jueves, julio 01, 2010
Trágico lucro
"Al gobernar aprendí a pasar de la ética de los principios a la ética de las responsabilidades". Felipe González Márquez
No encuentro nada objetable en la petición del Presidente Felipe Calderón de que los partidos y dirigentes políticos dejen de lado sus diferencias para encontrarse y "hacer un frente común" tras el asesinato del candidato del PRI al Gobierno de Tamaulipas. La respuesta de la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, me parece no sólo grosera sino irresponsable.
No entiendo por qué Paredes piensa que un llamado a la unidad debe ser "una estrategia de lucro con la tragedia que nos agravia". No comprendo la airada exigencia de "respeto a nuestro duelo", ni sé a quién le pide "justicia, el esclarecimiento de los hechos que segaron la vida de Rodolfo Torre Cantú". Al parecer la dirigente del PRI no se ha dado cuenta de que, por lo menos hasta el momento de escribir este artículo, la institución encargada de investigar el homicidio del candidato es la procuraduría de un gobierno priista, la de Tamaulipas. La frase "Más que declaraciones, reclamamos una investigación ágil y certera que encuentre a los culpables" se la debió haber dirigido no al Presidente Calderón sino al Gobernador priista Eugenio Hernández, quien se encontraba precisamente detrás de ella.
Es a Paredes a quien la sociedad le debería exigir no tratar de lucrar con la tragedia. Si ella o los priistas no quieren aceptar un diálogo, están en su derecho, como también lo están de considerar a los panistas como "políticos improvisados" que no representan "liderazgos legítimos" y son "fruto del oportunismo". Pero ese reiterado discurso de descalificación es una de las razones por las que los ciudadanos estamos tan hartos de los políticos de todas las denominaciones.
Por un momento pareció que la muerte del Dr. Torre Cantú tendría, a pesar de la tragedia, consecuencias positivas para el país. El lunes 28 de junio casi todos los dirigentes políticos importantes ofrecieron señales de madurez y respeto. Por un momento pudimos pensar que los políticos mexicanos podrían llegar a ser como los españoles, que al enfrentar los retos de los grupos violentos han sabido dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos por el país. Las amargas declaraciones de Paredes del día siguiente nos revelan que ese sueño es imposible: los políticos mexicanos son lo que son.
No es un problema de partidos. Las declaraciones de Paredes son tan lamentables como las del Secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont al descalificar como "tontos útiles" a las comisiones de derechos humanos o las de Andrés Manuel López Obrador que, en entrevista radiofónica con Jacobo Zabludovsky, declaró el 29 de junio que él estaría dispuesto a dialogar con el Presidente Calderón siempre y cuando éste asumiera previamente "el compromiso de cambiar la política económica", como si solamente López Obrador tuviera derecho a sostener sus posiciones políticas y económicas.
El discurso de Paredes confirma que los políticos mexicanos nunca estarán dispuestos a hacer el esfuerzo para llegar a acuerdos por el bien del país. Su única preocupación es obtener y conservar el poder. Ni siquiera pueden atribuirse sus palabras a la improvisación. El discurso fue cuidadosamente preparado y llevaba el respaldo de la cúpula priista.
Si a 100 años del inicio de la Revolución y 200 del comienzo de la Guerra de Independencia México sigue hundido en la pobreza es precisamente porque nuestros políticos nunca han querido dialogar para resolver sus diferencias.
Sergio Sarmiento
www.sergiosarmiento.com
No encuentro nada objetable en la petición del Presidente Felipe Calderón de que los partidos y dirigentes políticos dejen de lado sus diferencias para encontrarse y "hacer un frente común" tras el asesinato del candidato del PRI al Gobierno de Tamaulipas. La respuesta de la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, me parece no sólo grosera sino irresponsable.
No entiendo por qué Paredes piensa que un llamado a la unidad debe ser "una estrategia de lucro con la tragedia que nos agravia". No comprendo la airada exigencia de "respeto a nuestro duelo", ni sé a quién le pide "justicia, el esclarecimiento de los hechos que segaron la vida de Rodolfo Torre Cantú". Al parecer la dirigente del PRI no se ha dado cuenta de que, por lo menos hasta el momento de escribir este artículo, la institución encargada de investigar el homicidio del candidato es la procuraduría de un gobierno priista, la de Tamaulipas. La frase "Más que declaraciones, reclamamos una investigación ágil y certera que encuentre a los culpables" se la debió haber dirigido no al Presidente Calderón sino al Gobernador priista Eugenio Hernández, quien se encontraba precisamente detrás de ella.
Es a Paredes a quien la sociedad le debería exigir no tratar de lucrar con la tragedia. Si ella o los priistas no quieren aceptar un diálogo, están en su derecho, como también lo están de considerar a los panistas como "políticos improvisados" que no representan "liderazgos legítimos" y son "fruto del oportunismo". Pero ese reiterado discurso de descalificación es una de las razones por las que los ciudadanos estamos tan hartos de los políticos de todas las denominaciones.
Por un momento pareció que la muerte del Dr. Torre Cantú tendría, a pesar de la tragedia, consecuencias positivas para el país. El lunes 28 de junio casi todos los dirigentes políticos importantes ofrecieron señales de madurez y respeto. Por un momento pudimos pensar que los políticos mexicanos podrían llegar a ser como los españoles, que al enfrentar los retos de los grupos violentos han sabido dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos por el país. Las amargas declaraciones de Paredes del día siguiente nos revelan que ese sueño es imposible: los políticos mexicanos son lo que son.
No es un problema de partidos. Las declaraciones de Paredes son tan lamentables como las del Secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont al descalificar como "tontos útiles" a las comisiones de derechos humanos o las de Andrés Manuel López Obrador que, en entrevista radiofónica con Jacobo Zabludovsky, declaró el 29 de junio que él estaría dispuesto a dialogar con el Presidente Calderón siempre y cuando éste asumiera previamente "el compromiso de cambiar la política económica", como si solamente López Obrador tuviera derecho a sostener sus posiciones políticas y económicas.
El discurso de Paredes confirma que los políticos mexicanos nunca estarán dispuestos a hacer el esfuerzo para llegar a acuerdos por el bien del país. Su única preocupación es obtener y conservar el poder. Ni siquiera pueden atribuirse sus palabras a la improvisación. El discurso fue cuidadosamente preparado y llevaba el respaldo de la cúpula priista.
Si a 100 años del inicio de la Revolución y 200 del comienzo de la Guerra de Independencia México sigue hundido en la pobreza es precisamente porque nuestros políticos nunca han querido dialogar para resolver sus diferencias.
Sergio Sarmiento
www.sergiosarmiento.com
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Las dudas sobre el asesinato de Rodolfe Torre siguen, y es responsabilidad de la procuraduría estatal de Tamaulipas investigar y detener a los culpables. Beatriz Paredes y el PRI nacional recriminaron al Gobierno Federal, le exigieron, una pronta investigación. Sin embargo la responsabilidad es del gobierno priísta de Tamaulipas, es de Eugenio Hernández.
En el equipo de campaña de Torre Cantú hay un traidor. Hubo alguien que filtró la agenda, horarios, y tipo de vehículos que usarían ese día. Los cazaron, los estaban esperando. Además, dejaron una nota, que el gobierno tamaulipeco ha mantenido en secreto. ¿Qué decía el mensaje que dejaron los narcos?
De acuerdo a los testigos, todo parece indicar que fueron los Zetas, que durante años han asolado a Tamaulipas y que eran el verdadero gobierno, cobrando impuestos, derechos de piso, extorsionando, secuestrando, y asesinando en todo el estado. La violencia aumentó porque el Cártel del Golfo se peleó con los Zetas que eran su brazo armado. Pero durante 15 años o más, el CDG ha estado presente en el Estado. En la guerra que el Gobierno Federal emprendió contra el crimen organizado, usando a las fuerzas armadas, las policías estatal y municipales en Tamaulipas no se han involucrado. Al contrario, tal como se ha visto en NL y en otros estados, las policías están infiltradas. La guerra entre los cárteles mostró que muchos policías trabajaban para los narcos y, sus ejecuciones, por uno u otro grupo, mostraron que estaban exigiendo escoger un bando.
Es en ese escenario en el que se da el asesinato de Rodolfo Torre. Dos cárteles peleándose a morir a Tamaulipas, asesinando a quienes apoyan o sospechan que apoyan a su enemigo. ¿De qué lado se puso el gobierno estatal de Eugenio Hernández? ¿Aceptó Torre Cantú negociar con uno de los grupos criminales y lo mato el otro? ¿Con ninguno y por eso lo mataron? Todo puede ser posible pero la gente común nunca lo sabremos. Y aún así, con toda esa violencia que hay en el Estado, donde el crimen gobierna, la gente de todos modos votará por el PRI en su gran mayoría. ¿Cómo puede haber una mejoraría si siguen votando por quienes permitieron que el crimen se asentara y creciera en el Estado?
Ojalá Egidio Cantú, cuando sea gobernador, por puro honor familiar decida investigar y atrapar a los asesinos de su hermano. De ser así, tendrá que investigar dentro de las fila del PRI, buscando a los traidores. Al tiempo.
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el presidente del prd javier may se ha encargado de destruír la imagen de tabasco le sigue los pasos a sus jefes nuñez y amlo ya estoy harta de ellos y casualmente me encontré el video que dice lo que hacen estos señores con mi estado http://www.youtube.com/watch?v=XVEh5cGtOEM
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