lunes, junio 30, 2008

 

La crisis perfecta

La crisis perfecta, como la llamo en su columna Vianey Esquinca, es una magnífica definición de lo que sucede en el DF desde hace diez días. Y cuando hay una crisis, cada declaración, cada intento de salir adelante puede hundir más a quien lo intenta. "El único conflicto de la ciudad son los doce muertos", dijo el sábado, en una muestra de sensibilidad y sentido político el secretario de gobierno capitalino del GDF, José Angel Avila: estaba impulsando, otra vez, en plena crisis, la consulta petrolera. El viernes Guadalupe Acosta Naranjo, presidente provisional del PRD, había exigido al presidente Calderón y al dirigente del PAN, Germán Martínez, con que mostraran pruebas (sic) de la responsabilidad del gobierno capitalino en los hechos del News Divine (doble sic). Guillermo Zayas, ex responsable de la UNIPOL en la Gustavo A. Madero y ex jefe de homicidios de la procuraduría capitalina, a quien el procurador capitalino Rodoldo Félix Cárdenas acusa de haber "matado" a las doce personas en la discoteca, asegura ser inocente y que se lo ha convertido en un chivo expiatorio por los hechos. Es un viejo enemigo del procurador y nadie entiende, si realmente ordenó el operativo cómo pudo hacerlo tan mal.

El propio procurador tiene un problema grave: los 106 jóvenes detenidos, incluyendo las 35 jovencitas, fueron entregados al ministerio público más de cuatro horas después de su detención. ¿Dónde estuvieron durante esas horas?. Detenidos ilegalmente en oficinas sectoriales de la SSP-DF, donde fueron golpeados, vejados, robados, fotografiados a pesar de ser menores de edad y las muchachas, de 13 a 17 años, desnudadas y fotografiadas, por supuestos funcionarios de la SSP-DF y de la procuraduría. El gobierno capitalino ya tiene identificados a los responsables de esos hechos ¿los consignará por la totalidad de estos delitos?¿quiénes y cuántos son los responsables de esa suma de delitos?¿hasta dónde llega la responsabilidad?

El News Divine es que tenía sus papeles en regla, el único problema es que el local violaba toda normatividad. Entonces ¿por qué se le dieron los permisos y cómo se le renovaron?. El tema termina involucrando, a quien era en el 2002, cuando se renovaron esos permisos, delegado en la demarcación, el ahora secretario de seguridad pública, Joel Ortega, y a su hombre de mayor confianza, el ahora diputado Germán Lozano, que era entonces director jurídico y de gobierno, y que la semana pasada para justificar la renovación de los permisos, aseguró que lo había hecho porque tenía orden de renovar, sin revisión, todos los permisos de los giros negros. Como ya hemos dicho, si es así, alguien cometió un delito. La pregunta es sencilla: ¿quién le dio a Lozano esa orden?, porque quien haya sido estaba violando la ley. Y el tema llega hasta el día de hoy, porque es evidente que ese y otros "giros negros" han seguido funcionando, con muchos o pocos inspectores. Y no se ha hecho absolutamente nada para evitarlo.

Tampoco el operativo se dirigió a los dueños de ese local, sino contra los jóvenes. Eso ha quedado más que claro con los testimonios y los videos de lo sucedido. El interés no era clausurar un local que estaba violando las normas y reglamentos, sino detener a la mayor cantidad de jóvenes menores de edad posible. ¿Qué esperaban encontrar en ese operativo realizado a las 5.30 de la tarde, en un local abarrotado de menores de edad?¿buscaban a algún jefe del narcotráfico, de la piratería, del comercio informal?. No, simplemente querían dar un escarmiento a jóvenes que estaban disfrutando, como podían, la tarde del fin de curso en su escuela. Las muertes se produjeron porque quisieron esperar los autobuses para tener más detenidos, a pesar de que como se puede ver en los videos, los jóvenes no estaban cometiendo delitos alguno al momento del operativo. Y una vez detenidos los llevaron ilegalmente a cuarteles de la SSP-DF. Es doblemente criminal.

El jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard asegura, y en eso tiene razón, que ha hecho enormes esfuerzos por los jóvenes. que les ha dado el mayor sistema de becas del país. Es verdad, pero la criminalización de los jóvenes no se erradica con las becas de 500 o 700 pesos (en un sistema que además, sería oportuno, ante lo sucedido, que el propio Ebrard revise cómo y a quién se le está otorgando) sino con una renovación completa de la forma de ejercer el poder. Un sistema que se implantó desde el año 2000, con el inicio del mandato de López Obrador y que estuvo marcado, desde entonces, por todo tipo de arbitrariedades, sin tener la ley por norma. Si el funcionario más cercano al jefe de gobierno era visto embolsándose millones y no pasaba nada; si el secretario de finanzas se jugaba miles de dólares en Las Vegas y no pasa nada; si la Suprema Corte ordenaba respetar un amparo de un particular y no pasa nada; si las obras podían otorgarse, violando las normas, por adjudicación directa a los empresarios amigos y no pasaba nada, ¿por qué tendría que suceder algo ahora?. El delegado con licencia de la Gustavo A. Madero, Francisco Chiguil, un hombre cercanísimo, por cierto, a Bejarano, lo dijo con claridad: con López Obrador no se hubiera visto obligado a renunciar, López lo hubiera defendido. Podríamos ir más allá: el mismo López Obrador que no se ha dignado decir una palabra sobre lo ocurrido, ya hubiera sostenido que se trataba de un complot donde la víctima sería él y no los jóvenes fallecidos. Paradójicamente quizás exista algo así en contra de Ebrard, pero armado por sus propios enemigos internos, entre ellos, los que hubieran defendido a Chiguil. Y quizás también, si quiere, si no se derrumba o se queda sin fuerzas, puede ser la oportunidad de Ebrard para acabar con una forma de ejercer el poder que generó esta crisis perfecta.

Por: Jorge Fernández Menéndez
Publicado en: Periódico ExcelsiorFecha: Lunes, 30 de Junio de 2008

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