domingo, septiembre 22, 2013
Provocar un Recesión
El año 1971 fue el de la atonía. Luego de dos décadas con tasas de crecimiento mayores a 6 por ciento en promedio, ese año fue considerado de recesión porque el crecimiento sólo fue de 3 por ciento. Así han cambiado las cosas... La respuesta de los políticos fue "estimular" la economía con un gasto público exacerbado, financiado con deuda externa e impresión de billetes, o sea, inflación. Así nació la era de las crisis, recesiones y, por un pelito, la hiperinflación. El 2013 se parece a 1971 y, como ilustra el presupuesto, el Gobierno se apresta a aplicar la misma receta perdedora.
El empaque retórico que acompaña a la iniciativa de reforma hacendaria es grandioso: productividad, crecimiento, ataque a la desigualdad y seguro de desempleo. Suena atractivo, pero, como decía George Orwell, "el lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras parezcan verdades, que el asesinato parezca respetable, y dar al viento apariencia de solidez".
Los comentarios a mi artículo anterior muestran que hay más dudas que certezas sobre la dirección que se propone. Sigue un resumen de los que recibí, todos de expertos intachables.
Primero: "Si bien la iniciativa se justifica primordialmente por el propósito de alcanzar la seguridad social universal, es notable que el aumento propuesto de gasto entre 2013 y 2014 es de 520 mil millones de pesos, pero de los cuales solamente 20 mil se destinan a la seguridad social universal. Uno hubiese pensado que, de forma prioritaria, se dedicarían recursos para unificar el financiamiento de la salud, pero este tema presumiblemente se pospone. No utilizar los recursos nuevos para remover la distorsión por las diferencias en la forma de financiar los regímenes contributivos y no contributivos de salud es una omisión difícil de entender". A menos que el objetivo sea sólo gastar; no sería la primera vez.
Segundo: "La pensión universal propuesta no es en realidad universal. Está condicionada a ser informal. Los trabajadores formales no tienen derecho a ella... Dado que el Seguro Popular es una prestación financiada de la tributación general para el informal, pero que pierde si obtiene un empleo formal... a los incentivos a la informalidad que ya existían... se agrega ahora otro incentivo por un programa similar para pensiones de retiro (y se propone legislar su monto, amén de bajar la edad para recibirlo de 70 años a 65). Es difícil pensar que esto no va a aumentar la informalidad. La evidencia de programas similares es que sí lo hará y también puede reducir la tasa de participación laboral. Por esas dos vías, la productividad se verá castigada". Hay una contradicción entre la iniciativa presentada y el diagnóstico del Gobierno sobre la urgencia de elevar la productividad para acelerar el ritmo de crecimiento económico.
Tercero: "El seguro de desempleo realmente no es eso; parece más un seguro de separación. La clave aquí es que se introduce este seguro sin modificar las disposiciones de la Ley Federal del Trabajo en materia de indemnizaciones por despido o primas de antigüedad. Tampoco se modifica la problemática de despido justificado vs. no justificado. En los términos de la ley propuesta, un trabajador que voluntariamente se separa de su trabajo tiene derecho a recibir los beneficios del nuevo seguro. México tendrá ahora dos mecanismos paralelos para proteger a los trabajadores contra shocks: las disposiciones que ya estaban en la LFT y el nuevo seguro. Es difícil pensar que en el futuro se podrá modificar la LFT para reducir los costos contingentes de las empresas formales derivadas de la contratación" cuando "el principal mecanismo que se hubiese podido utilizar para cambiar esas disposiciones de la LFT -introducir un seguro de desempleo- ya se usó. Al no reducirse los costos contingentes de las empresas, es difícil ver también cómo este nuevo seguro contribuirá a la formalidad".
Cuarto: "Se propone un incremento neto de las cuotas patronales, lo que no resuelve el problema esencial que es la homologación de los costos en salud. Es justo ahí donde estará la presión de gasto en los próximos años. Hoy no sabemos cuánto cuestan los servicios médicos en el IMSS, el ISSSTE y en los sistemas estatales de salud que son financiados con el Seguro Popular. No hay certeza sobre necesidades presupuestales del sector salud, sólo conocemos el gasto ejercido en cada institución, no el costo de cada servicio ni las estimaciones por cambios epidemiológicos. La propuesta resuelve la urgencia financiera del IMSS en el corto plazo, pero no resuelve el problema de fondo".
Quinto: en "el propuesto seguro de desempleo se descobija la contribución de Infonavit, en vez de llevarlo a salud o bien complementar pensiones contributivas. Esto crea más distorsiones laborales, hace más líquidas las aportaciones en el corto plazo". No puede ignorarse otra posible motivación del enfoque propuesto: "Quienes cumplan 18 años a partir de 2014 serán cubiertos por un fideicomiso en Banxico, justo el grupo que votará en 2018 por primera vez".
"La reforma no es para financiar una 'seguridad social universal', sino para justificar el aumento de cuotas patronales y el otorgamiento de nuevos beneficios, cuyo costo irá aumentando y se sumarán al costo creciente de los programas ya existentes. Los recursos fiscales de la propuesta serán usados para otros gastos y no se propone modificar el funcionamiento del sistema de salud, ni su financiamiento. Dado el crecimiento que se está observando en la provisión de servicios médicos, los costos se elevarán y será imposible regresar a un déficit cero en el tiempo propuesto (2017). Bajo el escenario internacional actual esto suena demasiado arriesgado". "Y todo sin considerar los pasivos de salud y pensiones de los estados, Pemex y CFE". No hay reforma estructural ni solución a problemas pendientes.
La propuesta es regresar a los 70: déficit creciente, sin financiamiento saludable y sostenible, lo que no contribuye al crecimiento de la economía. Ignorar las causas de las crisis pasadas -estrategia económica sustentada en déficit y deuda- que los jóvenes de hoy no vivieron es la mejor forma de provocarlas. No aprendemos.
Luis Rubio
www.cidac.org
El empaque retórico que acompaña a la iniciativa de reforma hacendaria es grandioso: productividad, crecimiento, ataque a la desigualdad y seguro de desempleo. Suena atractivo, pero, como decía George Orwell, "el lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras parezcan verdades, que el asesinato parezca respetable, y dar al viento apariencia de solidez".
Los comentarios a mi artículo anterior muestran que hay más dudas que certezas sobre la dirección que se propone. Sigue un resumen de los que recibí, todos de expertos intachables.
Primero: "Si bien la iniciativa se justifica primordialmente por el propósito de alcanzar la seguridad social universal, es notable que el aumento propuesto de gasto entre 2013 y 2014 es de 520 mil millones de pesos, pero de los cuales solamente 20 mil se destinan a la seguridad social universal. Uno hubiese pensado que, de forma prioritaria, se dedicarían recursos para unificar el financiamiento de la salud, pero este tema presumiblemente se pospone. No utilizar los recursos nuevos para remover la distorsión por las diferencias en la forma de financiar los regímenes contributivos y no contributivos de salud es una omisión difícil de entender". A menos que el objetivo sea sólo gastar; no sería la primera vez.
Segundo: "La pensión universal propuesta no es en realidad universal. Está condicionada a ser informal. Los trabajadores formales no tienen derecho a ella... Dado que el Seguro Popular es una prestación financiada de la tributación general para el informal, pero que pierde si obtiene un empleo formal... a los incentivos a la informalidad que ya existían... se agrega ahora otro incentivo por un programa similar para pensiones de retiro (y se propone legislar su monto, amén de bajar la edad para recibirlo de 70 años a 65). Es difícil pensar que esto no va a aumentar la informalidad. La evidencia de programas similares es que sí lo hará y también puede reducir la tasa de participación laboral. Por esas dos vías, la productividad se verá castigada". Hay una contradicción entre la iniciativa presentada y el diagnóstico del Gobierno sobre la urgencia de elevar la productividad para acelerar el ritmo de crecimiento económico.
Tercero: "El seguro de desempleo realmente no es eso; parece más un seguro de separación. La clave aquí es que se introduce este seguro sin modificar las disposiciones de la Ley Federal del Trabajo en materia de indemnizaciones por despido o primas de antigüedad. Tampoco se modifica la problemática de despido justificado vs. no justificado. En los términos de la ley propuesta, un trabajador que voluntariamente se separa de su trabajo tiene derecho a recibir los beneficios del nuevo seguro. México tendrá ahora dos mecanismos paralelos para proteger a los trabajadores contra shocks: las disposiciones que ya estaban en la LFT y el nuevo seguro. Es difícil pensar que en el futuro se podrá modificar la LFT para reducir los costos contingentes de las empresas formales derivadas de la contratación" cuando "el principal mecanismo que se hubiese podido utilizar para cambiar esas disposiciones de la LFT -introducir un seguro de desempleo- ya se usó. Al no reducirse los costos contingentes de las empresas, es difícil ver también cómo este nuevo seguro contribuirá a la formalidad".
Cuarto: "Se propone un incremento neto de las cuotas patronales, lo que no resuelve el problema esencial que es la homologación de los costos en salud. Es justo ahí donde estará la presión de gasto en los próximos años. Hoy no sabemos cuánto cuestan los servicios médicos en el IMSS, el ISSSTE y en los sistemas estatales de salud que son financiados con el Seguro Popular. No hay certeza sobre necesidades presupuestales del sector salud, sólo conocemos el gasto ejercido en cada institución, no el costo de cada servicio ni las estimaciones por cambios epidemiológicos. La propuesta resuelve la urgencia financiera del IMSS en el corto plazo, pero no resuelve el problema de fondo".
Quinto: en "el propuesto seguro de desempleo se descobija la contribución de Infonavit, en vez de llevarlo a salud o bien complementar pensiones contributivas. Esto crea más distorsiones laborales, hace más líquidas las aportaciones en el corto plazo". No puede ignorarse otra posible motivación del enfoque propuesto: "Quienes cumplan 18 años a partir de 2014 serán cubiertos por un fideicomiso en Banxico, justo el grupo que votará en 2018 por primera vez".
"La reforma no es para financiar una 'seguridad social universal', sino para justificar el aumento de cuotas patronales y el otorgamiento de nuevos beneficios, cuyo costo irá aumentando y se sumarán al costo creciente de los programas ya existentes. Los recursos fiscales de la propuesta serán usados para otros gastos y no se propone modificar el funcionamiento del sistema de salud, ni su financiamiento. Dado el crecimiento que se está observando en la provisión de servicios médicos, los costos se elevarán y será imposible regresar a un déficit cero en el tiempo propuesto (2017). Bajo el escenario internacional actual esto suena demasiado arriesgado". "Y todo sin considerar los pasivos de salud y pensiones de los estados, Pemex y CFE". No hay reforma estructural ni solución a problemas pendientes.
La propuesta es regresar a los 70: déficit creciente, sin financiamiento saludable y sostenible, lo que no contribuye al crecimiento de la economía. Ignorar las causas de las crisis pasadas -estrategia económica sustentada en déficit y deuda- que los jóvenes de hoy no vivieron es la mejor forma de provocarlas. No aprendemos.
Luis Rubio
www.cidac.org