martes, septiembre 19, 2006

 

La tragedia

¿Qué seriedad tiene lo que digan o no los diputados o senadores del PRD?

En el camino

La farsa del zócalo el 16 de septiembre no sólo sirvió para la proclama del "presidente legítimo", sino que fue la señal de partida para una estrategia que se analizó en días pasados entre las bancadas del PAN y del PRI al Congreso, y que recibió la bendición precisamente del zócalo, al concluir los trabajos de la llamada convención nacional democrática. Es decir, en los próximos tres años se conformará un bloque entre cinco de las ocho fuerzas representadas en el Congreso y que trabajarán sin el PRD. Así, todas las reformas propuestas, sean por el Ejecutivo o por el Legislativo, serán discutidas, analizadas, negociadas y aprobadas por las bancadas del PAN, PRI, PVEM, Panal y Alternativa. Se espera, en esa misma lógica, que con el correr de los meses las dirigencias de los partidos del Trabajo y Convergencia regresen "a lo suyo" -en palabras de los propios legisladores-, que no es otra cosa que mercadear sus posiciones al mejor postor.

Lo interesante del asunto es que la proclama del "legítimo" le dio a PRI y PAN la coartada perfecta para dejar fuera de los trabajos parlamentarios de la 60 Legislatura al partido de la izquierda institucional, el PRD, a pesar de su histórica fuerza en el Congreso -segunda bancada más numerosa en la Cámara de Diputados y tercera en la de Senadores-, con lo que se confirmará que el caudillo habrá dilapidado su capital político. Pero no se trata sólo de una ocurrencia, sino de una decisión que ya incluye una estrategia mediática para explicar las razones políticas de la marginación del PRD. En pocas palabras, con las acciones del "legítimo" se expondrá a los ciudadanos la razón por la que esa fuerza política se quedará fuera de las decisiones en el Congreso. En síntesis, se esgrimirá una suerte de automarginación, ya que las bancadas del PRD en diputados y senadores obedecerán más al "gobierno itinerante" que al gobierno constitucional.

El asunto, empero, tiene mucho más de fondo. Resulta que al convertirse en los principales impulsores del "gobierno legítimo", los diputados y senadores del PRD perdieron toda capacidad de diálogo, negociación y acuerdo. ¿Por qué? Porque nadie en San Lázaro o Xicoténcatl los tomará en serio, estará dispuesto a pacto o acuerdo alguno, por la sencilla razón de que no representan a los electores que los llevaron al cargo, tampoco representan al partido en cuyas siglas se agrupan. Representan, simple y llanamente, a un poder fáctico, formado al margen de las instituciones y que desconoce al Congreso constitucionalmente establecido.

Y no les falta razón a los diputados de PAN, PRI, PVEM, Panal y Alternativa, sobre todo porque la estrategia de esquizofrenia en la que ha entrado el PRD, literalmente lo convierte en un partido sin pies ni cabeza, convertido en movimiento social en rebeldía, encabezado por un caudillo que ha declarado la guerra al diálogo, el acuerdo, la negociación y a toda posibilidad a la política. Frente a esa realidad surge una pregunta obligada: ¿qué capacidad de maniobra, de negociación, de acuerdo, tendrán las bancadas del PRD en diputados y senadores? Peor aún, el problema se agrava si se toma en cuenta que la legitimidad, confianza y credibilidad ciudadana en los diputados y senadores del PRD sufrió una severa merma luego de la proclama del "legítimo" -según sondeos elaborados por los grupos parlamentarios-, lo que reducirá no sólo su influencia sino la confianza de los ciudadanos.

Frente a la situación que se vive entre el PRD y su "presidente legítimo", en los círculos políticos se hace una serie de preguntas que parece en broma, pero que son en serio, muy serias: ¿quién manda en el PRD? ¿Con quién se puede dialogar de ese partido? ¿Quién tiene capacidad no sólo de diálogo, sino para responder por tal o cual acuerdo? ¿A qué ventanilla se tendrá que acudir? ¿Qué seriedad tiene lo que digan o no los diputados o senadores del PRD?, sobre todo si todo acuerdo puede ser descalificado en la plaza. La crisis que vive ese partido parece avanzar hacia el espacio de una tragedia, porque en los meses previos al 2 de julio los perredistas depositaron todo su capital político en un solo hombre, el caudillo, al que obedecían ciegamente.

Pero frente a la nueva realidad, en donde el PRD tiene un pie en el Congreso, otro en los gobiernos estatales -incluido el del DF-, y otro en su "gobierno legítimo", en los hechos no hay estructura partidista ni mando alguno capaz de moverse en ese trípode político-social-rebelión en que se ha metido el partido. Y es que se debe recordar que el caudillo impuso a la actual dirigencia del PRD, pero los nuevos coordinadores parlamentarios no la respetan, y al mismo tiempo apoyan al "legítimo", en tanto que se niegan al diálogo en el Congreso. Es una tragedia que opera contra la izquierda. Y parecen tener razón los que auguraban que el objetivo del caudillo era la destrucción del PRD. Al tiempo.

Que en cualquier momento podría intervenir la fuerza pública en Oaxaca... Circula en internet que lo bueno del legítimo es que no se podrá reelegir en 2012.

 

Ricardo Alemán, El Universal

aleman2@prodigy.net.mx


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