miércoles, julio 11, 2007
"Líderes" sindicales eternos
No es nada personal. Elba Esther Gordillo puede ser una buena o mala dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. El problema no es ése, sino pensar que un dirigente, cualquier dirigente, pueda quedarse a cargo de un sindicato de manera indefinida. La decisión de Gordillo de convertirse en líder vitalicia del SNTE es, aunque sólo fuera por eso, inaceptable.
Casi todos los líderes sindicales empiezan su carrera afirmando tener las mejores intenciones de luchar por el beneficio de los trabajadores. Incluso llegan a cuestionar las reelecciones de quienes los preceden en los cargos de mando. Pero una vez que llegan al poder olvidan todo y sólo piensan en eternizarse en él.
La maestra Elba Esther no es la primera líder sindical que busca encabezar de forma vitalicia su sindicato. En el medio mexicano, de hecho, lo más común es que los líderes sólo dejen sus oficinas en un ataúd.
Eso le ocurrió a Fidel Velázquez, quien en 1941 asumió la secretaría general de la CTM y, salvo un periodo de tres años entre 1947 y 1950, mantuvo el cargo hasta su muerte en 1997. Lo reemplazó Leonardo Rodríguez Alcaine, quien llevaba tres décadas como dirigente de los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, para permanecer en ambos cargos hasta su muerte en 2005. No hay ninguna indicación, por otra parte, de que el actual secretario general de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, piense dejar el puesto antes de su muerte.
Francisco Hernández Juárez asumió la secretaría general del Sindicato de Telefonistas en 1976 con una bandera de renovación y de rechazo a la reelección, pero desde entonces se ha mantenido en el cargo. En el sindicato minero se ha avanzado un paso más: el liderazgo ya no se pierde ni siquiera con la muerte, sino que se hereda de padres a hijos. Así ocurrió, por lo menos, cuando Napoleón Gómez Sada, secretario general desde 1962, le dejó el cargo a su hijo Napoleón Gómez Urrutia al fallecer en 2002.
El problema no es personal. En casi todos los sindicatos de México los líderes se convierten en verdaderos monarcas. Estoy seguro de que si los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que tanto han cuestionado hoy la designación de la maestra Elba Esther como líder vitalicia lograran finalmente el control del SNTE también se eternizarían en el mando. El problema radica en que los sindicatos son fundamentalmente negocios y la ley laboral permite la creación de feudos personales en ellos.
Los líderes siempre recurren al concepto de "autonomía sindical" para defender sus privilegios. Pero esa supuesta autonomía sólo ha servido para acabar con las posibilidades de una verdadera democracia sindical o de un manejo transparente de los recursos de los trabajadores. Los procesos de elección de dirigentes están hechos de tal forma que benefician directamente a los líderes que ya tienen el poder. Prácticas como la elección a mano alzada en asambleas, donde se escoge a dirigentes que después son delegados a convenciones para elegir a dirigentes regionales o nacionales, tienen como único propósito preservar las estructuras de poder dentro de los sindicatos.
Algo similar ocurre con el manejo de recursos. También bajo el disfraz de la autonomía sindical, el dinero de los trabajadores se administra como propiedad personal de los líderes. Ahí está el caso de los 55 millones de dólares entregados por el Grupo México a un fideicomiso de Scotiabank para que se realizaran pagos a los trabajadores que hubieran trabajado en las plantas de Cananea y cumplieran determinados requisitos. El dinero, sin embargo, fue sustraído de ese fideicomiso para ser entregado al sindicato, que después lo administró a su manera. Por lo menos ciertas cantidades se usaron para pagar cuentas de una tarjeta personal American Express de un hijo del líder del sindicato.
No, no es nada personal. El problema no es un líder u otro, sino todo el sistema. Necesitamos reformar la legislación laboral para cambiar el concepto mismo de autonomía sindical. Ésta no debe ser un simple subterfugio para que los líderes conviertan a los sindicatos en un negocio personal.
Así como los partidos políticos, que son instituciones de interés público, o los bancos, que manejan recursos del público, deben someterse a requisitos de transparencia superiores a los de las empresas privadas en otros campos de actividad, así los sindicatos, que cuentan con un monopolio constitucional para representar a los trabajadores, deben ser sometidos a reglas que garanticen el bien público.
Debemos tener una ley laboral que establezca reglas justas y claras para la elección de líderes sindicales y que obligue a que toda la contabilidad de los sindicatos sea pública. Y no sería mala idea que la misma ley prohibiera la reelección de los líderes más allá de una o dos veces. Quizá entonces tendríamos sindicatos que cuidaran los intereses de los trabajadores y no los de sus dirigentes.
Sergio Sarmiento
Casi todos los líderes sindicales empiezan su carrera afirmando tener las mejores intenciones de luchar por el beneficio de los trabajadores. Incluso llegan a cuestionar las reelecciones de quienes los preceden en los cargos de mando. Pero una vez que llegan al poder olvidan todo y sólo piensan en eternizarse en él.
La maestra Elba Esther no es la primera líder sindical que busca encabezar de forma vitalicia su sindicato. En el medio mexicano, de hecho, lo más común es que los líderes sólo dejen sus oficinas en un ataúd.
Eso le ocurrió a Fidel Velázquez, quien en 1941 asumió la secretaría general de la CTM y, salvo un periodo de tres años entre 1947 y 1950, mantuvo el cargo hasta su muerte en 1997. Lo reemplazó Leonardo Rodríguez Alcaine, quien llevaba tres décadas como dirigente de los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, para permanecer en ambos cargos hasta su muerte en 2005. No hay ninguna indicación, por otra parte, de que el actual secretario general de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, piense dejar el puesto antes de su muerte.
Francisco Hernández Juárez asumió la secretaría general del Sindicato de Telefonistas en 1976 con una bandera de renovación y de rechazo a la reelección, pero desde entonces se ha mantenido en el cargo. En el sindicato minero se ha avanzado un paso más: el liderazgo ya no se pierde ni siquiera con la muerte, sino que se hereda de padres a hijos. Así ocurrió, por lo menos, cuando Napoleón Gómez Sada, secretario general desde 1962, le dejó el cargo a su hijo Napoleón Gómez Urrutia al fallecer en 2002.
El problema no es personal. En casi todos los sindicatos de México los líderes se convierten en verdaderos monarcas. Estoy seguro de que si los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que tanto han cuestionado hoy la designación de la maestra Elba Esther como líder vitalicia lograran finalmente el control del SNTE también se eternizarían en el mando. El problema radica en que los sindicatos son fundamentalmente negocios y la ley laboral permite la creación de feudos personales en ellos.
Los líderes siempre recurren al concepto de "autonomía sindical" para defender sus privilegios. Pero esa supuesta autonomía sólo ha servido para acabar con las posibilidades de una verdadera democracia sindical o de un manejo transparente de los recursos de los trabajadores. Los procesos de elección de dirigentes están hechos de tal forma que benefician directamente a los líderes que ya tienen el poder. Prácticas como la elección a mano alzada en asambleas, donde se escoge a dirigentes que después son delegados a convenciones para elegir a dirigentes regionales o nacionales, tienen como único propósito preservar las estructuras de poder dentro de los sindicatos.
Algo similar ocurre con el manejo de recursos. También bajo el disfraz de la autonomía sindical, el dinero de los trabajadores se administra como propiedad personal de los líderes. Ahí está el caso de los 55 millones de dólares entregados por el Grupo México a un fideicomiso de Scotiabank para que se realizaran pagos a los trabajadores que hubieran trabajado en las plantas de Cananea y cumplieran determinados requisitos. El dinero, sin embargo, fue sustraído de ese fideicomiso para ser entregado al sindicato, que después lo administró a su manera. Por lo menos ciertas cantidades se usaron para pagar cuentas de una tarjeta personal American Express de un hijo del líder del sindicato.
No, no es nada personal. El problema no es un líder u otro, sino todo el sistema. Necesitamos reformar la legislación laboral para cambiar el concepto mismo de autonomía sindical. Ésta no debe ser un simple subterfugio para que los líderes conviertan a los sindicatos en un negocio personal.
Así como los partidos políticos, que son instituciones de interés público, o los bancos, que manejan recursos del público, deben someterse a requisitos de transparencia superiores a los de las empresas privadas en otros campos de actividad, así los sindicatos, que cuentan con un monopolio constitucional para representar a los trabajadores, deben ser sometidos a reglas que garanticen el bien público.
Debemos tener una ley laboral que establezca reglas justas y claras para la elección de líderes sindicales y que obligue a que toda la contabilidad de los sindicatos sea pública. Y no sería mala idea que la misma ley prohibiera la reelección de los líderes más allá de una o dos veces. Quizá entonces tendríamos sindicatos que cuidaran los intereses de los trabajadores y no los de sus dirigentes.
Sergio Sarmiento
Etiquetas: CNTE, demagogia, democracia, estado de derecho, liberalismo, pobreza, populismo, sindicatos, SNTE
Comments:
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cada vez que alguien llama usurpador, espurio, a nuestro presidente, da una rabia esta impotencia
pero ni hablar, con la ignorancia, radicalismo e intolerancia pues no se puede
ahora que?
van a salir debate por debate?
pero volviendo al comentario,
los logros sindicales eran para que los lideres tuvieran a raya a los trabajadores y todos votaran por el pri
ahora los lideres no controlan nada y estan en venta al mejor postor
amlo es el clasico lavacoches
que te pregunta que si te cuida o lava el carro no vaya siendo que "alguien" te lo raye
como no quisimos que nos cuidara el pais ahora nos lo esta rayando
y lo peor del caso es que no falte un menso lider sindical que le siga la corriente (que hasta ahora no se ha dado por completo)
pero ni hablar, con la ignorancia, radicalismo e intolerancia pues no se puede
ahora que?
van a salir debate por debate?
pero volviendo al comentario,
los logros sindicales eran para que los lideres tuvieran a raya a los trabajadores y todos votaran por el pri
ahora los lideres no controlan nada y estan en venta al mejor postor
amlo es el clasico lavacoches
que te pregunta que si te cuida o lava el carro no vaya siendo que "alguien" te lo raye
como no quisimos que nos cuidara el pais ahora nos lo esta rayando
y lo peor del caso es que no falte un menso lider sindical que le siga la corriente (que hasta ahora no se ha dado por completo)
Gimme Some Truth
Prohíben a Sosa llorar en la cárcel
Milenio Diario / 13 de Julio de 2007
el penal federal de máxima seguridad del Altiplano, Flavio Sosa tiene prohibido llorar ante sus familiares. El castigo es que le prohíban las visitas.
Sosa, dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, fue reprendido por un custodio cuando derramó una lágrima durante un reencuentro con su hija Karina. Así lo relató el abogado defensor Gilberto López Jiménez.
A Sosa se le enrojecieron los ojos. Después el custodio le dijo: "Aquí no se vale reír mucho ni llorar mucho. Si no, no podrás ver a tus familiares". Más aún, cada vez que ha exhibido una violación de derechos humanos en el penal, los abusos se acentúan.
Los abusos y las violaciones de derechos humanos no sólo se quedan ahí, explicó López Jiménez. Desde su ingreso al penal de máxima seguridad ha permanecido en una zona de castigo o en el Centro de Observación y Clasificación.
Esto se difundió hace poco, cuando intercambió algunas palabras con un preso en una celda vecina, explicó el abogado.
En el módulo, Sosa estaba solo. Un día un preso fue trasladado a la celda vecina y el líder appista le preguntó: "¿por qué estás aquí?". El preso le respondió: me castigaron porque me hallaron una grapa.
Así Sosa se dio cuenta que, durante todo este tiempo se ha encontrado en un área de castigo.
A diario el dirigente social es despertado cada hora por las noches. En seis meses no le han permitido cambiarse de tenis y sólo le han dado un trapito para que pueda limpiar la celda.
Recientemente, la defensa de Sosa ganó un amparo para que el procesado sea trasladado a un penal en Oaxaca, lo más cercano a su domicilio. La juez de distrito órdenó que su resolución se cumpla lo más pronto posible.
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Prohíben a Sosa llorar en la cárcel
Milenio Diario / 13 de Julio de 2007
el penal federal de máxima seguridad del Altiplano, Flavio Sosa tiene prohibido llorar ante sus familiares. El castigo es que le prohíban las visitas.
Sosa, dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, fue reprendido por un custodio cuando derramó una lágrima durante un reencuentro con su hija Karina. Así lo relató el abogado defensor Gilberto López Jiménez.
A Sosa se le enrojecieron los ojos. Después el custodio le dijo: "Aquí no se vale reír mucho ni llorar mucho. Si no, no podrás ver a tus familiares". Más aún, cada vez que ha exhibido una violación de derechos humanos en el penal, los abusos se acentúan.
Los abusos y las violaciones de derechos humanos no sólo se quedan ahí, explicó López Jiménez. Desde su ingreso al penal de máxima seguridad ha permanecido en una zona de castigo o en el Centro de Observación y Clasificación.
Esto se difundió hace poco, cuando intercambió algunas palabras con un preso en una celda vecina, explicó el abogado.
En el módulo, Sosa estaba solo. Un día un preso fue trasladado a la celda vecina y el líder appista le preguntó: "¿por qué estás aquí?". El preso le respondió: me castigaron porque me hallaron una grapa.
Así Sosa se dio cuenta que, durante todo este tiempo se ha encontrado en un área de castigo.
A diario el dirigente social es despertado cada hora por las noches. En seis meses no le han permitido cambiarse de tenis y sólo le han dado un trapito para que pueda limpiar la celda.
Recientemente, la defensa de Sosa ganó un amparo para que el procesado sea trasladado a un penal en Oaxaca, lo más cercano a su domicilio. La juez de distrito órdenó que su resolución se cumpla lo más pronto posible.
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