jueves, marzo 29, 2007

 

Cuentas individuales, Reforma al ISSSTE

"Lo que es de todos no es de nadie".
Anónimo


La batalla por la nueva Ley del ISSSTE es y seguirá siendo intensa a pesar de su aprobación por el Congreso. Lo que está en juego, después de todo, no son nada más las pensiones de los servidores públicos o incluso la supervivencia de un ISSSTE quebrado desde hace mucho tiempo pero por el que la izquierda nacional nunca se preocupó.

La disputa es ideológica. Y si algo nos demuestra la historia es que, si bien las controversias prácticas pueden resolverse con medidas pragmáticas, las ideológicas, como las religiosas, son muy difíciles de solucionar.

Lo que se está discutiendo es si las pensiones deben seguir siendo depositadas en un fondo común de propiedad colectiva administrado por el Gobierno o en cuentas individuales en las que cada trabajador es propietario directamente del dinero que se utilizará para el pago de su pensión.

La disputa no es nueva. La controversia acerca de qué es mejor, la propiedad colectiva o la privada, ha sido constante en la historia de la humanidad. Los comunistas del siglo 19 y del 20 no inventaron el concepto de propiedad colectiva. Ésta se ha disputado el predominio con la propiedad privada desde el principio de la humanidad.

Mi opinión personal es que la propiedad privada es superior en la mayoría de los casos a la colectiva. Ya el filósofo Aristóteles en el siglo 4 antes de Cristo argumentaba en su clásica obra "Política" que "Aquello que es común al mayor número es lo que recibe un menor cuidado". Ésta es la idea que ha sido retomada en el epígrafe que cito al inicio de este artículo: "Lo que es de todos, no es de nadie".

Ejemplos de la actitud de descuido ante la propiedad colectiva los vemos en nuestras propias calles. Esas personas que vemos diariamente tirando basura en el pavimento que comparten con otros no ensuciarían de la misma manera la sala de su casa. En términos más amplios, el desplome de la Unión Soviética y de las otras economías comunistas del siglo 20 se debió en buena medida al papel preponderante que le dieron a la propiedad colectiva sobre la privada.

He escuchado muchos argumentos en el sentido de que las afores de los derechohabientes del IMSS, que están en un sistema de cuentas individualizadas desde 1996, no han tenido un rendimiento adecuado por el alto nivel de las comisiones que les cobran las instituciones financieras. Y quizá, efectivamente, haya que cambiar ese sistema de comisiones o por lo menos hacer sus costos más transparentes. Pero eso no elimina las ventajas intrínsecas del sistema de cuentas individualizadas. Hoy los derechohabientes, para empezar, pueden cuidar su propio patrimonio.

Quizás el rendimiento de las cuentas individuales de las afores no haya sido hasta ahora el mayor que se pudo haber esperado. Pero por lo menos cada trabajador puede evitar que su cuenta sea saqueada, como lo fueron los fondos colectivos de pensiones del IMSS y del ISSSTE. Si sacáramos las cuentas del rendimiento de estos fondos colectivos nos daríamos cuenta de que, lejos de ofrecer una ganancia para los trabajadores, tuvieron pérdidas. Pero nadie se percató de ello porque, finalmente, "lo que es de todos no es de nadie".

El que las cuentas sean individuales no impide, por supuesto, que haya aportaciones solidarias. En las afores del IMSS los patrones y el Gobierno fortalecen el ahorro de los trabajadores. En la nueva ley del ISSSTE, por cada peso que ponga el trabajador, el Gobierno, esto es, todos los contribuyentes, pondremos 3.25 pesos. La diferencia es que, una vez que se crea la cuenta individual, el propio trabajador puede cuidar su dinero.

Si se quiere que la pensión mínima sea mayor, no hay problema en el sistema de cuentas individuales. La nueva ley, en efecto, aumenta la pensión básica de uno a dos salarios mínimos. Si lo exiguo de esta pensión fuera la razón de la objeción, los grupos que se oponen a la reforma habrían protestado desde hace tiempo. La actual pensión mínima, después de todo, es de apenas la mitad de lo que será bajo la nueva ley.

Si se quiere una pensión mínima de 60 mil pesos al mes, el sistema de cuentas individuales lo puede dar. Lo importante es transparentar su financiamiento. ¿De dónde saldrán los recursos? ¿Cuánto tendrán que aportar los trabajadores y cuanto más de impuestos nos cobrarán a los contribuyentes para pagar esa pensión? Ésa es la clave, porque lo que ya no podemos aceptar es que los políticos simplemente hagan promesas y no establezcan los mecanismos para financiarlas en el futuro.

El nuevo sistema de pensiones es, a mi juicio, un paso adelante muy importante para sanear al ISSSTE. Pero es evidente que la lucha en contra de la reforma de quienes se oponen a ella no terminará. Y la razón es que su objeción no es práctica sino ideológica. No cuestionan el rescate del ISSSTE sino el que las cuentas sean individuales en vez de colectivas. Les molesta que el dinero sea propiedad del trabajador.


Sergio Sarmiento, El Norte, 29 de marzo de 2007
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Les molesta que el trabajador tenga más control sobre sí mismo, sobre su vida. Que sea más independiente. Un trabajador independiente, autosuficiente, es un trabajador más difícil de manipular, de controlar. Es un trabajador que ya no votará en automático por propuestas populistas o por mesianismos. Al final, lo que los seudo izquierdistas quieren es seguir administrando la pobreza.

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