domingo, marzo 28, 2021

 

Desprestigiar

Sí funciona. Casi el 75 por ciento de los republicanos cree que el presidente Trump fue víctima de un fraude electoral.

 

AMLO se le adelantó en esta estrategia: no cree haber perdido legítimamente una sola elección. Ni en su primer intento por llegar a la gubernatura de Tabasco en 1988, cuando obtuvo el 20.9 por ciento de los votos frente al 78.2 de Salvador Neme. Según él, siempre ha perdido por fraude. Cuando perdió por 233 mil 831 votos contra Calderón, se contaron mal los votos; cuando fue por 3 millones 309 mil 765 votos frente a Peña Nieto, el dinero del PRI compró la conciencia del pueblo sabio. Nunca argumenta sus casos. Da otros datos y lincha a quien no le dé el triunfo.

 

Ningún crítico debe tener credibilidad, por lo menos ante sus seguidores. Por eso arremetió contra Reforma cuando en primera plana publicó la nota de los videos de su hermano Pío López Obrador recibiendo paquetes de efectivo. Pero cuando Reforma exhibe a alguno de sus adversarios (como pasó el 21 de marzo, cuando puso en portada el presunto enriquecimiento ilícito del gobernador panista de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca) y la noticia es conveniente, su posición cambia y sus seguidores la difunden con la siguiente lógica: si hasta el Reforma lo trae, es porque la evidencia es tan abrumadora que el escándalo no se puede ocultar. Es la misma lógica de AMLO respecto a su triunfo del 2018. "Nosotros triunfamos porque fue una ola, era imposible de hacer un fraude, pero en las elecciones anteriores lo permitió el INE".

 

A AMLO le urge desprestigiar al INE. Según la más reciente Encuesta Nacional de Cultura Cívica del INEGI, el 59.6 por ciento de todos los mexicanos tiene confianza en el INE, frente al 52.5 por ciento que la tiene en la Presidencia (como institución). Entre las mujeres, el 58.8 confía en el INE, frente al 48.9 en la Presidencia.

 

La andanada contra el INE se da en el marco de la determinación por parte de éste de hacer cumplir el artículo 54 de la Constitución: "en ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida". En las urnas en el 2018, Morena obtuvo el 37.16 por ciento de los votos para diputaciones federales. Le hubieran tocado no más de 45.16 de éstos. Hoy Morena tiene el 51.4 por ciento de los diputados. Asimismo, en las urnas en el 2018, la coalición Juntos Haremos Historia obtuvo el 43.5 por ciento de los votos para diputaciones federales. Le deberían de haber tocado no más de 51.5 de éstos. Hoy tiene el 64 por ciento de los diputados.

 

El INE sí es conservador: busca preservar la Constitución. La regla propuesta por el INE afecta a cualquier partido que trate de violentar esa norma.

 

Ya está cantado el argumento de AMLO: si la coalición del Presidente pierde su mayoría constitucional este junio, no será porque no obtuvo los votos, sino porque el INE les hizo trampa, en su esfuerzo por hacer cumplir la Constitución.

 

Me temo que el Tribunal Electoral hará lo necesario para darle la razón al Presidente. Lo ha hecho en casi todas sus decisiones desde que AMLO ganó la Presidencia. Pero AMLO ya dejó sembrada la discordia y la justificación para buscar tener consejeros electorales que le sean leales.

 

AMLO tiene hoy muy pocos contrapesos. Por ello hace cosas inéditas, como la descarada campaña mañanera por su coalición, o vacunar a sus operadores políticos, antes que a todo el personal médico, para que puedan supervisar la vacunación y repartir dinero y propaganda.

 

No quiere perder la mayoría constitucional. Por eso ha puesto toda la carne en el asador, desde bajar la edad de las pensiones universales y prometer aumentar su monto, hasta usar cualquier instrumento disponible, legal o no, para seguir teniendo una Cámara de Diputados a su servicio.

 

Carlos Elizondo Mayer-Serra


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