domingo, junio 24, 2007

 

Los PRIcapiedra

Hace ya casi 20 años el régimen presidencialista comenzó a desmantelarse y, aun hoy, el priismo le rinde tributo al presidencialismo. Todos los bienes y todos los males, según el inconsciente priista, vienen del Presidente de la República.

Si su cómplice Mario Marín torció la ley hasta el escarnio y cobró venganza a nombre de su compadre, el presunto pedófilo Kamel Nacif, eso no cuenta. Si su cómplice Ulises Ruiz perdió desde hace más de un año el Gobierno de Oaxaca, dejando impunes casi una veintena de homicidios y varios actos de tortura, no importa. Si su cómplice Jorge Hank Rhon incurrió en falta al inscribirse sin derecho como candidato al Gobierno de Baja California, eso no cuenta.

Nada de eso importa, mucho menos que a sus cómplices los haya condenado o los tenga en la picota un tribunal, vamos, un poder distinto al presidencial. Lo que cuenta es que si el Presidente de la República quiere su reforma fiscal tiene que interesarse en arreglar los problemas de los cómplices priistas porque, fieles a la subcultura del chantaje, el priismo ya dejó ver que va a tomar como rehén a aquélla para salvar a sus amigos. Si pudieron encubrir a su cómplice Arturo Montiel, cómo rayos no van a poder encubrir a éstos.

En dos ocasiones, el priismo ha perdido la Presidencia de la República y, aun así, voltea a ver al jefe del Ejecutivo como el hombre que todo lo puede y casi le ruegan que, aunque no sea de ellos, los ayude. Tal es su creencia en el presidencialismo que los priistas están a punto de tropezarse con la misma piedra. Ésos son los pricapiedra.

Cuando al priismo lo gobierna su inconsciente, muy poco le importa hacer el ridículo.

Ahí está el caso de Beatriz Paredes quien, de pronto, echa al cesto de la basura la imagen que ha logrado labrarse con algunos intelectuales, y frente al apuro de los gobernadores Mario Marín y Ulises Ruiz, no duda en salir a su rescate, señalando que el PRI va a cobijarlos. Muy poco le importa a la tlaxcalteca que el poblano y el oaxaqueño hayan torcido el mandato que tenían y acreditado hasta el hastío su pusilanimidad, cinismo y autoritarismo. Son cuates tricolores y los tricolores son muy solidarios con los suyos, aunque sean unos delincuentes de siete suelas.

En esa situación, hasta las palabras pierden significado para el priismo. Confunden la solidaridad con la complicidad, dejando ver cómo el delito y la corrupción sigue siendo uno de los mejores cementos que mantiene unido al tricolor. Y esa filosofía del encubrimiento compartido, la profesan desde los más viejos hasta los más jóvenes priistas. Ahí está como ejemplo de estos últimos, el muchacho dorado tricolor, Enrique Peña, que quiere ser Presidente de la República, pero ello no le impide arrastrarse en el lodazal que tan fresco le dejó Arturo Montiel. Podrá perder la candidatura presidencial, pero no la amistad del padrino. Vamos como somos o no vamos.

En el fondo, no asombra la actitud priista. Ha sido una práctica socorrida durante años, lo que por momentos asombra es que los otros partidos, el panista y el perredista, entren a ese juego.

Un juego donde, por un lado, asuntos distintos se meten en la misma licuadora para hacer un licuado indigerible para el país. Un juego donde, por otro lado, se sacrifica al estado de derecho en aras del arreglo político bajo cuerda. Un juego de complicidades que, al final, coloca a la ciudadanía en la piedra de los sacrificios.

El año pasado, ese recurso fue la tabla de salvación de Mario Marín y Ulises Ruiz. El juego electoral y poselectoral los salvó. Ahí está como detalle aquella expresión del hoy coordinador de la diputación priista, Emilio Gamboa, dando a entender que si caía Ulises a lo mejor no subía Calderón. Y, ahí, está cómo el candidato presidencial panista se pronunció contra el poblano Mario Marín para, luego, como Presidente olvidarse de aquella postura de campaña.

La situación preelectoral y poselectoral se mezcló con la circunstancia de aquellos dos gobernadores y, pese a la evidencia, se les perdonó la vida. Que Mario Marín hubiera hecho todo lo que hizo en contra de la periodista Lydia Cacho en favor de su amigo, el presunto pederasta Kamel Nacif, no fue suficiente. El PRI lo cobijó atando ese asunto con la elección federal. Que Ulises Ruiz hiciera un cisco de Oaxaca, provocó que el panismo, personificado en Gobernación por Carlos Abascal y personificado en el Senado por su fracción, realizara manchicuepas para canjear la permanencia del oaxaqueño por el apoyo tricolor frente a la asunción de Felipe Calderón como Presidente de la República.

Acuerdos de ese tipo sólo vulneran el estado de derecho y sólo postergan los problemas. Tan es así que ambos personajes están de nuevo en la escena con un pie fuera de sus respectivos gobiernos.

Esta vez -a diferencia de hace un año- no se le debe dar juego a la subcultura del chantaje que impulsa el PRI en aras de la permanencia de Mario Marín y Ulises Ruiz como gobernadores y Jorge Hank Rhon como candidato a la gubernatura de Baja California, si es preciso bien vale la pena perder la reforma fiscal y colocar en su lugar a dichos personajes.

Sin duda, al gobierno se le han de poner los pelos de punta nomás de pensar que la reforma fiscal podría no aprobarse pero, si el precio de ella es ratificar la subcultura de la impunidad, la arbitrariedad y el cinismo, vale la pena pagarlo. Pueden los pricapiedra pretender mezclar los dos asuntos, atarlos y chantajear con ellos al Presidente de la República, pero caer en ese garlito e insistir en que el estado de derecho es un factor prescindible en nuestra democracia defectuosa, sólo hará más defectuosa a nuestra democracia.

Esta vez no puede caerse de nuevo en ese juego perverso, donde muy pobres personajes ponen de cabeza al conjunto de la sociedad y la terminan sacrificando. Si el panismo participa de ese juego y si el perredismo siente que el fracaso de la reforma es una victoria, la ciudadanía podrá ratificar su convicción de que todos los partidos y ninguno son lo mismo.

Personajes como Mario Marín, Ulises Ruiz, Jorge Hank y Arturo Montiel enorme daño le han hecho al país, en esa parte no mesurable que es la de la moral pública y la confianza en el derecho.

Si los pricapiedra los quieren reconocer como sus cómplices y compañeros, allá ellos. Lo que resultaría inaceptable es que el panismo y el perredismo participen de ese juego, sin plantearse romper con ese pasado donde el encubrimiento compartido constituye la garantía de sobrevivencia de una clase política que se aleja de más en más de una sociedad harta de ver cómo el conjunto de los partidos son en extremo parecidos.

Si el panismo canjea la reforma fiscal por la sobrevivencia de esos personajes y si el perredismo no respalda plenamente a la Suprema Corte en las decisiones tomadas frente a Mario Marín y Ulises Ruiz y al tribunal electoral de Baja California en relación con la cancelación del registro de Jorge Hank como candidato a la gubernatura, quedará claro un solo asunto: los pricapiedra no son una especie en extinción, sino que se reproducen en todos los partidos.


René Delgado
sobreaviso@latinmail.com

Etiquetas: , , , , , ,


Comments:
jmm, sobre de Jorge Hank...

El señor esta violentando la Ley porque aqui en BC hay una ley que le dicen antichapulin, que no es otra cosa que si estas actualmente en un puesto de eleccion popular no puedes contender por uno nuevo a no ser que conluyas el actual o renuncies 90 dias antes de la fecha de las elecciones y obviamente antes de ser candidato.

Segun los priistas se van a ir al TEPJF porque el articulo 35 de nuestra carta magna dice que cualquier ciudadano mexicano puede votar y ser votado en las elecciones populares.
Lo que ellos no mencionan que en la ultima linea de dicho articulo tambien dice "cuando tenga las calidades que señale la Ley" y en este caso la la Constitucion Politica de Baja California en su articulo 42 establece una de las calidades que debera tener para ser candidato a gobernador.

La Ley Antichapulin fue impulsada por los diputados priistas en el congreso local en 2001 para evitar precisamente que los panistas saltaran de un puesto a otro como cambiar de zapatos, costumbre que apenas asi se les quito.
Nunca se imaginaron que ellos le estaban lanzando al PAN el fuego con el que ellos mismos iban a quemarse.


Saludos Dany
 
Tienes razón. Y si el TEPJF dice que si puede ser candidato, serían unos incongruentes, pues hace poco más de un año le negaron ese derecho a Jorge Castañeda y ahora si de lo darían a Hank.

Aunque este juniorcito esta intentando usar la peje-técnica, de hacerse la víctima para poder competir. A ver en que termina esa novela.

saludos
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?