martes, mayo 19, 2020
Codicia por lo ajeno
"Nunca he entendido por qué es codicia cuando quieres conservar el dinero que has ganado, pero no es codicia cuando quieres tomar el dinero de alguien más". Thomas Sowell
Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de Morena, ha visto la pandemia del Covid-19 como una oportunidad para imponer su visión autoritaria a México. No es el primero. La expresidenta del partido, Yeidckol Polevnsky, ha dedicado muchos de sus mensajes en Twitter a ensalzar el régimen cubano.
Este domingo, 17 de mayo, Ramírez Cuéllar, exdirigente de El Barzón, emitió un documento en papelería de Morena en el que señala que, "ante la emergencia económica y sanitaria", hay que "convenir la creación del NUEVO ESTADO [mayúsculas en el original] que habrá de emerger de la crisis que estamos padeciendo. Se busca dar certeza de lo que será la nueva normalidad".
Una de sus propuestas es "medir la concentración del ingreso en nuestro país". No se trata únicamente de la pobreza, "hay que medir también la desigualdad y la concentración de la riqueza".
Para cumplir este propósito Ramírez Cuéllar propone utilizar a una institución autónoma y respetada, pero con poderes mucho más amplios de los que tiene en la actualidad. "El INEGI debe entrar, sin ningún impedimento legal, a revisar el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas... El INEGI también debe tener acceso a las cuentas del Sistema de Administración Tributaria y a toda la información financiera y bursátil de las personas... La progresividad fiscal tendrá que aplicarse a la propiedad, la riqueza, el ingreso, las emisiones de CO2 y los daños a la salud".
En México tenemos ya impuesto sobre la renta, al valor agregado, a productos y servicios, a la nómina, predial y muchos más. Las tasas, por otra parte, no son poca cosa. El impuesto corporativo es de 30 por ciento (sin considerar ni el reparto de utilidades ni el impuesto a los dividendos) mientras que en Suecia es de 22 por ciento y en Irlanda de 12.5 por ciento. Es cierto que la recaudación total en México es baja, pero no porque las tasas lo sean, sino porque sectores muy importantes de la economía están exentos o evaden impuestos ante la aquiescencia o la negligencia de la autoridad.
El presidente López Obrador parece haber entendido el costo de seguir elevando la carga fiscal y por eso ha prometido que no cobrará nuevos impuestos ni aumentará los ya existentes. Sus acólitos, sin embargo, parecen tener otras ideas. Morena, que sigue siendo el partido del mandatario, parece querer promover un nuevo impuesto, ahora a la riqueza, y convertir al INEGI en un organismo inquisitorio que se meta a los hogares de las personas y a sus declaraciones fiscales. Las medidas que está proponiendo son dignas de un gobierno fascista, quizá por eso habla del "nuevo Estado".
El líder de Morena busca arroparse con la figura del presidente López Obrador, a pesar del rechazo que este ha manifestado a los nuevos impuestos, y por eso dice que convertir al INEGI en una policía financiera sería una forma de llegar a la "nueva normalidad" que ha pregonado el mandatario. Pero despojar a los ricos de su riqueza no tiene nada que ver con lo que ha prometido el Presidente y en la práctica no hará más que provocar una fuerte fuga de capitales.
El mensaje llega en mal momento, en medio de una crisis. A pesar de que el presidente López Obrador ha afirmado una y otra vez que no seguirá el camino de Hugo Chávez o Nicolás Maduro, sus escuderos políticos parecen empeñados en presentar a Cuba y a Venezuela como los modelos para nuestro país.
Sergio Sarmiento