sábado, marzo 11, 2006
Gobernantes Cínicos
Por Carolina Garza, El Norte
¿Alguna vez usted se ha topado con un cínico? ¿Con un sujeto que carece de escrúpulos, pero con tal desfachatez que no hace otra cosa que hablar de lo escrupuloso de su conducta?
Enrique Rojas, en su libro "La ilusión de vivir", explica que el cínico es desvergonzado, capaz de todo, maquiavélico. Pero con frecuencia intenta hacerse el prudente, dar lecciones de ética y mostrarse con cierta apariencia de persona tranquila, templada e incluso equitativa. El cínico, dice Rojas, no se compromete nunca, sabe muy bien mantener un estatus ambiguo, difuso, brumoso. Además, suele ser inteligente y por eso engaña a muchos.
Lo anterior viene al caso porque hoy, por desgracia, países de Latinoamérica como Venezuela y Bolivia han caído en manos de gobernantes cínicos que en su momento se presentaron a la ciudadanía tal como los describe Rojas. Inofensivos, tranquilos, víctimas de gobiernos dominantes. Pero tan inteligentes que bajo el disfraz de ovejas lograron incorporarse a la vida democrática de sus países y compitieron electoralmente. Además, supieron esconder muy bien sus limitaciones y fracasos buscando siempre algún culpable.
Se decían defensores de los pobres y víctimas de los poderosos. Sin embargo, cuando estos políticos cínicos apenas llegaron al poder, en un abrir y cerrar de ojos pasaron de víctimas a victimarios. Hugo Chávez, por ejemplo, cambió su piel de oveja por la de lobo autoritario y prepotente (recuérdense los insultos y amenazas que le lanzó a nuestro Presidente hace pocos meses). Además, el Presidente de Venezuela no tardó mucho en mostrarles a los venezolanos su verdadero rostro: el de un estatista y controlador de todo, hasta de la propiedad privada. En estos días el Congreso, controlado por Chávez, está por aprobar la ley de Redistribución de la Propiedad Inmobiliaria, con la que se expropiará todas las "segundas casas" de Venezuela, incluyendo las de descanso o de playa. Y todo esto para dárselas a determinados grupos, a los correligionarios de Chávez.
Evo Morales no se queda atrás. Apenas este lunes, el gobierno boliviano anunció que prepara la estatización de empresas. Además, el Presidente habló, al estilo Chávez, de "una nueva repartición de tierras" que se las quitará a sus actuales propietarios. Morales, quien lleva escasos dos meses en el poder, también amenazó a los ciudadanos bolivianos con expropiar tierras que no son aprovechadas en los llanos orientales de ese país si sus propietarios actuales no las devuelven al Estado de manera "voluntaria". El caso es que estos gobernantes izquierdistas, antes de llegar al poder, realizaron una contienda electoral muy hábil, basada en recursos simplones y chantajes sentimentales. Esto nos recuerda a una de las campañas actuales: la de Andrés Manuel López Obrador.
Por años, AMLO ha navegado con la bandera de víctima. Para este hombre cualquier movimiento de sus adversarios políticos es un complot contra su persona. Con frecuencia intenta dar lecciones de ética, de justicia y de libertad, sobre todo a los más desprotegidos. Incluso en la entrevista con López Dóriga sutilmente se comparó con Jesucristo. Mas a la hora de la verdad, cuando se enfrenta con temas trascendentes y polémicos como lo es el aborto, el perredista les saca la vuelta, los evade, no se compromete.
El colmo se dio la semana pasado cuando se negó al debate con los otros candidatos. Sus colaboradores declararon que AMLO no tenía por qué arriesgar su ventaja actual enfrentando a sus adversarios en un debate público. ¿Dónde quedó el respeto a la contienda y al electorado?En fin. Precisamente esa ventaja que hoy tiene en las encuestas se debe, más que nada, a que ha sabido manejar hábil e inteligentemente su larga exposición en los medios, aunque poco sepamos de sus ideas.
Retomando a Enrique Rojas, el psiquiatra también señala en su libro que la conducta del cínico no es fácil de desenmascarar. Que no se descubre de buenas a primeras. Sólo cuando uno ha caído en manos de una persona cínica descubre la realidad que se esconde bajo ese nombre.Ojalá que los mexicanos sepamos desenmascarar, antes de las elecciones, a esta clase de candidatos. Ojalá que nunca lleguemos a vivir lo que hoy están viviendo algunos países de Latinoamérica.
carolina.garza@gmail.com
¿Alguna vez usted se ha topado con un cínico? ¿Con un sujeto que carece de escrúpulos, pero con tal desfachatez que no hace otra cosa que hablar de lo escrupuloso de su conducta?
Enrique Rojas, en su libro "La ilusión de vivir", explica que el cínico es desvergonzado, capaz de todo, maquiavélico. Pero con frecuencia intenta hacerse el prudente, dar lecciones de ética y mostrarse con cierta apariencia de persona tranquila, templada e incluso equitativa. El cínico, dice Rojas, no se compromete nunca, sabe muy bien mantener un estatus ambiguo, difuso, brumoso. Además, suele ser inteligente y por eso engaña a muchos.
Lo anterior viene al caso porque hoy, por desgracia, países de Latinoamérica como Venezuela y Bolivia han caído en manos de gobernantes cínicos que en su momento se presentaron a la ciudadanía tal como los describe Rojas. Inofensivos, tranquilos, víctimas de gobiernos dominantes. Pero tan inteligentes que bajo el disfraz de ovejas lograron incorporarse a la vida democrática de sus países y compitieron electoralmente. Además, supieron esconder muy bien sus limitaciones y fracasos buscando siempre algún culpable.
Se decían defensores de los pobres y víctimas de los poderosos. Sin embargo, cuando estos políticos cínicos apenas llegaron al poder, en un abrir y cerrar de ojos pasaron de víctimas a victimarios. Hugo Chávez, por ejemplo, cambió su piel de oveja por la de lobo autoritario y prepotente (recuérdense los insultos y amenazas que le lanzó a nuestro Presidente hace pocos meses). Además, el Presidente de Venezuela no tardó mucho en mostrarles a los venezolanos su verdadero rostro: el de un estatista y controlador de todo, hasta de la propiedad privada. En estos días el Congreso, controlado por Chávez, está por aprobar la ley de Redistribución de la Propiedad Inmobiliaria, con la que se expropiará todas las "segundas casas" de Venezuela, incluyendo las de descanso o de playa. Y todo esto para dárselas a determinados grupos, a los correligionarios de Chávez.
Evo Morales no se queda atrás. Apenas este lunes, el gobierno boliviano anunció que prepara la estatización de empresas. Además, el Presidente habló, al estilo Chávez, de "una nueva repartición de tierras" que se las quitará a sus actuales propietarios. Morales, quien lleva escasos dos meses en el poder, también amenazó a los ciudadanos bolivianos con expropiar tierras que no son aprovechadas en los llanos orientales de ese país si sus propietarios actuales no las devuelven al Estado de manera "voluntaria". El caso es que estos gobernantes izquierdistas, antes de llegar al poder, realizaron una contienda electoral muy hábil, basada en recursos simplones y chantajes sentimentales. Esto nos recuerda a una de las campañas actuales: la de Andrés Manuel López Obrador.
Por años, AMLO ha navegado con la bandera de víctima. Para este hombre cualquier movimiento de sus adversarios políticos es un complot contra su persona. Con frecuencia intenta dar lecciones de ética, de justicia y de libertad, sobre todo a los más desprotegidos. Incluso en la entrevista con López Dóriga sutilmente se comparó con Jesucristo. Mas a la hora de la verdad, cuando se enfrenta con temas trascendentes y polémicos como lo es el aborto, el perredista les saca la vuelta, los evade, no se compromete.
El colmo se dio la semana pasado cuando se negó al debate con los otros candidatos. Sus colaboradores declararon que AMLO no tenía por qué arriesgar su ventaja actual enfrentando a sus adversarios en un debate público. ¿Dónde quedó el respeto a la contienda y al electorado?En fin. Precisamente esa ventaja que hoy tiene en las encuestas se debe, más que nada, a que ha sabido manejar hábil e inteligentemente su larga exposición en los medios, aunque poco sepamos de sus ideas.
Retomando a Enrique Rojas, el psiquiatra también señala en su libro que la conducta del cínico no es fácil de desenmascarar. Que no se descubre de buenas a primeras. Sólo cuando uno ha caído en manos de una persona cínica descubre la realidad que se esconde bajo ese nombre.Ojalá que los mexicanos sepamos desenmascarar, antes de las elecciones, a esta clase de candidatos. Ojalá que nunca lleguemos a vivir lo que hoy están viviendo algunos países de Latinoamérica.
carolina.garza@gmail.com