sábado, agosto 23, 2008

 

¡Qué bien!

"¡Qué bien, un punto malo para Calderón y un pirruris menos!". Ésa fue, según un lector de El Universal (Cartas a la redacción del 20 de agosto), la reacción de López Obrador cuando se enteró del asesinato del joven Fernando Martí.

¿Se trata de una exageración? ¿No se le estarán atribuyendo dichos con tal de desprestigiarlo y presentarlo con un hombre rencoroso y de una ambición desmedida? No parece ser el caso. La carta al pueblo, a propósito de la violencia y los secuestros, que publicó el presidente legítimo (el 17 de agosto) va justamente en ese sentido. Pero además, su actuación como jefe de Gobierno de la Ciudad de México confirma su desprecio por las clases altas y medias, y la subestimación de la violencia que padecía (y padece) la sociedad en su conjunto.

La carta al pueblo de México contiene cinco recomendaciones para combatir la violencia. La mentira, los lugares comunes, la falta de rigor y la desmemoria son la esencia de sus "argumentos". Cito a continuación sus principales tesis: 1) "Lo primero que tenemos que hacer es evitar la privatización, abierta o disfrazada, de la industria petrolera nacional y seguir luchando hasta rechazar por completo las iniciativas de reformas que presentaron Calderón y el PRI en el Congreso".

La capacidad de distorsión del "rayito de esperanza" es extraordinaria. Después de los foros de consulta organizados por el Senado y de la farsa de la consulta ciudadana, convocada por el propio López, ha sido incapaz de mostrar ni demostrar que las iniciativas de Felipe Calderón y el PRI sean privatizadoras. La repetición de ese estribillo no convertirá jamás una mentira en una verdad. Sería ingenuo suponer tozudez donde hay malicia. López miente a sabiendas y utiliza una tragedia para llevar agua a su molino. Su objetivo es fortalecer su precampaña por la Presidencia de la República.

2) "Es necesario ver el gasto destinado a la juventud como una inversión social. La Cámara de Diputados debe autorizar mayor presupuesto a las universidades públicas con el propósito de que los 300 mil jóvenes que cada año son rechazados con el pretexto de que no pasan el examen de admisión, tengan la oportunidad de estudiar y no se les orille a tomar el camino de las conductas antisociales".

¿Cómo oponerse a tan loable propósito? Todo el dinero que se destine a la educación es bueno, siempre y cuando se utilice bien y con criterios de excelencia. Principios que, por cierto, López no entiende ni promueve. Basta recordar que la Universidad de la Ciudad de México que impulsó desde la jefatura de Gobierno eliminó los exámenes de conocimiento por considerarlos elitistas. Pero no sólo eso. Decir que los jóvenes que quedan fuera de la universidad son potenciales delincuentes es una falsedad y un insulto. El yerro, por otra parte, es voluntario y obvia lo fundamental: la impunidad (menos de 2 por ciento de los delitos son castigados) y la corrupción de los cuerpos policiacos son las causas principales de que la violencia y el crimen se hayan desbordado en los últimos años.

3) "Deben renunciar, de inmediato, los secretarios de Gobernación y de Seguridad Pública federal, Juan Camilo Mouriño y Genaro García Luna, respectivamente, así como el Procurador General de la República, Eduardo Medina Mora. Los motivos son obvios: el primero, es un delincuente confeso y los otros dos ya fueron, durante el gobierno de Fox, titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y Secretario de Seguridad Pública federal. Y durante todo este tiempo, han demostrado su falta de integridad e ineficiencia".

Y ahora sí que el burro hablando de orejas. López se define a sí mismo como el paladín de la justicia y la encarnación de la honestidad valiente. ¿Tiene tan corta la memoria o es simplemente una expresión más de su cinismo? ¿Ya se olvidó de Gustavo Ponce, secretario de Finanzas durante su gobierno, y de Bejarano, su principal operador político, pillados in fraganti? Pero voy, de nuevo, al fondo. ¿Por qué calla y no dice una palabra de la muerte de nueve adolescentes en el News Divine en un operativo de la Policía Judicial del Distrito Federal? ¿No pudo depurarla ni profesionalizarla a lo largo de todo su gobierno? ¿Cómo se explica y nos explica que bajo su mandato el narcomenudeo se haya extendido y multiplicado por toda la Ciudad de México? ¿No tiene ninguna responsabilidad ni cuentas que entregar?

4) "Proponemos que se lleve a cabo una reducción del gasto burocrático de por lo menos 200 mil millones de pesos y que estos recursos, junto con los excedentes petroleros, se destinen a la inversión en infraestructura y desarrollo social".

Bien, muy bien. Nadie se puede oponer a semejante idea. Sería excelente que así ocurriera. Pero la inconsistencia es mayor. De entrada, porque López es uno de los principales defensores de los privilegios y las aberraciones de la burocracia. Basta preguntarse qué harían él y sus correligionarios si el Gobierno federal decidiera, por ejemplo, depurar la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que es paradigma de la ineficiencia y la corrupción. Pero además, confunde de nuevo la magnesia con la gimnasia: el combate a la impunidad y la corrupción policiaca no pasa por la reducción del gasto en burocracia, aunque éste sea un objetivo loable por sí mismo.

5) "Nada o poco se logrará mientras se mantenga este régimen de opresión, corrupción y privilegios.

"El País está secuestrado por una minoría rapaz. No se pueden enfrentar los graves y grandes problemas nacionales si continúa el predominio de una mafia política tanto o más peligrosa que la delincuencia organizada".

Y llegamos, así, a la joya de la corona. El presidente espurio, pelele e ineficiente es tanto o más peligroso que Daniel Arizmendi, "El Señor de los Cielos", los hermanos Arellano Félix y la banda de secuestradores "La Flor". ¿Exagera López? No, simplemente expresa su convicción y, sobre todo, delinea una estrategia política. El objetivo de liberar a México de esa minoría rapaz que explota y humilla a las grandes mayorías admite cualquier tipo de alianzas. El viejo proverbio árabe sigue siendo cierto: el enemigo de mi enemigo es mi amigo, no importa que se llame "El Chapo" Guzmán.

Los silencios de López en esta carta, como en otros textos y casos, son tan elocuentes como sus dichos: no hay una sola palabra expresando pesar o solidaridad con las víctimas y sus familias. Esa empatía le es completamente ajena. Su tono y su ánimo son los mismos que el 27 de junio del 2004 le hicieron exclamar, ante la manifestación más grande de la historia de la Ciudad de México contra la violencia: ¡es una marcha de pirrurris!


Jaime Sánchez Susarrey

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Comments:
“... Un pirruris menos”: AMLO


Por: Leopoldo Mendívil | Opinión Martes 26 de Agosto de 2008 | Hora de publicación: 02:17



OIGA, ANDRÉS LÓPEZ:

Luego de que Óscar Mario Beteta informara a su audiencia el comentario que se le atribuye a usted en torno al crimen del adolescente Fernando Martí, un instante después, en el corte para comerciales, me confió su fuente informativa, y no me quedó duda.
Pero después me enteré de que también, pero el sábado en su artículo para el diario Reforma, Jaime Sánchez Susarrey había transcrito de la sección de Cartas a la Redacción de El Universal, el miércoles pasado, la de un lector con la reproducción íntegra y textual de sus palabras: “¡Qué bien, un punto malo para Calderón y un pirrurris menos!”
Dos fuentes diferentes de la misma información me dan la certidumbre de que usted, como pez que es, por su boca va cavando su tumba política. Esas dos fuentes confirman que para usted un adolescente es bueno que se muera si es “un pirrurris”… Quisiera una explicación suya que me permita entender cuál fue el delito cometido por Fernando Martí de nacer en una familia rica. ¿Escogió él su destino? No, pero para usted el que ese suceso provocara “un punto malo a Calderón” y que significara “un pirrurris menos” debió justificar, incluso, que ese crimen sucediera en la ciudad que usted supuestamente gobernó; y que en el tiempo de su gobierno la ola de crecimiento de la delincuencia fuera tomando las dimensiones del sunami que ahora la azota.
Ayer comenté con Óscar Mario Beteta que a pesar de llevar más de 16 años informando sobre su vida y milagros políticos, lo he hecho como una obligación profesional sin jamás desear para usted algo malo.

Pero si a usted no, mucho, mucho menos a mi país que no se merece —estoy perfectamente convencido— un personaje con la mentalidad de usted detentando el poder presidencial.

Esta expresión suya sobre el crimen de un chico indefenso es un dato informativo más —que como tal lo uso— para cumplir con mi responsabilidad de mostrarlo a la gente tal como es.

Si eso significa para usted la muerte de un chamaco, no quiero que el país llegue a saber lo que le signifique un contingente manifestándose contra alguna acción de su gobierno…


Así pues, siga cumpliendo con su destino de pez; siga muriendo, políticamente, por la boca, para que María de las Heras y otros analistas de la opinión pública nos vayan relatando la crónica estadística del derrumbe de su popularidad.

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=381137
 
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