viernes, marzo 02, 2007
Los ganadores del libre comercio
Los nuevos datos del Departamento de Comercio de los Estados Unidos muestran que los principales países latinoamericanos que tienen tratados de libre comercio con Washington han incrementado sustancialmente sus exportaciones a Estados Unidos.
Y Estados Unidos, a su vez, han incrementado sus exportaciones a sus socios comerciales regionales a un paso más lento, pero nada desdeñable.
Fíjense los últimos datos de comercio, dados a conocer hace pocos días: Desde que Estados Unidos firmó el tratado de libre comercio con México, las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos han crecido de 40 mil millones de dólares en 1993 a 198 mil millones en el 2006, un aumento de casi 400 por ciento.
Y las exportaciones de Estados Unidos a México en el mismo periodo han aumentado de 93 mil millones a 134 mil millones de dólares, un incremento del 223 por ciento.
Desde que Estados Unidos firmó su tratado de libre comercio con Chile, las exportaciones de Chile a los Estados Unidos subieron de 4 mil 700 millones de dólares en el 2004 a 9 mil 500 millones en el 2006, un incremento del 104 por ciento. Las exportaciones de Estados Unidos a Chile subieron de 3 mil 600 millones a 6 mil 800 millones, un incremento del 88 por ciento.
Desde que Estados Unidos firmó un tratado de libre comercio con los cinco países de América Central y la República Dominicana, conocido como CAFTA-DR, las exportaciones a Estados Unidos de los países firmantes que han ratificado el tratado subieron de 18 mil 100 millones de dólares el 2005 a 18 mil 600 millones en el 2006, un 2.8 por ciento de incremento.
A la inversa, las exportaciones de Estados Unidos a los países del CAFTA-DR que ratificaron el tratado subieron de 16 mil 900 millones a 19 mil 600 millones, un incremento del 16.1 por ciento.
Según los funcionarios norteamericanos, es demasiado pronto para juzgar los resultados del tratado CAFTA-DR, porque solamente fue ratificado por cuatro países -Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua- y recién ha sido implementado hace unos pocos meses en la mayoría de ellos.
Las exportaciones de Guatemala a los Estados Unidos han crecido sólo un 1 por ciento el año pasado, mientras sus importaciones de los Estados Unidos han crecido en un 24 por ciento. Esto fue principalmente debido a problemas burocráticos con las nuevas reglas, que ya han sido corregidos, aseguran los funcionarios de los Estados Unidos.
"Para el 2007, nuestro comercio con América Central mostrará la misma clase de crecimiento impresionante que hemos visto con México y Chile", dice Walter Bastián, un alto funcionario del Departamento de Comercio.
¿Cómo puede Chávez afirmar que el libre comercio con Washington ha sido malo para México, cuando México pasó de tener un déficit de 2 mil 500 millones de dólares con Estados Unidos, al firmar el tratado, a un superávit de 64 mil millones en el comercio bilateral en el 2006? (Mi teoría: Chávez puede darse el lujo de criticar los tratados de libre comercio de otros países con Estados Unidos porque él ya tiene uno: le vende casi todo el petróleo de Venezuela a Washington, libre de impuestos).
¿Y cómo pueden los críticos en Estados Unidos decir que el libre comercio con América Latina está dañando al país, porque está inflando el déficit comercial norteamericano?
América Latina en su conjunto representa sólo el 13 por ciento de los 836 mil millones de dólares del déficit comercial de los Estados Unidos, que se origina principalmente en China y Japón.
Si uno junta a los 18 países con los que Estados Unidos tiene tratados de libre comercio -incluyendo Australia e Israel- representan sólo el 17 por ciento del déficit comercial total de los Estados Unidos.
Mi conclusión: el libre comercio no es un remedio mágico que debe ser aceptado a ciegas. Brasil, Argentina y otros países agrícolas tienen razón en no entrar en estos tratados hasta que Washington no reduzca sus obscenos subsidios agrícolas. Y los críticos de ambos lados tienen razón en afirmar que algunas industrias son afectadas por los tratados de libre comercio.
Sin embargo, en general, el libre comercio está pasando el examen del tiempo. Además de atraer inversiones y reducir los precios para beneficio de los consumidores, aumenta el comercio para ambos lados.
Si Washington quiere reducir su déficit comercial, debería hacerlo con China. Por razones de seguridad nacional -incluyendo la necesidad de aumentar sus exportaciones y reducir la inmigración ilegal- los Estados Unidos deberían tener más, no menos, tratados de comercio preferencial con América Latina.
Andrés Oppenheimer, El Norte, 2 de marzo 2007
Y Estados Unidos, a su vez, han incrementado sus exportaciones a sus socios comerciales regionales a un paso más lento, pero nada desdeñable.
Fíjense los últimos datos de comercio, dados a conocer hace pocos días: Desde que Estados Unidos firmó el tratado de libre comercio con México, las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos han crecido de 40 mil millones de dólares en 1993 a 198 mil millones en el 2006, un aumento de casi 400 por ciento.
Y las exportaciones de Estados Unidos a México en el mismo periodo han aumentado de 93 mil millones a 134 mil millones de dólares, un incremento del 223 por ciento.
Desde que Estados Unidos firmó su tratado de libre comercio con Chile, las exportaciones de Chile a los Estados Unidos subieron de 4 mil 700 millones de dólares en el 2004 a 9 mil 500 millones en el 2006, un incremento del 104 por ciento. Las exportaciones de Estados Unidos a Chile subieron de 3 mil 600 millones a 6 mil 800 millones, un incremento del 88 por ciento.
Desde que Estados Unidos firmó un tratado de libre comercio con los cinco países de América Central y la República Dominicana, conocido como CAFTA-DR, las exportaciones a Estados Unidos de los países firmantes que han ratificado el tratado subieron de 18 mil 100 millones de dólares el 2005 a 18 mil 600 millones en el 2006, un 2.8 por ciento de incremento.
A la inversa, las exportaciones de Estados Unidos a los países del CAFTA-DR que ratificaron el tratado subieron de 16 mil 900 millones a 19 mil 600 millones, un incremento del 16.1 por ciento.
Según los funcionarios norteamericanos, es demasiado pronto para juzgar los resultados del tratado CAFTA-DR, porque solamente fue ratificado por cuatro países -Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua- y recién ha sido implementado hace unos pocos meses en la mayoría de ellos.
Las exportaciones de Guatemala a los Estados Unidos han crecido sólo un 1 por ciento el año pasado, mientras sus importaciones de los Estados Unidos han crecido en un 24 por ciento. Esto fue principalmente debido a problemas burocráticos con las nuevas reglas, que ya han sido corregidos, aseguran los funcionarios de los Estados Unidos.
"Para el 2007, nuestro comercio con América Central mostrará la misma clase de crecimiento impresionante que hemos visto con México y Chile", dice Walter Bastián, un alto funcionario del Departamento de Comercio.
¿Cómo puede Chávez afirmar que el libre comercio con Washington ha sido malo para México, cuando México pasó de tener un déficit de 2 mil 500 millones de dólares con Estados Unidos, al firmar el tratado, a un superávit de 64 mil millones en el comercio bilateral en el 2006? (Mi teoría: Chávez puede darse el lujo de criticar los tratados de libre comercio de otros países con Estados Unidos porque él ya tiene uno: le vende casi todo el petróleo de Venezuela a Washington, libre de impuestos).
¿Y cómo pueden los críticos en Estados Unidos decir que el libre comercio con América Latina está dañando al país, porque está inflando el déficit comercial norteamericano?
América Latina en su conjunto representa sólo el 13 por ciento de los 836 mil millones de dólares del déficit comercial de los Estados Unidos, que se origina principalmente en China y Japón.
Si uno junta a los 18 países con los que Estados Unidos tiene tratados de libre comercio -incluyendo Australia e Israel- representan sólo el 17 por ciento del déficit comercial total de los Estados Unidos.
Mi conclusión: el libre comercio no es un remedio mágico que debe ser aceptado a ciegas. Brasil, Argentina y otros países agrícolas tienen razón en no entrar en estos tratados hasta que Washington no reduzca sus obscenos subsidios agrícolas. Y los críticos de ambos lados tienen razón en afirmar que algunas industrias son afectadas por los tratados de libre comercio.
Sin embargo, en general, el libre comercio está pasando el examen del tiempo. Además de atraer inversiones y reducir los precios para beneficio de los consumidores, aumenta el comercio para ambos lados.
Si Washington quiere reducir su déficit comercial, debería hacerlo con China. Por razones de seguridad nacional -incluyendo la necesidad de aumentar sus exportaciones y reducir la inmigración ilegal- los Estados Unidos deberían tener más, no menos, tratados de comercio preferencial con América Latina.
Andrés Oppenheimer, El Norte, 2 de marzo 2007
Etiquetas: Chavez, liberalismo, pobreza, populismo