viernes, julio 10, 2009
Un producto, dos envolturas
La alianza entre el Partido Verde y el PRI dominará la Cámara de Diputados. Esta alianza también hizo posibles algunos de los triunfos de gubernaturas del PRI y será clave para el Revolucionario Institucional, en caso de mantener esta alianza, para ganar estados como Chihuahua, donde el Verde obtuvo el 11 por ciento de los votos y hay elecciones para gobernador el año entrante. ¿Qué comparten ambos partidos ahora tan cercanos?
En historia y programa casi nada. El Verde nunca ha sido gobierno. Ni siquiera parece que le interese tener posiciones en el Ejecutivo. Si bien ayudaron a que Fox llegara al poder, lo abandonaron muy pronto, sin que quedara claro cuál fue la diferencia programática o los espacios en el Ejecutivo que no tuvieron. Lo suyo es el Legislativo. Pero sobre todo el manejo del partido y sus prerrogativas.
El objetivo de tener más y más prerrogativas es bastante evidente y por momentos parece definir al partido. Este año tuvieron alrededor de 304 millones de pesos del erario. Es menos evidente para qué quieren el espacio legislativo, aunque desde 1997 han tenido 79 diputados y 13 senadores.
Su página de internet da cuenta de un ideario conmovedor. El partido que se hizo noticia por proponer la pena de muerte para secuestradores y asesinos tiene "como su principio de motor" el amor. Éste lo entienden "como el sentimiento afectivo que implica involucrarse, compartir, disfrutar, sufrir, comprender, respetar, colaborar y demás actitudes de sana relación con nuestros semejantes...".
Sin embargo, no muestra en ningún lado qué han logrado para la ciudadanía en el Congreso, aunque seguramente reclamaran algunas reformas legales en materia ambiental, como lo hicieron en la reforma de Pemex, y deben servir de canal para algunos grupos de interés en reformas que los afectan. Sí recuerdo con claridad su contribución a las reformas constitucionales, como la propuesta de disminuir de 30 a 25 la edad de los senadores en el sexenio de Zedillo, cuyo objetivo era que su actual presidente pudiera ser senador en su casi niñez.
El PRI es por historia un partido de gobierno. Nunca ha dejado de ser el partido, y por mucho, con más gobernadores. Ahora, en la oposición a nivel federal, ha hecho del Legislativo un efectivo instrumento para descentralizar el gasto a los estados y para moldear las leyes que manda el Ejecutivo. Su flexibilidad ideológica es bien conocida. La ecología es un tema menor en su historia de gobierno. No hablan del amor. No podían ser más distintos.
En las propuestas de campaña tampoco hay muchas similitudes, fuera de las obvias, como mejorar el bienestar de los mexicanos, en la que todos los partidos están de acuerdo. El PRI no tiene entre sus objetivos la pena de muerte, ni parece dispuesto a apoyarla, por más que se hizo un tema popular gracias a la campaña del Verde. Las otras pocas propuestas visibles del Verde, que el gobierno te pague educación y salud, no fueron explicadas cómo operarían ni cómo se pagarían. Ninguno de sus adversarios se los preguntó y en ese vacío el Verde creció. En todo caso, implicarían subrogar servicios públicos a los privados de forma masiva. Una estrategia basada en vouchers para la compra de servicios educativos es una agenda liberal extrema ajena por completo al PRI.
Si vemos el perfil del votante de esta elección con datos de Consulta Mitofsky tampoco se parecen gran cosa. El Verde es un partido de jóvenes (57 por ciento de sus votantes tienen entre 18 y 29 años) y educado (40.2 por ciento de los que lo apoyan tienen preparatoria). El PRI tiene al voto maduro (entre 30 y 49 años: 49.3 por ciento de sus electores) y el voto de la población con menores índices de educación (65 por ciento de sus votantes declaran sólo haber estudiado primaria y secundaria).
La alianza entre el Verde y el PRI parece ser la creativa venta de un producto muy similar con envoltorios muy distintos. El PRI no podrá nunca ser un partido para jóvenes educados, alternativo, fresco, ágil en su respuesta, concentrado en algunos temas. Pero el Verde le pone su caudal de votos al servicio de una alianza que negocia en cada nueva elección sin programa real.
El Verde ya es la tercera fuerza en 16 estados. Es cogobierno, por lo menos en membrete, en dos de las cinco gubernaturas que ganó el PRI y será clave en la Cámara de Diputados. El Verde tiene la oportunidad de mostrar que tiene una agenda propia y consistente y que no simplemente busca tener diputados, senadores y prerrogativas.
Carlos Elizondo Mayer-Serra
elizondoms@yahoo.com.mx
Carlos Elizondo es doctor y maestro en Ciencia Política por la Universidad de Oxford, Reino Unido. De 1991 a 2004 se desempeñó como profesor-investigador titular del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Desde 1995 y hasta su nombramiento como Representante Permanente de México ante la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en mayo de 2004, fue Director General del CIDE. Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores desde 1991.
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Los resaltados son mios. Cada quién saque sus propias conclusiones. ¿Alguien cree que al PRI le interesa aumentar, mejorar, el nivel del sistema educativo cuando el 65% de su electorado sólo estudio primara o secundaria? ¿Quién piensa que al PRI le interesan las políticas liberales que mejoren la situación del país? A ellos les interesa preservar el status quo que tanto dinero les ha dejado.
El populismo y la demagogia no generan progreso, causan dependencia.
Dany Portales