martes, octubre 14, 2014
Poli democrático
"No pueden ustedes curar el cáncer con una mayoría de votos. Precisan un remedio". Winston Churchill
El 9 de octubre se dio a conocer el resultado de una votación de estudiantes de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) del Politécnico que respaldaron 56.65 por ciento el regreso a clases.
En el ejercicio participaron 526 estudiantes y profesores, de los cuales 298 apoyaron las clases con 225 en contra y tres votos nulos.
Los resultados fueron colocados en la página Asignación Oficial ESCA Tepepan en Facebook. Los grupos que han tomado los planteles de la escuela, sin embargo, se han negado a aceptar el resultado.
Es verdad que el número de estudiantes que votó es pequeño, pero éste ha sido el único ejercicio que ha buscado la opinión de los estudiantes en el paro del Instituto Politécnico Nacional.
Las escuelas han sido cerradas a la fuerza por grupos pequeños de alumnos de dentro y fuera de cada una.
Lo anterior no deja de ser paradójico para un movimiento que ha asumido la bandera de la "democratización" del Politécnico.
Yo soy un firme creyente en la democracia para el gobierno de los países, no porque sea un sistema perfecto sino porque es el menos malo. Pero el voto abierto no me parece la mejor forma de elegir a las cabezas de una institución educativa.
Las mejores escuelas y universidades del mundo tienen sistemas en que el rector o el director general son escogidos por comités académicos.
Las que tienen elecciones abiertas suelen registrar bajos niveles de calidad. Los procesos de elección se convierten en cotejos de popularidad en que los candidatos compiten en ofrecer promesas populistas.
Sería lamentable que la designación del director general del IPN se hiciera en campañas de promoción personal con compra de votos y acarreados.
El IPN ha tenido un papel crucial en la preparación de profesionales en el país.
Los ingenieros, administradores y especialistas de la institución han sido bien aceptados no sólo por paraestatales, como la Comisión Federal de Electricidad y Pemex, sino por empresas privadas. Esto es importante. En un mercado abierto se les contrata por su calidad.
Los retos en la educación, sin embargo, nunca terminan. Todas las instituciones educativas deben mejorar simplemente para no quedar rezagadas.
Los nuevos planes de estudio y el nuevo reglamento del IPN fueron aprobados por los comités técnicos y académicos de la institución precisamente con el propósito de mejorar el desempeño de la institución.
No soy un especialista en temas académicos y no puedo juzgar los nuevos planes de estudio del Politécnico que abarcan una amplia variedad de carreras. Pero no creo que deban sujetarse a una votación mayoritaria de los estudiantes.
Si una de las demandas de los líderes del movimiento es la democratización del IPN, me pregunto por qué han cerrado las escuelas sin una consulta democrática, sin una votación en la que puedan participar estudiantes y maestros con credencial.
El cierre de escuelas por la fuerza no es un acto democrático sino un desplante fascista.
Por lo pronto el paro está cumpliendo ya tres semanas. En su última marcha, el 10 de octubre, los líderes afirmaron que su movilización tenía como objetivo oponerse a la "privatización" de la educación. Pero esto parece exactamente lo contrario de lo que están haciendo.
Entre más se prolongue el paro del Politécnico Nacional, los mayores beneficiarios serán los tecnológicos privados, que se han multiplicado en nuestro país en los últimos años y que ofrecen cuando menos una educación sin interrupciones.
Parecería, de hecho, que los líderes del movimiento trabajan para los dueños de esas instituciones privadas.
Sergio Sarmiento
www.sergiosarmiento.com
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