viernes, junio 22, 2007

 

El reino emocional

¿Cuándo entrará Andrés Manuel en razón? ¿Qué es entrar en razón? ¿Es la democracia una expresión de nuestras emociones o es la democracia una expresión de nuestras facultades racionales e intelectuales? La democracia de las plazuelas, tan atractiva para los líderes populares de asambleas participativas, es una democracia emocional. Para estos líderes la democracia vivida en tumulto es la única legítima.

Sin embargo, para mí, la democracia formal, en donde cada persona puede y debe votar en secreto y en donde cada voto cuenta exactamente igual a otro voto, es una democracia superior por ser más libre, justa y racional. Es más fácil provocar a las emociones que provocar a la razón. Por ejemplo, el rechazo al libro de Carlos Tello sobre la jornada electoral es un exabrupto emocional.

Por eso las disposiciones del IFE y del Tribunal Electoral son vistas con recelo y desconfianza por los demócratas emocionales porque para ellos la participación democrática es de convocación y se debe expresar en bola y en la calle.

Todavía se discute si nuestra razón está por encima de nuestras emociones o si la razón a pesar de su independencia lógica sigue siendo la esclava de nuestras emociones. Para mí, una persona madura utiliza su razón para dominar o encauzar los impulsos de sus emociones.

Andrés Manuel y su seguidores, por poner un ejemplo, al no aceptar emocionalmente los resultados de las elecciones, ni tampoco los resultados del IFE ni las resoluciones del Tribunal Electoral están obligando a su propia capacidad intelectual a distorsionar la realidad, para que la razón se doblegue a sus emociones. El resultado es una serie de entuertos y actividades disruptivas a los derechos de los demás ciudadanos.

Porque en el mundo emocional imperan los fines, los propósitos, las intenciones, muy parecido a como se opera en las religiones, en donde todo se juzga de acuerdo con la intencionalidad y la nobleza de miras.

La extrema derecha con frecuencia se mueve en un mundo emocional muy peligroso, pues cuando unos panistas se pintan como muy católicos y decentes se protegen dentro de una capa emocional sintiéndose representantes de cierto orden celestial, cuando lo celestial no es racional. La realidad es que tenemos una gran desigualdad debido a una mezcla de componentes emocionales y componentes racionales que debemos resolver.

Claro, en gran parte dicha desigualdad se debe a que las comunidades indígenas están dominadas por caciques que tienen el control emocional de dichos pueblos a través de tradiciones y han evitado los intentos de rescate de dichos pueblos. Entonces, no puedo criticar a Andrés Manuel por haberle sacado tanto provecho al mundo de las emociones, vendiendo ilusiones de un rescate de la pobreza sin ningún plan racional.

Ojalá que entremos a una época racional, que es en la única arena donde nos podremos poner de acuerdo para combatir la desigualdad, elevar la educación, garantizar la propiedad personal para invertir en el campo, multiplicar la producción de alimentos, la creación de empresas y de empleos.

Yo no digo que el progreso sea el único camino hacia la justicia y hacia la igualdad de oportunidades, pues dentro del progreso vemos los abusos por doquier, lo que digo es que el progreso abre más veredas. Pero el progreso personal te separa de tus costumbres y eso tiene un alto costo emocional que no todos están dispuestos a pagar.


Enrique Canales, 15 de marzo 2007
QEPD

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