martes, enero 24, 2017

 

Fuerzas populistas

"En tiempos de crisis... las fuerzas populistas sobresimplifican las cosas para manipular... los sentimientos de miedo". José Manuel Barroso

Un populista afirma tener soluciones sencillas a problemas complejos, aunque no resuelva nada. Cuando la realidad no se ajusta a lo que pretende, crea "hechos alternativos", para usar la expresión de la asesora de la Casa Blanca, Kellyanne Conway.

 

En su discurso inaugural Donald Trump describió un panorama extraordinariamente negativo de Estados Unidos: "Madres y niños atrapados en la pobreza de los centros de nuestras ciudades; fábricas oxidadas regadas como lápidas por la geografía de nuestra nación; un sistema educativo cargado de efectivo, pero que priva a nuestros jóvenes y hermosos estudiantes del conocimiento; y el crimen y las pandillas y las drogas que han robado tantas vidas y han despojado a nuestro país de tanto potencial sin realizar... Esta carnicería estadounidense se detiene aquí y se detiene ahora".

 

Según Trump, "Hemos hecho ricos a otros países mientras que la riqueza, la fortaleza y la confianza de nuestro país han desaparecido del horizonte".

 

Pero ¿por qué se generó este dramático deterioro de Estados Unidos? ¿Qué fuerzas pusieron de rodillas a la mayor potencia económica y militar del mundo? Los inmigrantes y el libre comercio, dice el Presidente. Por eso "América" será grande otra vez si expulsa a los inmigrantes, impide el acceso a nuevos extranjeros y pone barreras al comercio.

 

Sin embargo, el diagnóstico es falso y el medicamento peor. Estados Unidos dista de ser un país destruido y empobrecido por la explotación de naciones abusivas, como México. Sigue teniendo una de las economías más ricas del planeta con un Producto Interno Bruto per cápita de 56 mil 080 dólares al año (2015, FMI), superior al de Dinamarca, Suecia, el Reino Unido, Austria, los Países Bajos, Canadá, Finlandia o Alemania.

 

Se ha recuperado con rapidez de la crisis del 2008 y está registrando una razonable tasa de crecimiento de 1.6 por ciento al año con un desempleo de apenas 4.7 por ciento. La Unión Americana es la envidia de la mayoría de las naciones del mundo.

 

El país ha perdido, es cierto, empleos en manufacturas, unos 5 millones entre el 2000 y 2015, al pasar de 17.3 millones a 12.3 millones, pero la razón es el desarrollo de la tecnología más que la mudanza de puestos de trabajo.

 

Las manufacturas siguen siendo el sector con mayor producción y el más dinámico de la economía de Estados Unidos, sólo que generan más con menos personal. En 2015 el sector industrial estaba a punto de rebasar su récord histórico de producción alcanzado en el 2007 antes del gran desplome económico mundial (MarketWatch).

 

Estados Unidos debe su prosperidad al libre comercio y a la inmigración. Si Trump logra realmente su propósito de reducir la inmigración, por ejemplo, a los niveles de Japón, sólo conseguirá tasas de crecimiento como las japonesas. Si aísla la economía nacional para volverla autosuficiente, como Corea del norte, llevará a Estados Unidos a un empobrecimiento tan dramático como el del reino ermitaño.

 

Los populistas quieren simplificar problemas complejos. Sus medidas pueden tener resultados positivos en un principio, como ocurrió con la Venezuela de Hugo Chávez, enriquecida a principios del siglo 21 por los petrodólares, pero al final la realidad económica termina siempre por imponerse.

 

La riqueza no se construye con medidas simplistas. Necesita el aumento progresivo de la productividad: un proceso lento, pero el único que permite lograr una prosperidad duradera.

 

QUE LE VAYA BIEN

"A Estados Unidos le conviene que a México le vaya bien", dijo ayer el Presidente Enrique Peña Nieto. Es incuestionable y los Presidentes de Estados Unidos en las últimas décadas lo han sabido. La gran duda es si Trump tiene la capacidad de entenderlo.

 

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com


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