lunes, mayo 17, 2010

 

Agrarismo

Alguna vez se reconocerán los graves daños que el llamado "agrarismo" causó a México. En nombre de la justicia social, el campo mexicano fue arrasado y los campesinos fueron convertidos en menores de edad o incapaces sujetos a tutela. De la férula de los hacendados pasaron a la peor férula del comisario o cacique político, y acabaron por depender en todo del Gobierno. Cuando éste no tuvo ya qué darles vino la emigración masiva de los hombres del campo hacia los Estados Unidos, y el consecuente abandono de sus tierras.
 
Ahora el fracaso del ejido es evidente. La política agraria que derivó de la llamada Revolución, copia de modelos extranjeros, trajo consigo el desplome total de la producción agrícola, que se ha salvado sólo por la acción de los pequeños propietarios. Hoy por hoy quienes todavía viven en el campo dependen de las dádivas de los gobiernos, y se inscriben, para poder sobrevivir, en una docena de programas que son en verdad sólo dispensadores de limosnas. De no ser por esas apresuradas donaciones y por las remesas que envían los paisanos que viven y trabajan en "el otro lado" ya se habría producido un estallido social de grandes proporciones.
 
Poco a poco las tierras pertenecientes a los ejidos están pasando otra vez a manos de particulares, una evidencia más del descomunal error que fue aquel experimento socializante que se llamó "agrarismo", fincado quizá en la buena fe, pero que no tomó en cuenta las circunstancias particulares de México y de los mexicanos...
 
Armando Fuentes Aguirre, Catón
 
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Yo nací y crecí en un ejido. Mis padres todavia viven en él, son ejidatarios y agricultores. Y todo lo que líneas arriba describe Catón es 100% cierto. El ejido fue lo peor que le pudo pasar a México, al menos la manera en que se manejó. El reparto de tierras estuvo bien, pero no la manera como se mantuvo a los campesinos, como menores de edad, durante décadas. Nunca pudieron llegar a ser "adultos" como pequeños empresarios, como agricultores de profesión. Sólo unos pocos lo lograron.
 
Pero muchos izquierdistas no lo quieren ver, viven en ciudades, leen libros, pero no conocen la realidad del campo mexicano. Hacen marchas gritando que "sin maíz no hay país" pero al mismo tiempo impiden transgénicos, piden precios mínimos para los productores, pero no quieren que suba el precio de la tortilla. Buscan la autosuficiencia alimentaria y no tienen ni idea de las condiciones climáticas y orográficas de México. Pero eso si, quieren que todo se resuelva via el presupuesto, aventando más dinero y manteniendo agricultores pobres, sobreviviendo de limosnas, pero que en elecciones votan.
 
Medítenlo.

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