jueves, agosto 31, 2006

 

El bosque vulnerado

Me refiero, ya se lo imaginarán, a nuestro Bosque de Chapultepec que, junto con el Zócalo y el eje Reforma-Juárez-Madero constituyen más, mucho más que el puro patrimonio de la Ciudad. Estamos hablando, como en el famoso cuadro de F. Kahlo, del doble corazón de México: el verde y natural que late en Chapultepec y el histórico, político y social que está constituido por el Zócalo y que se encuentra con Chapultepec a través de esa arteria, antes tan limpia, tan amplia y tan aireada y airosa que era.

Ahora nada de esto ocurre. Digamos en lenguaje cardiológico que la arteria está obturada y que ambos corazones palidecen, languidecen y laten desacompasadamente. Surge una pregunta ciudadana: ¿y por qué y para qué hizo todo esto, por sus purititas pistolas verbales, el amigo de Don Norberto? La respuesta no nos es muy favorable: lo hizo porque nosotros, que aun no logramos organizarnos como sociedad, lo permitimos. Nuestra capacidad de aguante es inmensa y penosa. Con respecto al para qué lo hizo, yo diría que fue y es su manera de enseñar los dientes y las zarpas y para demostrarnos que con la total aquiescencia de las "autoridades" y la bovina docilidad de la "ciudadanía", él y los filibusteros que lo acompañan pueden saltarse las trancas, atropellar la legalidad y paralizar una avenida y, si se les da la gana, todo el país.

A mí todo esto me duele y más que dolerme me indigna. Mujeres como mis caperucitas amadas y como Marinela Servitje han logrado que me reenamore del Bosque y que éste se haya vuelto asunto mío, lugar de mi alma. Por eso me ofende ver que, gracias al jueguito de la "toma" de Reforma que ya aburre hasta a los mismos jugadores, el presente y el futuro del Bosque y de su rescate estén en grave riesgo. Lo vuelvo a decir: lo que está siendo dañado no es exclusivamente el patrimonio de la Ciudad, sino el lugar de encuentro, la encrucijada, de todos los rumbos de un país que todavía se llama México.

¿Y yo qué puedo hacer?, me preguntan lectoras y lectores queridos. Intento responder: no hay que dejarse, hay que alzar la voz; todos aquellos que me han buscado o escrito para contarme esas historias de cómo "las autoridades de su Delegación" pretenden esquilmarlos amenazándolos con el cierre temporal o definitivo de sus negocios si no hacen un "donativo para la causa"; todos éstos tienen que levantar una denuncia y hacernos saber estas historias terroríficas de Andrés Manuel Sparrow y sus Piratas del Caribe. No tienen madre.

Tenemos que organizarnos, juntar nuestras voces y darle cauce a nuestro hartazgo. Ha llegado el momento de entender que los políticos de todas las raleas están rebasados, que el oficio mismo de la política se ha convertido en un chiquero donde los cuinos de todos los tamaños, velada o descaradamente, están a la venta, o están locos. Literalmente no sirven para nada y, además, tenemos que financiar la ineptitud de seres como el inconmensurable Encinas que está pensando en llevar a Derechos Humanos la justa queja de los que viven cerca del sitiado Palacio Legislativo (¿no podría incluir la lista de los damnificados de Chapultepec, Reforma-Juárez-Madero-Zócalo?).

Con políticos así, o entra la sociedad y retoma el poder, o nos va a llevar la trampa. De Fox no se puede esperar más que sus usuales tonterías y empachos cerebrales. De ahí para abajo, vamos de mal en peor. Así es que, lectora lector querido, llegó la hora de la gente, de nosotros, de eso que ahora llaman "sociedad civil". Como se llame, somos nosotros y ya estamos hartos. Mañana vamos a seguirle con estas reflexiones de estricta supervivencia. O eso, o estos idiotas nos matan.

 
 
¿Qué tal durmió? DCCCLXX (870)

ARTURO MONTIEL ROJAS (o rejas).

Germán Dehesa, El Norte 
Cualquier correspondencia con esta columna que le apuesta a los ciudadanos, favor de dirigirla a german@plazadelangel.com.mx (D.R.)


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