jueves, julio 30, 2009

 

El problema Chávez

Decir que Hugo Chávez es un problema para América Latina no es nada nuevo. El petróleo que le vende a Estados Unidos, pese a los insultos que le dirige para forjarse una imagen de paladín de los agraviados, le ha proporcionado suficientes dólares como para extender su influencia por toda la región. No es una exageración decir que ha aportado dinero para las campañas de varios mandatarios como Evo Morales (Bolivia), Cristina Fernández (Argentina) y Rafael Correa (Ecuador), por ejemplo, sin que sepamos qué les ha pedido a cambio.

Otro problema que ha creado Chávez ha sido su modelo de gobierno. La democracia se ha convertido en una burla en manos del ex militar. El cambio de Constitución, la vuelta al esquema del "hombre fuerte" (una manera novelesca de referirse a un dictador), aunado a la falta de libertad de expresión que impide criticar abiertamente al Presidente, así como las confrontaciones con compañías extranjeras de todo tipo, son características de sus mandatos que han sido copiados, total o parcialmente, por otros mandatarios.

Hasta ahora, el mayor afectado ha sido Colombia. Que un Presidente como Álvaro Uribe coopere abiertamente con Estados Unidos es una ofensa grave para Chávez. Los insultos contra Uribe no cesan, crean una crisis diplomática que luego se disuelve, para surgir nuevamente con un tema distinto. Así ha sido desde hace varios años.

Para Colombia no hay muchas opciones. Hasta el año pasado, las FARC constituían una gravísima amenaza para este país. Siguen siéndolo, pero no hay que olvidar que, en 2008, las FARC perdieron a dos líderes importantes, a sus rehenes más valiosos y, a raíz del tratamiento inmisericorde que proporcionan a las víctimas que secuestran y a los poblados a los que les exigen "tributo", han perdido prestigio y finalmente son vistas como lo que son: un conglomerado de criminales.

Al igual que México, Colombia sufre el flagelo del narcotráfico, agravado por la presencia de esta persistente "guerrilla" que ha abandonado los temas políticos para dedicarse al narcotráfico y el secuestro, logrando controlar una porción del territorio colombiano.

En los últimos años, los rumores de la colaboración entre Hugo Chávez y las FARC han sido más puntuales. El Presidente venezolano se ha defendido diciendo que el contacto ha sido para negociar la liberación de rehenes, como fue el caso de Clara Rojas, la ex candidata a la Presidencia en la fórmula con Ingrid Betancourt.

En 2008, cuando el ejército colombiano atacó el campamento del guerrillero apodado Raúl Reyes en Ecuador y obtuvo computadoras y con ellas información vital para su lucha contra las FARC, se reveló que Hugo Chávez tenía un contacto más íntimo con éstas de lo que se había dicho en un principio.

El Presidente venezolano protestó (es decir, insultó) por tal acusación. Sin embargo, la revelación de que armas de facturación sueca que este gobierno había vendido a Venezuela en la década de 1980 habían sido halladas en posesión de guerrilleros de las FARC capturados por el ejército colombiano, coloca a Hugo Chávez en una posición difícil.

Al estilo de siempre, Chávez resuelve la situación con lo que vulgarmente se conoce como "pleito ratero", negando y acusando al mandatario colombiano de estar vendido a los estadounidenses, todo porque no soporta que Colombia se resista a caer bajo su influencia.

Si las investigaciones que realicen los suecos sobre el paradero de sus armas culminan con una acusación de venta no autorizada a grupos guerrilleros, Chávez deberá mostrar valentía y reconocer su responsabilidad, en vez de insultar a los suecos. Deberá pedir disculpas a los colombianos y hacer lo posible por reparar el daño.

Pero como Hugo Chávez jamás va a reconocer su responsabilidad, más le vale a Felipe Calderón profundizar en las averiguaciones sobre las rutas de tráfico ilegal de armas en México. Aunque la mayoría de éstas parecen provenir directamente de Estados Unidos, es muy probable que no sea la única fuente de abastecimiento para los narcotraficantes mexicanos.

Además de eso, ya es tiempo de que los líderes latinoamericanos que no han sido comprados por Hugo Chávez comiencen a verlo como lo que es: un dictador que se ha dedicado a sembrar semillas de discordia por toda la región, y a tratarlo como a un paria.

Tarde o temprano, si no lo ha hecho ya, intentará colocar un Presidente "afín a sus intereses" en México. La "revolución bolivariana" sólo se ha traducido en mayor pobreza para los venezolanos, por lo que, dadas nuestras condiciones, nos conviene rechazar este esquema.

Gabriela de la Paz

http://lapresidenciadeobama.blogspot.com

 

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Chávez es un fascista con discurso socialista… pero al final de cuentas no deja de ser un nazi, un dictador que viola todas las libertades de los Venezolanos y está exportando su “modelo” a otros países.

En 20 años revisamos el asunto…

 


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