras propuestas tan inverosímiles, tales no son las que tienen al país en el estado actual; y por otro lado, que bueno que ganen bien, eso evita un poco las tentaciones en las que muchos caen de manera placentera. Como ejemplos de reducciones de gasto corriente, Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad, Luz y Fuerza del Centro y promoción de imagen de figuras con cargos públicos.

En cuanto a Petróleos Mexicanos, simplemente no me puedo imaginar lo que por ordeña de poliductos se pierde; lo reportado recientemente en las noticias es, seguramente, insignificante en comparación con lo que puede en realidad suceder. Y saben, señores míos, es insultante como nos pretenden hacer creer que la instalación de tuberías clandestinas  es tan simple como conectar una manguera de jardín. Son poliductos sujetos a presiones impresionantes y con productos altamente peligrosos donde "Juan de las Cuerdas" simplemente no puede llevar una pala, un taladro, maquina de soldar, manguera y una llave de jardín para extraer ilegalmente el tan aclamado petróleo de todos los mexicanos (tema que abordaré posteriormente). Estas ordeñas son coordinadas internamente y su detección o se deja de hacer o se ignora, ya que no es posible que una compañía que transporta fluidos tan valiosos no tenga controles de flujo entre sus estaciones de bombeo y almacenaje.

En cuanto al discurso de “No a la privatización de Pemex”, lo que en realidad no quieren que suceda es que el botín que hoy existe, y se ha usado para fines oscuros por personajes como “La Quina” o para financiar el “Pemexgate” entre otros desparezca. Cualquier empresa privada, con la finalidad de generar riqueza, eliminaría este tipo de situaciones, una vez más, no se busca el bien del país, se busca mantener la red de contubernios y prácticas ilícitas que enriquecen a un sector pequeñísimo de la nación. Eso de que el petróleo es de los mexicanos, es una más de las muchas mentiras en las que vivimos y tristemente se utiliza para azuzar a personas para hacer marchas y atacar cualquier propuesta de modernización de lo que desde hace muchos años, ha sido la maquinita de hacer dinero del gobierno.

En cuanto a nuestras generadoras y distribuidoras de energía eléctrica, si la memoria no me falla, para cambiar luminarias y sus focos, se requiere un técnico eléctrico, un técnico mecánico no puede hacer tal tarea ya que no es su “especialidad” o para no incurrir en problemas con su sindicato. Hasta donde me ha sido posible apreciar, los familiares directos y hasta cierto grado, o número de indirectos, están exentos del pago por consumo de electricidad mientras el empleado continúe en la compañía y en caso de ser jubilado, hasta su fallecimiento.  En la célebre compañía de Luz y Fuerza del Centro, es conocidísimo el tema de venta de plazas para que aviadores cobren un sueldo y eventualmente hasta una pensión.

Muy señores míos, en muchas ocasiones he escuchado discursos inflamados e inflamatorios acerca de la no privatización de estas nuestras empresas, ¿Y saben qué? Estoy de acuerdo en la no privatización de las mismas, al menos en la forma que se ha dado en nuestro país; que mejor ejemplo que Telmex que pasó de ser un monopolio paraestatal con pésimo servicio a un monopolio privado, si, mucho más eficiente y de mejor calidad, pero a precios mucho mayores que los que se pueden obtener en países con características similares a México, ya ni hablar de lo que se rumora a gritos de como tomó lugar  la compra-venta. Señores míos, la clave no es solo la privatización, sino la verdadera competencia que solo en el libre mercado se puede dar.

En lo relativo a promoción de imagen,  curiosamente en las vísperas electorales, el programa “Querétaro va en grande” que sin temor a exagerar circuló promocionales del “Poder Ejecutivo del Estado” en la radio cada 5 minutos por periodo de meses. ¿Qué decir del Estado de México donde figuras muy relevantes del ambiente artístico han sido las conductoras de los mensajes y, muchos, en cadena nacional de televisión abierta? Por último, Nuevo León, donde también curiosamente antes de las elecciones, en “apoyo a los más desprotegidos” se dejó de cobrar el servicio de agua potable y alcantarillado así como el acceso al transporte colectivo del metro.

Señores míos. ¿No habrá oportunidad de reducir el gasto corriente en los rubros anteriores y seguramente muchos más que su servidor con tristeza no alcanza a ver; como lo que se destina al “sindicato de maestros” que según cifras oficiales es de una magnitud muy comparable a lo que el IMSS utiliza en medicinas para sus derecho-habientes en lugar de rasgarse las vestiduras con reducciones heroicas de sueldo u otras vanalidades?

En el tema de los ingresos (y tan satanizados impuestos), ¿No seríamos más interesantes como receptores de inversión si dejáramos de inventar impuestos a las fuentes formales de trabajo? Como el impuesto estatal del 2% a la nómina, el IETU y, espero no haya más creatividad en este sentido, ya que parece ser que la actitud al gravar las fuentes de trabajo es “ahí están y ni modo que se vayan, además los empresarios son muy ricos”, lo anterior sin darse cuenta que, a pesar de ser vecinos de la economía número 1 del mundo, ya no somos el país del cual los Estados Unidos importan más productos; los chinos nos han dejado atrás a pesar de que hay un océano de separación entre ambos países mientras en nuestro caso tenemos una frontera común y un tratado de libre comercio.

El incrementar la base gravable no es difícil, sí se quiere hacer. A mí me da muchísimo orgullo ver a mucha gente haciendo la lucha por llevar dinero a su casa, incluido el negocio “informal”, ésta situación es un millón de veces mejor que dedicarse a otras cosas como el narcotráfico o el secuestro. Lo que me llena de un sentimiento de injusticia, es que no paguen impuestos al igual que los que somos (o fuimos hasta hace unos meses en el caso de su servidor) cautivos del sistema. Y ¿Saben qué? No es que no se pueda, es que no se ha querido porque tales poblaciones representan cuotas, de dinero y de votos. De dinero para que se les permita tratar de llevar a cabo una actividad honesta en la mayoría de los casos y que termina en autoridades corruptas; de votos, porque “si queda el otro partido, ya no te van a dar chance de poner tu puestecito aquí”. ¿Por qué no se acaba la mercancía ilícita en Tepito? ¿Por qué no se termina el ambulantaje en el centro histórico de la Cd. de México? ¿Por qué casi en cualquier mercado de cualquier ciudad del país se encuentran productos piratas y de contrabando? Porque no se ha querido. Porque representan cuotas y entre más, mejor para algunos pocos. Este el fondo del asunto.

Señores míos, hagan el país más atractivo a la inversión y déjense de discursos inútiles de “proteger a los más necesitados”, lo que se necesita en realidad es romper esos círculos de corrupción y que todos los que generamos ingresos colaboremos con el país.

Sin saberlo a ciencia cierta señores míos, lo que demuestran en su actuar es que su futuro, al menos financieramente, está asegurado; y lo que los millones y millones de mexicanos vemos día a día al no encontrar trabajo, al tener servicios deficientes, al ser objeto de la inseguridad, de ver cómo otros países nos rebasan no es más que una historia distante, de la cual ustedes no se preocupan, casi me atrevería a afirmar que ni les importa. Ojala este equivocado.

Señores míos, seguramente las cosas en China, India, Corea del Sur, Chile, Brasil, Indonesia y varios países de Europa del Este, distan mucho de ser perfectas, pero una cosa es segura, sus líderes políticos han puesto por delante los intereses de su país o región, a los propios o de partido.

Por favor dejen de ver la manera en que van a impedir al que está actualmente en el poder hacer bien su trabajo, para incrementar sus posibilidades en el futuro de tomar un puesto; este ciclo perene es lo que, entre otras cosas, tiene al país en la condición actual.

Muchos, millones en realidad, les agradeceremos que su actuar sea con el país en su mente y no otros fines.

Atentamente,

Waldo Rodriguez

 

 

 


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