jueves, junio 05, 2008

 

La consulta

Ante el anuncio que realizó el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, de celebrar una consulta pública sobre la eventual reforma energética, vale la pena hacer (creo) las siguientes anotaciones.

1. La dimensión legal. Los funcionarios públicos pueden hacer sólo aquello que les permita la ley, mientras los ciudadanos pueden hacer lo que deseen, siempre y cuando no esté prohibido por la ley. Esa vieja conseja, a la que los abogados denominan "principio de legalidad", recoge uno de los núcleos duros de cualquier normatividad democrática: los gobernantes (o legisladores o jueces) tienen asignadas sus facultades y ninguna "buena razón" les permite rebasarlas. Ello, para ofrecerles certeza a los ciudadanos y para evitar los excesos a los que tiende cualquier poder si no se le establecen límites. Por el lado de los ciudadanos, el asunto es más claro aún: supone que éstos pueden ejercer la más amplia libertad y que sólo tienen como limitantes las que expresamente diseñe la ley.

La anterior letanía viene al caso porque la Ley de Participación Ciudadana, en la que presuntamente encuentra su base legal la convocatoria, no parece permitirle al Jefe de Gobierno tomar esa iniciativa. Cierto, el artículo 42 establece que la consulta ciudadana "es el instrumento a través del cual el Jefe de Gobierno (otras instancias también pueden hacerlo)... somete a consideración de la ciudadanía por medio de preguntas directas, foros o cualquier otro instrumento de consulta, cualquier tema que tenga impacto trascendental en los distintos ámbitos temáticos y territoriales del DF".

Esa redacción parecería legitimar la iniciativa. No obstante, el artículo 45 dice: "Los resultados de la consulta ciudadana serán elementos de juicio para el ejercicio de las funciones de la autoridad convocante... La autoridad convocante deberá informar, a más tardar 90 días luego de publicados sus resultados, acerca del modo en que el ejercicio de sus funciones fue afectado por los resultados de la misma". Con buen tino, la propia ley establece que la autoridad sólo puede llamar a consulta para allegarse "elementos de juicio" para el ejercicio de su función, e incluso obliga a la autoridad a informar de qué manera la consulta repercutirá en sus trabajos. En otras palabras: una autoridad no puede consultar -lo dice la ley y el sentido común- sobre lo que deben hacer otras autoridades. Y como es público y notorio hoy la discusión de la reforma energética se encuentra en el Congreso de la Unión.

2. La dimensión técnica. Es una dimensión que (casi) siempre se puede resolver, pero que no vale la pena omitir. Si algo ha mostrado el debate sobre la reforma, es el grado de complejidad de la misma. No es una, sino muchas reformas. Algunas de las cuales no están planteadas en términos de todo o nada, sino que existen matices. Se trata de un abanico de modificaciones que van desde las que tienen un grado de dificultad política mínima hasta aquellas que polarizan hasta el extremo.

Por ello no resulta desmedido preguntarse: ¿cómo se harán las preguntas?, ¿tomando como base la propuesta del Ejecutivo, única que por lo pronto está en la mesa?, ¿con qué nivel de desagregación? Un ejemplo: la eventual nueva Comisión del Petróleo. La iniciativa del Presidente propone que su finalidad sea apoyar a la Secretaría de Energía en la regulación y supervisión de las actividades de exploración y producción. ¿La consulta preguntará sobre su pertinencia, integración, requisitos para ser comisionado, fórmulas de nombramiento, facultades, organización, funcionamiento, etc.? Y, conste, se trata de un tema que, hasta donde alcanzo a ver, no es de los que generan más tensiones.

3. La dimensión política o de las articulaciones entre la democracia representativa y la directa. Una consulta ciudadana puede verse como una forma de democracia directa (similar al referéndum o el plebiscito). Se trata de un mecanismo complementario al de la democracia representativa. Pero ¿en este caso lo es?

No se necesita ser Einstein para detectar una enorme polarización en el debate sobre la reforma de Pemex. Y sin embargo, se está desarrollando un debate convocado por la Cámara de Senadores. Se trata de un foro más que pertinente en el cual se están tratando de analizar, desde muy diversas perspectivas, los distintos ángulos del problema. Desde la constitucionalidad o no de las propuestas de reforma hasta los temas de la sustentabilidad energética, pasando por el régimen fiscal de Pemex, los órganos reguladores de la actividad petrolera o los yacimientos transfronterizos.

Pues bien, los debates son pertinentes por dos grandes razones: a) para escuchar los análisis y propuestas de políticos y especialistas y b) porque se supone que pueden ser un insumo para que en el Poder Legislativo puedan forjarse, a través de la negociación, los acuerdos necesarios.

Subrayemos esto último: ninguna fuerza política por sí sola cuenta con los votos necesarios para hacer prosperar su propuesta, de tal suerte que la eventual reforma solo podrá ser resultado de una auténtica negociación. Y precisamente para eso está el Congreso: para que las corrientes políticas se escuchen mutuamente, para dialogar, para matizar, para limar, para tender puentes de arreglo, para, en una palabra, acordar.

En cambio la consulta, a querer o no, tendrá que poner las opciones en sus extremos, en blanco o negro, suprimiendo los grises, que es en la zona en que se encuentra una posible salida del laberinto. Lo digo de otra manera: por la complejidad de la reforma y porque en buena hora el Congreso fue colonizado por la pluralidad, el lugar idóneo para desahogar el litigio es el Congreso.


José Woldenberg

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Chin!, ahora Woldenberg ya esta también en la nómina del gobierno. Uno más de los miembros del yunque, apátridas, que quieren entregar al país a los cerdos capitalistas extranjeros.

No han podido discernir quien es el nuevo presidente de su partido, y ya quieren hacer "consultas ciudadanas" para que "el pueblo decida" sobre el futuro de PEMEX. Dizque las preguntas serán redactadas por "académicos" de la UNAM. ¿Por qué no del ITESM, o del poli, o de la UANL, o de la UAG, o de...? ¿Y quién va a contar los votos, Arturo Núñez? "Al diablo con sus instituciones..." pero bien que están yendo a dirimir sus diferencias al TEPJF. Como no, si el PRD recibe un millón de pesos diarios en prerrogativas.

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Comments:
les recomiendo la pelicula "recount"

produccion original de HBO

sobre la situacion de florida en las elecciones de gore contra bush

se dieron con todo, pero una vez que paso el ultimo limite que marca la ley

a ponerse a trabajar que primero es el pais y las instituciones que lo hacen funcionar

tenian sus porros cierto,

pero ni bush ni gore atacaron ni a la suprema corte ni al departamento de justicia del estado

sr. gobernador o sr. vicepresidente

nada de pelele, espurio, chachalaca

demostraron un gran ejemplo de civilidad, de admirarse de veras

pero aqui tenemos la pelicula de "fraude"

que pena y que verguenza es compartir este pais con tanta lacra
 
JAJAJAJAJA si anonimo, que bonito es que te jueguen chueco, y aparte te quedes calladito...


Asi mas o menos, cuando policias corruptos violen a tu madre, a tu hermana o a tu hija, mejor ya no digas nada, te ves re feo ahi armando escandalos... La ley es la ley!!!, y hay que respetarla.

-"Pero es injusta!!"

Pero es la justicia, asi que te aguantas.
 
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