lunes, diciembre 05, 2011
Cifras parejas
Me gustaría que, así como se publica en los medios de comunicación la cifra negra de los casos de abusos de las fuerzas armadas en la lucha contra el crimen organizado (no sólo el narcotráfico), se publicara al mismo tiempo el acumulado de personas rescatadas por las fuerzas armadas. No pretendo defender a los soldados o marinos que han cometido abusos en los cuales no sólo asesinaron a gente inocente presumiblemente por error o confusión, sino que además les plantaron armas para intentar ocultar su abuso. Me queda claro que la justicia debe aplicarse con todo el rigor en todos y cada uno de esos casos.
Sin embargo, también me queda claro que sin el trabajo que están haciendo las fuerzas armadas, el Ejército y la Marina, estaríamos hoy mucho peor. Para quienes vivimos en Nuevo León o Tamaulipas, y tenemos memoria, sabemos que el incremento en ejecuciones, secuestros, extorsiones, robos, etc., inició mucho antes de que las fuerzas armadas llegaran a apoyar a las policías locales (que no han terminado de ser depuradas). Tengo bien presente que el entonces gobernador (es un decir) de Nuevo León, Natividad González Parás, retrasó por muchos meses el apoyo de las fuerzas federales para que no se manchara su proyecto del "Forum Farolorum" (como atinadamente lo llamó Enrique Canales). Nuevo León era tierra propiedad de los zetas, que en aquel entonces todavía eran el brazo armado del CDG, y ya cometían todos esos desmanes.
Así que es muy mezquino, o muy ignorante, afirmar que "la guerra de Calderón" ha causado 50 mil muertos. Quienes eso afirman tienen intereses políticos y/o ideológicos que no ayudan en nada. Dan a entender como si fuera el Gobierno Federal el que inició la violencia e incluso como si las fuerzas armadas hubieses asesinado de manera deliberada a 50 mil personas inocentes. Si bien es cierto que no se tiene información confiable sobre si todos los 50 mil muertos en éstos 5 años eran criminales, tampoco se sabe lo opuesto. Así que es muy mezquino afirmar que todos eran inocentes.
Creo que sería más confiable, prudente, e imparcial si los medios de comunicación hicieran un distingo entre las personas que han muerto a manos de criminales, independientemente de si las víctimas lo fuesen también o no, y las que han fallecido por la acción directa de las fuerzas armadas. Y de éstas últimas, hacer la diferenciación entre cuántos se sabe que si eran criminales, y cuántos han sido inocentes. Y, al mismo tiempo, incluir la cantidad de soldados, marinos y policías que han muerto en el cumplimiento de su deber, ellos si dando la vida por nosotros, y la cantidad de personas inocentes rescatadas.
Poner todas esas cifras, publicarlas siempre al mismo tiempo, nos daría a todos una mejor perspectiva sobre cómo va la lucha contra el crimen organizado. Hablar sólo del total de muertos, o enfatizar los casos de abusos, es muy parcial, por decir lo menos. Al menos a mí me gustaría ver esos datos para poder evaluar más objetivamente los resultados. En todas las guerras hay daños colaterales, no se puede evaluar una guerra, un combate al crimen simplemente por el total de bajas y menos por el total de bajas inocentes.
Muchos de los critican la lucha contra el crimen organizado, incluyendo a quienes fueron a denunciar al Gobierno Federal, al Presidente Calderón, a la Corte Internacional, veneran con fervor casi religioso a "héroes" como Benito Juárez, Zapata, Madero o Villa. ¿Cuántos saben a ciencia cierta cuántos inocentes murieron por las balas de los ejércitos comandados por esos personajes "ilustres"? ¿Cuántos niños, mujeres y ancianos murieron masacrados en la Alhóndiga de Granaditas por el ejército comandado por Miguel Hidalgo? Cualquiera de ellos puede ser considerado criminal de guerra y sin embargo hoy se les venera.
Las Fuerzas Armadas mexicanas no estaban preparadas para una guerra no convencional, tipo guerrilla urbana, como la que libran contra el crimen organizado. Pero no había otra opción, no se tenía otro recurso ante la enorme ineficacia y corrupción de las policías civiles. Pero aún policías civiles de otros países con bastante entrenamiento cometen abusos. Ni las policías de los países nórdicos, mucho menos la de Estados Unidos, por citar ejemplos clásicos, tienen un registro ciento por ciento limpio. Y es normal pues aunque son instituciones al final de cuentas estamos hablando de seres humanos. Mientras exista el factor humano siempre existirá un error, una falla. Sólo el que no hace nada no comete errores.
Por eso es importante que los medios no sólo lleven la cuenta de los errores, sino también de los aciertos: ¿Cuántas personas se han rescatado? ¿Cuántos militares han caído en cumplimiento de su deber? ¿Cuántos criminales han sido detenidos o abatidos con seguridad de su culpabilidad? Y entonces si comparar eso con los errores y hacer un balance objetivo. Hay que llevar la cuenta de esos soldados que cayeron cumpliendo su deber como aquél que murió en Ciénega de Flores, si mal no recuerdo, hace varios meses rescatando a 2 jóvenes que habían sido tomadas como rehenes por un sicario que se refugió en su casa. O al que asesinaron en el centro la semana pasada cuando andaba en su día franco comprando regalos para su familia.
Es muy fácil criticar la labor de las Fuerzas Armadas, enfatizar sus errores (muy graves, insisto, no deben quedar impunes), desde un escritorio o detrás de un micrófono. Pero la gran mayoría de nosotros no soportaría el estrés que los militares viven cada día dando literalmente su vida por nosotros. Escuchar el silbido de las balas pasar por encima de tu cabeza, las detonaciones, saber que en cualquier momento te pueden emboscar los sicarios y que podrías morir. ¿Quién de nosotros aguantaría eso como profesión, como trabajo diario, bajo el sol, la lluvia, el frío? Ya quisiera ver a un Javier Sicilia empuñando un arma para detener a un grupo de sicarios que no soltarán las suyas para seguir asesinando gente. Medítenlo.
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