miércoles, septiembre 15, 2010
Otros doscientos
En términos relativos, México es un país joven: 200 años no son nada en la vida de una nación; un pestañeo quizás en la vida de la humanidad.
Para tomar perspectiva les platicaremos una anécdota personal: en un periplo educacional, allá a principios de los 90, nos tocó comer en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra: nuestro anfitrión, el Rector de la Universidad, nos platicó al sentarnos que el gran salón en el que nos encontrábamos había sido erigido hacia finales del siglo 12... ¡como 300 años ANTES de que Cristóbal Colón descubriera América!
Seguros estamos de que cuando conquistamos los mexicanos nuestra independencia de España, hace 200 años, no pocas de las naciones europeas nos auguraban el fracaso: una época de cruentas luchas internas y luego la postración.
Mas no fue así: aquí estamos, con más abolladuras que una caramayola de pastor, pero aún DE PIE enfrentando y superando retos.
Desde nuestra independencia a la fecha, México ha superado todo tipo de dificultades mayúsculas: invasiones extranjeras, una guerra civil, catástrofes naturales, caudillajes, dictaduras y dictablandas, estatizaciones, nacionalizaciones e infinidad de calamidades más.
La grandeza de México queda demostrada precisamente por la adversidad superada, por el hecho de que aún existimos pese a que pareciera que hemos hecho nosotros mismos hasta lo imposible por acabarnos al País, ¡y no hemos podido!
No son pocas ni veniales las tribulaciones que nos aquejan: mas si algo demuestra nuestra historia es, precisamente, que hemos podido superar en el pasado enormes retos, y, en consecuencia, hemos demostrado a nosotros mismos y al mundo que tenemos la capacidad de vencer cualquier adversidad.
Somos ya una de las 12 economías más grandes del mundo, exportamos, producimos: cierto es que el progreso no ha sido parejo, que en el avance de nuestra economía se han quedado atrás muchos de nuestros compatriotas: la pobreza es una LACRA que persiste en nuestra sociedad, la cual merece como prioridad nacional toda nuestra atención para erradicarla.
En el pasado nuestras instituciones han sido retadas desde allende nuestras fronteras y también desde adentro, y hoy lo son por un tipo de enemigo diferente, mas no por ello menos peligroso: los mercaderes de enervantes y estupefacientes.
Intimidan, corrompen, aterrorizan; no obstante, el actual Gobierno lucha valientemente contra esta amenaza y ha logrado avances que motivan a la esperanza de que pronto quede bajo control la violencia desmedida que nos aqueja.
Si México ha salido airoso en el pasado de los numerosos y difíciles trances en los que se ha encontrado, creemos que es por la enorme voluntad de los mexicanos; el arco de nuestra historia se vence por naturaleza hacia la paz y la justicia.
Son falsos los mitos que como civilización nos imputan características genéticas que, supuestamente, nos hacen movernos por inclinación inevitable hacia la anarquía y la violencia.
Por el contrario, el mexicano por convicción y naturaleza es un ser atado al núcleo familiar, que en nuestro país es fuerte y conforma los cimientos de nuestra sociedad.
Somos trabajadores y pacíficos, preferimos el orden al desorden y tenemos como máxima prioridad colectiva heredar a nuestros HIJOS un mejor país que el que nuestros padres nos dejaron a nosotros.
Claro está, en el camino del progreso hay baches, obstáculos, desviaciones y todo tipo de asechanzas. Mas plenamente dotados nos encontramos los mexicanos de las herramientas del éxito que nos permitirán avanzar seguros por el sendero del desarrollo dejando atrás nuestro pasado COLONIAL para tomar nuestro lugar primordial en la primera fila del gran concierto de las naciones modernas.
Basta mirar hacia atrás, otear el horizonte de nuestra breve historia, y constatar el inmenso cúmulo de mayúsculos problemas que hemos superado como país independiente para darle al actual contexto su perspectiva real, y al mismo tiempo convencernos de que por más difíciles que parezcan los retos que enfrentamos, éstos serán vencidos como lo han sido otros igual o peor de amenazantes.
Sí, amigos, GRANDE es México, grandes son sus posibilidades, sus capacidades y sus logros. También lo son las tribulaciones que enfrenta, no las minimizamos, mas convencidos estamos de que el gran BIEN NACIONAL se impondrá finalmente al mal.
Muchas cosas hay que corregir, y las corregiremos; lo importante es, amigos, no abandonar nunca el espíritu del Grito de hace 200 años que hará posible que CUMPLAMOS OTROS DOSCIENTOS años más: "¡Muera el mal gobierno!".
Entonces, como hoy, hay que seguir luchando para enmendar las fallas grandes y pequeñas que frenan nuestro progreso nacional.
¡Nosotros los ciudadanos podemos, siempre y cuando exijamos nuestros derechos, defendamos nuestras libertades y nos dotemos siempre de gobiernos que SIRVAN al ciudadano y no que se sirvan de él!
El abogado del pueblo
fricase@elnorte.com
Para tomar perspectiva les platicaremos una anécdota personal: en un periplo educacional, allá a principios de los 90, nos tocó comer en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra: nuestro anfitrión, el Rector de la Universidad, nos platicó al sentarnos que el gran salón en el que nos encontrábamos había sido erigido hacia finales del siglo 12... ¡como 300 años ANTES de que Cristóbal Colón descubriera América!
Seguros estamos de que cuando conquistamos los mexicanos nuestra independencia de España, hace 200 años, no pocas de las naciones europeas nos auguraban el fracaso: una época de cruentas luchas internas y luego la postración.
Mas no fue así: aquí estamos, con más abolladuras que una caramayola de pastor, pero aún DE PIE enfrentando y superando retos.
Desde nuestra independencia a la fecha, México ha superado todo tipo de dificultades mayúsculas: invasiones extranjeras, una guerra civil, catástrofes naturales, caudillajes, dictaduras y dictablandas, estatizaciones, nacionalizaciones e infinidad de calamidades más.
La grandeza de México queda demostrada precisamente por la adversidad superada, por el hecho de que aún existimos pese a que pareciera que hemos hecho nosotros mismos hasta lo imposible por acabarnos al País, ¡y no hemos podido!
No son pocas ni veniales las tribulaciones que nos aquejan: mas si algo demuestra nuestra historia es, precisamente, que hemos podido superar en el pasado enormes retos, y, en consecuencia, hemos demostrado a nosotros mismos y al mundo que tenemos la capacidad de vencer cualquier adversidad.
Somos ya una de las 12 economías más grandes del mundo, exportamos, producimos: cierto es que el progreso no ha sido parejo, que en el avance de nuestra economía se han quedado atrás muchos de nuestros compatriotas: la pobreza es una LACRA que persiste en nuestra sociedad, la cual merece como prioridad nacional toda nuestra atención para erradicarla.
En el pasado nuestras instituciones han sido retadas desde allende nuestras fronteras y también desde adentro, y hoy lo son por un tipo de enemigo diferente, mas no por ello menos peligroso: los mercaderes de enervantes y estupefacientes.
Intimidan, corrompen, aterrorizan; no obstante, el actual Gobierno lucha valientemente contra esta amenaza y ha logrado avances que motivan a la esperanza de que pronto quede bajo control la violencia desmedida que nos aqueja.
Si México ha salido airoso en el pasado de los numerosos y difíciles trances en los que se ha encontrado, creemos que es por la enorme voluntad de los mexicanos; el arco de nuestra historia se vence por naturaleza hacia la paz y la justicia.
Son falsos los mitos que como civilización nos imputan características genéticas que, supuestamente, nos hacen movernos por inclinación inevitable hacia la anarquía y la violencia.
Por el contrario, el mexicano por convicción y naturaleza es un ser atado al núcleo familiar, que en nuestro país es fuerte y conforma los cimientos de nuestra sociedad.
Somos trabajadores y pacíficos, preferimos el orden al desorden y tenemos como máxima prioridad colectiva heredar a nuestros HIJOS un mejor país que el que nuestros padres nos dejaron a nosotros.
Claro está, en el camino del progreso hay baches, obstáculos, desviaciones y todo tipo de asechanzas. Mas plenamente dotados nos encontramos los mexicanos de las herramientas del éxito que nos permitirán avanzar seguros por el sendero del desarrollo dejando atrás nuestro pasado COLONIAL para tomar nuestro lugar primordial en la primera fila del gran concierto de las naciones modernas.
Basta mirar hacia atrás, otear el horizonte de nuestra breve historia, y constatar el inmenso cúmulo de mayúsculos problemas que hemos superado como país independiente para darle al actual contexto su perspectiva real, y al mismo tiempo convencernos de que por más difíciles que parezcan los retos que enfrentamos, éstos serán vencidos como lo han sido otros igual o peor de amenazantes.
Sí, amigos, GRANDE es México, grandes son sus posibilidades, sus capacidades y sus logros. También lo son las tribulaciones que enfrenta, no las minimizamos, mas convencidos estamos de que el gran BIEN NACIONAL se impondrá finalmente al mal.
Muchas cosas hay que corregir, y las corregiremos; lo importante es, amigos, no abandonar nunca el espíritu del Grito de hace 200 años que hará posible que CUMPLAMOS OTROS DOSCIENTOS años más: "¡Muera el mal gobierno!".
Entonces, como hoy, hay que seguir luchando para enmendar las fallas grandes y pequeñas que frenan nuestro progreso nacional.
¡Nosotros los ciudadanos podemos, siempre y cuando exijamos nuestros derechos, defendamos nuestras libertades y nos dotemos siempre de gobiernos que SIRVAN al ciudadano y no que se sirvan de él!
El abogado del pueblo
fricase@elnorte.com
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Viva México, cabrones!!!! Orgulloso de ser mexicano. México no es el gobierno ni sus políticos, ni sus problemas. México es mi Patria.