lunes, enero 25, 2010

 

Adiós alimañas

Diez razones para apoyar las alianzas PAN-PRD:

1. El PRI viene de regreso sin haberse modernizado, lo cual implica una regresión para la vida política del país. Ha centrado su atención en ganar gubernaturas para financiar y pavimentar el camino a Los Pinos. La única forma de frenar la maquinaria priista es deteniendo su avance en estados cruciales para la elección presidencial del 2012, incluyendo Oaxaca, Puebla, Durango, Veracruz e Hidalgo. Una forma de colocar piedras en su camino es impedir el fortalecimiento del "feuderalismo" que el PRI ha logrado implantar en la periferia.

2. La alternancia electoral del año 2000 cambió a los partidos en la Presidencia, pero no alteró la forma de hacer política en las gubernaturas. Durante los últimos años hemos presenciado la resurrección del autoritarismo, donde los "nuevos virreyes" gobiernan a su libre albedrío. Son corruptos, poderosos e impunes. Para descabezarlos habrá que desterrar al PRI de las gubernaturas, con alianzas PAN-PRD comprometidas a instrumentar cambios profundos en la gobernabilidad a nivel local.

3. El PRI está repuntando debido a que el PAN y el PRD no han sabido combatir con inteligencia al viejo régimen. El PAN lo mimetizó y el PRD contribuyó a que resurgiera al radicalizarse a lo largo de los últimos tres años. Para recuperar el terreno perdido será necesario que forjen una alianza reformista, como la que debieron haber pactado después del 2000.

4. Manlio Fabio Beltrones ha calificado a las coaliciones PAN-PRD de "perversas". Pero es más perverso aún que el priismo haya apoyado incondicionalmente a Ulises Ruiz, a pesar de que la Suprema Corte documentara su violación a las garantías individuales en Oaxaca.

5. En el caso de Oaxaca, el priismo logró imponerse durante la última elección a pesar de la inestabilidad social y la violencia que el Gobierno de Ulises Ruiz había alentado y fue incapaz de controlar. La única manera de combatir la posibilidad de otro "carro completo" construido a base de clientelas sería a través de un frente común contra el PRI en el estado. De no ser así, el PRI recurrirá nuevamente a la lógica de "divide y vencerás", y Oaxaca seguirá siendo un archipiélago autoritario.

6. Estrategia electoral mata pureza ideológica. Aunque es cierto que las diferencias entre el PAN y el PRD son hondas, el objetivo compartido de "sacar al PRI de las gubernaturas" puede constituir un punto del encuentro, desde el cual armar una plataforma de gobierno. En numerosos países, partidos políticos de la más diversa índole forman frentes tácticos para enfrentar a contrincantes comunes. Y esa práctica no es vista como una herejía.

7. Ante el temor de las coaliciones PAN-PRD, el PRI despliega su voluntad de chantaje habitual, amenazando con revisar las cuentas públicas de Gobierno de Fox, sabotear la posibilidad de una reforma política y poner en jaque la gobernabilidad. Pero la amenaza del chantaje no debería ser disuasivo sino incentivo para confrontar conjuntamente al PRI. Si tanto los panistas como los perredistas permiten que regrese a Los Pinos, el poder abusivo del PRI no amainará. El PRI se lanzará contra ambos partidos con un picahielo.

8. Beatriz Paredes ha caracterizado las alianzas PAN-PRD como un esfuerzo por "dividir, enfrentar, emponzoñar el ambiente del país y deteriorar la relación con quienes representamos la fuerza mayoritaria". Comentario curioso, ya que de eso se trata la política: la institucionalización del conflicto permanente, la confrontación entre el cambio y la permanencia, la competencia entre visiones alternativas. Y en ese sentido lo que plantean el PAN y el PRD es perfectamente legítimo. Pero parecería que la señora Paredes quiere que la oposición se rinda de antemano ante su partido.

9. Sobre las alianzas PRD-PAN, Beatriz Paredes pregunta: "¿Qué se busca, qué se pretende?". La respuesta es obvia. Impedir que el PRI recobre su posición hegemónica, montado sobre caciques al frente de cotos corporativos. Impedir el revés histórico que entrañaría el enquistamiento del PRI en lugares como Oaxaca. Darle nuevo impulso a una transición que se quedó trunca.

10. Tácito escribió que cuando dos fuerzas pelean por su propia cuenta, todos son conquistados. Para evitar ese desenlace, el PAN y el PRD deberían forjar alianzas para ahuyentar a las alimañas y a las tepocatas que la transición no logró tocar. Porque ante el peligro de la restauración priista, permanecer impasibles -eso sí- contribuiría a "emponzoñar" al país.

 

Denise Dresser

 

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Yo no sé si una alianza PAN-PRD sea algo bueno. La verdad todos los partidos son iguales. Sin embargo, a nivel estatal, creo que es conveniente que se dé la alternancia. Hay estados donde el caciquismo priísta ha hecho y sigue haciendo mucho daño, como Puebla, Oaxaca, y Veracruz, pero sin dejar muy atrás a Tamaulipas o Coahuila. El autoritarismo en esos estados esta a la orden del día, como si estuviéramos todavía en el sexenio de Echeverría. La alternancia no resuelve por sí sola los problemas, pero sin lugar a dudas es una condición imprescindible para que exista la mejora.

 

Y finalmente, una coalición de ésta naturaleza no es más que una 2ª vuelta de facto, lo que ya debería existir en México desde hace mucho. Yo creo que debemos tomar esas alianzas PAN-PRD, si se dan, simplemente como eso, una segunda vuelta electoral, y nada más. Bajo esa premisa nadie debe darse por afectado y mucho menos fincar grandes esperanzas.

 

Dany Portales


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