viernes, junio 05, 2020

 

Tiranos inocentes

El Presidente López Obrador hizo ayer su acostumbrada pataleta mañanera a la salud de Grupo REFORMA porque éste reportó, según AMLO, más de mil muertos en un día por el Covid-19.

 

"El periódico REFORMA hoy (ayer) dice que México está en el tercer lugar de fallecimientos en el mundo y eso es rotundamente falso", aseguró AMLO.

 

"Están actuando por la animadversión que tienen a nuestro movimiento, a mi persona, al proceso de transformación. Están actuando de manera alarmista e irresponsable.

 

"Están actuando de acuerdo a la máxima del hampa del periodismo, de que la calumnia cuando no mancha, tizna".

 

Ninguna de las notas publicadas por los periódicos de esta casa editora aventuró semejante enfoque de redacción.

 

Fue la Secretaría de Salud la que reportó el miércoles mil 092 nuevas muertes por Covid-19, la mayor cifra para un día, para un total de 11 mil 729 decesos en México.

 

Hugo López-Gatell, Subsecretario de Salud, precisó que los mil 092 fallecimientos ocurrieron a lo largo de varios días, lo que fue publicado puntualmente por estos periódicos, todo de acuerdo con lo informado en el sentido textual por ese vocero oficial.

 

Pero aparentemente el Presidente no sabe leer, escrito sea con todo respeto, ni siquiera la información que le concierne de manera tan cercana.

 

O quizás se perturba por, con toda la soberbia o el cinismo del mundo, sentirse o saberse culpable del saldo mortal -tan grave y alto para este País- por la pandemia, de la que nadie en su sano juicio, excepto el propio tabasqueño, culpa al afligido, pero pataletero Mandatario.

 

López Obrador parece víctima del síndrome MMH (Miguel de la Madrid Hurtado), que primero permaneció oculto en Palacio Nacional o en Los Pinos cuando el aterrador terremoto de 1985 devastó la Ciudad de México y su zona de influencia matando a miles de mexicanos.

 

Cuando, finalmente, don Miguel salió a las calles a oler la muerte, su cara era un retrato de horror y miraba -cuando miraba a alguien de frente- con una expresión congelada de "yo no tuve la culpa".

 

Pero en el fondo de su corazón vanidoso y soberbio, MMH se creía capaz de haber creado el sismo con sus manitas: así de insolente es la locura protagónica del poder.

 

Todos sabemos que López Obrador no engendró el coronavirus, del que sólo es una más de sus víctimas, aunque logre eludir el contagio hasta ser protegido algún día con la vacuna, que sin duda será creada tarde o temprano, como Salk inventó la que lleva su nombre o Fleming el antibiótico que no lleva el suyo.

 

Pero lo que pasará, como se lo escribí en días pasados, es la catarata de torpedos con que la humanidad está siendo atacada desde antes de que el Covid -19 se llamara de algún modo.

 

Los gobernantes mesiánicos como AMLO se creen dioses y demonios al mismo tiempo. Pero no son eternos. Se irán sin ganas y únicamente quedará el rastro de lo que no hicieron, no el de lo que hicieron.

 

Este Presidente, cogido en la espiral de su congénita incompetencia, dejará un país en ruinas después de la auditoría final, en la que la pandemia, igual que otras anteriores aquí, allá y donde sea, habrá sido erradicada.

 

Pero no habrán sido erradicadas ni la delincuencia organizada ni la pobreza ni el hambre ni la desigualdad ni los tiranos disfrazados de caudillos bonachones, como López Obrador, histrión de la democracia, de una democracia en la que no cree y a la que no respeta, como lo demuestra cada vez que se proclama dueño de la verdad.

 

El virus no es lo peor que nos pasará. Lo peor son los crímenes que se cometerán en su nombre o lo que no se hará también en su nombre.

 

Lo peor es la soberbia demencial de los gobernantes, como AMLO, que se creen capaces de ser apocalípticos y acaban siéndolo.

 

Felipe Díaz Garza


Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?