viernes, junio 12, 2020
Tienen prisa
Por más que el Presidente minimice en sus conferencias la fuerza de la oposición política en México, el hecho es de que existe -cuando menos- una posibilidad de que en las elecciones de medio término, justo dentro de un año, su partido (Morena) pierda la dominancia que posee en la Cámara de Diputados (directamente y vía partidos paleros), y que le da la posibilidad de cambiar a su antojo nuestro marco legal, incluyendo el constitucional.
Ello, obviamente, para imponer su voluntad y ejercer un CONTROL total que le permita castigar o premiar conductas: el que le favorezca y apoye recibirá contratos y buen trato, y el que no, será aplastado fiscal y administrativamente.
HAY PRISA entonces por realizar los cambios para entregarle al Ejecutivo el poder TOTAL ANTES de que lleguen las elecciones.
En este momento nos es difícil -aunque se puede especular- determinar de quién fue realmente la idea de la iniciativa presentada por el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, que busca COMBINAR EN UNO solo los tres organismos regulatorios existentes: Competencia, Energía y Telecomunicaciones.
PRETEXTOS abundan para justificar esta medida totalmente innecesaria: quesque para ahorrar, quesque para evitar corrupción, quesque porque así es en España, quesque para equis, y griega y zeta. Todo esto suena a patrañas.
Lo que claramente parecen querer es revolcar la gata para darle al Ejecutivo el poder que le permita NOMBRAR directamente a los nuevos comisionados de este organismo controlador, que igual determinará las decisiones en el sector energético, o que puede ser empleado para someter a los medios electrónicos, o para fijar prácticas monopólicas contra alguna empresa cuyos directivos le caigan panzones.
Estos nombramientos serán "a modo", con el fin -como se ha visto en designaciones similares- de colocar incondicionales "LEALES" al Ejecutivo que acepten, busquen y reciban línea.
Claramente no se pretende con esto la democracia del control, sino el control de la democracia, si es que acaso así se le puede llamar a lo que tenemos hoy en México, y que en año y medio de la 4T se ha transformado, desgraciadamente, no en una más perfecta democracia, sino en un híbrido que pinta totalitario y dictatorial, como en las épocas de la "dictablanda", término acuñado por Mario Vargas Llosa para describir el sistema priista de antaño.
Podemos esperar los mexicanos, por tanto, que en los próximos meses sean presentadas más iniciativas de este tipo, algunas sordas y encubiertas, otras abiertas y descaradas, todas diseñadas a poner en manos del Ejecutivo la MAYOR cantidad de decisiones posibles, incrementando -que no democratizando- el poder que ejerce y que, como se ha visto, va hacia la imposición de sus muy peculiares puntos de vista.
Los cuales, debe decirse, se miran más alineados con lo hecho por el Teniente Coronel Hugo Chávez en Venezuela, que con el Benemérito mexicano, Benito Juárez.
Paradójicamente, a pesar de que dice odiar y despreciar a Porfirio Díaz, en los hechos el Presidente López con su "estilo personal de gobernar" es al mandatario mexicano que más se está pareciendo.
Ello al convertirse con el poder determinante que acumula en "dueño de vidas y haciendas", literalmente, como en su época lo fue Díaz.
Con la "pequeña" diferencia de que Díaz nunca se calificó a sí mismo como demócrata.
De nuevo, paradójicamente, él constantemente acusa de "hipócrita" a todo aquel que no concuerda con su ideología, pero ¿quién lo será realmente?, ¿los que se presentan como lo que son, o los lobos que se disfrazan con piel de oveja?
Obviamente que este tipo de medidas de control unipersonal, de PODER discrecional depositado en manos del Ejecutivo, cooptando las instituciones que deberían ser autónomas, perjudica a más cosas que a las prácticas democráticas.
Al no haber autonomía e independencia de criterio en los organismos reguladores, nuestra CERTEZA JURÍDICA, la CONFIANZA en las leyes mexicanas y sus instituciones -que todas por cierto tienen organismos paralelos en los países desarrollados-, se esfuman inmediatamente.
Al tornarse unipersonales Y NO INSTITUCIONALES las decisiones que afectan el funcionamiento de grandes e importantes sectores de nuestra economía, se DEBILITA ésta (más), lo cual acarrea un deterioro para el nivel de vida de los ciudadanos.
La acumulación de poder se logra a un costo, elevado, y éste lo pagarán finalmente los mexicanos, específicamente quienes más resienten ya la penuria económica.
Fricasé