domingo, abril 13, 2008
El interés de la gente o el de los especuladores políticos
La iniciativa en realidad puede y debería tener ajustes, pero es muy difícil estar en desacuerdo con ella. Se pide autonomía de gestión en PEMEX, de forma tal que esa empresa se maneje como lo que es y no como una oficina de gobierno más, y en eso coincidían panistas, priista y un sector del PRD, por lo menos. Se propone establecer un régimen fiscal especial (en realidad tampoco especial, sino que sea coherente con esa autonomía de gestión, de forma tal que no vayan la enorme mayoría de sus recursos al fisco en forma automática); se mantiene el control sobre exploración y explotación, pero se le permite a PEMEX contratar servicios para realizar esas tareas. Se emitirán bonos (una de las mejores propuestas) para que la gente pueda invertir, si quiere, en documentos que comenzarán en los cien pesos y que mantendrán rendimientos basados en la utilidad real de la empresa: muchos de los que hablan de proteger el petróleo de los mexicanos, olvidan que los mexicanos somos gente de carne y hueso y no una entelequia y si PEMEX es nuestra entonces que se pueda contar con un mecanismo mediante el cual se pueda invertir en ella y obtener los correspondientes beneficios. Sobre el tema de las refinerías la exigencia es obvia: no podemos seguir siendo un país exportador de petróleo e importador de gasolina procesada en 16 países distintos, a partir del crudo que nosotros exportamos. Nos cuesta notablemente más caro, pero lo que es más importante: las fuentes de trabajo que generan esas refinerías no son para mexicanos: son para estadounidenses, indios, europeos. Y los generan a partir de nuestro petróleo. La propuesta plantea que particulares podrán producir en México gasolina para PEMEX en plantas construidos por ellos. ¿Qué diferencia existe en que Shell pueda vendernos gasolina procedente del otro lado de la frontera generada con crudo pesado mexicano y no pueda hacerlo de este lado de la frontera donde sus costos de operación serán mucho menores y la gasolina más barata? Uno y es el principal: la inversión se hace en México, los recursos se quedan en México y los empleos son para mexicanos. Oponerse a ese tipo de medida es antipatriótico y antipopular. Que López Obrador y sus adelitas (siempre he desconfiado de quien se esconde detrás de unas faldas para dar una pelea) le digan a la gente que para preservar su pureza, mejor los empleos se creen en Texas o la India y no, por ejemplo, en Salina Cruz o Coatzacoalco.
La salida encontrada a la exploración y explotación en aguas profundas es la más viable: que pueda haber asociación con terceros, para esas tareas, que se pagarán de acuerdo a resultados y con dinero. Es exactamente el esquema que hace unas pocas semanas me planteó el senador Carlos Navarrete en una entrevista en México Confidencial; es el que plantea Cárdenas en su propuesta. Y la que plantea, aunque ahora no lo recuerde, López Obrador en su propio programa de gobierno.
Algo similar sucede con los ductos o el transporte: si usted es dueño de una empresa, cualquiera, pequeña o grande ¿pierde usted el control de la misma porque un particular traslade los bienes al consumidor? Por supuesto que no. Es lógica común. Pero una lógica a la que además hay que ponerle números.
Un periódico importante publicó que Calderón " pinta un México de fantasía si pasa su reforma " y luego sostiene editorialmente que se trata de un " engaño privatizador " . El tema es mucho más sencillo: ¿se quiere o no que PEMEX se modernice y se transforme en una empresa eficiente y rentable?¿se quiere o no que el dinero de terceros, que provienen de muchas fuentes, puedan financiar parte del proceso sin quitarle nada de soberanía al país?¿se quiere o no que sigamos generando empleos en los 16 países que nos venden gasolina o es preferible que la generemos en México, creando aquí esos empleos y con inversiones en nuestro país?¿queremos o no que los mexicanos tengan participación en el control y utilidades de PEMEX con bonos que le generen beneficios directos?
Se estiman, con esta reforma, inversiones, pública y privada, en el sector de poco más de 110 mil millones de dólares hasta el 2012, sin contar los recursos que se ahorrarán y generarán en la medida en que yacimientos, refinerías y demás sean productivos. Se podrá argumentar que todo eso lo podría hacer el Estado. Quizás sí, otras cosas, como la exploración en aguas profundas, hoy por lo menos, no. Pero si es el Estado el que realiza toda la inversión, con recursos limitados y prioridades de otro tipo, con la burocracia (y corrupción) que caracteriza la operación estatal, se tendrá que elegir: se invierte en las refinerías que comenzarán a operar en cinco años o en escuelas, hospitales y viviendas; se invierte en desarrollar tecnologías a lo largo de décadas o se compran para usarlas ya; se acepta que México es parte del mundo o seguimos escuchando a hombres que no pueden honrar ni su palabra escrita. Ese, el del inmovilismo, sí es un México de fantasía y engaños.
Por: Jorge Fernández Menéndez | |
Publicado en: Periódico Excelsior | Fecha: Jueves, 10 de Abril de 2008 |
Etiquetas: AMLO, demagogia, fanatismo, fascismo, inversión, PEMEX, petroleo, populismo, PRD, reaccionario, reformas
P.D: Cada día falta menos para verlos lloriqueando desde Miami ¡!
NO MAMES TODO CUADRA, !QUE MIEDO¡,
tiene razon el pendejo de anonimo anterior
<< Home