sábado, mayo 30, 2020

 

'Científicos'

Tenemos un Presidente de muy pocas lecturas. Eso se evidencia con desatinos tales como el de equiparar a los científicos de hoy con los Científicos del Porfiriato. Desde luego nadie pide que México sea una república platónica regida por un filósofo o un sabio, pero inquieta tener al frente de la Nación a alguien que muestra tan poca sensibilidad ante la ciencia, el arte y la cultura en general. De ahí los continuados roces de López Obrador con los intelectuales, los científicos y los artistas, a quienes parece ver como parásitos improductivos que no merecen apoyo alguno y de los que es posible prescindir sin que suceda nada.

 

La mente de AMLO es aldeana. Su escasez de recursos culturales le impide alternar con sus homólogos de otras naciones, por eso no sale nunca del País. Otros mandatarios hacían viajes a Inglaterra, a Francia, a España. Él los hace a Cuitlatzintli, San Zenón Bocagrande y Hediondilla. En el concierto de las naciones civilizadas el atril de México está ahora arrinconado. Si en el extranjero se habla de nuestro Presidente es sólo para hacer la crónica de sus dislates o para tomarlo a irrisión, como sucedió cuando el Detente. Candidato que llegó al triunfo por los vicios y errores de su antecesor, el tabasqueño está fallando como Presidente.

 

No lo dicen sus adversarios: lo señalan los números. Por eso no quiere medir la economía de la Nación, sino el bienestar y la felicidad del pueblo, tan difíciles de numerar. En todos los órdenes de la vida nacional los efectos de sus políticas han sido muy nocivos. Peor aún: estamos viendo amenazados nuestros márgenes de libertad y de respeto a las garantías constitucionales. No andará descaminado aquel que diga que además de retroceder también vamos hacia atrás.

 

¿Cuántos sexenios se necesitarán para recuperar lo que México está perdiendo en el de López Obrador?...

 

Catón


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