domingo, noviembre 25, 2007
Partidos 'only'
He dejado de creer en la legitimidad de los partidos políticos desde hace ya algunos años. Quedó atrás la época en que se podían ejercer con libertad los ideales políticos en estas organizaciones.
Si bien debo reconocer, en sus orígenes, algunos rasgos de valía para su existencia, la vida actual de los partidos políticos parece más ocupada de cuestiones coyunturales que de un auténtico afán por mejorar el País.
La Constitución determina, contrario a lo plasmado en su capítulo de garantías individuales, que son los partidos políticos y no los ciudadanos quienes pueden acceder al poder. Así, y con la fortaleza presupuestal que han adquirido los partidos desde 1997, son ahora la única aduana para acceder al poder popular.
El problema de esta aduana es múltiple. Se ha convertido en una garita compleja, voluble, imprecisa y cambiante. Una puerta sin entradas ni salidas claras. Es difícil obtener pasaporte con ellos. Los partidos menosprecian la participación espontánea de los ciudadanos y se premia la interesada.
También las reglas de ascenso en la organización política están supeditadas a principios tan informales como las relaciones, la amistad, la posibilidad de un puesto público futuro y, en algunos casos, hasta la estética del candidato.
Estas aduanas hoy se han vuelto un búnker, pues son los partidos políticos y no los legisladores los que han hecho de la última reforma electoral su agasajo. Con ella se han blindado al escrutinio, echando la culpa a los intereses de los medios masivos de comunicación. Lograron su cometido: quedarse con el presupuesto del IFE y hasta con el mismo Instituto, sin darle cuentas a nadie.
Recorrer los postulados actuales de los partidos políticos es una verdadera pesadilla. Los planteamientos de los tres más importantes institutos políticos son coherentes en su exposición, pero muy cuestionables en su práctica. Como siempre es más fácil diseñar misiones y objetivos que ponerlos en práctica.
¿Qué ha provocado esta distancia entre los postulados partidistas y su ejercicio auténtico? Encuentro varias razones. Primero, la falta de comprensión de la práctica del gobierno. El ejercicio de la autoridad le genera muchas ilusiones al partido en campaña. Estos sueños consideran posible un plan de gobierno que incluya sus creencias y las de su partido. Se topan después con los operadores del gobierno, la burocracia y los grupos de interés. Pierden fácilmente de vista lo esencial de gobernar y terminan presos de la urgencia en las administraciones públicas, olvidando el objetivo básico de mejorar las condiciones y calidad de vida de sus gobernados.
Segundo, la lenta pero contundente captura del gobierno por parte de los partidos políticos. Hoy los partidos, no la sociedad, son los que determinan la colocación de funcionarios de primer y segundo nivel en muchos municipios y estados. La mano invisible de los institutos políticos está ahí. A veces con urgencia, a veces con maldad. Este "préstamo para que cuando yo llegue al poder te recompense con otro puesto" está minando la autonomía de la autoridad y alejando al gobierno de sus gobernados.
En este contexto se sitúa la reforma electoral aprobada por todos los partidos en beneficio, claro, de ellos y de su capacidad de seguir siendo aduanas y cotos de poder frente a la necesidad de visualizar un mejor país.
La reforma despierta posiciones encontradas. Se ha abierto la puerta a la partidocracia, se argumenta. Es cierto, pero la partidocracia no es un mal en sí mismo. Sin embargo, lo es desde el punto de vista de su origen.
En México, esta partidocracia nace con institutos políticos débiles ideológica y prácticamente. No con las ideas forjadoras de un mejor país, sino con las de mantener repartido el acceso a puestos públicos.
Estamos lejos de tener una partidocracia virtuosa, donde los partidos luchen por posicionar sus ideales y llevarlos a plataformas de campaña, pero que además constituyan mecanismos de autocrítica, rendición de cuentas a la sociedad e incentivos para impulsar un mejor desarrollo del País, aunque se pierdan elecciones.
Sólo así puede convertirse la partidocracia en un buen sistema electoral.
Vidal Garza Cantú
vidalgarza@terra.com.mx
Si bien debo reconocer, en sus orígenes, algunos rasgos de valía para su existencia, la vida actual de los partidos políticos parece más ocupada de cuestiones coyunturales que de un auténtico afán por mejorar el País.
La Constitución determina, contrario a lo plasmado en su capítulo de garantías individuales, que son los partidos políticos y no los ciudadanos quienes pueden acceder al poder. Así, y con la fortaleza presupuestal que han adquirido los partidos desde 1997, son ahora la única aduana para acceder al poder popular.
El problema de esta aduana es múltiple. Se ha convertido en una garita compleja, voluble, imprecisa y cambiante. Una puerta sin entradas ni salidas claras. Es difícil obtener pasaporte con ellos. Los partidos menosprecian la participación espontánea de los ciudadanos y se premia la interesada.
También las reglas de ascenso en la organización política están supeditadas a principios tan informales como las relaciones, la amistad, la posibilidad de un puesto público futuro y, en algunos casos, hasta la estética del candidato.
Estas aduanas hoy se han vuelto un búnker, pues son los partidos políticos y no los legisladores los que han hecho de la última reforma electoral su agasajo. Con ella se han blindado al escrutinio, echando la culpa a los intereses de los medios masivos de comunicación. Lograron su cometido: quedarse con el presupuesto del IFE y hasta con el mismo Instituto, sin darle cuentas a nadie.
Recorrer los postulados actuales de los partidos políticos es una verdadera pesadilla. Los planteamientos de los tres más importantes institutos políticos son coherentes en su exposición, pero muy cuestionables en su práctica. Como siempre es más fácil diseñar misiones y objetivos que ponerlos en práctica.
¿Qué ha provocado esta distancia entre los postulados partidistas y su ejercicio auténtico? Encuentro varias razones. Primero, la falta de comprensión de la práctica del gobierno. El ejercicio de la autoridad le genera muchas ilusiones al partido en campaña. Estos sueños consideran posible un plan de gobierno que incluya sus creencias y las de su partido. Se topan después con los operadores del gobierno, la burocracia y los grupos de interés. Pierden fácilmente de vista lo esencial de gobernar y terminan presos de la urgencia en las administraciones públicas, olvidando el objetivo básico de mejorar las condiciones y calidad de vida de sus gobernados.
Segundo, la lenta pero contundente captura del gobierno por parte de los partidos políticos. Hoy los partidos, no la sociedad, son los que determinan la colocación de funcionarios de primer y segundo nivel en muchos municipios y estados. La mano invisible de los institutos políticos está ahí. A veces con urgencia, a veces con maldad. Este "préstamo para que cuando yo llegue al poder te recompense con otro puesto" está minando la autonomía de la autoridad y alejando al gobierno de sus gobernados.
En este contexto se sitúa la reforma electoral aprobada por todos los partidos en beneficio, claro, de ellos y de su capacidad de seguir siendo aduanas y cotos de poder frente a la necesidad de visualizar un mejor país.
La reforma despierta posiciones encontradas. Se ha abierto la puerta a la partidocracia, se argumenta. Es cierto, pero la partidocracia no es un mal en sí mismo. Sin embargo, lo es desde el punto de vista de su origen.
En México, esta partidocracia nace con institutos políticos débiles ideológica y prácticamente. No con las ideas forjadoras de un mejor país, sino con las de mantener repartido el acceso a puestos públicos.
Estamos lejos de tener una partidocracia virtuosa, donde los partidos luchen por posicionar sus ideales y llevarlos a plataformas de campaña, pero que además constituyan mecanismos de autocrítica, rendición de cuentas a la sociedad e incentivos para impulsar un mejor desarrollo del País, aunque se pierdan elecciones.
Sólo así puede convertirse la partidocracia en un buen sistema electoral.
Vidal Garza Cantú
vidalgarza@terra.com.mx
Etiquetas: congreso, constitucion, demagogia, democracia, IFE, libertad, PAN, partidocracia, PRD, PRI
Comments:
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''Hoy México da ejemplo al mundo de legalidad, apego a la ley y fortaleza de sus instituciones''
Hay que repetir lo que una vez dijo Fox...
Hay que repetir lo que una vez dijo Fox...
como pregunta el link de tus comentarios... "¿y tú qué opinas?"
Yo opino, que se tiene que estar ciego, ser autista, o parte de la minoria que nunca ha necesitado nada.
Puedes dar cualquier ejemplo de que AMLO es de lo peor... pero quien dice que FECAL era la mejor opcion?
o aplicas de los males el menor...
asco... eso opino, que paginas como estas que se basan en el lado negativo de una persona a la que pretenden dañar, por que no mejor "resaltar" las cualidades de tu candidato ahora cuasipresidente.
Mal. Valla manera de contrarestar el populismo con populismo...
Sin embargo un saludo que no desmerece respeto :)
Yo opino, que se tiene que estar ciego, ser autista, o parte de la minoria que nunca ha necesitado nada.
Puedes dar cualquier ejemplo de que AMLO es de lo peor... pero quien dice que FECAL era la mejor opcion?
o aplicas de los males el menor...
asco... eso opino, que paginas como estas que se basan en el lado negativo de una persona a la que pretenden dañar, por que no mejor "resaltar" las cualidades de tu candidato ahora cuasipresidente.
Mal. Valla manera de contrarestar el populismo con populismo...
Sin embargo un saludo que no desmerece respeto :)
Gracias Estephany por tu comentario.
Una aclaración: El hecho que yo crea que AMLO era la peor opción para México no signigica, por default, que piense que Calderón sea la mejor opción.
Y no, no estoy ciego ni autista, ni tampoco soy parte de la minoria que nunca ha necesitado nada. Pero tampoco soy fanático que le cree todas las mentiras a un seudolíder que promete imposibles, haciendo caravana con sombrero ajeno.
Conozoc muy bien la realidad mexicana, la he vivido en carne propia. Y sinceramente creo que el camino para salir de la pobreza no esta en el populismo ni en la demagogia.
Saludos
Una aclaración: El hecho que yo crea que AMLO era la peor opción para México no signigica, por default, que piense que Calderón sea la mejor opción.
Y no, no estoy ciego ni autista, ni tampoco soy parte de la minoria que nunca ha necesitado nada. Pero tampoco soy fanático que le cree todas las mentiras a un seudolíder que promete imposibles, haciendo caravana con sombrero ajeno.
Conozoc muy bien la realidad mexicana, la he vivido en carne propia. Y sinceramente creo que el camino para salir de la pobreza no esta en el populismo ni en la demagogia.
Saludos
Disculpen por no haber podido culminar aún mi comentario de la semana pasada. He estado realmente atareado. Sin embargo, no quise dejar de compartir este artículo, publicado por Reforma Hoy. Por respeto a todos ustedes, me contuve a más no poder, y no le puse MAYÚSCULAS a las partes en que uno debe detenerse a reflexionar. Sólo les recuerdo que es un expresidente del IFE quien habla.
Amnesia interesada
José Woldenberg / Reforma
Y de repente en televisión, radio y algunos diarios se extendió un clamor en defensa de la libertad de expresión. Derecho fundamental sin duda y toque fundador de cualquier régimen que se precie de ser democrático.
¿Qué había pasado? Que dueños y comentaristas descubrieron o fingieron descubrir que en el proyecto de nuevo Cofipe se encontraba una disposición que obligaba a una reunión entre el IFE y la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión en la cual el primero presentaría "unos lineamientos generales" aplicables al seguimiento de las precampañas y campañas electorales por parte de los noticieros. A partir de esa intención se generó una ola de opiniones que vieron en tal disposición un intento por coartar la libertad de expresión y pintaron con los colores más tétricos las supuestas motivaciones de los legisladores.
Dada la desmemoria vale la pena recordar que:
a) Una disposición similar -casi idéntica- está contemplada en el Cofipe desde 1993.
b) Que en 1994, 1997, 2000, 2003 y 2006 se llevaron a cabo reuniones similares entre el IFE y la CIRT en donde el primero entregó "lineamientos" buscando que la cobertura de las campañas electorales se hiciera de manera objetiva, profesional, equilibrada, sin invadir la vida privada de los candidatos, etcétera. Y ello sucedió siempre en un marco de cooperación y comprensión mutua.
c) Que dicha disposición no tiene un carácter coactivo y que si algún noticiero no la cumple no hay sanción alguna. Se trata de sugerencias precisamente porque los legisladores no desearon atentar contra la libertad de expresión.
d) Que se trató de una respuesta a la forma más que desequilibrada en que los noticiarios de radio y sobre todo de televisión cubrían las campañas. El antecedente era lo que había ocurrido en 1988 cuando los candidatos de oposición a la Presidencia apenas habían sido registrados por los noticiarios de televisión. Pablo Arredondo -investigador de la Universidad de Guadalajara- documentó entonces que los dos principales noticieros de la TV (24 horas y Día a día) habían repartido su tiempo de la siguiente manera: PRI 83.14 por ciento, "otras noticias electorales" 9.34, partidos de oposición (que eran seis contando al FDN como uno de ellos) 7.51 (Arredondo, Fregoso, Trejo. Así se calló el sistema. Comunicación y elecciones en 1988, UdeG, 1991, p. 157).
Precisamente para no vulnerar la libertad de expresión es que se diseñó esa fórmula de "llamado" para que los medios colaboraran en el asentamiento de las relaciones democráticas, haciendo una cobertura de las campañas medianamente equitativa. Es más, con posterioridad se introdujeron nuevas disposiciones que garantizando la más amplia libertad de expresión tienden a crear un contexto de exigencia a los medios. Así, se estableció que el IFE realizaría un monitoreo del comportamiento de los noticiarios y daría periódicamente sus resultados. Se trata de una medición sistemática del tiempo que los noticieros le dan a cada una de las ofertas políticas y que cada dos o tres semanas durante la contienda se dan a conocer al público. Esa medición tampoco acarrea sanción alguna, pero exhibe, hace público, el desempeño de los diferentes noticieros de radio y TV.
Además, la ley establece que antes de iniciadas las campañas electorales, los concesionarios de radio y TV deben entregar al IFE un catálogo de sus tiempos disponibles y de sus tarifas, para que los partidos puedan conocerlas. Esa norma -que por supuesto en países de larga tradición democrática aparecería como innecesaria y que seguramente ahora será desterrada dada la prohibición de compra de espacio publicitario durante las campañas- fue necesaria porque los partidos entonces de oposición denunciaban que en diferentes medios ni queriendo comprar espacio para su publicidad se les otorgaba. Es decir, que fue útil para lograr que en diferentes canales de televisión y estaciones de radio no se les cancelara a los partidos opositores la posibilidad de hacer publicidad.
También en búsqueda de la ansiada y necesaria equidad en la contienda se estableció que sólo los partidos podrían comprar publicidad electoral. Y por ello quedó prohibido que terceros pudieran irrumpir en ese terreno, lo que como todos sabemos fue vulnerado durante las campañas del año pasado.
Como es fácil observar, esas normas legales fueron diseñadas precisamente para construir condiciones equitativas en la competencia, sin vulnerar la libertad de expresión. ¿O no recordamos que el propio presidente Zedillo reconoció luego de su victoria electoral que la contienda había sido inequitativa? ¿O ya hemos olvidado que por ello la reforma de 1996 puso un énfasis especial en la tarea de edificar condiciones más o menos parejas en la disputa comicial?
De allá venimos y por eso esa normatividad fue necesaria. Quizá el motor principal de los cambios en el comportamiento de los medios no fueron las disposiciones legales, sino los nuevos fenómenos políticos (aunque ambas dimensiones se encuentran anudadas, una retroalimentó a la otra), pero no cabe duda que las normas coadyuvaron a edificar la nueva realidad.
Quizá esos ordenamientos legales ya no son necesarios, ya que hoy los medios por razones de credibilidad y hasta de mercado no pueden (deben) tener un comportamiento tan faccioso como el de antaño. Quizá ese tipo de norma resultaría excéntrico en Suecia o Dinamarca. Quizá, quizá, como dice la canción. Pero recordemos también "que lo que no mata engorda".
Amnesia interesada
José Woldenberg / Reforma
Y de repente en televisión, radio y algunos diarios se extendió un clamor en defensa de la libertad de expresión. Derecho fundamental sin duda y toque fundador de cualquier régimen que se precie de ser democrático.
¿Qué había pasado? Que dueños y comentaristas descubrieron o fingieron descubrir que en el proyecto de nuevo Cofipe se encontraba una disposición que obligaba a una reunión entre el IFE y la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión en la cual el primero presentaría "unos lineamientos generales" aplicables al seguimiento de las precampañas y campañas electorales por parte de los noticieros. A partir de esa intención se generó una ola de opiniones que vieron en tal disposición un intento por coartar la libertad de expresión y pintaron con los colores más tétricos las supuestas motivaciones de los legisladores.
Dada la desmemoria vale la pena recordar que:
a) Una disposición similar -casi idéntica- está contemplada en el Cofipe desde 1993.
b) Que en 1994, 1997, 2000, 2003 y 2006 se llevaron a cabo reuniones similares entre el IFE y la CIRT en donde el primero entregó "lineamientos" buscando que la cobertura de las campañas electorales se hiciera de manera objetiva, profesional, equilibrada, sin invadir la vida privada de los candidatos, etcétera. Y ello sucedió siempre en un marco de cooperación y comprensión mutua.
c) Que dicha disposición no tiene un carácter coactivo y que si algún noticiero no la cumple no hay sanción alguna. Se trata de sugerencias precisamente porque los legisladores no desearon atentar contra la libertad de expresión.
d) Que se trató de una respuesta a la forma más que desequilibrada en que los noticiarios de radio y sobre todo de televisión cubrían las campañas. El antecedente era lo que había ocurrido en 1988 cuando los candidatos de oposición a la Presidencia apenas habían sido registrados por los noticiarios de televisión. Pablo Arredondo -investigador de la Universidad de Guadalajara- documentó entonces que los dos principales noticieros de la TV (24 horas y Día a día) habían repartido su tiempo de la siguiente manera: PRI 83.14 por ciento, "otras noticias electorales" 9.34, partidos de oposición (que eran seis contando al FDN como uno de ellos) 7.51 (Arredondo, Fregoso, Trejo. Así se calló el sistema. Comunicación y elecciones en 1988, UdeG, 1991, p. 157).
Precisamente para no vulnerar la libertad de expresión es que se diseñó esa fórmula de "llamado" para que los medios colaboraran en el asentamiento de las relaciones democráticas, haciendo una cobertura de las campañas medianamente equitativa. Es más, con posterioridad se introdujeron nuevas disposiciones que garantizando la más amplia libertad de expresión tienden a crear un contexto de exigencia a los medios. Así, se estableció que el IFE realizaría un monitoreo del comportamiento de los noticiarios y daría periódicamente sus resultados. Se trata de una medición sistemática del tiempo que los noticieros le dan a cada una de las ofertas políticas y que cada dos o tres semanas durante la contienda se dan a conocer al público. Esa medición tampoco acarrea sanción alguna, pero exhibe, hace público, el desempeño de los diferentes noticieros de radio y TV.
Además, la ley establece que antes de iniciadas las campañas electorales, los concesionarios de radio y TV deben entregar al IFE un catálogo de sus tiempos disponibles y de sus tarifas, para que los partidos puedan conocerlas. Esa norma -que por supuesto en países de larga tradición democrática aparecería como innecesaria y que seguramente ahora será desterrada dada la prohibición de compra de espacio publicitario durante las campañas- fue necesaria porque los partidos entonces de oposición denunciaban que en diferentes medios ni queriendo comprar espacio para su publicidad se les otorgaba. Es decir, que fue útil para lograr que en diferentes canales de televisión y estaciones de radio no se les cancelara a los partidos opositores la posibilidad de hacer publicidad.
También en búsqueda de la ansiada y necesaria equidad en la contienda se estableció que sólo los partidos podrían comprar publicidad electoral. Y por ello quedó prohibido que terceros pudieran irrumpir en ese terreno, lo que como todos sabemos fue vulnerado durante las campañas del año pasado.
Como es fácil observar, esas normas legales fueron diseñadas precisamente para construir condiciones equitativas en la competencia, sin vulnerar la libertad de expresión. ¿O no recordamos que el propio presidente Zedillo reconoció luego de su victoria electoral que la contienda había sido inequitativa? ¿O ya hemos olvidado que por ello la reforma de 1996 puso un énfasis especial en la tarea de edificar condiciones más o menos parejas en la disputa comicial?
De allá venimos y por eso esa normatividad fue necesaria. Quizá el motor principal de los cambios en el comportamiento de los medios no fueron las disposiciones legales, sino los nuevos fenómenos políticos (aunque ambas dimensiones se encuentran anudadas, una retroalimentó a la otra), pero no cabe duda que las normas coadyuvaron a edificar la nueva realidad.
Quizá esos ordenamientos legales ya no son necesarios, ya que hoy los medios por razones de credibilidad y hasta de mercado no pueden (deben) tener un comportamiento tan faccioso como el de antaño. Quizá ese tipo de norma resultaría excéntrico en Suecia o Dinamarca. Quizá, quizá, como dice la canción. Pero recordemos también "que lo que no mata engorda".
La ex-esposa de Chávez dijo que puede haber fraude en las urnas este domingo 2 de Dic. en Venezuela.
http://www.milenio.com/index.php/2007/11/29/155190/
http://www.milenio.com/index.php/2007/11/29/155190/
Ahora si le hacemos caso a Woldenberg con esto y no cuando dijo que no había habido fraude y que Calderón si ganó??????
Lo que más me preocupa es que defiendas a la partidocracia. Ojo, no estoy a favor de la telecracia. Pero si me preocupa que la libertad de expresión ha sido coartada y que las campañas sólo serán territorio de los partidos políticos. Y dices ser periodista. Pues ojalá Woldenberg tenga razón y nada de eso pase. Ya lo veremos en los siguientes comicios.
Saludos
Lo que más me preocupa es que defiendas a la partidocracia. Ojo, no estoy a favor de la telecracia. Pero si me preocupa que la libertad de expresión ha sido coartada y que las campañas sólo serán territorio de los partidos políticos. Y dices ser periodista. Pues ojalá Woldenberg tenga razón y nada de eso pase. Ya lo veremos en los siguientes comicios.
Saludos
george:
42% de los mexicanos cree que hubo fraude segun una encuesta reciente del diario el Universal.
Le daremos merito a los que otros crean sobre algo que suceda en Venezuela y no a lo que suceda en tierra propia??
42% de los mexicanos cree que hubo fraude segun una encuesta reciente del diario el Universal.
Le daremos merito a los que otros crean sobre algo que suceda en Venezuela y no a lo que suceda en tierra propia??
Se me hace que esa encuesta del Universal esta "cuchareada", como lo estuvieron las encuestas que ese mismo periódico publicó antes de las elecciones del 2006. ¿no lo crees así estimado "anonimo"?
saludos
saludos
No me refiero a eso Dany, sino que nos distraemos ''facilmente'' la atencion a problemas externos, cuando con nuestra realidad, la de aqui merito, no podemos.
Las instituciones de Venezuela estan tan podridas como las nuestras, pero algunos dicen que las nuestras son impecables, perfectas, que hay que defenderlas, que es mas terrible decir ''al diablo con las instituciones'' que ver como otros por dentro las sangran (; Marin, U Ruiz). Lo mismo dice Chavez de sus instituciones.
Pero el asunto es concentremonos en lo nuestro que a mi Chavez y sus payasadas bime quitan el suelo.
Las instituciones de Venezuela estan tan podridas como las nuestras, pero algunos dicen que las nuestras son impecables, perfectas, que hay que defenderlas, que es mas terrible decir ''al diablo con las instituciones'' que ver como otros por dentro las sangran (; Marin, U Ruiz). Lo mismo dice Chavez de sus instituciones.
Pero el asunto es concentremonos en lo nuestro que a mi Chavez y sus payasadas bime quitan el suelo.
Por cierto Dany, supera ya lo de AMLO, no hagas como que el que no puede superar lo suyo, corres el riesgo de volverte como el, y con uno ya es suficiente. No recuerdas esa cancion que va mas o menos asi:
No queda más que confesar
Que ya no puedo soportar
Que estoy odiando sin odiar
Porque respiro por la herida.
No queda más que confesar
Que ya no puedo soportar
Que estoy odiando sin odiar
Porque respiro por la herida.
Yo a AMLO lo tengo superado desde el 1o de dic del 2006.
Creo que quienes respiran por la herida son otros.
Si este blog continua es porque ahí sigue el problema del populismo, no nada mas con AMLO, con Calderon, y con gobernadores, en el Congreso, etc. Y sobre todo la partidocracia que se nos viene.
Asi como peligros potenciales como Chavez.
Yo sigo con mi vida, y esto es un hobby.
Saludos
Creo que quienes respiran por la herida son otros.
Si este blog continua es porque ahí sigue el problema del populismo, no nada mas con AMLO, con Calderon, y con gobernadores, en el Congreso, etc. Y sobre todo la partidocracia que se nos viene.
Asi como peligros potenciales como Chavez.
Yo sigo con mi vida, y esto es un hobby.
Saludos
Dices que lo de Chavez no te quita el suelo, pero bien que comentas...
Y nadie ha dicho que las instituciones son perfectas. No hay nada perfecto en este mundo. Ese es el problema de ver la vida de forma maniquea. De que requieren cambios y mejoras, sin duda. Pero de eso a mandarlas al diablo, al estilo Chavez, hay muuucho trecho.
saludos
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Y nadie ha dicho que las instituciones son perfectas. No hay nada perfecto en este mundo. Ese es el problema de ver la vida de forma maniquea. De que requieren cambios y mejoras, sin duda. Pero de eso a mandarlas al diablo, al estilo Chavez, hay muuucho trecho.
saludos
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